RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

viernes, 17 de noviembre de 2023

LA LIBERTAD PERIODÍSTICA ATRASA CON MILEI - DR. MIGUEL JULIO RODRÍGUEZ VILLAFAÑE

 

LA LIBERTAD PERIODÍSTICA ATRASA CON MILEI

 

 

 Al mediodía del 14 de noviembre de 2023, cuando Milei llegó en campaña a la ciudad de Rosario, como refiere la crónica del diario La Voz del Interior, “el economista tuvo un altercado con el periodista rosarino de Canal 3 Pedro Levy, quien al intentar entrevistarlo recibió un empujón por parte del candidato. `Esto es para la gente, no para vos´, le gritó el candidato a presidente al trabajador de prensa que había acudido al aeropuerto de Rosario para entrevistarlo”.

 Estas reacciones temperamentales y degradante a los periodistas ha sido una constante del accionar de Milei.

 Tal ha sido el caso que sucedió con Carlos Gabetta, reconocido periodista, ex director de Le Monde Diplomatic, cuando éste en el programa “Intratables” comparó la política de Martínez de Hoz como cercana a las propuestas de Milei, éste reaccionó desencajado y le dijo “No te pases de salame, no te pases conmigo que te estropeo, ignorante, no sabes”.      

 También, el diputado por La Libertad Avanza Javier Milei, declaró en el programa televisivo de Viviana Canosa, que los libertarios "somos superiores moralmente, estéticamente... y eso les duele. Los zurdos de mierda están perdiendo la batalla cultural". Ante dichas afirmaciones de "estéticamente superiores" se dijo por periodistas, que la “supuesta superioridad racial, fue uno de los grandes argumentos y estandartes del nazismo", que el comentario era "muy hitleriano". Milei, entendiendo que ello lo afectaba en su honor, demando una abultada suma de dinero en concepto de daño moral a los periodistas Pablo Duggan, Fabián Doman, Paulo Vilouta, Débora Plager y Martín Candalaft que lo criticaron. Sin embargo, Milei, sin pudor alguno, le dijo algo similar al senador Nito Artaza, “sos un fascista, un nazi, un chorro”, como lo refiere Juan Luis González en su libro “El Loco”. Indudablemente Milei busca disciplinar la crítica y no permitir disenso o cuestionamiento alguno a su persona, aunque él sin límite lo realiza a otros/as.           

 Además, Milei susceptible a críticas que supuestamente atacan su honor, pero, se permitió de manera agresivas tratar a otros políticos como, por ejemplo, a Horacio Rodríguez Larreta a quién le dijo, en su momento, "sorete, te puedo aplastar hasta con una silla de ruedas"; a otros decirle “cucarachas” y en Demoliendo Mitos, el 27 de diciembre de 2019, sostuvo "¡Políticos de mierda váyanse a la re-concha de su madre!".  O cuando manifestó que, Patricia Bullrich durante los setenta "metió bombas en los jardines de infantes". Y, sin embargo, ante esta última gravísima acusación sin prueba, luego al acordar con Mauricio Macri una alianza para la segunda vuelta, se limitó a decir que en realidad la afirmación de poner bombas la dijo “al mirar un niño en un jardín”. Luego, con ese argumento pueril, justificó el acuerdo con Patricia propiciado por Macri. Como si, en definitiva, matar con una bomba a un niño o varios cambiara la gravedad de los dichos de Milei y esa afirmación fuera suficiente para aclarar sus dichos.

 En la lista de ataques e incoherencias con la prensa de Milei, a su vez, se pueden mencionar, cuando en 2018, la periodista salteña Teresita Frias, del sitio “InfoSalta”, que le hizo una pregunta, le contestó que era una “burra” que desconocía la teoría keynesiana.           

 Juan Gonzalez, en su libro referido antes, enumera otras descalificaciones a periodistas, tales como: con “la periodista Carolina Perín -`metete lo políticamente correcto en el orto”-, con el periodista Claudio Zlotnik -`bruto, ignorante, pelotudo, voy a refregar tu cara por el piso´-, con la periodista Clara Salguero -`te voy a humillar públicamente, decís mentiras y estupideces´-, y con el panelista Diego Brancatelli -`decís estupideces, sos un burro´-, por nombrar solo las más conocidas”.           

 A lo que, el periodista Jorge Joury, en octubre de 2023, en la web “Impulsobaires”, sostuvo que “hace unas semanas Milei, amenazó a un hombre de prensa y le aseguró: `Si soy Presidente, prepárate para correr´. El hecho tuvo lugar en los pasillos de un canal televisivo contra el conductor Facundo Pastor”, hecho ese ratificado por un testigo directo, afirmó Joury.           

 Asimismo, Milei menciona que hay “periodistas ensobrados” que sostiene reciben sobres con dinero de la política para hacer operaciones en su contra, sin decir a quienes se refiere y dejando flotando una sospecha injusta sobre todo el periodismo.

 Eso sí, no dice nada cuando hay intereses de dueños de medios de comunicación hegemónicos que los posicionan ante la opinión pública, porque su prédica sirve a sus objetivos o al de los grupos económicos-políticos que representan.          

 También Milei quiso imponer condiciones al diario La Gaceta de Tucumán, como requisito para dar una entrevista, que no se le hicieran preguntas sobre venta de órganos o portación de armas. El diario no acepto los condicionamientos.         

 Lo cierto es que la Comisión Directiva del CISPREN (Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba), que representa un colectivo plural y heterogéneo en la libre expresión individual de ideas en Córdoba, como la Academia Nacional de Periodistas, ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) están preocupados y rechazaron los insultos y juicios del candidato libertario Milei contra periodistas.         

 Resulta impensado que alguien que se dice liberal ataque de la manera que lo hace Milei a la libertad de expresión.         

 El periodismo profesional cumple una función de interés social fundamental en la Democracia, es un servicio esencial a las todas las personas en particular y a la sociedad en general y en ello, en su nombre, ejerce una representación implícita del derecho a investigar, recibir y difundir información. Por lo que es básico garantizar la libertad de prensa e información a los periodistas en el ejercicio de su noble función. Realidad ésta, que no aparece garantizada en un gobierno de Javier Milei, atento los antecedentes referidos, máxime cuando él dice que, “Si yo tuviera que elegir entre el Estado y la mafia, me quedo con la mafia”, también dijo que su héroe es Al Capone, más se olvidó de decir, que la mafia del narcotráfico, mata a los periodistas en México.

 

DR. MIGUEL JULIO RODRÍGUEZ VILLAFAÑE

Abogado constitucionalista cordobés y

Periodista de opinión

 

EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA GUERRA RUSO-UCRANIANA - LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 

EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA GUERRA RUSO-UCRANIANA 

 

 Ya ni siquiera es un secreto. La guerra para Ucrania y sus patrocinadores de la OTAN está prácticamente perdida y es un asunto de tiempo que la catástrofe militar o la mesa de negociaciones, obviamente bajo los términos rusos, finalice la contienda.

 

 La famosa contraofensiva de las fuerzas proxy atlantistas, montadas a principios del mes de junio, tanto en el Frente Este como el Sur, fue un fiasco absoluto.

 

 Las defensas de la línea Surovikin funcionaron a la perfección y rechazaron en sus varias capas de profundidad cada una de las puntas de lanza blindadas, ahora, dotadas de los definitivos tanques Leopard y tanquetas Bradley, que se mostraron mucho más efectivos en la publicidad que en el campo de batalla.

 

 Ya en las primeras dos semanas de junio se marcó una tendencia que no pudo torcerse: los ucranianos se topaban con una planificación ejecutada a la perfección de campos minados, ataques aéreos, diversos barridos en profundidad de artillería, grupos de despliegue rápido de unidades contracarro y una saturación de drones kamikaze. Se hicieron un festín de sangre y fuego, y los ucranianos gastaron todo su ímpetu, como así también sus hombres y equipos, ante una muralla de aniquilación. Durante al menos 3 meses, los rusos se dedicaron a destruir toda y cada una de las fuerzas ucranianas que avanzaban de bruces. Así, el objetivo inicial de “desmilitarización y desnazificación” se fue cumpliendo, simplemente, con la espera paciente y predecible, convocando su ingreso a los calderos. Mientras tanto, los blancos situados detrás de las líneas enemigas, esto es, los centros de mando y arsenales eran atacados metódicamente con misiles de crucero y bombas planeadoras, a la vez que las defensas antiaéreas – como los famosos Patriot - eran anuladas con misiles hipersónicos.

 

 A sabiendas de la imposibilidad de avanzar varios kilómetros y reconquistar los óblasts que pasaron de mano, la OTAN empezó a batir blancos en Sebastopol, embarcaciones rusas en el Mar Negro, sabotear la represa de Kajovka o los ductos de amoníaco entre Togliatti (en Rusia) y Odesa (en Ucrania), o proseguir los intentos terroristas sobre el puente de Kerch. Pero esos eran estertores que intentaban equilibrar, de alguna manera, el desastre de la ofensiva masiva. La prensa occidental y los funcionarios se dedicaron simplemente a alargar este periodo de decadencia, que ya marcaba una propensión hacia la derrota: hablaron de nuevas armas, de nuevos paquetes de ayuda, ensalzaron las intenciones (mendaces, falsas, hipócritas) de incorporar a Ucrania en la OTAN, y sacaron a pasear a Zelenski para llenarlos de aplausos, que éste intercambió por carne fresca para la trituradora. Pero Ucrania ya estaba vencida en las primeras semanas de junio porque la elevada tasa de bajas consumiría rápidamente las unidades frontales y las reservas. Tan simple como eso.

 

 Por algún momento, la revuelta de Evgeni Prigozhin llenó de esperanzas a los dirigentes atlantistas, confiados en que una guerra civil rápidamente correría por el interior de Rusia, casi una confirmación de un sueño húmedo. Pero aun con el surrealista escandalete a cuestas, la rebelión fue sofocada… y meses después, ajusticiada, en un descabezamiento que pudo ser, pero mucho más parecer, un accidente.

 A sabiendas de una derrota inevitable, y de reacciones probablemente estúpidas dentro del Deep State, como, por ejemplo, intentar la opción nuclear, delegaciones de China y de la Unión Africana viajaron a Kiev ya para fines de junio intentando convencer a Zelenski que estipule diversos pasos para forjar una paz duradera. Pero Zelenski, amparado en la visión mesiánica angloestadounidense, rechazó cualquier negociación con los rusos y se mantuvo intransigente.

 

 En ese periplo, la delegación africana también tocó Moscú. Allí Putin les mostró el compromiso de alto al fuego y progresiva paz, en un papel firmado por los representantes ucranianos y rusos en Estambul, el 29 de marzo de 2022, que fue borrado con los codos por Kiev apenas dos días después, con la misteriosa y oportuna “masacre de Bucha”, endilgada a las tropas rusas y desmentida fervientemente por Moscú. Lo cierto es que la “opción bélica” fue la única desplegada en la mesa. La única que inocentemente pensaba Ucrania que sería su carta ganadora.

 

 Y la única que Rusia, tras una demostración inicial de puro músculo, a través de una guerra de maniobras en la que encajó sorpresivamente muchas bajas, reconfiguró en septiembre de 2022, específicamente el día 21, con la leva de 300.000 nuevos soldados, la declaración a la sociedad de que se trataba de una guerra de supervivencia del Estado y la Federación, y el reperfilamiento de su estrategia y tácticas sobre el terreno, pasando a una “guerra de desgaste”. Desde ese preciso momento en adelante, Rusia tuvo algunos reveses, pero luego se consolidó en las posiciones actuales y resistió. La toma de la ciudad de Bajmut se hizo icónica de la ferocidad de la guerra: la guerra ruso-ucraniana tenía su Stalingrado.

 

 Tras casi 4 meses de sanguinarios combates, Bajmut cayó en manos rusas y allí permanecen. En el medio de las derrotas militares de la OTAN, el Occidente Colectivo presionó en el G20 y mediante adicionales sanciones a la Federación y a todo aquél que se opusiera a sus designios, pero también fracaso porque el mundo empezó a comprender que el esquema de poder occidental “basado en reglas” y amparado en la ley costumbrista británica estaba agotado y era injusto. Al margen de las presiones la asociación estratégica entre Rusia y China, y entre Rusia e India, extrapoladas hacia el BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática y la Iniciativa de la Franja y la Ruta empezaron a mostrar otros caminos posibles de interrelación más simétrica.

 

 El G20 realizado en New Delhi puso coto a las aspiraciones occidentales: no hubo condena para Rusia, sino de manera ambigua y amplia a “todos los países que recurren a la amenaza y al uso de la fuerza para ir contra la integridad territorial y la soberanía o independencia de cualquier otro Estado”. Eso, por ejemplo, le cabe a todo Occidente y puntualmente ahora, a Israel, el protegido nuevo patrocinado de occidente. Pero volvamos al tema: La última jugada de Zelenski, luego de su rechazo abierto a ser parte de la OTAN en la Cumbre de Vilna, fue el pedido desesperado de intervención hecho en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU ¡incluso pidiendo la anulación del derecho a veto de Rusia!, hecho que no tuvo el eco esperado, llevándose solamente algunas palmadas en el hombro y más compromiso de armas y financiamiento para “continuar la guerra”.

 

 El viaje de Zelenski se coronó con el vergonzoso paso por el Parlamento canadiense, donde se lo homenajeó a él y a un viejo combatiente de la División Galitzia de las SS, en una asociación demasiado simbólica como para dejarla pasar por alto. El oportuno estallido del conflicto palestino-israelí, con vistas a evitar una consolidación de hub comercial-energético norafricano-arábigo-pérsico bajo los auspicios del BRICS, ha puesto al conflicto del Mar Negro en un segundo plano, casi olvidado. Pero han pasado cosas allí… que pueden sintetizarse en el siguiente axioma: las obvias ventajas de Rusia, manifestadas en su capacidad autóctona superior para movilizar hombres, producir bienes industriales y adaptar rápidamente su tecnología, se viene imponiendo. La OTAN y Ucrania en especial, han entendido que las flaquezas rusas eran una realidad estructural, y que, por antagonismo, las victorias rusas eran “propaganda”.

 

 Como sostuvo Scott Ritter, en analista estadounidense, la guerra definitivamente ha seguido el camino militar y político que impuso Rusia desde septiembre de 2022. Rusia puede lanzar ahora una ofensiva de otoño, esperar a una ofensiva de invierno o simplemente esperar a que la moral de Kiev se desplome absolutamente para generar allí los cambios políticos deseados por Moscú. Pero todos coinciden: estamos frente a una fase de desenlace. Ni la supremacía de los equipos occidentales, ni la escasez de reservas rusas, ni la incompetencia de la comandancia rusa, ni la guerra fratricida en el frente interior sucedieron. Por el contrario, los calderos de Avdiivka y Kúpiansk están ahora demostrando la capacidad de Rusia de finiquitar el esfuerzo ucroatlantista.

 

 Las recientes desavenencias entre el comandante Valery Zaluzhny, conocedor de la realidad militar ucraniana, y Volodimir Zelenski, un político que responde automáticamente a la presión internacional, queriendo sacar agua de las piedras, es un indicio de colapso que recuerda a las imágenes de la película “La Caída”, cuando Hitler imaginaba ejércitos que ya no existían. Quizás sea esta situación de quiebre interno la que frena una decisión de Putin por una ofensiva demoledora.

 O quizás, prefiera seguir usando la opción militar de manera moderada, para optar por la opción política recién cuando sucedan las elecciones presidenciales estadounidenses, dentro de un año, si es que no se derrumba, como un mazo de naipes, toda la resistencia del ejército ucraniano y con él, la organización banderista.

 

 Quizás sea hora que los planificadores occidentales empiecen a hacer sondeos por la paz… y por apartar a las figuras más recalcitrantes del régimen ucraniano. Hay síntomas de que se está tomando ese camino: la tríada dirigencial europea ya no hace declaraciones rimbombantes, los polacos y bálticos están callados y han bajado abruptamente las cifras de reclutas internacionales.

 

 Zelenski ha perdido cámaras y nadie ya se saca fotos con él. Mientras, Rusia goza de una paciencia blindada y se apresta por llevar las cosas a término según sus conveniencias estratégicas.

 

 Les habló Christian Cirilli, les mando un abrazo a todos los oyentes y los espero la semana que viene, en otra columna internacional, por el Club de la Pluma. 

 

LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 Analista Internacional

 Licenciado en administración UBA De ciencias económicas

 

EL CLUB BILDELBERG - Conspiración médica planetaria y despoblamiento - Parte XXIV - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

LA ÉLITE QUE DOMINA EL PLANETA

RED TAVISTOCK

LAVADO DE CEREBROS A ESCALA PLANETARIA

Conspiración médica planetaria y despoblamiento

El cártel de la medicina

Parte XXIV

 

 Un cálido abrazo a la distancia a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. En una extensa y profunda reflexión, iniciada hace varios meses, continuaremos indagando sobre cuestiones ocultas y desconocidas, de la mano de los libros del Dr. Daniel Estulin: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y METAPOLÍTICA.

 

 El tema de hoy será la conspiración médica planetaria: el cártel de la medicina.

 El sistema sanitario es un meganegocio al servicio del poder. Estados Unidos tiene el sistema de salud más peligroso y, al mismo tiempo, más caro del mundo. Es la causa del 60% de las bancarrotas del país. Para manejar el conjunto de la creciente población mundial, el plan a largo plazo es hacerlo a través de las autoridades médicas y psiquiátricas.

 

 En los últimos cien años, empezando por la dinastía Rockefeller, la medicina farmacéutica ha establecido el monopolio sobre la salud del planeta.

 La toxicidad de las drogas es tan grave que puede puede afirmarse que millones de personas están siendo asesinadas cada año y muchos millones más quedan afectados para siempre.

 

 A mucha gente le resulta difícil creer en la existencia de un cártel médico que se extiende desde Estados Unidos por todo el planeta. ¿Qué es y cuál es su objetivo?

 El objetivo global de las farmacéuticas y del cártel de la medicina es el control de las poblaciones. En otras palabras, debilitar la capacidad de la gente para pensar, para sentir, para tener experiencias vitales, para comprender lo que se le está haciendo y quién se lo hace. Evidentemente, es el sistema perfecto para hacerse con la gestión y control global del mundo. Porque el objetivo de la globalización es un sistema de gestión global. Políticamente hablando, lo que algunos llaman un Nuevo Orden Mundial.

 

 Pero, ¿cómo poner semejante venda a las personas, si son libres y están atentas, si son independientes? Lo que se necesita son poblaciones tan débiles como sea humanamente posible y resulta que la manera más eficaz de conseguirlo es drogándolas masivamente.

 Y esto es exactamente lo que está ocurriendo en todo el mundo. El medio para hacerlo es la medicina farmacéutica. Las estadísticas están ahí para demostrarlo: la cifra de muertos a causa de los medicamentos con receta en los Estados Unidos es de 225.000, pero si tuviéramos que contabilizar la cantidad de afectados o de personas que sufren reacciones adversas graves ante algunos medicamentos, estaríamos hablando de entre 30 y 40 millones de personas. Esa gente no puede pensar, no puede funcionar, se la engaña fácilmente, presta oídos a lo que le dicen las autoridades, sigue sus órdenes.

 

 Como siempre, la dinastía Rockefeller ha jugado un papel clave en la creación de un

monopolio médico global. La familia Rockefeller, alrededor de 1908, decidió que podía ganar mucho dinero con la incipiente industria farmacéutica. Es más, ¿por qué detenerse ahí? Lograron convertir la práctica de la medicina en su integridad, en Estados Unidos, en medicina farmacéutica basada en la industria petroquímica. Como ya estaban en el negocio del petróleo parecía lógico. De modo que encargaron un estudio, en cuyas conclusiones atacaban todas las formas tradicionales de medicina que se practicaban por entonces en el país, afirmando que carecían de valor y que no eran

científicas. Por supuesto, se trataba de un ataque comercial con el fin de reemplazarlas por la medicina farmacéutica de los Rockefeller.

 

 Esto hizo que las facultades de medicina homologadas desde entonces enseñaran únicamente medicina farmacéutica. Fue una conquista comercial del sistema médico.

 

 Otro de los elementos claves en el control de la población es el uso de las vacunas por parte de la élite. Se habla muy poco acerca de los efectos que tienen en la población. Un ejemplo: A mediados de los años setenta del siglo pasado, la Organización Mundial de la Salud, que pertenece a la ONU, anunció que había eliminado la viruela de África. Casi diez años después, obtuvimos información exclusiva de una fuente absolutamente fiable sobre una reunión secreta en Ginebra, que se dio poco después de que la Organización Mundial de la Salud anunciara su victoria. En ese encuentro se decidió que nunca se volvería a usar la vacuna de la viruela. ¿Por qué? La respuesta es evidente: porque en muchos casos provocaba viruela. Era una vacuna altamente peligrosa. De hecho, este ha sido un secreto a voces durante décadas. Recordemos que en los últimos años la Organización Mundial de la Salud pasó a ser una organización privada, o sea, que responde a intereses privados.

 

 Esto nos dejará pensando acerca de las acciones que tomaron los Estados con respecto a las vacunas durante la pandemia. Y me detengo aquí en esta cuestión que daría para muchas reflexiones.

 Lo cierto es que cuando les dieron esa vacuna contra la viruela a tantos millones de personas, ya no mostraban abiertamente ni los síntomas, ni las señales exteriores de la enfermedad, pero comenzaron a desarrollar nuevas enfermedades en el Tercer Mundo que carecían de nombre.

 

 Aparecían, por ejemplo, posibles meningitis. Incluso muchos a quienes les diagnosticaron sida en el Tercer Mundo habían recibido la vacuna contra la viruela, pero se le llamaba SIDA. Esta es la

tapadera que oculta el gigantesco crimen de la Organización Mundial de la Salud, en concreto, en África.

 

 El Estado global y el cártel de la medicina van tomados de la mano. Son una misma cosa, están en el mismo equipo, porque a los más altos niveles, ellos saben que el efecto general del imperio farmacéutico es destruir, debilitar y atrofiar la vida humana.

 El Estado global necesita poblaciones débiles. En 1974, Henry Kissinger lanzó un proyecto llamado Memorándum de seguridad nacional 200 cuyo objetivo era adoptar un plan de control drástico de la población mundial, con el objetivo de reducirla en 3000 millones de personas para el 2050. Estados Unidos lideró el esfuerzo, que funcionó de la siguiente forma: se hizo un control de la natalidad en los países en desarrollo, lo que era un requisito previo para recibir ayuda estadounidense.

 Kissinger lo resumió así: “Si estas razas inferiores se ponen en el camino de los recursos naturales y las materias primas, entonces tenemos que encontrar la manera de deshacernos de ellos”. Los nazis también apuntaban en esa dirección.

 

 La droga es poder. Sedantes, tranquilizantes: millones de personas que no son más que la cáscara de lo que eran.

 

 David Rockefeller en la reunión del CLUB BILDELBERG de 1991 expresó: “La soberanía

supranacional de una élite intelectual y banquera es absolutamente preferible a la autodeterminación nacional practicada durante los siglos pasados.” Tal estructura funciona mediante los mismos mecanismos financieros y comunicativos que pusieron a Tony Blair y George Bush Jr. en el poder dándoles la mayoría de los votos.

 

 Las corporaciones transnacionales han llevado a cabo una publicidad muy potente y han financiado a estos líderes políticos para asegurarse la cautividad de los Estados. Los gobiernos ya no pueden gobernar para el interés común sin infringir las nuevas leyes de comercio e inversión que sólo benefician a las corporaciones transnacionales, como se lee en WHY IS THERE A WAR IN AFGHANISTAN?, de John McMurtry, en el Forum sobre cómo debería responder Canadá al terrorismo y a la guerra, en diciembre de 2001.

 Lo que sorprende es por qué los demás no ven este peligro, si existe un poder mucho más potente que la presidencia, que el Papa, un poder invisible que controla el aparato militar mundial y el sistema de inteligencia, que controla el sistema bancario internacional, que controla el sistema de propaganda más eficiente de la historia; entonces debemos concluir que la democracia es, en el mejor de los casos una ilusión y,

en el peor, el preludio de una dictadura que se conocerá como el NUEVO ORDEN MUNDIAL y que nos conducirá a una esclavitud total.

 

 Si los miembros de EL CLUB BILDERBERG parecen ahora más discretos que nunca es, entre otras cosas, porque sus propuestas, llevadas a cabo por sus serviles agencias, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han causado más devastación en los últimos años que todos los desastres de la Segunda Guerra Mundial juntos.

 

 Con toda la evidencia en sus manos, la mayoría aún cree que tiene demasiados problemas personales para molestarse con teorías conspirativas. Eso es exactamente lo que el Instituto Tavistock de lavado de cerebros a escala planetaria perseguía y continúa persiguiendo.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención y deseando que volvamos a encontrarnos en otra edición más de EL CLUB DE LA PLUMA.

 


VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata