18 AÑOS DE “EL CLUB DE LA PLUMA”
26 de
Junio del 2004 – 26 de Junio del 2022
Tal vez pueda
afirmarse que proyectos duraderos se puedan sostener en el tiempo en tanto
persigan, entre sus fines principales, el recurso económico. Podría ser una
afirmación. No obstante, deberíamos poder descubrir cuántos proyectos no se
encuadran en esa premisa y persisten en el tiempo muy a pesar de la absoluta
escasez económica.
Se han proclamado
en muchos discursos y declaraciones la necesidad de construir una comunicación
alternativa, totalmente independiente, libre y sin fines de lucro. ¿Una total y
absoluta utopía? Puedo afirmar que es una utopía de concreción posible. Una
realidad tangible.
Enarbolar las
banderas de la comunicación alternativa conlleva varios compromisos
significativos, entre ellos la no claudicación de las convicciones. A veces no
ocurre. No son pocas las experiencias de proyectos comunicacionales
alternativos que terminaron “transando” con parte del poder real. O que se
convirtieron en meros repetidores de líneas editoriales impuestas y alejadas de
“la información”. Sigue sucediendo.
Cuando comenzamos
con esta loca aventura de “El Club de la Pluma”, estábamos conscientes de que nuestro
discurso, nuestra “línea editorial”, nuestras formas de decir y expresar no son
redituables. No encuadran para nada dentro de la mayoría de las propuestas
comunicacionales. Lo alternativo y popular en materia de medios fue una
elección y siempre persistimos -persistiremos- en ella.
¿Por qué? Porque
pretendíamos y pretendemos demostrar que sí puede ser real una comunicación, un
medio alternativo sin caer en la obsecuencia derivada de los intereses
económicos y las mezquindades políticas.
¿Qué ha sido
difícil? Nadie podía esperar que fuese fácil, para nada. Todo lo contrario.
Desde los inicios tuvimos que “pagar” para poner nuestro proyecto al aire. Y
no sólo eso, tuvimos que soportar las miserabilidades por parte de quienes han
querido condicionar nuestro decir y hacer.
Nos echaron de
casi todas las radios en que estuvimos, hasta emisoras que supuestamente eran
“del palo”. No obstante, continuamos.
Llegar a estos 18
años de permanencia, de insistencia y persistencia no ha sido gratuito ni fácil.
Pero hemos logrado construir una trinchera comunicacional integrada por
columnistas y emisoras compañeras que han puesto y ponen a disposición de este
proyecto, tiempo, dedicación, compromiso, solidaridad y lealtad.
Hemos tenido la
fortuna, durante estos 18 años, de contar con compañeras y compañeros, algunos
ya fallecidos lamentablemente, que en el recuerdo y en el presente nos siguen
regalando su amistad y afecto. Amistad y afecto que retribuimos reafirmando
nuestro sostenido compromiso para con ellas y ellos.
18 años de El
Club de la Pluma tienen un significado superlativo, profundo, tremendo: conllevan
un andar enriquecido por diversas experiencias que nos nutren tanto que, ante
actitudes arteras, salimos fortalecidos y más persistentes aún en nuestro
compromiso con la palabra y la acción de comunicar.
A veces nos
preguntan: “¿y esto te está redituando un ingreso económico?”. Solemos
responder siempre igual: No, nada.
¿Renegamos por
ello? No, nunca. Tal vez lo consideremos una de nuestras fortalezas.
También solemos
escuchar alguna frase como “estoy de acuerdo con lo que dicen, pero no el modo”;
como si los modos fuesen en realidad el problema. El problema estaba y está en
pretender desfigurar realidades con expresiones “amables”. Este fundamentalismo
por lo eufemístico que lo impregna todo. El problema está también en la frase hacemos
escuchar en nuestro programa: “Los enemigos del pueblo son la imposición del silencio,
el condicionamiento de la palabra y la precarización del pensamiento”.
Como tenemos muy
clara nuestra mirada, nuestro sentir y pensar respecto de comunicación,
libertad de expresión, integración, persistimos en este andar que está
cumpliendo 18 años y pretende continuar a pesar de todas las adversidades, a
pesar de los no reconocimientos, de los ninguneos.
No nos
presentamos como que tenemos la certeza de que lo que hacemos es lo que hay que
hacer. Creemos que hay infinidad de
variantes y alternativas para lograr una comunicación integral y diversa. El Club de la Pluma sólo es
una de ellas.
Tenemos una enorme
lista de agradecimientos desde nuestro inicio. No olvidamos a quienes nos han
acompañado en distintas etapas, a quienes nos han apoyado. Esa es otra de
nuestras fortalezas: la memoria.
Nuestro mayor
deseo es continuar con este hacer en la comunicación y multiplicar la llegada
del mensaje. Un mensaje construido por las voces de columnistas que, con
convicción y generosidad, persistentemente aportan sus miradas, sus opiniones,
su saber, su sentir en cada programa.
En tiempos en que
la celebración y la alegría han de defenderse “como una trinchera”, El Club de
la Pluma festeja estos 18 años. Y lo hace fundiéndose en los tan necesarios y
agradecidos abrazos a quienes estuvieron, están, persisten y nos permiten
avanzar.
Norberto
Ganci
Director
El
Club de la Pluma