RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 25 de noviembre de 2024

APUNTEN A LA POLÍTICA (I) - PEDRO RODRIGUEZ

 

APUNTEN A LA POLÍTICA (I)

 

 

 Constatamos un desquicio generalizado, notorio cuando se expresa en el rechazo a la política y en las acciones autodestructivas. Intentamos pensar cómo es que llegamos a esta situación. Los problemas que ya vemos en lo cotidiano con lo que llaman big data e inteligencia artificial son más graves que lo aparente (en el campo de la comunicación y de la educación).  La comunicación interpersonal en la vida cotidiana se ha paralizado tanto que los postulados de filósofos como Arendt y Habermas se ven amenazados y difícilmente pueden tener validez en la realidad, dice Byung Chul Han.

 

 En la sociedad actual, los ciudadanos ya no son capaces de creer en un fondo común de discusión que permita iniciar una discusión. Ya no pueden siquiera suponer que están participando en esa discusión como miembros de la misma comunidad. La esfera pública que Arendt y Habermas presentan como ideal ni siquiera existe.

 

 Ante la erosión de la acción comunicativa, Habermas (aún vivo, tiene 95 años) ha expresado abiertamente su perplejidad: «Simplemente no sé qué podría ser en el mundo digital un equivalente funcional de la estructura comunicativa de las vastas esferas públicas políticas formadas desde el siglo XVIII y que ahora está a punto de desmoronarse. […] ¿Cómo mantener una esfera pública en el mundo virtual de la red descentralizada […], una esfera pública con circuitos de comunicación que incluyan a la población?»

 

 Los dataístas, los que defienden y promocionan el big data y la inteligencia artificial, los postulan como un equivalente funcional de la esfera pública discursiva hoy a punto de desmoronarse, pero que deja obsoleta la teoría de la acción comunicativa de Habermas. El discurso se sustituye por los datos.  A la forma de racionalidad que prescinde de la comunicación, del discurso, podemos llamarla racionalidad digital. Se opone a la racionalidad comunicativa, que conduce el discursoLo que constituye la racionalidad comunicativa es, además de la capacidad de razonar, la disposición a aprender. Así lo expresa Habermas: «Los enunciados racionales, por ser criticables, son también susceptibles de mejora: podemos corregir los intentos fallidos si logramos identificar los errores que cometemos. El concepto de razonamiento se entrelaza con el de aprendizaje. La argumentación también desempeña un papel importante en los procesos de aprendizaje. Pero la inteligencia artificial no razona, sino que computa. Los algoritmos sustituyen a los argumentos."

 

 O como señala Byung Chul Han: El dataísmo es una forma pornográfica de conocimiento que anula el pensamiento. No existe un pensamiento basado en los datos. Lo único que se basa en los datos es el cálculo:"

 

 Desde la perspectiva dataísta, el discurso no es más que una forma lenta e ineficiente de procesar la información. Las pretensiones de validez de los participantes en el discurso se basan igualmente en un procesamiento insuficiente de la información. La acción comunicativa, afirmarían los dataístas, solo es posible en el marco de una cantidad abarcable de información, porque el entendimiento humano finito no está en condiciones de procesar una gran cantidad de información, y la digitalización conduce a una proliferación informativa que desborda cualquier marco discursivo.   Los dataístas oponen a la teoría de la acción comunicativa de Habermas una teoría behaviorista  -conductista-  de la información que prescinde del discurso.

 

 La visión dataísta del mundo no incluye al individuo que actúa racionalmente, que pretende hacer una afirmación válida y la defiende con argumentosLa minería de datos entre el big data y la inteligencia artificial encuentra soluciones óptimas a los problemas y conflictos de una sociedad concebida como un sistema social predecible, que deparan ventajas para todos los participantes, pero a las que ellos solos no habrían llegado debido a su limitada capacidad para procesar la información. Así, el big data y la inteligencia artificial toman decisiones más inteligentes, incluso más racionales, que los individuos humanos, cuya capacidad para procesar grandes cantidades de información es limitada. Desde el punto de vista dataísta, la racionalidad digital es muy superior a la comunicativa.   Los dataístas están convencidos de que, por primera vez en la historia, la humanidad dispone de los datos que le permitirán un conocimiento total de la sociedad.

 

 Nos prometen un mundo sin guerras ni crisis financieras, en el que incluso  enfermedades infecciosas podrán detectarse y detenerse rápidamente hasta diseñar ciudades y comunidades de forma que se reduzcan sus índices de criminalidad al tiempo que aumentan la productividad y la creatividad» EN DEFINITIVA, los dataístas imaginan una sociedad que puede prescindir por completo de la política. Si un sistema social, argumentarían, tiene suficiente estabilidad, es decir, si existe una amplia conformidad con el sistema en todos los niveles de la sociedad, no es necesaria la acción política, la cual tendría que crear una nueva situación social. Cuando los conflictos de clase y de intereses disminuyen, los partidos políticos pierden su importancia. Cada vez se parecen más.

 

 Los partidos y las ideologías, seguirían argumentando los dataístas, solo tienen sentido en una sociedad en la que prevalecen las desigualdades sistémicas, como una política distributiva demasiado injusta o diferencias de clase. Desde la perspectiva dataísta, la democracia de partidos dejará de existir en un futuro próximo. Dará paso a la infocracia como posdemocracia digital. Los políticos serán entonces sustituidos por expertos e informáticos que administrarán la sociedad más allá de los principios ideológicos e independientemente de los intereses del poder. La política será sustituida por la gestión de sistemas basada en datos. Las decisiones socialmente relevantes se tomarán utilizando el big data y la inteligencia artificial. Seguirá habiendo discursos políticos, pero serán algo secundario. No más discurso y más comunicación, sino más datos y más algoritmos inteligentes, es lo que promete la optimización del sistema social, y hasta la felicidad de todos.

 

 En fin, el tema merece un tratamiento más extenso, intentaremos continuarlo la semana siguiente.

 

PEDRO RODRIGUEZ

 Desde Rosario

Militante Social

 

¿FEMINISMO, LGTB SERÁ COSA DE LOS CRIPTONAZIS? - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

¿FEMINISMO, LGTB SERÁ COSA DE LOS CRIPTONAZIS?

MARGARET SANGER, ENTRE EL FEMINISMO Y LA EUGENESIA

Y LA BAJA NATALIDAD COMO ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA

¿IZQUIERDA “WOKE” O IZQUIERDA CORPORATIVISTA?

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro día más, nos encontramos en este espacio de reflexión compartida con múltiples temáticas que, en general, abarcan a la totalidad de la Humanidad.

 

 En la columna del 10 de noviembre, nos referimos a ciertos movimientos o tendencias que, una vez disuelta la Unión Soviética, en 1991, se fueron radicalizando porque ya el enemigo, el comunismo, había desaparecido y las élites corporativas podían hacer lo que querían.

 

 Hablamos del posmocapitalismo que es la corriente sociocultural del capitalismo con su fomento del individualismo, el debilitamiento de las comunidades humanas, el feminismo o posmofeminismo, la manipulación de las minorías sexuales, las cuestiones de raza, la explotación masiva de inmigrantes, el catastrofismo climático y cada día, esas élites corporativas lo fueron llevando hacia posiciones más extremas.

 

 Reiteramos: fomento del individualismo, debilitamiento de las comunidades humanas, el feminismo o posmofeminismo, la manipulación de minorías sexuales, las cuestiones de raza, la explotación masiva de inmigrantes y el catastrofismo climático. Y, específicamente, nos referimos al “catastrofismo climático”, a partir de lo ocurrido en España con la “gota fría” o DANA e iniciamos la reflexión de los puntos en común entre el nazismo o criptonazismo, es decir, “cripto”, el nazismo oculto.

 Y continuaba nuestra reflexión en la cual manifestábamos que esos movimientos que nos “envolvieron” hizo desaparecer la lucha de clases del movimiento obrero y, seguramente, no nos dimos cuenta: todas esas problemáticas aniquilaron la lucha obrera.

 

 Las pseudoizquierdas europeas y estadounidenses nos “enroscaron” con cuestiones de género, la defensa de las minorías sexuales, entre otras, pero dejaron de lado nuestra defensa: la de la clase trabajadora. Y hoy nos centraremos en el llamado “feminismo”, que nosotros preferimos llamarlo “posmofeminismo” y el movimiento LGTB o la defensa de las minorías sexuales.

 

 Dejaremos de lado a la población homófoba, que no acepta la diversidad sexual; esa defensa es legítima y necesaria, pero ya las élites corporativas han radicalizado sus posturas. Creemos que ven la relación que existe entre la defensa de las minorías sexuales y la reducción de la población que es un deseo de las corporaciones desde hace décadas y décadas.

 

 Aquí hay un doble componente, el de manipulación y control social y el económico. Hubo distintos momentos históricos; uno, donde los sectores corporativos que habían apoyado a los nazis, después de la Segunda Guerra Mundial no podían seguir apoyando a los nazis, y ahí comienza el discurso antihumano con los movimientos ecologistas y, por otro lado, la narrativa de reducir la población a través de los servicios de inteligencia, también. China, por ejemplo, tiene mucha población, crecía mucho. Había que hacer algo al respecto, había que controlarlos desde el punto de vista geopolítico. El crecimiento de la población es un peligro para el desarrollo, postura que comienza a crecer, como por ejemplo con la Population Council, el Consejo de Población, en 1952, una organización creada por los Rockefeller, tan importante por su

influencia en Occidente, apoyando la eugenesia y que había apoyado a los nazis y comenzaron a extenderse esas ideas entre las élites.

 

 Podemos referirnos también aquí a la Declaración sobre la Población de 1966 de líderes mundiales, coordinados por las Naciones Unidas y financiados por la fundación Rockefeller. Luego se crearon distintos trabajos que desembocaron en 1969 en el Comité

sobre Población, del gobierno de Nixon, encabezado por Rockefeller III y llegamos a 1972 donde se aprueba el informe Rockefeller. Ya el gobierno de Estados Unidos se une a esas ideas.

 Y aquí aparece al Informe Kissinger de 1974 que permaneció oculto hasta la caída del bloque soviético.

 

 ¿Qué hacemos para reducir la población en los países que no controlamos? Y ahí se unen los dos informes, ¿y qué estrategias usan? El proceso de emancipación de la mujer les vino de perillas; esas medidas que son avances sociales, ellos las introducen como instrumentos para reducir la población.

 

 La baja natalidad es una estrategia de las corrientes posmocapitalistas. Y aquí se unen Estados Unidos y Europa: había que controlar a todos los países del mundo. Los que redactan esos documentos son antinatalistas para quienes todos son enemigos: los países del Tercer Mundo, los países comunistas y los países occidentales. Las agencias de la ONU y del gobierno de los Estados Unidos, fundaciones corporativas, fueron instrumentos para impulsar el control de la natalidad, por ejemplo, y diversas fundaciones, como la Ford y las ONGs para reducir la población mundial.

 

 El conocido como “feminismo” parte de necesidades imprescindibles, una base real y objetiva, como es la emancipación de la mujer, pero parece que se olvidó que con la incorporación de la mujer en el mercado laboral, las mujeres durante décadas, a las horas de trabajo profesional tuvimos que sumar unas 40 o 45 horas más, nos añadieron trabajo, dedicados a las tareas domésticas. ¿De qué emancipación de la mujer estaban hablando?

 

 No lo entendemos, claro, se partió de necesidades muy válidas, pero las élites corporativas y aristocráticas usaron esa lucha para aplastarnos aún más. Cientos y cientos de mujeres esclavizadas con 80 o 90 horas semanales. La dimensión lucrativa de las empresas fue fantástica, obviamente.

 

 Y así como nos aplastaron con horas de trabajo que duplicaron nuestra carga horaria, ya nos explotaron bastante a nosotras, y ahora viene la explotación masiva de inmigrantes. ¡Oh, la mentira de la solidaridad! Mano de obra barata, otra vez. Parece algo extraña la relación entre el posmocapitalismo o ideología “woke” y el nazismo, y detrás del feminismo, pero hay una cuestión clave: ¿qué impulso hay detrás?

 

 Hay un interés oculto del corporativismo en el que las mismas organizaciones que financiaron el nazismo, financiaron el feminismo. Luego, hay otros parecidos importantes, una base filosófica común, Heidegger y Nietzsche que cuestionan la razón y se apoyan en las emociones, sensaciones que esas corporaciones occidentales pueden despertar en la ciudadanía occidental con la industria cultural y “machacarnos”.

 

 Después de la Guerra Fría, a partir de los 90, se inician ideas disparatadas, las élites corporativas podían hacer lo que querían con nosotros a través de los medios y la educación.

 

 Y si hablamos de Margaret Sanger, una de las fundadoras líderes históricas del feminismo en la vertiente del control de la natalidad y la planificación familiar, es evidente la relación del feminismo y la eugenesia, es decir, la teoría de que hay razas que podrían reproducirse libremente porque son superiores y, otras, no, tienen que reproducirse menos. Lo que defendía Margaret Sanger fue cooptado por las corporaciones que estaban implicadas en el movimiento eugenésico.

 Les vino fenomenal para impulsar la eugenesia y ella comenzó a colaborar con el movimiento eugenésico, aparentemente, sin conflicto, muy financiada por corporaciones estadounidenses y por los nazis.

 

 Sabemos que el nazismo alemán fue un ejemplo de eugenesia, pero también los eugenetistas norteamericanos y los movimientos racistas de la Europa nórdica. Esa complicidad con el movimiento eugenésico fue constante entre la investigadora y las élites corporativas. Esta temática de la ideología “woke” o izquierda “woke” o corporativa, pensamos que podría ser motivo de ampliación en próximas columnas.

 

 Los movimientos de defensa del medio ambiente, de la defensa de minorías sexuales, de la liberación de la mujer, entre otros, partieron de necesidades reales, pero se transformaron en movimientos corporativos, en otra cosa; se inyectaron los intereses corporativos a través de la irracionalidad, manipulando emociones y sensaciones propias del posmodernismo.

 

 Los grupos tradicionalmente de izquierda los han incorporado en sus programas y su lenguaje y apuestan con bases conceptuales al nazismo. Vamos, que en la Unión Europea existe un “partido único” desde la década del 90; izquierda, centro y derechas son iguales con ligeras variantes.

 ¡Puro nazismo! Así se manipula a la gente con conceptos. A ver si la llamada “ultraderecha” en la Unión Europea que es la única no otanista, no atlantista y en favor de la paz pone un poco de racionalidad ante tanta locura.

 

 Aquí, las llamadas “izquierdas” no son ni socialistas, ni comunistas, ni socialdemócratas; el progresismo “woke” es profundamente reaccionario y al servicio de las corporaciones y es un instrumento corporativo para manipular a la sociedad.

 

 ¿Qué haces cuando descubres que algo en lo que siempre creíste, podría ser falso? ¿Lo

aceptas de inmediato o tu mente se apresura a defender tus creencias? Afrontar información que va en contra de nuestras creencias más arraigadas es más difícil de lo que parece. Aunque la ciencia y la lógica nos invitan a adaptarnos en función de nuevas evidencias, lo que solemos hacer es lo opuesto: descartamos la información incómoda y nos aferramos más a lo que hemos pensado, aunque los hechos están en contra.

 

 Esto es más común de lo que imaginamos, de hecho, es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cerebro para mantenernos en una cierta zona de control.

 Esto afecta en muchos ámbitos, el político, el religioso, los cultos de personalidad, con los extremismos. Puedes pensar que eso le ocurre a otras personas, pero nos ocurre a todos. Interesante, ¿no?

 

 Y para finalizar, aquí viene una reflexión que es una especie de continuación de la columna anterior. Hablamos que España y los 26 países restantes de la Unión Europea son Estados fallidos, pero creemos que nos apresuramos en esa deducción. De Estados fallidos nada, son Estados anarcocapitalistas, como la Argentina de Milei.

 ¡Psicópatas, asesinos!

 

 Para recaudar impuestos de los que menos tienen y favorecer a las multinacionales, las élites corporativas, propósitos extranjeros y reprimir, ahí funciona perfectamente bien el capitalismo, pero para que no se haga presente el Estado, ahí cunde la locura, el hambre y la muerte.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo vuestra amable atención, e

invitándola a una nueva emisión, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria, siempre, compañeros!

 

PROF. VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata