ESTAMOS DE PIE
Este 24 de marzo de 2025 fue muy
diferente a aquel de 1976.
Decenas y decenas de miles y miles expresando aspiraciones
democráticas en las más importantes plazas de todo el país. En Rosario, según
todas las fuentes consultadas, sin discrepancia, fue la mayor de las realizadas
desde sus inicios Jornadas de este calibre se vienen sucediendo (y hay que
destacarlo: no se está movilizando por
un reclamo electoral), las luchas por las libertades políticas y por una
vida digna caminan por otro andarivel, muy lejos de los oportunismos que
parecen resucitar cuando el abajo se mueve.
No hay ni habrá engaño
con el vergonzoso paro del 10 de abril llamado por la CGT. Por el contrario, el
abajo no está dispuesto a esperar y esa medida exaspera por lo lejana y
oportunista, irrita por los grandes empresarios en que se convirtieron los
burócratas que la convocan, pero la clase sabrá utilizarla para quebrar las
iniciativas que atentan contra la movilización existente.
Lo particular de estas semanas es que las magníficas
expresiones políticas de nuestro pueblo tienen mucho que ver con el descontento
y la bronca que subyace en la vida cotidiana y muy pegado a ella con la
resistencia que se palpa en muchos establecimientos de trabajo.
No hay una línea
divisoria entre unas y otras. El salir por decenas de miles a las calles es
porque se quiere pelear y resistir, aunque
esos golpes no cuenten aún con cierto grado de unidad política necesaria
para elevar la calidad para enfrentarlos.
Curiosamente, a la clase dominante lo que más le preocupa y
le ocupa es cómo el Gobierno será capaz de calmar las aguas, de cómo quebrar la
tendencia al alza que viene de abajo. Y es allí en donde no se ponen de
acuerdo.
Gobierno y oposición
deben garantizar los “valores democráticos”, pero los CEOS de los monopolios,
el verdadero poder, siente que en los puestos de producción y de trabajo, los
asalariados comienzan a hacer sentir el aliento en la nuca cuando emergen
luchas proletarias que han decidido continuar y se palpita que quedarse de
brazos cruzados atenta a los intereses del pueblo.
El programa de
gobierno debió entrar por engaño. Los tiempos le jugaron en contra, ahora el
programa debe entrar “a sangre y fuego”, pero deben hacerlo cuando las
aspiraciones democráticas del pueblo van en un sentido contrario.
Hay cierta base social
que aún acompaña el delirio de Milei y compañía, pero esa base ha quedado
debilitada. Ciertamente, en la sociedad actual aparecen, se hacen notorios,
sectores inundados de estupidez y miseria, y deberemos analizar ese fenómeno
sociológico en alguna oportunidad. Por ahora, el verdadero poder necesita
gobernabilidad y parecería ser que la debilidad política pasa a ser un tema
candente cuando en el propio “nido de ratas” (que son el parlamento y los ministerios)
las pujas políticas por intereses mezquinos atentan contra una unidad política
que les permita actuar con éxito a sangre y fuego.
En este momento la
política del garrote, la que necesitan, no garantiza la gobernabilidad. Acto
reflejo fue que el miércoles pasado las provocaciones y amenazas por parte de
la ministra Bullrich tuvieron un tirón de orejas del
propio círculo de poder que rodea esta administración.
Muestra de ello resulta el fusible que
saltó en estos días cuando renuncian a quien fuera el director de Inteligencia
Criminal y coordinador de las cuatro Fuerzas, Ricardo Ferrer, luego de los
incidentes en la marcha de jubilados en el Congreso. Desde el Gobierno negaron
que la salida haya tenido que ver con la represión y que es “un movimiento
dentro de la cartera”. Difícil de creer, ¿verdad?
Ni el miércoles pasado
ni el lunes 24 los aparatos represivos actuaron. La masividad lograda en las
calles en jornadas puntuales es producto también de que la base que dice
presente (establecimientos laborales, barrios, centros educativos, etc.); y ahí
es donde la burguesía sabe que el accionar represivo debe caminar
a otra marcha porque entienden que la calidad del proceso cambiaría
rápidamente.
Esta misma clase
dominante en nuestro país está asimilando que los procesos de masas que sacuden
al sistema capitalista en el planeta los obliga a poner las barbas en remojo.
Hablamos de levantamientos populares en Turquía, Serbia, Grecia, un mal humor
contenido en los EEUU, en la mayoría de los países europeos, así como las
crisis políticas que atraviesan países
de Asia como India, Paquistán, o Corea del sur. Gobiernos
que en algunos casos tambalean y caen.
Una inestabilidad
política global que se hace sentir, por supuesto, en nuestro país.
Ayer mismo el pueblo paraguayo hizo una demostración de
fuerzas en la calle por reclamos políticos y la misma se extenderá en los
próximos días.
Este actual estado de
movilización, asimilamos por experiencia propia, que de sostenerse (y todo
indica que sí) se sabe cómo empieza y existe conocimiento
de cómo termina.
La consigna ¡que se vayan todos! en los
momentos de más bronca es una consigna que le está advirtiendo a la burguesía
que la gobernabilidad que tanto les preocupa para seguir saqueando a nuestro
pueblo se comienza a poner sobre la mesa de los debates y acciones de lucha en
los centros laborales. De ninguna manera podemos ser exitistas: más bien nos
vemos en la obligación de señalar que las luchas que esperábamos ya están
desarrollándose, y que sólo cabe esperar que crezcan.
Desde Rosario- Militante Social
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