NOS HAN
ENGAÑADO:
BIELORRUSIA
Y OTROS PAÍSES EMERGENTES Y LA
VIABILIDAD
DE LA EMPRESA PÚBLICA
“MORIREMOS
COMO PERROS SIN RUSIA”, AFIRMÓ ESLOVAQUIA
UCRANIA E
ISRAEL INTENTAN ARRASTRAR A OCCIDENTE
A UNA
GRAN GUERRA
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro día más, nos encontramos
en este espacio de reflexión compartida con múltiples temáticas que nos
interesan a todos porque la Humanidad es una y no creo que quiera desaparecer
voluntariamente.
¿Qué sabemos sobre
Bielorrusia? Posiblemente, nada, un Estado donde casi el 70% de sus empresas
son públicas y funcionan, pero históricamente son tantas las décadas de
defenestrar a las empresas públicas que terminaron de convencer hasta el más
santo. Claro, asociamos las empresas públicas a la Unión Soviética y a los
países con regímenes socialistas y fue tanta la manipulación a favor de la
empresa privada, ¡privatizar!, ¡privatizar! que la ciudadanía no quiere verlas
ni en figurita.
¡Avísenle al perverso
de Milei que está privatizando hasta lo impensable!
Claro, el neoliberalismo
nos “comió la cabeza” con la corrupción y la ineficacia de las empresas
públicas.
Pero ante el
agotamiento del neoliberalismo y la búsqueda de soluciones al actual sistema económico,
los economistas se han dado cuenta de que se habían dejado llevar por sus
prejuicios y ya en los ámbitos académicos la empresa pública ha entrado a
debate. Nombramos a Bielorrusia, como podríamos mencionar a China, Rusia, Irán
y, la República Popular China, posee los cinco bancos más poderosos del mundo y
son públicos. Evidentemente, los países emergentes que han crecido en forma
exponencial nos muestran una realidad muy diferente de la que nos dijeron.
Si pudiesen observar
el gráfico que señala el peso de las empresas públicas de grandes
multinacionales, en porcentaje de activos sobre las 2000
mayores empresas del mundo, ya, visualmente, hay un abismo que separa a los
países con economías avanzadas de los países con economías emergentes. Los
países emergentes están haciendo algo que Occidente no tiene en cuenta y, en el
contexto de la Unión Europea, España lidera el ranking de países con más
empresas privatizadas y así nos va.
Como ejemplos
históricos, citaremos la economía de posguerra, a partir de 1945, cuando los
países se entregaron a las empresas públicas hasta que alrededor de la década
del 80, el discurso neoliberal arrasó ideológicamente con la empresa pública. Otro ejemplo, lo constituyó la exYugoslavia
y, por encima de estos, la Unión Soviética, que no colapsó por su sistema
económico.
Nos han mentido
asquerosamente. Son casos de éxito a investigar.
Ahora bien, si
reflexionamos, la empresa privada tiene por finalidad la rentabilidad de
alguien o de un grupo y, la pública, tiene por objetivo la rentabilidad general
para la totalidad de la ciudadanía, lo que no quiere decir que haya ámbitos,
donde la empresa privada puede funcionar muy bien. Dependerá de cada país en
particular, ya se trate de empresas vinculadas a los hidrocarburos, gas,
minerales, sistema bancario, industria química, manufacturas, etc.
Y es que la cantidad
de empresas públicas es determinante para establecer el índice de crecimiento
de un país.
Con un simple
gráfico, también, se puede visualizar.
Recordemos que las
grandes empresas definen la economía, la política y la sociedad de un país y,
en el caso de las empresas privadas, tarde o temprano, se hacen dueñas de la economía,
la política y la sociedad con la industria cultural, con la manipulación de la
opinión pública. Las empresas públicas pueden definir el futuro de nuestras
economías porque es una cuestión que define el modelo económico de los Estados.
Empresas públicas versus empresas privadas es un debate esencial.
El mundo no es el que
nos habían dicho.
A pesar de que ya
intentaron asesinar a Fico, el Primer Ministro de Eslovaquia, sus valientes y
dignas afirmaciones desafían a Bruselas y Washington, al igual que la postura
del Primer Ministro de Hungría, Víktor Orban. Robert Fico expresó una y otra
vez la importancia de normalizar las relaciones con Rusia y aliviar las
sanciones que están asfixiando más económicamente a la Unión Europea que a la
Federación Rusa. Su posición es inquebrantable: “No podemos permitirnos pelear con
Rusia y estoy dispuesto a viajar a Moscú para el octogésimo aniversario de la
victoria sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial.”
Fico está luchando
por el futuro de Eslovaquia y por el futuro de la Unión Europea. Fico ha
elegido el camino de la dignidad y del sentido común. Explicó muy bien por qué
su país no puede seguir la histeria antirrusa. La hipocresía de la Unión
Europea se
está volviendo cada vez más evidente con la prohibición de
comprar petróleo y gas a la Federación Rusa, ambos siguen fluyendo hacia
nuestro continente por intermedio de terceros países como la India, pagando
sumas exorbitantes que están aniquilando la economía de la Unión Europea cuyos burócratas
intentan ocultar la verdad. No hay más que ver lo que está ocurriendo en
Alemania absolutamente entrampada por seguir los lineamientos de Bruselas y
Washington.
Desde hace décadas,
Europa ha dependido de Rusia en materia energética y no puede cortar ese
vínculo porque las industrias, inclusive las necesidades cotidianas de sus
ciudadanos y toda la economía en general dependen de esos suministros. Al
intentar asestar un golpe a Moscú, la propia Unión Europea se está hundiendo
porque está subordinada a los intereses de Estados Unidos.
Europa necesita a
Rusia y Rusia forma parte de Europa tanto geográficamente como históricamente.
Una vez que finalice el conflicto, Fico se comprometió a normalizar las
relaciones con la Federación Rusa. Tanto Fico como Orban se niegan a seguir la
política de la Unión Europea, defendiendo sus intereses nacionales en materia
energética; ambos mandatarios representan a países pequeños con recursos limitados
y dependen del gas y el petróleo barato de Rusia.
Eslovaquia y Hungría,
a pesar de las presiones de Bruselas, no seguirán el juego geopolítico que las
está hundiendo porque sería la destrucción de sus economías, quedarían al borde
de la supervivencia. El canciller alemán puso de rodillas la economía de
Alemania. Las empresas alemanas cierran en masa y los ciudadanos tienen que
pagar sumas exorbitantes por la electricidad y la calefacción. Alemania está al
borde del abismo. El curso de la Unión Europea es rehén de decisiones del otro
lado del Atlántico y Europa al cumplir órdenes externas ha perdido su soberanía
y lo de la obsesión antirrusa tiene el mérito de la simplicidad en los medios
occidentales.
Y hablar sobre la
relación entre la Unión Europea y la Federación Rusa nos dará pie para introducir
el último tema que es la preocupante evidencia de que tanto Ucrania como Israel
intentan arrastrar a Occidente a una gran guerra, independientemente, de que el
envío de más ucranianos para seguir sosteniendo esa contienda con la Federación
Rusa, ya constituye un crimen de exterminio, una atrocidad y un delito de
carácter inhumano, porque son enviados al frente solamente como “carne de
cañón”, sin posibilidad alguna de sobrevivir: sin adiestramiento militar suficiente
y sin armas contundentes.
El imperio de la
mentira sigue intoxicando a la ciudadanía.
Tenemos que aclarar
que las reflexiones que presentamos en EL CLUB DE LA PLUMA provienen de varias
fuentes de contrainformación que hemos consultado: no una, sino varias.
Siguiendo al doctor Daniel Estulin, el arrastrar a la Humanidad a una guerra
nuclear sería la forma en que la élite financiera resolvería su gran problema:
una guerra nuclear u otro acontecimiento contundente, la libraría de la deuda
astronómica que se sostiene artificialmente en todo el mundo y podrían comenzar
desde cero.
Otros expertos en
Geopolítica hablan de que una gran guerra sería la forma de aniquilar el poder
de los países emergentes liderados por China y Rusia que apuestan por otras reglas
a nivel mundial, que las élites corporativas no continúen dominando el planeta,
sino que sean los propios Estados quienes puedan hacerlo, que los Estados estén
por encima de esas élites corporativas y no por debajo. Evidentemente, a partir
de un análisis racional podemos observar que tanto en Ucrania como en Israel
las estrategias son idénticas: estimular la escalada de conflictos, provocar al
enemigo para que reaccione, llámese la Federación Rusa o Irán.
Si hablamos de la guerra
en Ucrania, nos referimos a que es la OTAN la que se está enfrentando a Rusia
y, si mencionamos a la OTAN, aludimos a la influencia de Estados Unidos y Gran
Bretaña. Asimismo, si nos referimos a Israel, este Estado no es más que una
prolongación de la Anglósfera en Oriente Medio.
Y hay un hecho
altamente significativo que rodea a estas contiendas y nos referimos a las elecciones
en Estados Unidos del 5 de noviembre, decisivas no sólo para el país del norte,
sino para el planeta en su totalidad. Como ya hemos mencionado, la élite
corporativa que domina el mundo está haciendo todo lo posible para que Rusia no
gane la guerra, acciones por demás inútiles y, el otro hecho, es que harán
hasta lo imposible para que Trump no gane las elecciones.
No sabemos, exactamente,
qué hará Donald Trump si llegase vivo a las elecciones y las ganara, pero la proximidad
ideológica entre él y Putin y Xi Jinping es el gran problema para esa élite
económica financiera. Podemos decir que esa élite satánica financiera no se
quiere convencer de que el modelo globalista neoliberal ya está absolutamente
agotado.
En Geopolítica, los
hechos cotidianos ocurren de manera tan vertiginosa que, lo que expresamos hoy,
ya forma parte del pasado, mañana.
En estos momentos,
Irán y el resto de países aliados están esperando la respuesta de Israel ante
los 200 o 400 misiles con que el país persa respondió, de forma moderada, a las
agresiones sionistas.
La pregunta que nos
hacemos es: ¿ocurrirá lo que expresó Kissinger en 2012 que Israel no tenía más
que 10 años de existencia? Y, para finalizar, quizás lo más importante de esta
columna, es que Rusia, China, Irán y Corea del Norte son un “puño”: responden
de manera conjunta, tanto directa como indirectamente.
“El Eje del Mal” se
ha unido; qué problema para Occidente, ¿no?
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola una vez más al
CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata