RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

miércoles, 23 de diciembre de 2020

DESEO…

 



DESEO…

 

 Sucede, claro que sí. Imposible que no ocurra cada año, casi al terminar diciembre.

Las sensibilidades afloran y se mezclan con sentires de todo tipo. Y crece esa sensación de que todo puede ser diferente. Menos para los escépticos.

Y lo que viene tal vez pueda parecer escepticismo, pero no, es una lectura diferente a lo que, recurrentemente sucedes en estas fechas.

 

 Alguien comenzó a masificar la idea de que solidaridad, compromiso, caridad, sensibilidad, y otros sentires más “afloren” en épocas como éstas.  Así debe ocurrir, según los mandatos mercado-clericales. “Religiosamente” cada diciembre debe ser el tiempo del “buen sentir”.

 

 Algo así como la imposición del día del amigo, de la madre, del niño, etc.

Les han puesto fechas determinadas para que demostremos el amor, la amistad, el cariño.

Les han impuesto fechas a lo que debería ser práctica consuetudinaria.

 

 Por supuesto que están quienes hacen del amor algo cotidiano, es innegable.

 

 Lo que trato de plantear es esa práctica que se ha impuesto para determinado mes del año, para determinada fecha, por determinado motivo.

 

 En lo personal concibo el amor, el sentir, como permanente.

 

 Recuerdo, cuando era muy niño, los festejos de navidad y fin de año en mi familia, o parte de ella. Se profesaban toda clase de promesas y deseos. Que el próximo año logremos estar unidos, que estemos mejor, que nos queramos más, etc.

En esas oportunidades, siendo niño, me preguntaba ¿por qué esperaban esas fechas para expresar sólo deseos y no transformarlos en concreciones cotidianas?

Por supuesto que, si lo decía en voz alta, de seguro me habrían criticado diciendo: ¡ahí lo tenés, siempre el mismo rebelde, él contra el mundo!!!

 

 Bueno, no han cambiado mis sentires, dudas y cuestionamientos.

 

 Y me cuesta horrores en cada oportunidad responder “como se debería” a saludos y deseos. Y por ahí comienzo a dar alguna explicación del porqué no practico eso que todes hacen con naturalidad.

 

 En este final del 2020, inicios del 2021, en que la vida, la existencia nos ha puesto a prueba, una prueba muy dura, para que podamos demostrar si en realidad hemos al fin comprendido de qué se trata aquella frase, una sola, que creo resume cualquier manual, libro, decálogo, etc. “amaos los unos a los otros” –En estos tiempos sería “amaos les unes a les otres”…

Para la práctica efectiva de esa frase o mandato, no se planteó fecha específica, Fue planteada para una recurrencia permanente. Bueno, no creo que estemos rindiendo muy bien el examen.

 

 Hay un sector, un importante porcentaje de las sociedades que han elegido prescindir tanto de esa frase como de su práctica concreta. Han elegido el personalismo, la individualidad.

 

 Entonces, como para no extenderme tanto, no aburrirte ni fastidiarte, propongo que hagamos el ejercicio de asumir que cada día de cada semana, de cada año, sea el denominado milagro de navidad, sea el día de las madres, de los niños, de les amigues, de la vida, y promulguemos como un decreto de necesidad y urgencia, que el amor sea la condición indispensable para poder ejercer nuestra humanidad.

 

Que así sea.

 

NORBERTO GANCI –DIRECTOR-

El Club de la Pluma

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