RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 10 de junio de 2024

JULIO ARGENTINO ROCA: EL ADMIRADO DE MILEI - PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

 

JULIO ARGENTINO ROCA: EL ADMIRADO DE MILEI

 

 

 Soy Lidia Rodríguez Olives y, desde Buenos Aires, saludo a los amigos de El Club de la Pluma

 

 No hace mucho, Milei descubría en el Salón de los Patriotas de la Casa Rosada el busto de Carlos Menem, ubicado muy cerca del de Julio Roca. A esta altura, a nadie debería llamarle la atención que personajes tan separados en el tiempo compartan un espacio común. Porque no los une el tiempo: los une la admiración que les profesa el presidente y la ideología que comparten. Comparándose con esos personajes, Milei dijo que, tanto Roca como Menem, trataron de sacar al país de la “barbarie” y poner a la Argentina de pie. Al menemismo ya le dedicamos una columna. Hoy es el turno de Julio Argentino Roca.

 

 Tal vez el éxito más resonante que se le atribuye sea la “Conquista” de la Patagonia, la consolidación de la soberanía nacional sobre esas tierras y el triunfo de la “Civilización”. El relato construido por los liberales la presenta como el inicio de un progreso que se extenderá, sin interrupción, hasta la llegada del radicalismo, en 1916; como la concreción de las ideas de Alberdi y Sarmiento, donde la barbarie y el desierto fueron derrotados. Sin embargo, la Historia dice otra cosa.

 

 La campaña de exterminio llevada adelante por Roca se justificó sobre la existencia de un solo arquetipo indígena: el del indio “malonero”, que destruye, saquea e impide el avance del progreso. Así resultó fácil, tanto en ese momento como en la Historia posterior, identificarlo como enemigo, estigmatizarlo y justificar su muerte como una necesidad para la propia supervivencia. Pero si algo caracterizaba a las sociedades indígenas de nuestro sur era su marcada heterogeneidad.

 

 Los primeros gobiernos patrios, envueltos en permanentes luchas externas e internas, habían reducido la ocupación de la Patagonia a determinados puntos costeros, facilitando así la expansión chilena en la zona más austral. En 1843 habían fundado Fuerte Bulnes cuya población, 6 años después, fue trasladada a Punta Arenas. Desde ese punto estratégico Chile planeaba avanzar sobre la margen sur del río Santa Cruz. Tal vez, a algunos argentinos les suene el nombre de Luis Piedra Buena. Otros pocos sabrán que, en 1859, fundó una factoría en la isla Pavón, donde izó la bandera argentina y detuvo el avance de Chile sobre esos territorios.

 Pero nos costará encontrar a alguien que sepa que no lo hizo solo: peleó codo a codo con Casimiro Biguá, cacique tehuelche que, con su gente, defendió nuestra soberanía. En la segunda mitad del siglo XIX, todos los caciques al sur del Río Negro se consideraban “argentinos” y reconocían la autoridad del gobierno nacional.

 Y esto nunca fue una simple declamación. En 1863, el cacique Sayhueque había firmado un tratado de apoyo mutuo con el gobierno nacional por el que se comprometía, junto con su gente, en la defensa de Carmen de Patagones. Casimiro Biguá hizo lo propio en 1866 y sobre él recayó la defensa de las costas y el interior patagónico.

 A cambio, el gobierno se comprometía a distribuir anualmente raciones destinadas a las poblaciones indígenas. Esta convivencia pacífica dio lugar a un rico intercambio de ganado, pieles, plumas de avestruz y mantas por vestimenta y otros artículos de consumo.

 

 Al norte del Río Negro el paisaje era todavía más complejo. La cantidad y variedad de recursos de los valles cordilleranos había facilitado el asentamiento de varios grupos poblacionales que, en el siglo XIX, se dedicaban al pastoreo, a la cría de ganado y al comercio. Lejos de la imagen de “salvajes” transmitida por la historiografía liberal, estos pueblos actuaron como eficientes intermediarios en el comercio entre las estancias de la Provincia de Buenos Aires y el mercado chileno. Por ese camino circulaba la sal proveniente de Neuquén y de las Salinas Grandes, imprescindible para la conservación de los rebaños y el consumo humano. También se intercambiaban animales y tejidos por cereales y productos europeos. Por otra parte, la radicación estable permitió el desarrollo de la agricultura y la aparición de áreas de trabajo especializado dedicadas, por ejemplo, a la platería.   

 

 El malón, entonces, fue una expresión minoritaria entre los pueblos originarios, utilizado, además, por diferentes gobiernos en la guerra contra sus enemigos, como lo hizo Urquiza desde la Confederación, que financió malones para diezmar los recursos económicos del Estado de Buenos Aires. Las causas de la campaña de Roca deben buscarse entonces en los intereses de los estancieros que, en el marco de un capitalismo dependiente, percibieron como un gran negocio ampliar sus dominios con la incorporación de nuevas tierras, tanto para la producción como para la especulación. Ni la “zanja” defensiva que Alsina ideara en 1876 ni la Ley de Fronteras de 1878 resultaron entonces suficientes. Apoyaron calurosamente el programa de Roca, que proponía, en un corto plazo, “barrer sistemáticamente” el territorio, reducir a la población indígena e incorporar las tierras que estaban en su poder. Y con mayor entusiasmo todavía, apoyaron la Ley 947 de 1878, que los tendría como sus principales beneficiarios.

 

 Por esa ley se autorizó la emisión de un empréstito por $1.600.000, cuyo rescate se haría mediante la entrega de las tierras públicas en los territorios por conquistar. Los títulos tenían un valor de $400 y daban derecho a 10.000 hectáreas. Con este dinero se financió la campaña, accediendo a la compra de equipos, vituallas y armamento. Pero significó el enajenamiento de 10 millones de hectáreas de tierras públicas, que fueron distribuidas entre hacendados de la Provincia de Buenos Aires y especuladores. El paisaje patagónico se llenaría así de latifundios y Alberdi, con su famoso “gobernar es poblar”, sería descartado en aras de los intereses particulares. En 1884, 50 personas, entre los que se encontraban los Martínez de Hoz, Cambaceres, Del Carril, Castex, Argerich, Serantes, Stegman, Olivera, Madero y Casares eran propietarios de unidades de más de 40 mil hectáreas en las zonas más aptas. Mientras tanto, algunos de los antiguos pobladores fueron trasladados a reservas ubicadas en las zonas más inhóspitas, lo que aumentó la marginalidad y la pobreza. Otros, obligados a trabajar en el ejército y en las fábricas, mientras sus mujeres e hijos eran entregados a importantes familias porteñas para ocuparlos en el servicio personal.

 

 La organización administrativa de las nuevas tierras fue establecida por la Ley 1532 de 1884. Se crearon así los Territorios Nacionales de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, como también los de Chaco, Formosa, Misiones y La Pampa. Y aunque esto parezca una cuestión menor, no lo es en absoluto. Carentes de autonomía, dependían del Poder Ejecutivo Nacional quien, con acuerdo del Senado, nombraba a sus gobernadores por el término de 3 años, repartía tierras, recaudaba las rentas y fijaba impuestos. Sus habitantes no tuvieron derechos políticos hasta la llegada del peronismo, por lo que no votaban en elecciones nacionales y no tenían representación alguna en el Congreso. Pero el PEN tenía un solo objetivo: el desarrollo del modelo agro-exportador que beneficiaba, exclusivamente, a la Pampa húmeda y al litoral. Prueba de ello es el fracaso de la Ley de Fomento de los Territorios Nacionales que, en 1908, presentó el Ministro de Obras Públicas de Figueroa Alcorta, Ezequiel Ramos Mexía. Proponía que el Estado se hiciese cargo de la construcción de líneas férreas que cruzaran longitudinalmente la Patagonia; que construyese obras para canalizar los ríos y regular sus crecientes; que vendiera tierras públicas para una efectiva colonización y poblamiento de la zona; que atendiera al aprovechamiento energético de distintas corrientes fluviales. Pero el Congreso rechazó el proyecto acusando a Ramos Mexía de “abusos y derroche”. Fue interpelado en 1912 y obligado a renunciar.

 

 Marginados del modelo nacional, las importantes reservas de fauna marina y el descubrimiento de yacimientos de oro en Cabo Vírgenes, incentivaron en estos territorios la penetración colonialista extranjera. Un ejemplo relevante es el de Julius Popper, que consiguió del gobierno nacional grandes concesiones sobre yacimientos auríferos, fundó la empresa Lavaderos de Oro del Sud y construyó un verdadero imperio, con guardia armada y uniformada, sellos postales y moneda propia, además de hacerse famoso por desterrar y matar nativos. También la aptitud de la tierra para la cría de ovejas incentivó las inversiones extranjeras en el montaje de grandes estancias. En el área magallánica y hacia fines del siglo XIX, la presencia de estos establecimientos estuvo precedida por una matanza indiscriminada de indígenas de la región, que ni siquiera fue noticia en Buenos Aires.

 

 La tan renombrada y mal llamada “Campaña al Desierto” fue entonces un fracaso en varios frentes. La Patagonia siguió siendo un territorio escasamente poblado, con una densidad demográfica promedio por debajo de un habitante por kilómetro cuadrado. Explotada por extranjeros, carecía de infraestructura, de escuelas y sistema sanitario, sin que gobierno alguno de ese período se hiciese cargo de ello. Alberdi murió en 1884, no sin antes presentir que su proyecto había fracasado. También fracasó Sarmiento porque la Campaña, más que civilización, abrió las puertas a la más absoluta barbarie. El derecho privado a matar, la primacía de la ley del más fuerte, la explotación inhumana de los más débiles y los intereses individuales por encima de los de la Nación se impusieron en la Patagonia.  

 

 El mito no es Historia. Y bueno sería que los argentinos nos fuéramos enterando.

 

 Les mando un saludo cálido a los oyentes de El Club de la Pluma


PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

Profesora de Historia

 Posgrado en Ciencias sociales por FLACSO

 

 

 

 

 

MILEI ORGANIZÓ LA JEFATURA DE GABINETE INCONSTITUCIONALMENTE - Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

 

MILEI ORGANIZÓ

LA JEFATURA DE GABINETE

INCONSTITUCIONALMENTE

 

            Una vez más, el presidente Javier Milei, como es su costumbre, pasó por encima de disposiciones constitucionales básicas.

           

 Tras la renuncia de Nicolás Posse como Jefe de Gabinete, con fecha 27 de mayo de este año 2024, en la cuenta de X (Twitter) de la Oficina del Presidente sostuvo: “El Dr. Guillermo Francos asumirá cargo de Jefe de Gabinete de Ministros con el objeto de brindar mayor volumen político a la Jefatura de Gabinete. En ese marco, la Jefatura absorberá las competencias del Ministerio del Interior, en una Secretaría de Interior, a cargo del Dr. Lisandro Catalán”.

           

 De esta manera violó la constitución nacional (art. 100, inc. 13 in fine C.N.). Además, implica una afrenta al federalismo, ya que se degradó a Secretaría del Interior al Ministerio del Interior, cuya función principal es la relación directa de la Nación con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

 Todo ello, también, en medio de un capricho ilegal de mantener el número de ocho ministerios, dado que reserva un ministerio, que todavía no se sabe de qué, para Federico Sturzenegger.

 Luego, el presidente dictó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 484 de fecha 03/06/24/2024, reformando ilegalmente de manera nula de nulidad absoluta e insanable la ley de Ministerios, cuando el Congreso está funcionando normalmente, (art. 99 inc. 3 de la Constitución Nacional).

 

 En la norma, en sus consideraciones afirma, “Que por razones de gestión resulta necesario suprimir el Ministerio del Interior y en consecuencia efectuar diversas modificaciones respecto de las atribuciones asignadas al Jefe de Gabinete de Ministros”. Y se agrega, “Que, por otra parte, se estima conveniente que el Jefe de Gabinete de Ministros sea asistido por un Vicejefe de Gabinete Ejecutivo y por un Vicejefe de Gabinete del Interior, en quienes podrá delegar facultades”.

           

 En el artículo 1 sostiene que existen el “Jefe de Gabinete de Ministros y siete (7) Ministros tendrán a su cargo el despacho de los negocios de la Nación”.

 Luego, se establece que “El Jefe de Gabinete de Ministros será asistido por un Vicejefe de Gabinete Ejecutivo y por un Vicejefe de Gabinete del Interior, en quienes podrá delegar las facultades relacionadas con las materias que le competen”. Y se acota, que “a los fines funcionales los Vicejefes de Gabinete tendrán rango y jerarquía de Ministro”.

 

Jefe de Gabinete

 En 1994, se buscó trabajar un camino, por el cual se pudiera atenuar el sistema presidencialista y lograr una fórmula intermedia entre el presidencialismo y el parlamentarismo.

 En la reforma constitucional de 1994, se creó la figura del “Jefe de Gabinete”, que no es un ministro más, tiene la “responsabilidad política ante el Congreso de la Nación” y ejerce “la administración general del país”, (art. 100, inc. 1 C.N.).

 

 

 Con ese funcionario, se pretendió, aliviar la tarea presidencial, dar posibilidad que el Congreso pudiera fiscalizar mejor a la administración pública y lograr una buena articulación fluida entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Ello así, ya que prevé, que el Jefe de Gabinete “debe concurrir al Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del gobierno”, (art. 101 C.N.).

           

 También el Jefe de Gabinete coordina, prepara los asuntos a tratar y convoca “las reuniones de gabinete de ministros, presidiéndolas en caso de ausencia del presidente”, (art. 100, inc. 5 C.N.). Asimismo, coordina y controla “las actividades de los Ministerios y de las distintas áreas a su cargo realizando su programación y control estratégico, con el fin de obtener coherencia en el accionar de la administración e incrementar su eficacia”, (Ley de Ministerios 22.520, art. 16, inc. 5). O sea, tiene una función de articulación, por sobre la propia de cada uno de los otros ministros.

 

Ministerio del Interior

 A su vez, hay que señalar, que el Ministerio del Interior era el primero de los cinco ministerios que concretamente determinó la Constitución de 1853, fijando un orden de importancia propia de las funciones que le competen, (artículo 84 C.N.).

 Luego, la ley 80 de 1856 fijó de manera específica la competencia e importancia central. En la norma se establecía que, “por el Ministerio del Interior correrán los ramos de Gobierno y Policía de los territorios federales, relaciones con las provincias confederadas y todos los que no estén expresamente señalados a los otros Ministerios”, (art. 1).

           

 El primer Ministro del Interior fue José Benjamín Gorostiaga, que asumió el 5 de marzo de 1854, nombrado por el presidente de la Nación Justo José de Urquiza.

 Luego la constitución reformada de 1860, con la incorporación de la provincia de Bs. As., mantuvo al Ministerio del Interior, como el primero de la nómina de ministerios que establecía a tener, para colaborar con el Poder Ejecutivo, (art. 87 C.N.).

 Siempre dicho ministerio ha sido el destacado y puesto como el principal, porque por dicha cartera se maneja, fundamentalmente, la dinámica federal en la relación entre la Nación, la Provincias y la CABA. Ha tenido su presencia institucional y funcionado como tal durante 171 años y lo que ha hecho Milei, es una degradación simbólica negativa, que implica dar menor rango a las problemáticas del país Interior que gobierna.

 Aún más, el DNU 484 derogó el artículo 17 de la Ley 22.520 de Ministerios que, entre otras importantes funciones, le fijaba al Ministro del Interior: “asistir al Presidente de la Nación y al Jefe de Gabinete de Ministros”.

 

El Jefe de Gabinete no puede desempeñar otro Ministerio

 Milei ha eliminado el Ministerio del Interior. Lo referido es grave, a lo que hay que agregar, que los constituyentes dada la función de importancia que se le asigna al Jefe de Gabinete, expresamente establecieron, que “no podrá desempeñar simultáneamente otro ministerio”, (art. 100, inc. 13 in fine C.N.).

 Al respecto, como bien lo sostiene Javier I. Barraza, lo dispuesto “implica que, en caso de ausencia transitoria de un ministro, el jefe de gabinete de ministros no puede reemplazarlo, tal como ocurre entre los ministros; es más, esta normativa implicaría la voluntad del constituyente de crear una figura distinta a la de los otros ministros”.

 Lo dispuesto por el Presidente Milei, no sólo viola la constitución, porque se le asigna al Jefe de Gabinete funciones propias del Ministro del Interior, funciones de importancia central a las que difícilmente pueda ocuparse y ahora las figuras de dos vicejefes de gabinete. Evidentemente, al gobierno le importa poco lo institucional que debe respetar y el debido funcionamiento de la dinámica gubernamental prevista constitucionalmente.

 

Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

Abogado constitucionalista cordobés y

Periodista de opinión

ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO

Una farsa democrática más

ARGENTINA y el significado del SHOFAR en el Luna Park

La ignorancia de los pueblos “está de fiesta”

 

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.

 Este domingo me apartaré una vez más de mis columnas habituales para centrarme en las elecciones al Parlamento Europeo entre el 6 y el 9 de junio y el significado del SHOFAR en el acto en el Luna Park, en Argentina.

 

 Quizás puedan parecer hechos absolutamente imposibles de relacionar, pero una mirada más profunda podrá aclararnos su común significancia.

 

 La Unión Europea presenta la elección de los eurodiputados y la designación del presidente de la Comisión Europea como muestras de su naturaleza democrática. Estos dos eventos son más bien actos de prestidigitación. En realidad, se realizan cuando lo importante ya se ha conversado en otros escenarios, fuera de la mirada de la opinión pública.

 Este montaje está concebido para hacer creer que el guion de la farsa, ya escrita de antemano, surge inesperadamente de la “voluntad popular”.

 Mientras la Unión Europea se dispone a mutar para convertirse en un Estado único, su

evolución política toma el rumbo autoritario.

 

 La elección de los eurodiputados se vislumbra deliberadamente confusa. Todavía no hay partidos políticos de envergadura europea, sólo existen coaliciones europeas de partidos nacionales que no es lo mismo, a pesar de que hace 50 años ya se hablaba de eso y que su creación incluso se menciona en los Tratados, lo que indica, evidentemente, que no existe un “Pueblo europeo”.

 Esas coaliciones de partidos nacionales de diferentes países presentan cada uno un cabeza de lista que ni siquiera es miembro del Parlamento Europeo y que no figura en ninguna de las listas nacionales presentadas a los electores.

 

 Las elecciones europeas no tienen otro objetivo que hacernos creer que la Unión Europea es una entidad democrática, sólo porque hace elecciones. Por supuesto, el Parlamento Europeo no cuenta con las mismas prerrogativas que los parlamentos de cada uno de los Estados miembros. En realidad, no sirve para nada y su única utilidad es esa... ser electo. Pero su mandatura costará 15 millones de euros, sin entrar a contabilizar lo que cuesta la elección misma.

 

 El poder del Parlamento Europeo es muy limitado: los eurodiputados sólo votan los proyectos de leyes, ya redactados por la Comisión Europea. Desde que fue creada, la Comisión Europea (que reúne a los jefes de Estado y/o de gobierno de los países miembros de la Unión Europea y se apoya simultáneamente en el Consejo Europeo, y en los dueños de empresas europeas. Los eurodiputados sólo pueden emitir resoluciones, que expresan opiniones, opiniones que nadie lee y que nadie trata de convertir en acciones concretas.

 Dado el hecho que la mayoría de los eurodiputados son atlantistas, las opiniones expresadas en esas resoluciones reproducen la propaganda de la OTAN.

 

 En cada país miembro de la Unión Europea, se invita a los partidos nacionales a reunirse en alianzas por tendencias, pero quien decide finalmente cuál de esos candidatos se convertirá en el presidente de la Comisión Europea (el puesto lo ocupa hoy la nazi Ursula von den Leyen), es el Consejo Europeo, conformado por los jefes de Estado y/o de gobierno de los diferentes países miembros de la Unión Europea. Ese modo de elección indirecta fue establecido en 2014, en la práctica ya se sabía de antemano cuál era la “coalición” de mayor envergadura.

 Ya estaban designados... antes de que su coalición obtuviese la mayoría relativa.

 

 La posible designación de Mario Draghi, de quien hablé ampliamente en la columna pasada, como próximo presidente de la Comisión Europea, significaría que la coalición que lo presenta ha cambiado de opinión a última hora. En principio, la designación iba a caer en Ursula von den Leyen, pero el informe de Draghi sobre la competitividad de las empresas europeas vino a modificar el panorama... e incluso, los objetivos de la Comisión.

 El objetivo es ahora la FEDERALIZACIÓN de la Unión Europea, en detrimento de la soberanía de los Estados miembros.

 

 Esto último es algo que escapa totalmente a la compresión de los electores. ¡No se enteran de nada!

 La Unión Europea no es democrática, pero el “Estado Europa” sería aún menos democrático. El interrogante fundamental es: ¿aceptarán nuestras poblaciones que les impongan decisiones tomadas por una mayoría de “regiones” (ya no se podría hablar de “países” ni de “Estados” miembros) con intereses y visiones diferentes a los de su propia “región”?

 

 Esta problemática ya fue planteada explícitamente en 1939 por el canciller Adolf Hitler, quien pretendía crear una “Gran Alemania” con todos los pueblos germanoparlantes, mientras que alrededor de esa “Gran Alemania” gravitaría una constelación de pequeños Estados europeos, creados cada uno para una etnia.

 Sin entrar en más detalles de escándalo a nivel económico, a nivel de política exterior o defensa, o de naturaleza organizacional, a manera de síntesis diré que la Unión Europea muestra al mundo un mentiroso y costoso show donde quiere demostrar que está gobernando para sus pueblos, de la misma manera que Milei, en Argentina.

 

 Y de la mano de la metáfora del show aterrizo en Argentina, donde los shows también están “a la orden del día”. Y me referiré, puntualmente, a un aspecto del show del presidente Milei en el Luna Park que pasó inadvertido. Algo así como un acto del 25 de Mayo sin revolución, pero con SHOFAR. Para hablar sobre este hecho, tomaré parte del vídeo del periodista de Formosa, Alejandro Crivisqui.

 

 A continuación, escucharán unos segundos el SHOFAR, para que sepan de qué estoy hablando.

(audio)

 

 Ese sonido marcó la entrada de Milei a su acto. Ese el sonido del SHOFAR que es un cuerno, que se utiliza en Israel desde los tiempos bíblicos. Sirve para anunciar la llegada del Mesías, la coronación de un rey, como el rey David; para destruir muros, como los de Jericó.

 

 ¿Qué tiene que ver el SHOFAR con Argentina y sus tradiciones? Nada. Absolutamente nada, excepto para los argentinos de religión judía. Con nuestra patria, no tiene nada que ver. Cuando nosotros íbamos a la guerra, llevábamos el tamborcito Tacuarí o nuestros gritos en guaraní. Protegiendo a Milei había agentes, no sabemos si eran del Mossad o mercenarios. ¿Qué significa el SHOFAR? Es un instrumento a la vez profético, de guerra y bíblico.

 Cuando Dios entregó las Tablas de la Ley a Moisés, se escuchó el SHOFAR.

 

 Los sonidos principales del SHOFAR son cuatro: uno que es como de trompetas, simboliza el reconocimiento de Jesús como Rey de Reyes. Obviamente, para Milei no es un reconocimiento a Jesús, porque es judío. Otro de los sonidos representa un sentido de guerra, de alarma, es un sonido devastador.

 Para el presidente, obviamente, el SHOFAR tuvo su importancia, algo conectado profundamente con el pueblo de Israel y su religión, pero se introdujo algo que no nos pertenece y que no es nuestro. La alienación mental, la invasión cultural nos invade; hay que recuperar nuestro nacionalismo cultural.

 

 Con evidentes problemas mentales, Milei, cree que las fuerzas del Cielo lo están acompañando. Pero el mayor problema lo constituyen sus seguidores. El tema es la población que está en un proceso de alienación masiva. Y aquí, termina el vídeo del periodista Crivisqui y reflexiono yo.

 

 Nuestra querida audiencia seguramente interpretará otras conexiones de Argentina con Israel a nivel geopolítico, que es lo significativo, más allá del SHOFAR. Las casualidades no existen en Geopolítica, Geoeconomía ni Geoestrategia. Dejo la puerta abierta a vuestra imaginación y asociaciones. Por favor, no quiero ningún comentario

tildándome de antisemita.

 

 Y otra reflexión: “Conejillos de Indias”, eso es la ciudadanía argentina, “Conejillos de Indias” de un gran laboratorio donde aplican políticas de dolor socioeconómico y se analizan las reacciones: desde los que respaldan porque se alegran que a los demás también les vaya mal, como los productores agropecuarios, hasta los que tratan de limar una montaña con una lima de uñas y aprueban la ley ómnibus que terminará por aplastarlos.

 

 En Argentina, el litro de leche cuesta 1300 pesos y, en Alemania, 930 pesos, pero en Alemania el salario mínimo pasa los dos mil dólares, mientras que en Argentina es de 240 dólares.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola a una nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. De estos tiempos perversos, inhumanos, el tema musical que escucharán a continuación, es una expresión.

  

PROF. VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata