RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 5 de febrero de 2024

ARGENTINA, ISRAEL, JUDÍOS, PALESTINOS Y LA POSTURA DEL PRESIDENTE MILEI - Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

 

ARGENTINA, ISRAEL, JUDÍOS, PALESTINOS

 Y LA POSTURA DEL PRESIDENTE MILEI


 

 En el conflicto de Medio Oriente, el terrorismo y la violencia irracional de cualquier tipo son inaceptables. De ninguna manera se puede ser indiferentes a la pérdida de vidas inocentes o a la degradación injusta de un futuro en dignidad de personas y pueblos, por actos de violencia irracional y menos que, ante hechos propios de crímenes de guerra, se los considere y justifique como meros daños colaterales, en aras de supuestos fines superiores.

 

Holocausto

El genocidio llevado a cabo por la Alemania nazi del Tercer Reich sometió, en particular, a los judíos y gitanos, a una larga noche en la que el hombre, a conciencia, se convirtió otra vez, en el lobo del hombre.

 

Argentina pecó por omisión

 En su momento, Argentina pecó gravemente de omisión, cabe recordar, por ejemplo, que se solicitó que acojamos a 1.000 niños y niñas judíos del sur de Francia, cuyas vidas corrían peligro dada la invasión alemana a dicho país.

 Por Decreto Nº 136.320 el presidente Ramón Castillo, de noviembre de 1942, los autorizó a ingresar. Pero, como lo recuerda Sima Weingarten, “comenzaron a surgir trabas burocráticas que dilataban y, por lo tanto, impedían llevar a cabo tal acción solidaria de salvataje de estos niños. Además, la prensa nacionalista dejó oír su violenta actitud antisemita… Los mil niños, finalmente, no fueron recibidos”, y dolorosamente, al no poder entrar a nuestro país, “fueron enviados a campos de exterminio”; (“Los mil niños judíos que no pudieron ingresar al país”, Nuestra Memoria - Año XII • Nº 27 • Junio de 2006, pág. 11).

 

Captura de Joseph Schwammberger

 Como Juez Federal de la Nación, el 13/11/1987, dirigí el operativo policial, para concretar, personalmente, la detención del prófugo criminal nazi Joseph Franz Leo Schwammbereger, en la localidad de Huerta Grande, en la Provincia de Córdoba. Al llegar a la casa donde entendíamos que se encontraba, detectamos estaba en una habitación del primer piso. Decidí subir solo a la habitación para proceder a detenerlo personalmente, aún, cuando la policía trataba de disuadirme que lo hiciera porque podría estar armado, insistí, ya que se trataba de un acto histórico, de un tremendo simbolismo moral. Era la Argentina, ante el mundo, representada por un Juez constitucional en Democracia, que actuaba sin llevar armas, con la fuerza de los verdaderos valores democráticos y en defensa de derechos humanos fundamentales, el que procedía a detener, desde la ley, a quién se le imputaba haber cometido graves crímenes de lesa humanidad contra judíos, en el Holocausto nazi.

 

 La Justicia de la ciudad de Stuttgart, de la República Federal de Alemania, lo requería. Luego, fue extraditado y ya en Alemania, Schwammberger fue juzgado y lo condenaron a cadena perpetua, con prisión efectiva. No hubo más impunidad para él.

 De esa manera, triunfaba la civilización sobre la barbarie y como país, empezábamos a superar el estigma de haber sido refugio de criminales nazis, a los que se les había garantizado impunidad, ante la responsabilidad que les cabía asumir por sus hechos atroces cometidos.

           

Reparación histórica

 A lo antes señalado, hay que sumar, que hace pocos años se pudo conocer la existencia, de la “Circular Nº 11” (Reservada y Estrictamente Confidencial) emitida por el canciller argentino José María Cantilo, el 12/07/1938, la que prohibía emitir visas a los refugiados judíos europeos. Esta norma secreta, en los hechos, llevó a la muerte a muchos judíos durante el nazismo, ya que no lograron emigrar a tiempo hacia Argentina y poder, de esa forma, salvar sus vidas.

 

 El 8 junio de 2005, en un acto encabezado por el presidente Néstor Kirchner, el canciller argentino Rafael Bielsa firmó la derogación de la Circular, que se mantuvo oculta por sesenta y seis años.

Argentina e Israel

 

 Lo antes señalado fijó un rumbo valioso en nuestro país de respeto y afecto al pueblo judío, sin distinciones. Pueblo este, como bien se dice en la motivación del Museo del Holocausto “Yad Vashem”, existente en la ciudad de Jerusalén, nunca ha perseguido venganza, solo memoria de verdad y justicia. Es una visión desde el respeto moral a una humanidad integral y que se tenga memoria para que nunca más se toleren genocidios y/o graves crímenes de guerra o de lesa humanidad.

           

 En esa perspectiva, también el país ha recibido y sumado, sin discriminaciones, a todas las personas del mundo que han querido habitar el suelo argentino, como reza nuestro Preámbulo.

           

 Así nos enriquecimos con un crisol de razas que hoy nos hacen una patria pluricultural y pluriracial, en la que no se puede tolerar el antisemitismo como la indiferencia ante el sufrimiento inmerecido, injustificado e inaceptable del pueblo palestino. En Argentina tampoco puede aceptarse la islamofobia.

             

Gobierno de Israel

 Lamentablemente, en un manejo interesado desde lo político y de medios de comunicación se ha buscado confundir las graves discrepancias que existen con el accionar del “gobierno del Estado de Israel” en el manejo del conflicto con el pueblo palestino, como si en ello se atacara al pueblo judío como tal.

 

Pueblo palestino a defender

 A mediados de enero de 2024 las Naciones Unidas expresó que mujeres y niños son las principales víctimas de la guerra en Gaza, con alrededor de 16.000 muertes atento la ofensiva militar que lanzó Israel, en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre del año pasado.

 

Postura de Milei

 En función de dicha situación, el 07/11/2023, la Cámara de Diputados de la Nación emitió, por unanimidad de todos los bloques políticos y con la firma de Milei, la Declaración Nº 711. En ella se expresó el “rechazo absoluto a toda forma de terrorismo y su respaldo al derecho a defensa del Estado de Israel”, pero se hizo una acotación fundamental, que esto último debía hacerse “en el marco del derecho internacional humanitario" o sea respetando los derechos humanos del pueblo palestino.

           

 Sin embargo, el presidente Milei, el 26/01/2024, en su discurso con motivo del acto recordatorio de las víctimas del Holocausto, sostuvo una adhesión incondicional a la actuación del gobierno israelí en el conflicto en Palestina, pero nada dijo de la importancia de la obligación de llevar adelante el accionar de defensa de Israel, pero respetando el marco del derecho internacional humanitario, postura ésta que él mismo había suscripto como diputado en la declaración Nº 711.

           

 Mientras tanto, la Corte Internacional de Justicia, máxima instancia judicial de Naciones Unidas, el mismo día, ordenó a Israel que autorice el ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, en un dictamen histórico y obligó también a Israel a impedir cualquier posible acto de “genocidio” en el enclave palestino.

           

 La política de respeto de los derechos humanos es una Política de Estado en Argentina, que no puede, ni debe resignarse en su vigencia integral y de ninguna manera, analizarse, en una visión parcial del conflicto, en favor sólo de un sector (el israelí) y negarla, por omisión, respecto del otro (el pueblo palestino y sus derechos).

 


Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

Abogado constitucionalista cordobés,

ex-Juez Federal y Periodista columnista de opinión

EL CLUB BILDELBERG - RED TAVISTOCK - Parte XXXI - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

LA ÉLITE QUE DOMINA EL PLANETA

RED TAVISTOCK

LAVADO DE CEREBROS A ESCALA PLANETARIA

Proyectos globales - Sistema de significados - Sistema de valores

Parte XXXI

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.

 Mi columna de este domingo será la continuidad de una serie de reflexiones que comenzaron hace varios meses, de la mano de las conceptualizaciones del Dr. Daniel Estulin, en sus libros LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y METAPOLÍTICA.

 

 Hoy me referiré a las nociones de proyectos globales, ejemplificando en el proyecto “Occidental” y en el proyecto comunista y su significación a lo largo de la Historia Universal.

 

 No es ningún secreto que el proyecto “Occidental” y el proyecto comunista, “Rojo”, tenían sistemas de valores sumamente distintos, pero esto no significa que el sistema de valores occidental fuera mejor que el sistema de valores de la Unión Soviética. Por supuesto, podemos usar la palabra “totalitarismo” para referirnos al soviético, pero el mismo sistema occidental les prohibió a los miembros del Partido Comunista o inclusive a gente con ideas socialistas involucrarse en ciertas profesiones, como en Alemania en los setenta, en los Estados Unidos en los cincuenta.

 Pero desde mediados de los ochenta, algo cambió en la Unión Soviética.

 

 El sistema de significados, mejor diremos por ahora, el sistema de valores, bajo la influencia occidental se dejó llevar hacia Occidente, pero esa tendencia no se dio por casualidad. La gente sentía que, desde finales de los setenta, el antiguo sistema de valores doméstico no respondía a sus necesidades y deseos.

 El resultado fue altamente significativo: la Unión Soviética y el bloque socialista dejaron de existir hacia 1991. Actualmente, el colapso económico global está afectando a todo el mundo y los problemas financieros en Occidente se han convertido sólo en una parte de un proceso total que cada vez nos recuerda más al principio del derrumbamiento soviético.

 

 Por ejemplo, uno de los términos más importantes del sistema de valores “occidental” es “libertad”, pero en los hechos reales, ¿qué ocurre con Julián Assange y con Edward Snowden?

 ¿Acaso vemos en la prensa de la cultura dominante una crítica global al falso ataque químico en Douma, Siria? No, ¿y por qué? Porque se les considera “herramienta de propaganda de Putin contra la democracia y las libertades occidentales. Otro aspecto a tener en cuenta.

 

 Según el economista ruso Mikhail Khazin, en lugar de mandamientos bíblicos, el mundo occidental ofrece su propio sistema de mandamientos, cuyo cumplimiento es necesario e incluye términos como “libertad”, entendida como el rechazo del sistema de valores de eras históricas previas y “corrección política” como una proscripción del debate de estos sistemas de valores.

 

 También están los términos “democracia”, la “ley sagrada” de la propiedad privada, “derechos humanos” y muchos más. Dentro del marco de la corrección política, el sistema occidental prohíbe la discusión pública de la diferencia entre el fenómeno del protestantismo y la ortodoxia o el catolicismo. Asimismo, hace un tremendo esfuerzo para dejar bien paradas a las actividades bancarias y por presentarlas como parte de una profesión valiosa a lo largo de la historia de la Humanidad, a pesar de que durante 1500 años de dominación cristiana y de una dominación parcial musulmana en Europa, al banquero, al usurero, no se le pudo considerar como un miembro respetable de la sociedad porque violaba de forma abierta y pública los mandamientos bíblicos que estaba obligado a cumplir.

 

 El rechazo fundamental de dogmas bíblicos, característico del protestantismo, hace que se acerque más al paganismo que al cristianismo, de ahí en Occidente, la elección de la tradición de Grecia y de las derivaciones de la “democracia” de Atenas. Vamos, que una democracia como la griega permitiera que existan esclavos no es como para hablar de una “civilización” de la que sentirse orgulloso.

 Y es así que la elección de Atenas como modelo de “democracia” es un intento por oscurecer el rechazo del cristianismo y de los valores bíblicos en general.

 

 A los historiadores occidentales les encanta hablar del siglo XVI porque les agrada que una parte de la población de Europa abrazara el protestantismo y su “Ética protestante”, su derivado ideológico. Y aquí se produce una falsificación estupenda porque esa ética se describe magníficamente, pero no menciona que es inaceptable desde el punto de vista del sistema previo bíblico; es inaceptable la usura, los banqueros, los bancos. Sólo con el auge del protestantismo se aceleró su desarrollo de manera significativa.

 

 Y ahora vayamos al sistema de valores de las ideas socialistas. Si examinamos los sistemas de valores que existieron en la Unión Soviética, veremos que en el siglo XX ocurrieron dos de sus cambios fundamentales.

 El primero, en febrero de 1917, cuando se rechazó el sistema de valores del “Imperio Ortodoxo”, el cual había sido adoptado por Bizancio y había existido con ligeros cambios, en Rusia, desde por lo menos el siglo XV. Esto es evidente a partir de, en primer lugar, el entendimiento de quien contribuyó realmente a la revolución bolchevique. Hay varias razones serias para creer que fue organizada por agentes de Francia y de Inglaterra, sobre todo, que tenían miedo de una tregua unilateral entre Rusia y Alemania, en la Segunda Guerra Mundial y de quien, como resultado, llegó al poder.

 

 En segundo lugar, a partir de la lectura de la propaganda de la prensa. Las diferencias entre el sistema de valores ortodoxos y occidental resultaron ser demasiado pronunciadas y Rusia no pudo imponer este modelo en ese momento. Tradicionalmente, la ortodoxia precedió al sistema de valores occidental y el socialismo apareció más adelante como un intento por volver a poner las cosas en su lugar a una parte del dogma bíblico rechazado en la infraestructura del modelo occidental. Es por esta razón que el sistema de valores cristiano es muy cercano en varios aspectos al socialista. ¿Escucharon bien, no?

 

 El sistema de valores cristianos se muy cercano en varios aspectos al socialista. Dicho lo anterior, la URSS diseñó su versión de la historia basándose, naturalmente, en su sistema de valores. La experiencia de los últimos treinta años y desde el colapso de la Unión Soviética ha mostrado que el sistema de valores occidental contradice de manera fundamental muchos de los códigos culturales de la gente soviética y rusa. En

síntesis, si recordamos la versión socialista de la historia, la descripción de los países capitalistas también sufrió de un serio sesgo que en ningún caso fue accidental.

 

 En cuanto el autor de un texto histórico, cultural, sociológico, etc. elige un sistema básico de valores como su punto de referencia, se ve forzado a interpretar todos los sucesos descritos y las consecuencias de los mismos, dentro de ese marco. Esto es algo que lo podemos ver con claridad en el ejemplo de la entrevista que concedió hace algunos años Vaira Vike-Freiberga, presidenta norteamericana de Letonia, quien sinceramente cree en el triunfo del fascismo sobre el comunismo y propaga este punto de vista con impunidad en la infraestructura del paradigma occidental.

 En particular, la crisis de años recientes se vincula con el hecho de que es imposible convencer a los rusos de que Estados Unidos e Inglaterra, “aliados” soviéticos en la Segunda Guerra Mundial, vencieron al fascismo; de que las condiciones de vida en la antigua Unión Soviética eran atroces, ahora la gente vive infinitamente peor, o de que bajo el régimen socialista era posible que los individuos recibieran educación “gratuita” o tuvieran acceso a la cultura.

 

 La palabra “civilización” es adorable. Y la combinación de las palabras “civilizado” y “países” ha sido relacionada con algo más bien banal como ejemplo fulgurante de conceptos como los negocios exitosos, las políticas y las condiciones correctas, así como las circunstancias de vida de los representantes de la élite. Pero si dejamos de lado el aspecto emotivo, emerge a la superficie un nuevo tema que, como otros, fue vigorizado con una palabra de origen latino “globalización”.

 Con esta palabra se dio por sentado que llegaría una nueva “Era Dorada” y la gente por fin podría empezar a vivir felizmente, con igualdad. El concepto central que es la base para describir las tendencias globales en el desarrollo de los Estados, sus coaliciones y civilizaciones es el PROYECTO GLOBAL.

 

 Un proyecto global es una Idea Supranacional que, en principio, puede convertirse en la base para determinar el sistema de valores de cualquier persona sobre la Tierra. El punto crucial es la elección voluntaria que hace cada persona al participar en un proyecto global particular, viva donde viva. El concepto básico de cualquier proyecto debe implicar necesariamente la condición de que sus valores, su universalidad y su atractivo, seduzcan a cualquier persona y que esta lo elija de manera voluntaria.

 

 Esa tal civilización que se esfuerza por formular su propio proyecto global, debe tener a su disposición la “Gran idea supermundana” como base para crearlo. Debe ser una “idea” genuina, capaz de explicar los mundos, visible e invisible, de los que se derivan constantemente las reglas éticas y de comportamiento y la lógica de seguidores en una sola dirección y que les permite sentir y formular la base de su unidad y de sus objetivos comunes.

 Algo así como decir: “Nosotros tenemos el mejor producto que puedes comprar”. Pero esa idea no basta, es necesario que se conecte en la práctica de la vida cotidiana, que incorpore costumbres, que formule reglas con las que cada individuo y toda la comunidad pueda existir. Es decir, que desarrolle la “Norma”.

 El desarrollo de esa “Norma” es una circunstancia común para cualquier Estado en el sentido de que es necesario reunir un “denominador completamente unificado” con los grupos de gente cuya historia y cultura sean totalmente disímiles.

 Esta es una de las diferencias entre el comunismo y el fascismo: el Proyecto “Rojo” no sólo proclama, sino asegura la igualdad de las naciones. El fascismo, sin embargo, es una forma extrema de nacionalismo que simplemente destruye a cualquier país excepto al propio.

 

 En la Idea cristiana se desprecia la usura, pero en la vida normal de los Estados cristianos se la tolera, sobre todo en aquellos donde el cristianismo se ve debilitado por la propaganda de la “Ética protestante”. La “Norma” no es algo escrito, más bien, es un complejo sistema de significados, objeto de acuerdos tácitos. Y aquí es donde yace la diferencia entre “sistema de significados” y “sistema de valores”.

 

 El sistema de valores es el sistema básico de los dogmas del proyecto. Es suficientemente robusto y no se adapta con facilidad a las condiciones predominantes.

 El sistema de significados es la adaptación a la vida real de una nación particular y es con lo que lidiamos todos los días. En el sistema de significados ruso hay una expresión de respeto que muestra la actitud del Estado hacia ciertos tipos sociales como los veteranos, los discapacitados, los niños, etcétera.

 Se puede decir que el proyecto global toma forma precisamente en la “Norma” de la

sociedad.

 

 Después de Cristo, el cristianismo no fue reescrito, sino creado, un proceso que duró unos ciento cincuenta o doscientos años, tiempo en el que produjo su literatura y construyó una estructura territorial de acuerdo con el modelo del Imperio Romano. También se desarrolló un proyecto bíblico para la nueva era. Siguiendo al economista Mikhail Khazin, el proyecto comunista “Rojo” se desarrolló también como el cristianismo en forma de redes, en el siglo XIX, cuando miles de seguidores les presentaron a las masas un nuevo sistema de valores que se oponía al capitalismo.

 En cuando el número de seguidores se vuelve significativo, el componente político se formula inevitablemente. Además, debe primeramente establecerse en un país que debe ser grande y tener poder económico y militar.

 

 Sólo un país fuerte que sea el líder reconocido del proyecto puede evitar que otros Estados tenga conflictos continuos entre sí y puede asegurar que se una al proyecto más y más naciones.

 

 Me despido de todos ustedes agradeciendo su amable atención, no sin antes invitarlos a una edición más de EL CLUB DE LA PLUMA.


VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata


GENOCIDIO EN EL TRIBUNAL DE LA HAYA - Eduardo Bonugli

 

GENOCIDIO EN EL TRIBUNAL DE LA HAYA

 Amigos, compañeros y oyentes del Club de La Pluma muy buenos días. Desde Madrid les habla Eduardo Bonugli, colaborador en Europa del equipo de Dossier Geopolítico.

 

 En esta oportunidad, mejor dicho, en esta triste oportunidad, vengo aquí, con rabia e indignación -y con mucho dolor- a levantar la voz por el espantoso fallo del Tribunal de la Haya, o como le llaman pomposamente: ¡¡ LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA!! Que ha logrado que la ciudad de La Haya sea hoy la penosa capital mundial del genocidio.

 

 Un fallo -digo- del pasado 26 de Enero, donde con una monumental caradurez e ignominia, con una desfachatez y con una desvergüenza escandalosa, ésta corte ha sentenciado QUE NO HAY GENOCIDIO por parte de los judíos contra el pueblo palestino en Gaza. A pesar de la masacre atroz a sangre fría, perpetrada por el régimen israelí, en complicidad con EEUU, con Europa y con una serie de gobiernos tan cobardes como criminales, en los se incluye el del presidente argentino, Javier Milei.

 

 Y -digo- que este tribunal ha sentenciado QUE NO HAY GENOCIDIO a pesar de que todo el planeta sufre todos los días, en vivo y en directo, este alevoso crimen de Israel contra millones de civiles, además de comprobar cómo la fuerza destructora de su poderío militar dispara contra sus gentes, contra su patria y su tierra, contra sus propiedades, contra su historia y contra su futuro.

 

 Y para rematar tan vergonzosa decisión judicial, los 17 miembros del tribunal no han tenido ni siquiera la decencia, ni el pundonor, ni la vergüenza de exigir un inmediato alto del fuego, o al menos, una orden simbólica para que paren su tan terrible maquinaria de matar. ¡¡Pero NO!!

LA SENTENCIA NO MENCIONA UN ALTO DEL FUEGO. A sus señorías, eso no les ha parecido importante, o quizás han tenido un descuido, o quizás, hayan recibido alguna “orden secreta” para ignorarlo.

 

 Sea como sea, la barbarie de Israel ha logrado así un clamoroso respaldo jurídico de nada menos que de la más alta justicia internacional, que ha vuelto a convalidar la tradicional costumbre de justificar la matanza de inocentes e indefensos, cuando la realizan las potencias imperiales. Dicho esto, es justo recordar que el “tan prestigioso ecuánime y sublime Tribunal de la Haya” nunca juzgó, ni juzgará, cualquier crimen cometido por EEUU.

 

 Por otra parte, que la Corte no exija un alto el fuego en Gaza, además de incomprensible y repugnante, “resulta ser un olvido muy oportuno de los jueces del mundo” para sentenciar LA INOCENCIA de toda la mal llamada “Comunidad Internacional” que apoya las matanzas de Israel. Por lo tanto, estamos una vez más ante el vergonzoso escenario en el que los que matan a civiles y destruyen países, son los mismos que levantan la bandera de los derechos humanos. Una  escandalosa hipocresía que distingue al llamado mundo libre y democrático.

 

 SI… Así como suena, queridos amigos.

 Estas juezas y estos jueces del Tribunal de La Haya, intocables y endiosadas por los medios occidentales, que se sienten dueños de la razón y de la verdad del mundo, han dictado -para estupor y espanto del mundo- una de las más bochornosas sentencias de siempre.

 

Estos personajes con togas, más propios de un cuento de terror, ocupan tan alto cargo, porque son figuras impuestas por obra y gracia de EEUU y de Inglaterra -y por supuesto- impuestas también y sobre todo, por el infinito poder en la sombra… del judaísmo internacional.

 Ese judaísmo internacional que todo lo maneja, que todo lo controla, que todo le sirve y que todo lo usa para engordar, más y más, su infinita, su poderosa, su obscena riqueza, que tanto daño hizo, hace, y hará, a las mujeres y a los hombres de este mundo.

 

 Amigos… estamos viendo la verdadera cara del mayor poder del mundo: LA INTERNACIONAL JUDÁICA, que está presente en todas las sopas envenenadas del mundo, operando según conveniencia con sus diferentes versiones oportunistas, ya sea como un estado, como un pueblo, como una raza, como una religión o como una cultura.

 

 No me quedan dudas de que los judíos ricos y poderosos de hoy, son los intocables dueños del mundo, bajo espesa la sombra del capitalismo internacional. Siempre abusando de la rentable demagogia del holocausto nazi, usando el cinismo y el victimismo, para cometer los mismos crímenes que sufrieron -a manos de los hoy civilizados alemanes- aquellos desgraciados judíos, pobres y abandonados, que no pudieron encontrar cobijo entre sus paisanos ricos y poderosos de entonces. Los mismos que hoy no dudan en utilizar aquel martirio y su recuerdo, para ser los grandes genocidas globales del siglo XXI.

 

 Y volviendo al “muy respetable” Tribunal de La Haya, estas juezas y estos jueces -digo- se están burlando de la humanidad, cuando piden ridículamente al estado israelí “que adopte medidas para evitar un genocidio”. Un genocidio que ya han cometido.

 Además, le encomienda a Israel, al mismo Israel que lleva meses bombardeando y matando, le encomienda que tome medidas inmediatas para que permita la entrada de la ayuda humanitaria Gaza. Y precisamente se lo pide a los que están negando a esa pobre gente, hasta un mísero jarro de agua.

 Toda una contradictoria barbaridad, cuando a la vez y en la misma resolución, les da vía libre para que sigan bombardeando.

 Y encima, manda un mensaje al mundo, diciendo que como TODAVÍA NO HAY GENOCIDIO en Palestina, toma la cautela de que sea Israel quién la garantice que no comience ese tal genocidio, que solo ellos no ven.

 

 ¡¡¡ Claro !!!

 Es imposible comenzar un genocidio, cuando ya están a punto de terminar de matar y de destruir, A todos y a todo.

 O sea, le ruegan al zorro, -es decir a Israel- a la misma bestia asesina y carnívora, que se haga cargo del corral. Que lo proteja y que les de comer a sus miembros. Mientras ellos, los jueces, seguirán deliberando los próximos años, hasta llegar a una sentencia definitiva.

 Queridos oyentes y lectores, creo que será muy difícil encontrar en toda la historia una burla más macabra. 

 

 Eso sí!!

 El tribunal ordenó que Hamás libere a los rehenes.

 Para eso SÍ que se atribuyen competencias y SÍ que dan órdenes. Para justificar y tapar el crimen histórico de las potencias occidentales en el siglo pasado, cuando invadieron y agredieron entonces a Palestina, sembrando el odio y la guerra -para su provecho- entre los pueblos del cercano oriente.

 Y entre tanto, ahora mienten y mienten con que todo comenzó el pasado 7 de octubre. Cuando llevan 75 años robando un territorio ajeno y asesinando a sus ocupantes.

 

 Dice en su fallo, el solemne tribunal, que no tiene pruebas de que exista un plan genocida de Israel y que no conocen cualquier intención israelí de provocarlo.

O sea, por un lado, no ven pruebas del genocidio y por el otro, tampoco encuentran intenciones de Israel para hacerlo.

 

 Es que “no hay sordo más sordo que el que no quiere oír, ni ciego más ciego que el que no quiere ver”.

 

 Estas ilustrísimas señorías, con sus fabulosos sueldos y sobradas de impostura y de prepotencia, por no querer, no quieren reconocer unas pruebas mundialmente monstruosas, como:

          Los casi 30.000 asesinatos ya declarados.

          La masacre indiscriminada de niños.

          La crueldad inhumana de negar ayuda elemental.

          Los bombardeos a hospitales.

          Los miles de secuestros y desaparecidos.

          Las ejecuciones sumarias.

          Y otros centenares de atrocidades repugnantes.

 

 Sin duda alguna, la ceguera de los miembros del Tribunal de la Haya es otra de las vergüenzas inconfesables de las instituciones supra nacionales creadas por este Occidente Anglosajón, militarizado genocida y destructor.

 

 Y sobre las intenciones de Israel, parece que tampoco ha podido el Tribunal Internacional de Justicia, enterarse de que el 96% de los israelíes residentes, aplauden el genocidio. Ni tampoco de la multitud de declaraciones de las más altas autoridades hebreas, ya sean del gobierno, o de la política, o de militares, o religiosos, o culturales o de lo que sea, diciendo barbaridades como éstas:

 

          “Los palestinos son animales humanos y por ello los israelíes actuamos en consecuencia”.

          “Hay que quemar Gaza y borrarla de la faz de la tierra”

          “No hay inocentes entre los palestinos”

          “Que no haya piedad para los que aún quedan allí”

          “Hay que lanzar una bomba atómica sobre la Franja de Gaza”

          “Se debe bombardear desde el aire y sin piedad”

          “Que el ejército se comporte de la manera más vengativa y cruel”

          “Los niños de Gaza se lo tienen merecido”.

          “Este exterminio lo pidió nuestro Dios y lo dice nuestra sagrada Biblia”

 

 Y ahora, a consecuencia del fallo y de inmediato, se produjo la lógica reacción de triunfalismo, acompañado de más odio y de más ira por parte de Israel, que gracias al gran alivio que significó este fallo para Netanyahu, -que en realidad lo indulta de todo- lo ha llevado a festejar a lo grande su flamante impunidad, prometiendo y cumpliendo su misión divina, con más bombas, con más muertes y con más destrucción.

 

 Mientras, EEUU también ha festejado el fallo, insistiendo en que se ha probado lo infundado que es acusar a Israel de genocidio en Gaza y felicitándose de que la Corte no pidiera en su fallo, ningún alto el fuego.

 Al final -pobrecitos ellos- se creen ser un tierno grupo de ángeles inocentes, víctimas de los malos de la tierra y valientes custodios de los derechos humanos del mundo.

 

 Entretanto, y avalado por el fallo del tribunal de la Haya, Israel ha intensificado los ataques en Gaza, mientras más de una docena de países -todos serviles a Washington- suspendieron la ayuda a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, tras unas instrucciones del presidente Biden, muy agrandado él por la favorable sentencia de “SU” Tribunal de Derecho Internacional.

Además de un maravilloso regalo de cara a las próximas elecciones norteamericanas

 

 A todo esto, la prensa del sistema ha aplaudido a rabiar el fallo de los jueces. Por lo que cae por aquí toda una catarata de elogios para el tribunal, tanto de los oportunistas que critican -por encima- la brutalidad judía, como de los que la apoyan a rabiar. Porque a los medios del sistema les da igual lo que digan unos y otros “con tal que sean de los nuestros”. A lo periodistas del régimen, nunca les faltan excusas, ni ideales que acomodar, ni relatos que esgrimir, con tal de fortalecer las estructuras imperiales.


 Por lo tanto, resumiendo y finalizando esta columna, digo que, en estas horas de dolor y luto mundial, EL TRIBUNAL DE LA HAYA HA HECHO SUYO EL GENOCIDIO DE ISRAEL CONTRA EL PUEBLO INOCENTE DE PALESTINA.


 A manera de despedida, les envío un solidario abrazo a toda la gran familia del Club de La Pluma, y por supuesto a sus oyentes. Y muy especialmente a sus directores, Gabi Fernández y Norberto Ganci, como también al director de Dossier Geopolítico, Carlos Pereyra Mele, y a su equipo de analistas geopolíticos.

 Todos ellos atrapados ahora en la peligrosa Argentina de Milei, defendiendo los valores de la libertad de expresión y los derechos elementales del hoy agredido pueblo argentino.

 Desde Madrid Eduardo Bonugli