RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 8 de julio de 2024

ARGENTINA Y LA LEY DE BASES: 150 AÑOS PARA ATRÁS - PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

 

ARGENTINA Y LA LEY DE BASES: 150 AÑOS PARA ATRÁS


 

 Desde Buenos Aires, saludo a todos los oyentes de El Club de la Pluma

 

 Milei ya tiene su Ley de Bases. Reúne con ella las herramientas que le permitirán hacer retroceder a la Argentina 150 años. Porque, a contrapelo de su discurso, la derecha libertaria es profundamente reaccionaria. Y, rechazando las voces que hoy sostienen que vamos hacia un desastre sin precedentes, no dejan de repetir que Argentina será, otra vez, potencia mundial. Según ellos, eso fuimos a fines del SXIX, cuando gobernaba la “Generación del 80” y éramos “el granero del mundo”. Tal vez sea esta la primera fake new trascendente de nuestra Historia; el mito más importante construido por los liberales y que hoy, sin argumentos ni información, se repite hasta el hartazgo. Vale la pena indagar entonces en la Historia de ese período, desechar mitos y creencias para construir un discurso basado en las fuentes. Puede que, al hacerlo, muchos de los que hoy aplauden el modelo de este gobierno dejen de ser “idiotas útiles” al enterarse que la opulencia fue sólo para unos pocos, mientras que a las grandes mayorías les tocó la pobreza y la explotación. Que el sacrificio será en vano porque no hay futuro ni prosperidad cuando el modelo contiene las semillas de su fracaso.

 

 No es la primera vez que recomiendo la lectura del informe Bialet Massé. Presentado en 1904 por pedido del PEN, el trabajo de este médico exiliado en la Argentina en 1876 resulta una radiografía certera de la situación en la que vivían los trabajadores a principios del SXX, como también la contracara perfecta de la “Argentina potencia” del discurso liberal.

 

 Habiendo recorrido el país de norte a sur y de este a oeste, en todos los rincones da cuenta del mismo fenómeno: la explotación. El trabajo “de sol a sol” en los obrajes; el empleo de niños que suplen la maquinaria obsoleta en los ingenios y su prematura muerte por bronconeumonía; la obligación de trabajar a la intemperie con 45° en La Rioja; el trabajo en las caleras cordobesas que diezma la salud de los trabajadores porque el empresario no compra máscaras; las manos carcomidas en las piedreras de un trabajador que se descarta sin más cuando ya no sirve; el trabajo indígena que se paga la mitad porque, según testimonio del dueño de un algodonal en Chaco, hay que exterminarlos o llevarlos a Tierra del Fuego; los 100 Kg de las bolsas que acarreaban los estibadores en los puertos; los accidentes de trabajo, de los que siempre resultaba culpable el trabajador; la miseria y la pobreza extrema de los que trabajan todo el día por salarios de hambre junto con su consecuencia, el aumento de la delincuencia violenta, con heridas y muertes en las grandes urbes…todo está debidamente documentado en el informe.

 

 También lo están los abusos permanentes de los empleadores. Así nos enteramos que las inversiones extranjeras sin control no dieron resultados ni siquiera en esa época. Abundaron las quejas del público por descarrilamientos, robos, pérdidas y accidentes en los trenes ingleses. Violando la Ley General de Ferrocarriles y ante la inacción del Estado, el empleado era obligado a trabajar hasta 72 horas, sin dormir más que 2 horas continuas. Documentada está también la costumbre de bajar los sueldos, sin más aviso que la liquidación el día de pago. Y la existencia de proveedurías forzosas, de libretas y vales, que enriquecían al dueño del almacén (dueño también de la tierra), mientras convertían al trabajador en un deudor de por vida. O la existencia del conchabo que, aunque derogado poco antes de 1900, siguió utilizándose en toda la República, especialmente en las provincias del norte, donde sirvió para alimentar de brazos a las forestales, los ingenios y algodonales; los obrajes, las fábricas de tanino y los yerbatales del Paraná. En 1913, el Departamento Nacional del Trabajo informaba que, en las zonas rurales, regían condiciones casi feudales. Que se enteren los libertarios que este es el país que nos propone la Ley de Bases, con la eliminación de sanciones para quienes no registren a sus empleados, que llevará al crecimiento del trabajo “en negro”; con el “blanqueo laboral”, que implicará una pérdida de años y aportes en la jubilación; con la ampliación del período de prueba y la creación de la figura de “trabajador independiente”. Precarización y explotación: eso están apoyando.

 

 Y apoyan también la respuesta que estos modelos de exclusión siempre tienen para los estallidos que ellos mismos generan: la represión. Porque el que amenaza sus privilegios es un enemigo, un peligro que debe ser eliminado. Vélez Sarsfield, autor del Código Civil, afirmaba que la huelga es “una irrupción de derechos exagerados que no se puede admitir”, porque “importa una subversión de las reglas del trabajo”. El diario El Nacional la describía como un “recurso vicioso” y “un movimiento inusitado e injustificable de los obreros”. Entre 1902 y 1910, las garantías constitucionales fueron suspendidas en 5 oportunidades, se declaró el Estado de Sitio, se sancionó la Ley de Residencia para expulsar extranjeros, y a las fuerzas policiales se sumaron efectivos del Ejército, la Marina y hasta Bomberos para reprimir huelgas y manifestaciones. Desde diciembre del año pasado, el despliegue amenazante de fuerzas de seguridad y los detenidos sin causa se han convertido en el paisaje común de cada protesta. Violencia sin límites que aumentará con la Ley de Bases, que no sólo elimina el derecho a la acción colectiva, sino que la coloca como causal de despido.

 

 Y para las clases medias, siempre reacias a defender o identificarse con los trabajadores, les tengo una mala noticia: en este modelo, ustedes no existen. Porque consagra una profunda polarización en la apropiación de la riqueza, polarización de la que ya nos habló Ricardo Ortíz en 1955. En su Historia Económica describe la composición social de nuestro país a principios del SXX. Las clases altas representaban el 2,7% y en ella había terratenientes, industriales y financistas. En el otro extremo, el 82,8% era pobre; eran campesinos, proletarios y semiproletarios pero también artesanos y pequeños comerciantes. Sólo un 14,5% era clase media, porcentaje que no varió durante el auge de la Argentina agro exportadora. Esto ya lo advertíamos el año pasado en plena campaña electoral: cualquier expresión del neoliberalismo conservador que ganara los tendría a ellos como principales víctimas. Pero votaron con odio y prejuicios, y firmaron así su acta de defunción. Porque la clase media se extingue con cada golpe neoliberal. Hace unos días el diario Clarín, reflejando los últimos datos publicados por el Instituto de Estadísticas y Censos de la ciudad de Buenos Aires, titulaba: “Se derrumba la clase media”. Es que el 51,9% que representaba en 2015 se contrajo al 37,4% actual. Mientras, el 44% de los niños menores de 17 años son pobres en esta ciudad.

 

 La Argentina de hoy se asemeja peligrosamente a la del Centenario, cuando la popular ginebra pagaba más impuestos que el elitista champagne; cuando los ricos no tributaban y el esfuerzo recaía sobre los que menos tenían. También hoy como ayer, los impuestos se reparten regresivamente. La Ley de Bases hará que más de 800 mil trabajadores vuelvan a pagar Ganancias con un salario de bolsillo de $1.400.000, mientras reduce considerablemente el impuesto por Bienes Personales y aumenta las exenciones a las grandes empresas. La excusa es siempre la misma: si no cobro impuestos, aumenta la inversión. Pero la “Generación del 80” entregó los ferrocarriles a los ingleses, junto con tierras, ventajas impositivas, ganancias aseguradas con porcentajes inexistentes en otros países, y libertad absoluta para girar dividendos al exterior. Sin embargo, la inversión brilló por su ausencia. El Estado no condicionó esas ventajas al progreso técnico y, antes de la Primera Guerra Mundial, el sistema ferroviario era obsoleto. Lo mismo ocurrió con CATE y CHADE, empresas eléctricas que se beneficiaron con contratos de 50 años luego de un debate escandaloso donde no faltó la corrupción, no pusieron un peso, se repartieron la ciudad de Buenos Aires y abusaron de usuarios cautivos. Nada diferente a lo que hoy hacen EDENOR y EDESUR.  A ver si entendemos que, para el liberalismo argentino, los únicos privilegiados son los ricos.

 

 También hay que entender que un modelo extractivista y primarizado, orientado sólo a beneficiar a las clases altas que no pagan y a las grandes empresas que pagan menos, es insostenible en el tiempo y una tragedia para el país. La Generación del 80 creó un Estado mínimo, no encaró obras importantes, no tuvo políticas sociales ni repartió planes, y tampoco controló al capital extranjero. Pero no pudo evitar un déficit fiscal crónico: entre 1900 y 1914, sólo en 1908 hubo superávit. El déficit fue siempre de 2 dígitos y en 1914, según Mario Rapoport, llegó al 40,4%. Thirlwall nos advierte que las debilidades de un modelo pueden ser disimuladas en el corto plazo. Y la Argentina agro exportadora pudo disimular sus debilidades con endeudamiento. Los bonos, títulos, préstamos y canjes se sucedieron y sólo así el fracaso pudo ser presentado como éxito. Carlos Ibarguren acusaba a esos gobiernos de haber convertido al país en una “inmensa casa de juego”. Lo mismo diría hoy de la dupla Caputo/Milei, ansiosos por endeudarnos y rematar las empresas públicas para asegurar los grandes negocios de unos pocos. El RIGI les dará a estos pocos beneficios extraordinarios sin exigirles nada. Saquearán nuestros recursos y no dejarán un dólar en el país.

 

 El liberalismo argentino siempre fue una farsa. Una fachada que sirvió para ocultar los negocios y el privilegio de unos pocos; una timba permanente donde se jugó y se perdió el futuro de los argentinos; un sistema de conveniencias; una expresión antipopular, violenta, reaccionaria y extranjerizante. Una oligarquía divorciada de la democracia. Alberdi y Sarmiento lo supieron antes de morir. Nosotros resistiremos esta farsa, aunque haya gente que, parece, no aprende más…

 

 Les mando un gran abrazo a todos los escuchan El Club de la Pluma

 

PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

Profesora de Historia

Posgrado en Ciencias sociales por FLACSO

 

 

   

 

 

 

 

 

 

 

LA EDUCACIÓN Y LA INFORMACIÓN ATACADAS POR MILEI - Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

 

LA EDUCACIÓN Y LA INFORMACIÓN

ATACADAS POR MILEI

 

 

            El presidente Javier Milei dijo, que su plan es “entrar al sistema para dinamitar al Estado”, que él es “un topo que destruye el Estado desde adentro”, todo ello, en una verdadera actitud anárquica delictiva de “sedición”, por la que se pretende impedir, la ejecución debida de la Constitución Nacional y de las leyes nacionales.

            Así, en una segunda etapa de su estrategia destructiva, busca centrar su ataque, particularmente, contra los derechos humanos de la “educación” y la “información”, porque un pueblo educado e informado resulta más difícil de colonizar y afectar su juicio crítico.

 

Ataque a la docencia

            La ley de Educación Nacional 26.206 dispone, que “la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado” y “es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa”, (arts. 2 y 3).

 

            Sin embargo, el gobierno pretende empobrecer, cada vez más, a la docencia, en todos los niveles, con sueldos indignos y constantemente la desprestigia socialmente, siendo que son los agentes fundamentales en el proceso educativo. Les quiere quitar, además, el “derecho de huelga” y condicionar la “libertad de cátedra”. En eso último, se intenta transformar a los propios alumnos y/o a sus padres en espías gendarmes de la educación, para que denuncien a los docentes, si entienden, al decir de Milei, que están “adoctrinando”.

 

            En la estrategia política que se desarrolla, no se respeta el Pacto Internacional de “Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, de jerarquía constitucional, (art. 75 inc. 22 de la C.N.), que determina, que se debe garantizar “continuamente las condiciones materiales del cuerpo docente”, (art. 13, apartado 2, inc. “e”). Sin embargo, ilegalmente, el presidente no quiere pagar el Fondo de Incentivo Docente (FONID); ha desfinanciado a las universidades públicas; entre otros ataques directos a la educación.

            De esa manera, se quiere afectar gravemente la “educación pública, gratuita y de calidad”, que ha sido una herramienta fundamental de ascenso social, libertad e igualdad de oportunidades.

 

            A su vez, Milei pretende, en una tercera etapa de su proyecto, dejar a la enseñanza en manos total de la llamada “inteligencia artificial”. Estos aspectos los viene negociando con representantes de Google, Apple, Meta, Open AI y otros ámbitos que manejan el mundo digital. En ello, se busca, cada vez más, condicionar la educación con criterios de un discurso único, abaratar costos y desvalorizar el “acto humano de educar”. Ello con alumnos y alumnas colonizados virtualmente y direccionados por cálculos matemáticos algorítmicos, sin contemplar que los y las docentes “forman y no solo informan”.

 

            Asimismo, la escuela como tal, es el lugar donde se practica la convivencia social, es el primer ámbito de ejercicio del pluralismo democrático y donde se reafirma la identidad nacional. Allí, el alumnado desarrolla los primeros ritos que nos unifican como pueblo con historia común, donde izar la bandera cantando “Aurora” o entonando el himno, son algunas de esas vivencias que articulan la patria y anudan las generaciones.

            Aún más, en aras de subestimar la escolaridad, en el primer proyecto de la ley de Bases presentado por Milei, conocida como la “Ley ómnibus”, se proponía que los niños/as desde los 9 años puedan transitar la escuela de manera virtual desde su casa y se quitaba la obligatoriedad de la presencialidad establecida en la Ley de Educación, (art. 127 inc. f). De esa forma, el alumno quedaba encerrado en un reducido universo individual, con vivencias colectivas sólo desde lo tecnológico virtual. Este aspecto del proyecto de ley no salió, pero la intencionalidad gubernamental subsiste.

 

            A su vez, se rebajó al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología a Secretaría de Educación dependiente del Ministerio de “Capital Humano”. En el concepto de “capital humano” se degradó el acto mismo de enseñar, porque se lo presenta como una etapa de aprestamiento, para mejorar a los sujetos de la educación, como un producto, al que se lo analiza desde su rentabilidad. No se tiene presente que se trata de un proceso edificante de personas que tiene mucho valor, pero que no cabe analizar en su eficacia, sólo desde la perspectiva de precio y/o ganancia. Es inaceptable concebir la educación como un servicio lucrativo y menos que se mercantilice la educación pública.

 

Ataque al periodismo

            A su vez, las personas que se dedican al noble oficio del periodismo y garantizan el derecho humano a ser informado, son agredidas, mal pagas y ninguneadas constantemente por Milei. A quienes no coinciden con lo que él piensa se los trata de “ensobrados” o comprados para discrepar con su accionar y los amenaza y señala públicamente, generándoles un riesgo de agresiones inaceptable.

 

            A su vez, el Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello, a fines de junio de 2024, publicó que era obligatorio tramitar una matrícula de periodista para ejercer el periodismo. Más ante la reacción a lo dispuesto, se borró dicha obligación. Ello atento que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la Opinión Consultiva OC-5/85, de aplicación obligatoria en el país, ha establecido que, “el periodismo es la manifestación primaria y principal de la libertad de expresión del pensamiento y, por esa razón, no puede concebirse meramente como la prestación de quienes están inscriptos (en una matrícula), como podría suceder en otras profesiones, pues está vinculado con la libertad de expresión que es inherente a todo ser humano”, (“La Colegiación Obligatoria de Periodistas” Opinión Consultiva OC-5/85, párrafo 71).

 

            También, fundándose ilegítimamente en el DNU 70, que es nulo, sin autorización necesaria del Congreso, como lo regula la Ley 20.705, cerró la agencia Télam de noticias, que tenía 79 años de existencia. Era la agencia más importante de Latinoamérica, que producía información pública y nacional, con perspectiva federal. Ella le daba presencia soberana al país y personalidad informativa propia. Milei, el 28/06/24, la transformó en una Agencia de Publicidad y Propaganda del gobierno nacional, (Dec.548/2024). Asimismo, va buscando cerrar o precarizar a Radio Nacional y a la Televisión Pública, medios que pretendió privatizar.

            Además, el gobierno, sin explicación, cerró las redes sociales de todos los medios públicos, incluidos los canales de televisión educativos. De esa manera, se destruyó los espacios públicos de información en las redes sociales.

 

            Pero en dicho impulso de acallar voces e información, se le ha sumado la Universidad Nacional de Córdoba, que luego de 66 años, prácticamente, está matando el importante producto cultural cordobés, que significa el multimedio de los Servicios de Radio y Televisión de la Univ. Nac. de Córdoba (SRT).

 

            Tenemos que oponernos que condicionen a los periodistas y hagan desaparecer a medios de difusión valiosos, que garantizan el acceso al derecho humano a la información y a la libertad de expresión amplia.

 

            No hay que permitir, que nos precaricen la educación pública y nos desinformen monopólicamente con discursos únicos, publicidad y propaganda y, de esa manera, nos roben la democracia plural.


 

Dr. Miguel Julio Rodríguez Villafañe

Abogado constitucionalista cordobés y

Periodista columnista de opinión

 

EL CLUB BILDELBERG - LA RED TAVISTOCK - Parte XLV - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

LA RED TAVISTOCK

Cuando la guerra se llama “paz”,

la esclavitud se denomina “libertad”

y el asesinato, “liberación”

Parte XLV

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Una vez más nos encontramos en este espacio de reflexión en el que intentamos una mirada totalizadora, desde lo conceptual para abordar múltiples temáticas que involucran a la humanidad en su totalidad.

 

 Hoy, nos centraremos en la corrupción del lenguaje que ha sentado las bases para una posterior corrupción de nuestra vida y nuestra dignidad y otras cuestiones no menos importantes de la mano de los lineamientos conceptuales del texto del doctor Daniel Estulin en su libro “Fuera de control”.

 Ya venimos escuchando desde hace tiempo el tipo de razonamientos en el que la guerra se llama “paz”, la opresión y la persecución se denominan “seguridad”, la esclavitud se apoda “libertad” y el asesinato se llama “liberación”, y así se ha producido una absoluta corrupción del lenguaje que ha sentado los cimientos de la corrupción de nuestras vidas y nuestra dignidad.

 Estoy hablando en términos planetarios, sin distinción de Estados-nación.

 

 Pero el sistema-mundo se ha estropeado por motivos mucho más importantes que lo que suele llamarse “corrupción” y no puede arreglarse si una guerra mundial y un colapso económico sin precedentes no derriban todos los muros que separan a la humanidad de lo impensable. La política no es un fin, sino un medio y, como otros valores, tiene sus falsificaciones. Se ha puesto tanto énfasis en lo falso que ha quedado

oscurecida la importancia de lo verdadero y la política ha acabado transmitiendo un mensaje astuto y no un servicio franco y sincero.

 

 Ya estamos instalados en la Tercera Guerra Mundial; en Europa, si no hay ningún otro hecho siniestro que la anticipe, está programada para el año 2029. Es inevitable. En Oriente, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, también será partícipe de la

contienda universal. En el Sahel, en África, es más de lo mismo.

 

 A lo largo de los años ochenta del siglo pasado, se fueron sentando las bases para el fascismo en todo el mundo, debido a las políticas monetarias basadas en las de Hjalmat Schacht, ministro de Economía de la Alemania nazi. “Se trata de políticas de austeridad asociadas a Friedrich von Hayek, el líder de la Sociedad fabiana británica, por el profesor Milton Friedman, de la Escuela de Chicago, miembro del grupo de presión para la legalización de las drogas y por el fascista Paul A. Volcker, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en manos de la élite financiera.

 

 La destrucción de la economía británica mediante los malvados y lunáticos dogmas de los cultos a Friedman de la entonces primera ministra Margaret Thatcher (ídola absoluta de Milei en Argentina) es una política que sirve al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y al Banco de Pagos Internacionales para crear el genocidio de la guerra, el hambre y las epidemias. Del mismo modo que las políticas de Schacht llevaron directamente a la austeridad del sistema de campos de concentración de trabajos forzados, las políticas de Milton Friedman están conduciendo a un genocidio, a una escala mucho mayor en la actualidad”.

 

 Como he expresado tantísimas veces, si nos centramos en las problemáticas de nuestro país de residencia, perdemos la dimensión conceptual que todo lo abarca; reducimos nuestra visión al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial, pero nos faltan la dimensión ideológica y la conceptual. Y al hablar de “epidemias”, me refiero a que la próxima pandemia está al caer.

 

 Cuando la Organización Mundial de la Salud, una institución privada, se atribuyó el derecho de suspender nuestras libertades individuales en todo el mundo, ya fracasada la Gripe A, fue un claro ejemplo de manipulación planetaria. Oh, este tema es un tabú y no quiero que cierren EL CLUB DE LA PLUMA. Los miles de muertos de “muertes espontáneas” y los miles de ciudadanos que padecen enfermedades crónicas después de las vacunaciones masivas ya son “vox populi”.

 Los canales que hablan sobre la pandemia Covid 19 evitan nombrarla de esa manera, porque antes de finalizar el programa es borrado inmediatamente. No lo digo yo que soy una ignorante, sino las voces de los programas y libros de los mejores especialistas en Geopolítica, Geoeconomía y Geoestrategia del mundo que miro, escucho, leo y doy fe de ello.

 

Que estén de acuerdo o no conmigo, es insustancial. No busco la aceptación ni la aprobación de todos nuestros oyentes, sino que “mi verdad y la de unos cuantos más” también sea escuchada.

 

 El proyecto 1980 del Consejo de Relaciones Exteriores, esto es, la desintegración controlada de la economía mundial que estimule un crecimiento cero que más tarde pase a ser negativo, tiene un lado aún más oscuro. El objetivo final de esa desintegración planificada es crear inestabilidad para llamar a las puertas de Moscú y Pekín. Inventar enemigos es su estrategia preferida.

 Resulta que la inteligencia británica que actúa en nombre de la oligarquía malthusiana, no puede operar en un universo dominado por una comunidad de principios formada por Estados-nación soberanos dedicados al desarrollo.

 

 Los países que fomentan el desarrollo de la creatividad mental de su población generan una comunidad que no tolerará formas oligárquicas de gobiernos indefinidamente, al contrario que la población analfabeta que adolece de atraso tecnológico. De hecho, no cabe duda de que el analfabetismo y el atraso tecnológico son causas que contribuyen a la aparición del poder oligárquico.

 

 La comunidad de principios se basa en la idea de que el ser humano tiene un propósito en el universo. Cuando vives por y para el futuro de la humanidad, tu existencia tiene una razón de ser.

 Por su parte, el imperio del dinero depende de la supresión del progreso científico y del conocimiento, favoreciendo el atraso y la ignorancia. Así que, en este sentido, el problema radica en cuál es el concepto de verdad en el sistema imperialista y, precisamente, por ser totalitario, no existe la verdad.

 No tiene cabida ninguna verdad, sólo la arrogancia del poder.

 

 Las fuerzas anglo-estadounidenses han llevado a cabo y continúan llevando a cabo intervenciones para provocar cambios de régimen por medio de revoluciones de colores y primaveras árabes, a fin de crear un nuevo sistema para controlar el mundo, para reemplazar el sistema monetario internacional, en declive, que hasta ahora había permitido al sistema financiero con sede en Londres y, a sus subordinados, como Wall Street, ejercer el poder sobre el mundo.

 Los eternos conflictos forman parte del plan secreto de la Nueva Edad Media para controlar a los que antaño fueron Estados-nación soberanos. Como me referí en la columna del domingo pasado: estamos asistiendo al NEOFEUDALISMO.

 

 Nada de esto es casual, sino que responde a acciones deliberadas de las mismas fuerzas que provocaron la crisis artificial del petróleo de 1973, que impulsaron un proyecto de desindustrialización internacional en los años ochenta, que crearon a los talibanes y Al Qaeda y que financiaron el terrorismo internacional. Estos conflictos crearon caos en la región y la dejaron devastada.

 ¡Vamos, cuánto les habrá gustado que nos tragáramos que todas las revoluciones de colores y las primaveras árabes del mundo han sido manifestaciones espontáneas de idealismo motivadas por la insubordinación a dictadores seculares, a déspotas, a la injusticia y al nepotismo. Esto nunca fue así en realidad, ya que las decisiones de verdad las tomaban las despiadadas camarillas de generales y altos funcionarios sobornados o chantajeados por la CIA, que fueron posicionándose entre bastidores para derrocar o asesinar a mandatarios como Gaddafi en Libia!

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención, invitándola a la próxima edición de EL CLUB DE LA PLUMA.

 A continuación, escucharán el tema musical de Pink Floyd, Another brick in the wall. “No necesitamos ninguna educación, no necesitamos ningún lavado cerebral, ni ningún sarcasmo disimulado en el aula. Profesores, dejen a los niños en paz”. Al aludir a los “niños” y extrapolando el término del ámbito educativo de la canción, vaya mi denuncia de la trata de personas y la pedofilia, flagelo que se ha extendido en todo el planeta del cual Argentina no es la excepción.

 Que los medios hegemónicos de comunicación no los presenten a nivel mundial, no significa que no existan. Basta de hipocresías, por favor.

 


PROF. VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata