PÁNICO Y
DESESPERACIÓN DE OCCIDENTE
ESPAÑA Y
SUS FANTASMADAS EN EL ESTRECHO DE GIBRALTAR
“LA ERA
DEL INDIVIDUO TIRANO”
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro domingo más, nos
encontramos en este espacio de reflexión compartida en el que, generalmente,
presentamos múltiples temáticas que, la mayoría de las veces, involucran al
planeta en su totalidad.
Nuestra columna de
hoy abarcará tres cuestiones que podrían, aparentemente, ser disímiles, pero
quizás no lo son tanto.
Los últimos hechos
tanto en el frente ucraniano-ruso, como en el de Medio Oriente tienen parecidos
asombrosos: en ambos escenarios de parte de la OTAN o del poder corporativo occidental,
se busca el enfrentamiento total. Lo de Kurst por parte de Ucrania como
operación estratégica se realizó esperando una sobrerreacción de Rusia para
facilitar la escalada del conflicto.
Ucrania ya no tiene
material militar ni propio ni de la OTAN. Esa operación en Kurst también buscaba
generar pánico en la Federación Rusa, distraer a los rusos del frente oriental
y bombardear la central nuclear de Kurst para generar un desastre nuclear,
culpar a los rusos y justificar una intervención militar posterior de
Occidente. Pero, ¿es tan tonta la OTAN como parece? Pues no, porque, aunque lo
de Kurst sea un desastre militar, sin embargo, es un paso más en la escalada.
Bombardear territorio
ruso, matar civiles, ya de parte de la misma OTAN en una situación de pánico y
desesperación, pero no es solamente pánico y desesperación de la OTAN, sino del
gobierno de Ucrania, del gobierno de Israel, del gobierno de Estados Unidos, de
la Unión Europea y, sobre todo, del poder corporativo, de Wall Street. Es que
la idea de que Rusia gane en Ucrania es una hipótesis inaceptable.
¡Ojo si gana Donald
Trump, aunque todavía él sigue siendo un misterio! Y Kamala Harris es la
candidata de Wall Street, de la élite oligárquica que domina el mundo, no lo
olvidemos, de ahí la demonización de Trump.
La victoria rusa en
Ucrania sería el final del control de Occidente, salvo que lleguemos a la
guerra nuclear. Y además saben que no pueden enfrentarse a Rusia y China,
simultáneamente, porque obviamente China no la dejará sola a Rusia. En Medio Oriente,
con el desafío de Israel a Irán, provocando directamente a la República
Islámica de Irán para que reaccione, ocurre algo similar. Israel está en pánico
histórico.
Se apuesta a una sobrerreacción
de Irán y ahí tendrían el pretexto mediático para arrastrar a los Estados
Unidos.
Israel sería
destruida fácilmente si no consigue arrastrar a Estados Unidos. Pero detrás de
Irán están China y Rusia porque no dejarán sola a la República Islámica de Irán.
Ahora bien, la estrategia es generar una escala regional o mundial. Si las
provocaciones no funcionan, ¿habrá una reacción directa de la OTAN? El objetivo
es aumentar la escalada en Oriente Medio que los salve de ese futuro que están
viendo: es el pánico del poder corporativo occidental y tanto en Ucrania como
en Israel les está yendo muy mal. La guerra en Ucrania también necesita de la
acción directa de Estados Unidos. Mucha atención a las próximas semanas de
máximo riesgo de estallido en Ucrania o en Oriente Medio. Puede ocurrir
cualquier cosa.
Estamos viviendo un
momento histórico altamente crítico.
Y pasamos ahora a
cuestiones domésticas, es decir, de España. El 22 de agosto, el gobierno español
confirmó la presencia de la ministra de Defensa, en tres de la islas y peñascos
que reclama Marruecos en el Estrecho de Gibraltar.
El pretexto oficial
era absolutamente irrelevante para llevar a la ministra hasta allí: una
patrullera amarrada en el puerto de Melilla, quedaba al mando del teniente de
navío Manuel Ángel López, pero al tomar posesión del cargo, el comandante López
resultó enfático y reiterativo: España le recuerda a Marruecos que ostenta la
soberanía de las ciudades de Ceuta y Melilla, además de las islas y peñascos
que reivindica la corona marroquí.
Los territorios que
España aún mantiene en África están rodeados de aguas jurisdiccionales, que
también son españolas. Por lo tanto, la Marina sigue dispuesta a ahuyentar a
los pesqueros marroquíes que incursionan en aguas jurisdiccionales. Pero más
allá de esos dichos, no está demás recordar que la OTAN no reconoce la
titularidad española de Ceuta, Melilla y demás posesiones africanas, porque así
lo firmó el gobierno de Madrid cuando se incorporó a la Alianza. Parece que se
les olvidó a nuestros gobernantes. ¡Qué fuerte!
Las repetidas
peticiones formales para que Ceuta y Melilla se incorporen a la OTAN no han
prosperado nunca, porque así lo decidieron Estados Unidos y el Reino Unido.
Para la OTAN, un ataque a nuestros enclaves en África no es un ataque a España.
Mucho hablar de
soberanía, pero es papel mojado. Las ostentosas declaraciones oficiales acerca
de Ceuta y Melilla de parte de nuestros gobernantes se quedan en declaraciones.
Lo mismo ocurrió en 1975, cuando el Sáhara era español.
En Rabat, saben que,
si entonces los españoles cedieron, también acabarán cediendo en los enclaves
africanos bajo soberanía española. La monarquía marroquí siempre ha considerado
a Ceuta y Melilla como “territorios ocupados” y parte de lo que la doctrina
oficial llama “el Gran Marruecos”, un proyecto expansionista para consumo
interno, pero que es la trama ideológica que justifica el papel de este país
como gendarme de los Estados Unidos en el norte de África.
En la entrada al Mar
Mediterráneo, tenemos a los dos perros rabiosos: en el peñón de Gibraltar, a
los británicos y, enfrente, a Estados Unidos. ¿Qué puede salir mal?
Y ahora pasamos al
momento filosófico con el libro “La era del individuo tirano” del filósofo
francés Eric Sadin que plantea el surgimiento de una condición inédita en el
siglo XXI, caracterizada por la eliminación progresiva de todo cimiento común
entre las personas, dejando en su lugar una constelación de seres individuales
descreídos de la política y movilizados por la ira y el resentimiento.
La década del 2010
produjo un cambio que no se evidencia tanto en las estructuras de la sociedad
como en los cuerpos, las posturas, las miradas, tensiones, gestos, violencia
verbal, sensación de malestar. Se expresa en la desconfianza hacia las
instancias del poder de todo tipo, acompañado con un rechazo hacia la
democracia participativa y un súbito apasionamiento hacia figuras que se valen
de la agresión.
¿Pensamos en Milei,
en Argentina?
Hay un discurso que
no condice con la realidad del neoliberalismo, porque es evidente la creciente
desigualdad, la precariedad, el retroceso del Estado de bienestar y del
principio de solidaridad.
El neoliberalismo ya es
un sistema agotado. Existe un nuevo resentimiento como un aire de época difuso
y, a la vez, como una insatisfacción individual, íntima y solitaria que hace
que los individuos no crean en los proyectos políticos colectivos. Esto deriva
en una insatisfacción permanente y los insatisfechos no quieren “que nadie
hable en nombre de ellos”, porque cada uno quiere erigirse en banquero de su propia
cólera.
Estamos ante la era
del individuo tirano, una condición que muestra la abolición progresiva de todo
sentimiento común. Hay una absoluta atomización de los sujetos, incapaces de construir
lazos constructivos y duraderos y emerge una nueva categoría que es la
apolítica.
El filósofo francés
da muestras de una capacidad reflexiva fascinante, pero nos detenemos aquí.
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención, e invitándola a otra
emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria,
siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata