ESTAMOS
ASISTIENDO AL COMIENZO DE LA QUIEBRA SISTÉMICA
EN TODO EL PLANETA
OCCIDENTE
Y SU LENGUAJE DE MUERTE Y VIOLENCIA
LLEGA LA
GUERRA DE “TODOS CONTRA TODOS”
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.
Otro domingo más, nos
encontramos en este espacio de reflexión compartida con múltiples temáticas
que, en general, involucran a toda la Humanidad.
Es una verdad
incuestionable que el único lenguaje que entiende Occidente es el de la muerte
y la violencia. Cualquier intento de diplomacia es entendido como
debilidad. La diplomacia no funciona y
si no díganselo a Israel que borra de la faz de la Tierra a cualquier enemigo.
Para quienes han
leído el libro “Fuera de control” del doctor Daniel Estulin, recordarán que él
ya había proyectado “la Hoja de Ruta” de lo que está ocurriendo ahora.
El colapso de Siria
ya es historia y quizás fue la jugada más espectacular de la élite
supranacional, Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña. Fue un juego de ajedrez
global cuyo premio quiere ser la dominación mundial para el siglo XXI. Esa
jugada colectiva fue para destruir el Eje de la Resistencia, pero ese plan
todavía no terminó porque falta destruir el otro Eje: Rusia y China.
Los mismos planes
multiniveles están vigentes para los otros dos obstáculos restantes. Y al
hablar del Eje de la Resistencia tenemos que recordar a su ideólogo, el
comandante Soleimani, asesinado durante la administración Trump y la muerte del
Presidente de la República Islámica de Irán, Raisi, en dudosas circunstancias
que llevó al poder al “reformador” Presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, una
especie de Mijail Gorbachov iraní, que despejó el camino a una parte de la
élite iraní y a su reconciliación con Estados Unidos.
Teherán destruyó la ideología
del comandante Soleimani: Irán ralentizó el acuerdo de asociación estratégica
integral con Rusia y, en la catástrofe de Siria, Irán había sido antes su
respaldo. La caída de la República Árabe Siria fue una combinación mortal para
destruir el Eje de la Resistencia.
El siguiente cambio
tectónico será la inmensidad de Eurasia. Lo que causaría risa, si no fuera
siniestro, es que se condena a Rusia por haber invadido Ucrania, pero Occidente
no dice ni una palabra de la invasión de Turquía y de Israel sobre territorio
sirio. Turquía, que ocupa ilegalmente el norte de Siria, obtuvo una victoria,
pero esto es circunstancial y situacional, porque Estados Unidos invitó al
comandante kurdo a la toma de posesión de Trump y, Erdogan, el Primer Ministro
de Turquía, se la “tuvo que comer”. Turquía no puede hacer nada sin el
beneplácito de Estados Unidos.
Ya tenemos a los
grupos que están devorando Siria: los turcos, los kurdos que no tienen un
Estado propio y los extremistas yihadistas que salen en los medios retratados
como héroes y libertadores y la rapiña de Israel con su expansión infinita,
problemática que hasta ya ha planteado Jordania. A los extremistas de esa
facción de Al-Qaeda ya los vistieron con ropas más formales, recortaron sus
barbas, les quitaron el turbante y ahí aparecieron los defensores de la
democracia y la libertad occidental frente a las cámaras. Desde cuándo hay
terroristas buenos, ¿no?
En Alepo, las
autoridades terroristas están obligando a las mujeres a salir a la calle con la
cabeza cubierta y cientos de personas en las cárceles han sido decapitadas. Las
personas que no se muestran favorables al régimen terrorista son ejecutadas
directamente con una bala en la nuca, por eso, pueden ver por televisión a la
gente derribando estatuas y mostrando felicidad ante el invasor terrorista.
Están muertos de miedo.
A ver si entienden
que una cosa es la injerencia de grupos terroristas sobre un territorio y, otra
bien diferente, una revolución popular.
En rigor, nunca hubo
una oposición democrática en Siria; lo único que molestaba era Bashar al Assad
para poder abrir su país al modelo imperial, entre otros objetivos. Siria no
tiene deuda externa, posee abundantes recursos naturales y las empresas fueron
nacionalizadas, además, necesita el bendito LIBRE COMERCIO.
Ya lo hicieron con
Gadafi en Libia y con Sadam Hussein en Irak, pero ese “aire” que se le dio a
los terroristas islamistas ¿se puede detener? Ahora viene “el todo contra
todos”, porque como ha sido un éxito la ofensiva yihadista en el Levante, las
células desperdigadas en Asia Central, también en Turquía y en el sur de la
Federación Rusa, están esperando entre bastidores, con sus acciones mortales de
exterminio y destrucción.
Los yihadistas están
listos para todos los objetivos imaginados con la mirada puesta en Rusia, entre
otros países, pero las células están dormidas todavía. Hay nuevos frentes
“calientes” en la Federación: unos 15 o 18 millones de islamistas de Asia
Central en territorio ruso. Pero todo ese movimiento tectónico en Oriente Medio
también es la posibilidad de que las monarquías del golfo Pérsico ahora puedan
reconducirse hacia Rusia y lo mismo Arabia Saudí con los BRICS.
Se abre, asimismo,
una oportunidad de importación de hidrocarburos con los Emiratos Árabes Unidos,
pero Estados Unidos puede hacer lo mismo que en la “Era Reagan”: organizar el
colapso del precio del petróleo que perjudicaría a Rusia.
Sinceramente, la
aparición de la multilateralidad, la idea del “Sur Global” representada por los
BRICS, ya no suena tanto en los medios. ¿Hoy, dónde está el poder de los BRICS?
La falta de un punto de apoyo en Oriente Medio ha cambiado el eje del poder en
todo el Sur Global.
¿Y por qué hablamos
que el triunfo de Turquía es circunstancial, situacional y también
podríamos ampliarlo a Israel? Porque en los próximos 15 o 20
años, asistiremos a la guerra de “todos contra todos”: es el siguiente paso.
Los conflictos se multiplicarán en todo el mundo. Crear el caos es el único
recurso que le queda a la élite ultraglobalista para sostener su poder.
Y si hablamos de
Rusia, este Estado solamente tiene dos países amigos: Bielorrusia y Corea del
Norte y, paulatinamente, está siendo expulsada de la esfera de influencia de
China con respecto a Occidente.
Los países del
Cáucaso, toda Asia Central están provocando la desestabilización de la
Federación Rusa. Las fuerzas ultraglobalistas están causando estragos cerca de
Rusia. El problema es que el gigante euroasiático no posee una ideología
propia. Y si hablamos de Estados Unidos, los ultraglobalistas los están dejando
de lado. Trump es solamente una entidad detrás de la élite que domina el mundo
y ni siquiera puede garantizar la paz en la guerra de Ucrania, ni en Oriente
Medio, ni en ningún lugar del planeta. Los ultraglobalistas están incendiando
todo. Necesitan caos planetario. Este es el comienzo de una turbulencia extrema
próxima que abarcará casi dos décadas de guerras y más guerras en todo el
mundo, porque es la lucha por el poder absoluto.
Se han dado cuenta de
que se está acercando su propio fin y ya no tienen tiempo y los terroristas
yihadistas actuarán contra cualquier fuerza en cualquier lugar del mundo, visto
el éxito en Siria. Incendiar, pulverizar, destruir en esa guerra de “todos
contra todos”: Europa, Asia, América del Sur, África y el mismo Estados Unidos.
Y si volvemos a
Siria, al menos, Bashar al-Assad, el expresidente sirio, podía mantener cierta
disciplina contra ese poder maléfico y asesino de esos grupos yihadistas. Hay
cientos de ellos, desperdigados en todo el planeta, porque el objetivo de la
élite ultraglobalista es hacer desaparecer todos los Estados-nación destruyendo
cada país por dentro. Israel no ha ganado nada: este es el principio de su
infierno. Lo que se está iniciando es la quiebra sistémica planetaria, algo que
nunca habíamos visto antes. ¿Se podrá detener este manicomio universal?
Gracias a la
financiación proporcionada por los dos principales estados wahabíes del Imperio
Británico, Arabia Saudí y Qatar y de forma más limitada por Turquía, Kuwait y
los Emiratos Árabes Unidos, los yihadistas se han convertido en un ejército
internacional mucho mayor que las redes de Obama bin Laden y Al Qaeda que
habían surgido a raíz de la guerra de Afganistán contra los soviéticos entre
1979 y 1989.
Con la complicidad
total del Imperio Británico, del Estado petrolero de Arabia Saudí, una
marioneta en manos de británicos, al nuevo Al Qaeda se le ha dado una
oportunidad de oro para entrenar a terroristas experimentados y crear un
ejército yihadista con combatientes de Arabia Saudí, Siria, Libia, Argelia, el
Cáucaso, Turquía, el Líbano, Jordania, Egipto, la provincia china de Xinjiang,
Ucrania y el Reino Unido.
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola a una nueva
emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el 19 de enero próximo. Hoy, es el último programa de 2024. Un
sincero abrazo a la distancia a nuestros oyentes hispanoparlantes de todo el
mundo en esta Navidad. ¡Hasta la victoria, siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata