RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

viernes, 26 de septiembre de 2025

LA PENÚLTIMA VERSIÓN DE LA REALIDAD - PEDRO RODRIGUEZ

 

LA PENÚLTIMA VERSIÓN DE LA REALIDAD



 

 "LA PENÚLTIMA VERSIÓN DE LA REALIDAD", título de la columna, podría entenderse que se trata de un homenaje que hacemos al que ha sido llamado irónicamente "el mejor escritor argentino del siglo XIX". Pero iremos más allá del mero homenaje, intentaremos mostrar cómo Borges se cuela, sin que siquiera pueda sospecharlo, en fenómenos de plena actualidad. En primer lugar, por supuesto, invitamos a quien lo desee a buscar este relato breve y leerlo (está en el libro "Discusión", pero también se lo encuentra para leer online gratis). Allí se habla de un conde KORZYBSKI, homónimo de quien inventó la Semántica General, atribuyéndole un texto falso en el que, para ser breve, propone que "Tres dimensiones tiene la vida: Largo, ancho y profundidad. La primera dimensión corresponde a la vida vegetal. La segunda dimensión pertenece a la vida animal. La tercera dimensión equivale a la vida humana. La vida de los vegetales es una vida en longitud. La vida de los animales es una vida en latitud. La vida de los hombres es una vida en profundidad". A continuación hace Borges una crítica muy divertida de tal idea, para terminar postulando que deberíamos eliminar el espacio de nuestras vidas.

 

 

¿Y por qué viene a cuento ese texto? Confesamos que se trata de una mera asociación con lo que puede verse hace mucho en el campo de la militancia que por comodidad llamamos "de izquierda" (entrecomillado, por supuesto). Para algunos de nosotros, que vivimos en ese espacio desde nuestros primeros años, desde el genocidio (para situar una fecha significativa, no como explicación absoluta) no hacemos más que ver cada vez más CONDES KORZYBSKI: sujetos que por haber obtenido alguna formación en el campo del marxismo se lanzan a crear sus propias consideraciones, conjeturas y teorías sobre lo que entienden es la política actual.

 Ese micro cosmos que constituyen las redes sociales ha fomentado y reproducido en gran número a estos opinadores. ¿Es que se trata de algo distintivo de quienes se identifican con el marxismo? No, por supuesto. Cada ex militante produce su teoría, más o menos fundada, más o menos intensa o con potencial para versionar una porción de la realidad. Lo que en cualquier caso puede diferenciarnos respecto al público general es el hecho indudable de la EXIGENCIA marxista de la praxis organizada (aunque sea algo redundante la expresión),  lo que la dispersión en miríadas de orgas y el individualismo que invade todos los lugares e identidades parece dejar de lado (cualquiera entre nosotros sabe que no puede hacerse política seriamente sin estar integrado a un colectivo). Deberíamos adjuntar aquí un par de adversativos, de peros: el primero: si consideramos porcentualmente la incidencia de la identificación con el marxismo en la población argentina, notamos que no ha decaído ni crecido a lo largo de las décadas: el lugar que ocupaba el P. C. hasta los '70, ese 3 % fatídico, lo ocupa hoy el FIT, sin que parezca modificarse esa tendencia. Otro Pero merece el reconocimiento de una izquierda revolucionaria que rompió el molde en los años '60 y '70, quedando este fenómeno  para otra línea de análisis "sociológico" y político.

 

 

Hoy, por las condiciones en que se desarrolla nuestro trabajo para la columna, no podemos más que anotar la observación e invitar a que se lea el relato de don Jorge Luis, colándose inevitablemente un modo de mirar y opinar que ganará sus enemigos sin dificultades. Nuestra brevedad indica lo apurados que estamos pero también nuestra dificultad para hablar de lo que todo el mundo cree entender y nadie se interesa en explicar. Nos queda pendiente el desarrollo de las conjeturas que explicarían el fenómeno descripto. No tenemos por el momento la intención de abandonar a nuestros compañeros en su lucha por sostener la propia doxa.

 

 

PEDRO RODRIGUEZ

 Desde Rosario- Militante Social

 

 

 

DETRÁS DE LAS CRISIS SIEMPRE HAY UN GALPERÍN - PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

 

 

DETRÁS DE LAS CRISIS SIEMPRE HAY UN GALPERÍN

 


 

Desde Buenos Aires, saludo a todos los que escuchan El Club de la Pluma

 

La palabra “crisis” sobrevuela, nuevamente, el escenario argentino. Los “de a pie” tememos una devaluación que, otra vez, licuará nuestros ingresos y tornará más dificultosa nuestra supervivencia. Por todas partes se dice que el modelo está agotado. No es un tema sólo de la oposición política. Un largo coro de lamentos se escucha desde el “círculo rojo”, que hasta no hace mucho era el más férreo defensor de Milei. Ahora lloran el campo, Paolo Rocca y Galperín, quizá para recordarnos que la solución deberá contemplar sus padecimientos. Desde la formación del Estado Nacional, en la segunda mitad del siglo XIX, Argentina pasó, sin contar esta, por 16 crisis económicas. Y digo Argentina y no “los argentinos” porque ni todas las crisis fueron iguales ni afectaron a todos de la misma manera. Un repaso por nuestra historia reciente ayuda a comprender quiénes se benefician con cada crisis y quiénes las pagan.

 

En más de un siglo y medio de historia, nuestro país desarrolló 3 modelos económicos: el agro- exportador (1860 – 1930); el de Industrialización por Sustitución de Importaciones (1930 – 1975); y el de Valorización Financiera (de 1975 hasta hoy). Y si bien es cierto que a cada uno de estos modelos corresponde un tipo de crisis particular, todos comparten una causa: la crisis del sector externo. Es decir, la falta de divisas. Y esto nos obliga a abordar uno de los problemas nodales de nuestro país: la existencia de una economía bimonetaria.

 

Hasta 1930, el dólar era en Argentina una moneda más. Y aunque se hizo cada vez más fuerte en el mundo, lo que llama la atención acá es el nivel y la profundidad del fenómeno. Un informe de la Reserva Federal de 2006 da cuenta que Argentina es el país del mundo que más dólares tiene por habitante (unos 1300), superando en mucho a países que, como Panamá, tienen su economía totalmente dolarizada. Históricamente se ha afirmado que fue la inestable economía argentina, sujeta a crisis periódicas y a períodos inflacionarios, la responsable de haber impulsado la dolarización como mecanismo defensivo y de resguardo. Pero Brasil, desde su independencia, declaró 9 veces la cesación de pagos contra 6 de Argentina y en el s XX tuvo una historia inflacionaria peor que la nuestra. Sin embargo, su cultura dolarizada es infinitamente menor. En 2005, según el informe de la Reserva Federal citado, los brasileros tenían sólo 6 dólares por habitante. El mercado inmobiliario no se expresa en dólares y no están permitidas las cuentas bancarias en esa moneda.

 

En 1964, advirtiendo tempranamente los costos que este fenómeno podía tener en el futuro, el presidente Arturo Illia prohibió las cuentas bancarias en moneda extranjera y ordenó la pesificación de todos los depósitos al tipo de cambio oficial. No hace falta recordar cómo le fue…Sí, en cambio, que fue la Dictadura, con su Reforma Financiera de 1977, la que aceleró y consolidó la dolarización del sistema bancario y financiero, al habilitar la existencia irrestricta de cuentas en esa moneda y el movimiento, irrestricto también, de capitales. En este contexto se propagó la dolarización del mercado inmobiliario, a pesar de que todos sus costos son locales. En julio de 1977, según Gaggero, aparece el primer aviso clasificado con el precio expresado en dólares. Pero hay un detalle que corresponde señalar: en 1980, el 75% de las propiedades de Barrio Norte se ofrecían en dólares; pero en Almagro sólo el 25% y en Constitución y Barracas apenas el 6%. Y esto vincula la dolarización ya no con las crisis ni la incertidumbre sino con el comportamiento que, a lo largo de los años, han ido adoptando las clases más altas en Argentina.

 

El establecimiento de una economía bimonetaria requiere de ciertas condiciones. Una de ellas es la existencia de agentes muy concentrados y con gran poder económico. La otra, un Estado decidido a proveer todos los dólares que esos agentes demandan. Por eso, nuestra Historia muestra que la dolarización de la economía ocurrió en forma paralela al endeudamiento del Estado. Tampoco hay que perder de vista que este proceso se da en el marco de la proliferación de paraísos fiscales, donde van a parar las grandes fortunas de personas y empresas para evitar el pago de los impuestos que les corresponderían. Por eso, la demanda de dólares de nuestra elite, de individuos y empresas, y el endeudamiento del Estado para satisfacer esta demanda marchan de la mano de la fuga de capitales. Comprender esto tal vez nos permita dejar de preguntarnos dónde están los dólares que el FMI le prestó a Macri o los que le prestó a Milei, o dónde irá a parar el salvavidas que en estos momentos negocia el presidente con la Reserva Federal de Estados Unidos. Están y estarán en Luxemburgo, en las Islas Caimán, las Bahamas o las Seychelles, en Delawer o en alguna otra cueva, en las cuentas particulares y empresarias de nuestra elite depredadora.

 

Este esquema impuesto desde la Dictadura tiene también su expresión en el campo político. Porque la posesión de dólares en manos de un sector concentrado de la economía significa también poder. El poder de torcer el brazo a los gobiernos para acaparar ganancias extraordinarias. Sus fuertes intervenciones en el mercado de cambios y su capacidad para modificar las variables económicas pueden producir la quiebra y forzar una devaluación. Y entonces viene la crisis, que empobrece a la mayoría de la población, pero que para la elite económica significa una gran transferencia de recursos a su favor.

 

De todo esto se desprende que, para este sector, las crisis, lejos de ser catástrofes, son situaciones deseadas. Es su conducta perniciosa y su mentalidad depredadora las que tornan más frágil y vulnerable la economía de nuestro país, creando las condiciones para que ocurran golpes de mercado y ahogos financieros que engrosan siempre sus beneficios. Debemos pensar que, si todas las divisas por ellos acaparadas y fugadas retornaran al país, los desequilibrios externos no ocurrían o serían mucho menores. Porque entre la dolarización que ellos impulsan y la debilidad de la economía existe un círculo vicioso. Es hora de preguntarnos cuál es el origen del capital de estas grandes firmas y qué papel juegan en el desfinanciamiento de las cuentas públicas.

 

Una de las peores crisis que los argentinos recordamos es la hiperinflacionaria de 1989. Repasar lo ocurrido no sólo arroja luz sobre el pasado, sino que permite la comprensión del presente.

 

La Dictadura dejó un país con el tejido industrial destruido, con un alto nivel de endeudamiento, fuga de capitales y estatización de las deudas privadas. Además, había transferido al capital concentrado cuantiosos recursos públicos a través de la promoción industrial y el pago de sobreprecios en las contrataciones del Estado. Impuso un modelo donde la valorización del capital ya no se apoyaba en la producción industrial sino en la especulación financiera. Como consecuencia, la estructura social se fragmentó y se tornó cada vez más excluyente. En 1983, el alto grado de concentración de la economía le había otorgado a un grupo de empresas la capacidad para determinar los precios y apropiarse de un importante excedente. La dificultad para controlar la inflación no estuvo entonces ni está ahora disociada de esta estructura oligopólica.

 

El período de gobierno de Alfonsín se conoce como la “Década perdida”. Sin embargo, este reducido número de empresas altamente concentradas tuvo un desempeño exitoso que no guarda relación con lo que ocurría en el resto de la economía.  Mientras el PBI se contrajo 9% entre 1983 y 1989, se abrieron grandes plantas fabriles con recursos provenientes de subvenciones estatales. Más del 90% de la inversión privada estuvo financiada por transferencias del Estado. Entre 1983 y 1989, el Estado pagó 27 mil millones de dólares a los acreedores externos, equivalentes al 4% del PBI. Pero en el mismo período, el capital concentrado fugó al exterior 67 mil millones de dólares; un 10% del PBI y el 80% de la deuda externa. Y los asalariados perdieron 80 mil millones de dólares, el 13% del PBI. Un informe del Banco Central, la Fiscalía Nacional de Investigaciones y la procuración del Tesoro da cuenta de la magnitud de las transferencias al capital concentrado: D105 mil millones, más D35 mil millones pagados por sobreprecios. Todos estos beneficios no se tradujeron en mayor inversión. Por el contrario, se redujo del 17% del PBI entre 1970 y 1980 a sólo el 5% entre 1981 y 1989.  Los recursos de los que se apropiaron estos privilegiados fueron financiados con emisión monetaria, reducción de partidas presupuestarias en otras áreas, aumento de impuestos regresivos y colocación de títulos de deuda pública. Y un dato no menor: son ellos los que compraron antes y compran ahora los títulos de deuda, por los que cobran altos intereses y con los que se financia el déficit que los tiene a ellos como principales responsables.

 

Los argentinos debemos saber que no será posible revertir el deterioro de las condiciones de vida de nuestra sociedad si no cortamos de cuajo la principal fuente de déficit y avanzamos en una estructura impositiva que tienda a una mayor equidad. El modelo de valorización financiera impulsado por el neoliberalismo no soluciona ninguna crisis: las crea y profundiza en beneficio de unos pocos. Debemos cambiar los rasgos estructurales que definen al capitalismo argentino. Pero cualquier proyecto político que se proponga hacerlo, deberá hacer frente a estos sectores del gran capital que detentan un poder capaz de bloquear propuestas que no los tiene como actores protagónicos y principales beneficiarios. No alcanza con ganar una elección. También hay que tener claro el proyecto y estar dispuesto a defenderlo en las calles.

 

Les mando un gran abrazo a los oyentes de El Club de la Pluma

 

PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES –Profesora de Historia - Posgrado en Ciencias sociales por FLACSO

QUE LOS CIUDADANOS EUROPEOS MIREN AL ENEMIGO QUE ESTÁ AFUERA, CUANDO LO TENEMOS DENTRO “EL CEPO MENTAL” EN ARGENTINA - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

QUE LOS CIUDADANOS EUROPEOS MIREN AL ENEMIGO QUE ESTÁ AFUERA,

CUANDO LO TENEMOS DENTRO

“EL CEPO MENTAL” EN ARGENTINA

 


 

 

          Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro día más, nos encontramos en este espacio de reflexión compartida.

   

      En marzo de 2025, Mahdieh Esfandiari, una académica iraní residente en Lyon, Francia, fue arrestada por agentes de seguridad franceses tras un sorpresivo allanamiento en su hogar. Fue sometida a una revisión corporal completa por parte de oficiales franceses masculinos. Estuvo cincuenta días incomunicada en confinamiento solitario. Su interrogatorio pronto se convirtió en un tormento psicológico sistemático. Este arresto no fue ni un asunto criminal ni un incumplimiento de derechos civiles. Nunca se presentó evidencia alguna de conducta ilícita y los cargos formulados en su contra, vagamente definidos como apología del terrorismo, carecen de base legal. El único delito que ha cometido es hablar en favor de los derechos de los palestinos en Gaza. Según la ley francesa, cualquier detención que supere las 48 horas sin una orden judicial es ilegal. Sin embargo, Esfandiari ya lleva 200 días tras las rejas bajo acusaciones vagamente definidas como “amenaza a la seguridad nacional”. Después de siete meses, ha quedado claro que el arresto y los cargos son acusaciones infundadas y falsas y que París tiene la intención de utilizarla como una ficha de cambio en un intercambio de prisioneros con Irán, intercambiando su libertad por los nacionales franceses detenidos en Teherán por cargos de espionaje.

 

 El ministro del Interior de Francia ha declarado que las manifestaciones proPalestina constituyen una amenaza para el orden público. Resulta realmente sorprendente que el gobierno francés considere que las caricaturas despectivas hacia el Islam es una forma protegida de expresión, mientras que la solidaridad política con los palestinos se convierte en un crimen contra el orden público. El supuesto apoyo de Francia a los “derechos de las mujeres iraníes” revela una contradicción flagrante. Durante los disturbios denominados “Mujer, Vida, Libertad” en 2022 en Irán, los parlamentarios franceses se cortaron públicamente el cabello en “solidaridad” con las mujeres iraníes y grupos de mujeres realizaron representaciones parcialmente desnudas en las calles para defender la “dignidad” de las mujeres iraníes. Sin embargo, hoy mismo, el gobierno francés ha fabricado cargos contra una mujer iraní que no cometió ningún crimen y que ha sido sometida a meses de tortura física, psicológica y emocional en una prisión francesa.

  

       Y de la mano de la narrativa de tortura física, psicológica y emocional de una cárcel francesa hacia una ciudadana iraní, abordamos la cuestión de Argentina, donde todo el pueblo está sometido, a un verdadero sistema de maltrato, abuso y vejación por parte del gobierno de Milei. Y es que en la cuestión argentina existe un “cepo mental” en los cerebros de sus ciudadanos. ¿Cómo se comportan los poderes fácticos financieros, la élite satánica financiera, los ámbitos de más capacidad económica para hacer negocios y para enfrentar políticas ligadas a la distribución del ingreso? Como dice Amado Boudou, el problema de la ciencia de la economía no es la escasez, sino la distribución del ingreso en el mundo. La escasez es un argumento mentiroso. Las riquezas son cada vez mayores, pero el problema es que el mecanismo de distribución es obsoleto, tiene doscientos, trescientos años, y favoreció la concentración de la riqueza actual y no la circulación virtuosa de esa riqueza. Nos empobrecen; somos ricos, pero nos empobrecen desde los mecanismos de distribución monetarios, la deuda externa, etc., etc. La disponibilidad de la riqueza biológica, física, digital, es exponencial, pero los poderes son reacios, en Argentina, con planteos antiguos, retrógrados; nosotros tenemos una élite muy, muy obsoleta en el diagnóstico y con soluciones inviables y no se debate: ya vieron que no existe el debate, desapareció. Los tipos implantaron la falacia del déficit fiscal para frenar la inflación y ese “cepo intelectual o mental”, impide a la sociedad ponerse a la altura de los acontecimientos que ocurren en otros países, inclusive en América latina, en Brasil con el Banco Nacional de Desarrollo. Todos los meses, el pueblo lo financia con un pequeño porcentaje de su salario que abarca hasta los microcréditos de las favelas Y el caso de México, es diferente; entran 70.000 millones de dólares de las remesas de los emigrantes mexicanos en Estados Unidos.

 

 Las élites son poderosas, son oligarquías y vemos que en algunos países tienen una dimensión soberana, nacional; pero en Argentina, no. Se oculta que la circulación de la riqueza en todo el planeta se mueve vía subsidios y a vos te meten la teoría monetarista de que los subsidios son “caca”. Cada vez más en el mundo, y esta fue una temática que ya abordamos con anterioridad, la economía planetaria se maneja con subsidios, en Estados Unidos, en Europa, en China, pero en Argentina, te vendieron la palabra “subsidio” como una mala palabra. El socialismo atraviesa la macroeconomía del mundo a través de la masificación de los subsidios. Y también es mentira que emitir moneda produce inflación, porque en el gobierno de Alberto, durante la pandemia, se emitieron casi 30.000 millones de dólares y no había inflación. Y es mentira, también, que la inflación es ese numerito que muestran, porque la inflación en dólares sigue funcionando a razón del 40% anual. Ya hubo cuatro fracasos en los últimos años: la dictadura, Cavallo, Macri, Milei. La mecánica central es endeudar, fugar, sacar el dinero afuera y siga la calesita, el carry trade. Y volvemos al pasado. En el gobierno de facto de Levingston, de junio de 1970 a marzo de 1971, gobierno que apenas duró unos meses, proyectaron hacer un Banco Nacional de Desarrollo -como el actual en Brasil- y lo voltearon y quedó en nada. Como había dicho Perón: o manejamos el Estado o lo manejan los monopolios extranjeros.

  

       Y así como hubo decenas y decenas de manifestaciones y revueltas en toda Francia contra la política económica, la semana pasada y esta semana se levantó, también, el Reino Unido. ¡Ah, nos olvidábamos de Bulgaria, donde miles de ciudadanos quieren volver a su moneda soberana y mandar al euro y a la Unión Europea a “hacer puñeta”¡ Las calles explotan! Y volvemos al Reino Unido que está viviendo el final de un recorrido. Había una crisis silenciosa; miles de familias elegían entre hacer la compra o mantener la calefacción. Y la inflación pasó factura a los británicos. En una economía ya frágil, cualquier error se paga muy caro. Los dos partidos políticos mayoritarios, el conservador y el laborista forman lo que llamamos “el partido único”, como en la Unión Europea. Son lo mismo. ¿El panorama es económico, migratorio o social? Y no olvidemos que toda la ciudadanía está sometida al cloroformo social de los medios hegemónicos de comunicación desde la mañana. Y Georgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, a los gritos, expresó contra la Unión Europea: “La capital de Italia es Roma, Roma es la capital de Italia y la capital de la Unión Europea debe ser el lugar que represente mejor la identidad milenaria italiana.” La situación en Europa era extrema, ahora, está peor. Alemania, Reino Unido, Francia, Holanda, Bulgaria, Suecia y Bélgica han sacado el ejército a las calles contra las bandas de narcotraficantes. 100.000 policías sacó Macron a las calles para contener las revueltas, pero Macron sigue “jodiendo” con la guerra contra Rusia. Claro, que los ciudadanos miren al enemigo que está afuera, mientras al enemigo lo tenemos adentro. El modelo social de Europa del estado de bienestar se terminó, dijo el canciller alemán Merz. La élite satánica financiera liberal y sus secuaces, los burócratas cómplices de la Unión Europea, nos están destruyendo y reventando por todos lados. Ni el mínimo de soberanía nacional o europea, y su defensa de los ciudadanos de los Estados miembros: gobiernos plutócratas que nos han entregado. Argentina y la Unión Europea unidas por la infamia. ¿Hasta cuándo esto?

    

     Y para terminar, una reflexión final algo diferente de las habituales. ¿Qué sería yo sin mis afirmaciones, sin mi forma de pensar, sin mis acusaciones, sin cosas que creo que son totalmente ciertas, sin mis declaraciones culturales? ¿Qué sería yo? Eso se llama la angustia óntica, que quiere decir la sensación de que no eres nada, pero ese es el momento en que eres todo. ¿Por qué eres todo? Porque en ese momento tu mirada tiene un alcance, una anchura y una profundidad que nunca podrá tener una mirada que parte del juicio. Yo quiero que pienses en una persona que te haya mirado de esa forma que uno nunca la podrá olvidar. Gracias, gracias, compañera Cristina Fernández de Kirchner.

       

    Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención, e invitándola a otra nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria siempre, compañeros! ¡Palestina libre!

 


 

 

PROF. VIVIANA ONOFRI

 Desde Islas Canarias

 Profesora en Letras, ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

MITOS, NARRATIVAS Y SU IMPACTO EN EL DESARROLLO HUMANO PARTE 3 - MAURICIO IBÁÑEZ

 

MITOS, NARRATIVAS Y SU IMPACTO EN EL DESARROLLO HUMANO

PARTE 3


 

Queridos compañeros, amigos y oyentes de El Club de La Pluma, desde Colombia los saluda Mauricio Ibáñez, con nuestro acostumbrado abrazo por la hermandad latinoamericana.

 

Mientras desarrollábamos este tema de los mitos y narrativas y cómo éstos han marcado retrocesos importantes – y graves – en el desarrollo de la humanidad, ocurrieron dos sucesos que muestran el escalamiento de este fenómeno: el asesinato de un joven influencer norteamericano de nombre Charlie Kirk, y el discurso catastrófico de Donald Trump en la sesión plenaria de la ONU. En ambos casos ha sido evidente la radicalización de la neo-inquisición que, en nombre del supuesto “amor de cristo”, está siendo utilizada como instrumento de odio y arma de guerra por la extrema derecha. Declaraciones como la de Paula White, tele evangelista y asesora espiritual de la Casa Blanca, quien dice abiertamente “oponerse a Donald Trump es oponerse a la voluntad de Dios” marcan el nivel de fundamentalismo que se ha entronizado en ese país. En fin, este es un fenómeno que tendremos que examinar con más detalle en los próximos programas.  

 

Pese a esta realidad que se nos viene encima, es imperativo que revisemos si existen razones para la esperanza. Debemos aferrarnos a la posibilidad, por pequeña que sea u oculta que esté, de rescatar el sentido de lo comunitario y de la verdadera democracia, despojándola de los disfraces que han insistido en ponerle aquellos que la han maltratado.

 

Resulta que no ha sido difícil encontrar métodos de ejercicio de la democracia, resolución de conflictos y gobernanza que promueven el desarrollo humano integral y el funcionamiento eficaz de las comunidades. Son prácticas ancestrales que siguen vigentes en la mayoría de las comunidades aborígenes en el mundo y que están basadas en la aceptación, el respeto, el perdón, la gratitud y el amor, es decir, todos los atributos que señalan cómo se ha dado la evolución humana de lo instintivo hacia lo racional, y que están ocultas a la vista en un mundo que se acostumbró al odio y la violencia de nuestros tiempos.

 

Para citar tan sólo unos ejemplos, podemos empezar por una práctica ancestral hawaiana de sanación espiritual y resolución de conflictos llamada “Ho’oponopono, que se basa en el perdón, la reconciliación y el amor. El término más aproximado en nuestro lenguaje sería “corregir un error” o “hacer lo correcto” y no requiere de rituales ni ceremonias. Es más bien un proceso de reflexión colectiva que elimina el miedo y la culpa como factores de castigo.

 

En América Latina, las comunidades indígenas desarrollaron a lo largo de los siglos sistemas propios de gobierno y resolución de conflictos, basados en valores ancestrales, solidaridad y participación colectiva. Estos modelos, aunque frecuentemente invisibilizados por los sistemas estatales, muestran una riqueza y una eficacia que merecen ser reconocidas y estudiadas a profundidad.

 

La democracia en contextos indígenas no se ajusta a la concepción occidental de sufragio universal y representación parlamentaria. Se fundamenta en la participación directa, la asamblea comunitaria y el consenso. Las decisiones importantes suelen tomarse en reuniones abiertas, donde todos los miembros tienen voz y voto, y se busca la armonía antes que la imposición de una mayoría simple. En comunidades que vienen manejando este tipo de prácticas desde hace cientos de años, alcanzar el consenso colectivo no es tan difícil como nos parece a quienes lo observamos desde fuera.

 

Por ejemplo, en los pueblos Quechuas, Ingas, Kamsá y Aymaras de los Andes, la “Ayllu”, la “Minka” o la “Minga” representan formas de organización donde la toma de decisiones es colectiva y orientada al bienestar común. En la Amazonía, los pueblos como los Shuar, Awá, Murui-muinane, Yanomami y los Asháninka, entre muchos otros, recurren a consejos de ancianos y líderes espirituales para orientar la vida comunitaria y resolver disputas.

Los métodos de resolución de conflictos en comunidades indígenas suelen priorizar la restauración de la armonía social sobre el castigo. La mediación, el diálogo y la reparación son elementos centrales. Los “mayores” o sabios de la comunidad desempeñan un papel clave como mediadores, guiando el proceso y asegurando que se respeten los valores y tradiciones. En los pueblos Wayuu del norte de Venezuela y Colombia, las disputas entre clanes se solucionan mediante la intervención de un “palabrero”, un sabio que actúa como intermediario y juez imparcial hasta lograr acuerdos que sean beneficiosos para todos.

 

En la Sierra Nevada de Santa Marta, los pueblos Arhuaco, Kogi y Wiwa utilizan rituales y consultas espirituales para restablecer el equilibrio cuando surgen problemas. La justicia indígena reconoce el daño causado y trabaja para restaurar las relaciones entre los involucrados, evitando la exclusión o la cárcel como primera medida.

 

A pesar de la fortaleza de sus sistemas propios, las comunidades indígenas enfrentan desafíos derivados de la imposición de modelos jurídicos estatales y la falta de reconocimiento de la jurisdicción indígena. La coexistencia de sistemas legales genera tensiones, especialmente en casos de delitos graves o en la defensa de sus territorios frente a intereses externos. Los gobiernos, especialmente los conservadores, son esencialmente colonialistas y buscan imponerles sistemas de justicia y resolución de conflictos que terminan beneficiando intereses particulares lejanos a los de los de los pueblos ancestrales.

 

Sin embargo, en países como Bolivia y Ecuador se han realizado avances legales que reconocen la autonomía y la justicia indígena como parte del sistema nacional. Esto ha permitido una mayor articulación entre las formas ancestrales y los marcos estatales, aunque persisten retos en la implementación práctica y el respeto a la diversidad cultural.

 

La democracia y la resolución de conflictos en las comunidades indígenas de América Latina constituyen modelos alternativos basados en la participación, el consenso y la búsqueda de la armonía. Su reconocimiento y fortalecimiento no solo contribuyen a la justicia social, sino que enriquecen la comprensión de la democracia y la gestión de conflictos a nivel mundial. Respetar y aprender de estas prácticas es fundamental para construir sociedades más inclusivas y equitativas.

 

En nuestra patria grande tenemos mucho que aprender de nuestros antepasados, y contamos con las herramientas para establecer nuevos paradigmas de gobierno, democracia, justicia y resolución de conflictos. Tenemos por delante la difícil tarea de descolonizar nuestras mentes y avanzar en una única agenda latinoamericana.

 

Un abrazo compañeros, nos vemos la próxima semana.

 

MAURICIO IBÁÑEZ – Desde Colombia -Biólogo

Especialista En Estudios Socio-Ambientales

 

 

PARA SABER MAS

 

·         Ho’oponopono: Psicología y Mente

https://psicologiaymente.com/vida/hoponopono

 

·         La Disputa y la Palabra: Weilder Guerra

https://descubridor.banrepcultural.org/discovery/fulldisplay/alma991015136839707486/57BDLRDC_INST:57BDLRDC_INST

 

·         Derecho Indígena y Resolución de Conflictos: Urvio

https://www.redalyc.org/pdf/5526/552656563009.pdf

 

 

 

 

 

 

BRASIL EN 2025: TENSIONES SOCIALES, AVANCES INSTITUCIONALES Y DESAFÍOS EMERGENTES - LÍVIA MARTINS

 

BRASIL EN 2025: TENSIONES SOCIALES, AVANCES INSTITUCIONALES Y DESAFÍOS EMERGENTES

 


 

El año 2025 ha estado marcado por una serie de eventos sociales que reflejan tanto los avances como las debilidades de las instituciones brasileñas. Desde la crisis entre los Tres Poderes hasta la intensificación de la polarización digital, pasando por las agendas de impacto social en el Supremo Tribunal Federal (STF), el país vive un momento de redefinición política y cultural.

 

Crisis institucional y polarización política

Según el profesor Luis Felipe Valle, especialista en temas de actualidad del Colegio Oficina do Estudante, Brasil se enfrenta a una "erosión de la confianza en las instituciones democráticas", impulsada por las disputas entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. La polarización de los partidos políticos y el avance de las noticias falsas han debilitado los pilares republicanos, abriendo espacio para discursos autoritarios.

Esta tensión culminó en episodios como el rechazo del "PEC de blindaje" en el Senado, que pretendía limitar las decisiones monocráticas del STF. El juez Luís Roberto Barroso, que terminó su mandato como presidente de la Corte en septiembre, fue protagonista de juicios históricos, incluida la condena de 119 personas involucradas en los actos antidemocráticos de 2023.

 

Directrices sociales y decisiones del STF

La Corte Suprema también orientó temas de gran impacto social. En 2024, despenalizó la posesión de marihuana para uso personal, estableciendo el límite de 40 gramos o seis plantas femeninas. En 2025, avanzó en responsabilizar a las redes sociales por contenido ilegal, modificando el Marco de Derechos Civiles para Internet.

Estas decisiones fueron interpretadas por los expertos como intentos de llenar los vacíos dejados por la Legislatura. Barroso afirmó que "donde hay omisión, el Poder Judicial debe actuar para proteger los derechos fundamentales".

 

Desastres naturales y vulnerabilidad urbana

Las fuertes lluvias que azotaron São Paulo y Minas Gerais en enero expusieron la fragilidad de la infraestructura urbana. En São Paulo, la tormenta inundó calles, estaciones de metro y provocó el colapso parcial del techo de Center Norte, dejando 140 mil hogares sin electricidad. En Minas, los deslizamientos de tierra en la Región Metropolitana de Vale do Aço dejaron al menos 11 muertos.

Estos eventos reavivaron el debate sobre la planificación urbana y la justicia climática. Según el urbanista Pedro Jacobi, de la USP, "la desigualdad social se manifiesta en la forma en que los desastres afectan a las poblaciones vulnerables, que viven en áreas de riesgo y tienen menos acceso a los servicios públicos".

 

Salud pública y nuevas amenazas

Brasil también enfrenta desafíos de salud. La gripe aviar y el dengue siguen preocupando a las autoridades, mientras que hay expectativas de avances en la medicina, como nuevos medicamentos contra la obesidad y el dolor crónico. La cobertura de vacunación se ha ampliado, pero los expertos advierten sobre el riesgo de nuevas pandemias y la importancia de la vigilancia epidemiológica.

 

Cultura digital y desinformación

La desinformación digital sigue siendo uno de los principales vectores de inestabilidad social. La superficialización del debate político en las redes sociales ha intensificado la polarización, dificultando el diálogo democrático. El STF, al enmendar el Marco de Derechos Civiles para Internet, busca responsabilizar a las plataformas por contenido ilegal, pero enfrenta la resistencia de sectores vinculados a la libertad de expresión.

 

Momento de transición

El Brasil de 2025 vive un momento de delicada transición. Las instituciones intentan fortalecerse frente a las presiones internas y externas, mientras la sociedad lidia con los efectos de la polarización, el cambio climático y los desafíos de salud. El desempeño del Poder Judicial en temas sociales, la respuesta a desastres naturales y la lucha contra la desinformación digital serán decisivos para el futuro de la democracia brasileña.

 

LÍVIA MARTINS

 Desde Brasil Comunicadora Social