MISERIAS
DE LA FISCAL DE LA NACIÓN
Patricia
Benavides Vargas fue elegida fiscal de la Nación el 20 de junio del 2022 por la
junta de fiscales supremos, fue elegida nada más y nada menos por el sistema
judicial que representa a la justicia podrida. Ante los hechos evidentes que
enloda a la fiscal de la nación la prensa putrefacta en modo silencio, la
cloaca congresal que es una banda de lobistas se niega a investigarlo, el
ministerio público que es la mesa de partes del poder dominante brilla por su
ausencia.
Según datos de la
Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU)
Benavides obtuvo el grado de maestría el 18 de julio del 2008 y el doctorado un
año después, el 04 de diciembre del 2009. Ante el evidente escandalo la SUNEDU
retira de la web las fechas de la maestría y el doctorado, así se coluden estas
instituciones sinvergüenzas que están al servicio del status quo.
En su largo
prontuariado de Benavides se suma otro fraude académico, uno de sus cartones
fue otorgado por la academia «Librejur». Una academia que otorga títulos bambas
al instante y te regatean a dos diplomas por 320 soles. Lo grave es que los
supuestos profesores niegan haber dictado el curso. Es una vergüenza tener una
fiscal con espíritu corrompido, que engendra lo ilícito, utiliza la malicia,
tuerce las leyes; realmente esta fiscal resulto ser el más delincuente de los
delincuentes.
El escándalo
crece más porque la tesis de la fiscal de la nación no existe y la universidad
Alas peruanas (UAP) admitió que el documento académico se encuentra
desaparecido. La junta Nacional de Justicia (JNJ) debe abrir investigación
sobre la validez de los títulos, pedir su destitución y que se inicie un
proceso penal. Estoy convencido que la JNJ seguirá encubriéndola, no espero
justicia en una corte corrompida donde la justicia tiene olor cadavérico.
El escándalo
crece aún más con la farsa académica de la fiscal de la nación, cuando
Benavides postuló entregó un currículum digno de una académica erudita en
derecho, pero cuando llegó el momento de rendir los exámenes de conocimiento
que requerían su sapiencia en vivo y en directo la cosa cambió. El español
pulido y la sintaxis de académica de la doctorada en derecho desapareció sin
dejar rastro.
Esto dijo en uno
de los fragmentos de su entrevista: «El estado reconoce que la dignidad humana,
a través de la dignidad, es un derecho principio por el cual abarca todos los
demás derechos». en otro fragmento dice: «Donde lo que está permitido, no nos
prohíbe, en función de lo que debemos hacer lo que está permitido y no lo que,
y evitar lo que está permitido». Sinceramente alguien habrá podido entender lo
que quiso decir, sinceramente es una miseria profesional, una pobreza
intelectual, una indigencia mental. La fiscal de la nación no sabe leer, no
sabe exponer, no sabe sustentar y es el colmo que le dieron el puntaje perfecto
en su calificación y con esto llegó a ser fiscal de la nación.
La expresidenta
del TC, Marianella Ledesma dijo sobre Patricia Benavides: «Demuestra un grave
desconocimiento de las estructuras básicas del ministerio público. Confunde
conceptos. Es un trabajo muy pobre, intelectualmente hablando, para justificar
el cargo de fiscal de la nación».
El problema de
Patricia Benavides no sólo es un problema ético, sino es un problema legal; es
una vergüenza que no se hayan pronunciado los abogados, ya que esta fiscal
fraudulenta ha manchado la honra del derecho; es una vergüenza por la clase de
abogados que tenemos que no son capaces de denunciar a una persona que ha cometido
actos fraudulentos para obtener sus títulos; es una vergüenza que el colegio de
abogados no pida su destitución a una farsante que a mancillado la dignidad de
la abogacía.
De qué sirve
haber desaparecido al CNM y haberle reemplazado por la JNJ si la estructura,
los operadores y los dueños de la justicia siguen siendo los mismos. Tenemos
una corte corrompida que prostituye los instrumentos legales, una judicatura
con procesos profundamente viciados, una JNJ que reparten jueces y fiscales, miembros
del poder judicial impuestos por los oscuros negocios políticos. Una justicia
que se despacha en las grandes oficinas, jueces y fiscales que son una manga de
cómplices y son arrastrados como focas al modelo, el tribunal constitucional
herencia de los cuellos blancos y sirvientes de bancadas mafiosas. Con mucho
dolor puedo decir, Nunca encontraremos justicia en un mundo donde los
criminales hacen las reglas. Y lo dice también el evangelio: «Las injusticias
claman al cielo».
YULER ABONO SANCHEZ
Médico Cirujano
Cardiovascular