RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 16 de diciembre de 2024

RESISTENCIA ACTIVA - PEDRO RODRIGUEZ

 

RESISTENCIA ACTIVA

 

 

 Ya estamos en los últimos días del año y más de uno estará sintiendo que nos pasó un tren por encima. Y no es para menos.

 Las políticas de saqueo y ajuste que ha venido implementando este gobierno han tenido como epicentro golpear las condiciones de trabajo y de vida, así como las necesidades básicas de los trabajadores y de los sectores oprimidos de nuestra sociedad.

 Mientras tanto, la famosa “casta” sigue con sus enjuagues políticos a espaldas de la población, en donde lo único que les preocupa es ver cómo quedan lo mejor parados posibles mientras el sufrimiento de millones crece día tras día.

 El Parlamento no es otra cosa que una maquinaria perversa en donde se dirimen los intereses de las distintas facciones de la burguesía monopolista que –no sin contradicciones- siempre tiene en la mira la búsqueda y la concreción de nuevos y jugosos negocios para unos pocos y jamás la resolución de los problemas de las mayorías.

 El sueldo básico en nuestro país es el segundo más bajo de América Latina, solo por arriba de Venezuela. Es el 50% de lo que se percibe en Uruguay. El plan de gobierno de Milei es la rapiña de nuestros recursos humanos y materiales (como quedó demostrado en la reciente reunión del G20 en Brasil) y en ello -por ahora- le va bien. Su servilismo es ejemplar para el mundo de los negocios y el mercado, no hay rubro de rapiña que se haya dejado al azar. Ese es el famoso “éxito” en la macro economía que los medios del gobierno agitan y propagandizan sin cesar. Pero cuando las inversiones en bienes de capital a mediano y largo plazo no llegan a nuestro país (aunque tengan condiciones leoninas que los benefician) es porque la desconfianza sigue reinando.

 Sólo la timba financiera con posibilidades de ganancias rápidas se hace presente.

 

 Los gremios son los verdaderos “colaboracionistas” del gobierno para implementar el ajuste a la clase obrera y al pueblo. Un ejemplo de ello puede ser la “cumbre” en la que participaron Paolo Rocca (CEO del grupo Techint) Abel Furlán y Naldo Brunelli, secretario general y adjunto,respectivamente, de la UOM a  nivel nacional. Reunión pedida por los sindicalistas dado que la negociación paritaria con la Cámara Argentina del Acero no avanza: fueron a hablar con el dueño de la pelota. Un encuentro donde esta caricatura de dirigentes sindicales reafirma su papel de voceros de las patronales. Salieron con el mismo discurso de Rocca cuando se queja por los acuerdos con China como competidor directo que vendría a “destruir la industria nacional”. Nada dicen -por supuesto- que este grupo empresarial amasa fortunas en el sector energético, a través de la explotación de petróleo y gas en Vaca Muerta. Lugar en donde es uno de los principales jugadores. Al mismo tiempo que seguramente debe estar (como el resto de los monopolios) consiguiendo enormes ganancias en la bicicleta financiera que alimenta el gobierno.

 Eso sí: cuando los números en la producción de acero no les cierran, reclaman “protección del Estado” y del gobierno, con nuevos subsidios, nuevas exenciones, etc., en simultáneo que aprovechan la situación para no sólo seguir achatando la masa salarial, sino también para reorganizar los planteles productivos en pos de la “bendita productividad”. Los sindicatos son cómplices y artífices de la extorsión y el chantaje de las patronales, con argumentos tan falsos y viejos como la “amenaza” de cierre de empresas, de capitales que dejarán el país. Las quiebras de miles de empresas en estos últimos meses son producto del proceso de concentración y centralización de capitales en beneficio de los grupos monopolistas, NO DE ESCASEZ DE GANANCIAS.

Allí está incluido, obviamente, Techint y su conglomerado empresarial y otros monopolios, dado que el ajuste  incluye destrucción de fuerzas productivas como condición para buscar atenuar la crisis capitalista. 

 El cínico y traidor acompañamiento de los sindicatos en el objetivo último que es, ni más ni menos, disciplinar económica y políticamente a la clase obrera y demás sectores del pueblo trabajador, es una película que se replica en todas las empresas, de todas las ramas productivas.

 Mientras, la resistencia es despareja, con subas y bajas, sin un hilo conductor, debido a que es necesario elevar el nivel de debate de reivindicaciones económicas al plano eminentemente político.

 Se acumula bronca, sí, pero el riesgo de perder el trabajo por tirar la primera piedra muchas veces frena las iniciativas.

Sin embargo, comprobamos que tiremos o no la primera piedra nos toca el turno no sólo del despido sino de la crueldad con que se lleva a cabo el ajuste. Nos humillan no sólo con salarios miserables sino con un carácter esclavizante para la realización de nuestro trabajo.

La resistencia se debe profundizar con otra organización y otra metodología. Pero tiene que haber una consigna política rectora: derrotar el plan de gobierno. 

 En cada lugar de trabajo, en cada sector, hay que aunar las fuerzas que estén mostrando las ganas de enfrentar el actual estado de las cosas. Organizarse. Fortalecer el núcleo más decidido de la resistencia, que vaya de lo débil a lo fuerte y de lo pequeño a lo grande. La resistencia no puede estar basada en las metodologías de siempre que terminan traicionando a los de abajo.

 Ser parte de esta resistencia que aspira a cambios más amplios y profundos permitirá ir sumando más fuerzas que se sientan parte de un todo que eleve la dignidad de cada trabajador y trabajadora. Que la lucha desde esta concepción vaya generando no sólo una expectativa política sino de vida. Eso significa que la resistencia no sólo es contra la baja salarial, los despidos, las suspensiones o los aprietes por mayor productividad. Por eso, dicha resistencia no puede depender de ningún aparato sindical ni político.

 Entender este tema político crucial  erosionará el plan del gobierno y alimentará la posibilidad de derrotarlo.

 

PEDRO RODRIGUEZ

Desde Rosario- Militante Social

 

LA CIVILIZACIÓN QUE HEREDAMOS - PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

 

LA CIVILIZACIÓN QUE HEREDAMOS

 


 Desde Buenos Aires, saludo a todos los que escuchan El Club de la Pluma. Soy Lidia Rodríguez Olives

 

 El tema de esta columna puede sonar un poco desactualizado. Pero sé que en la Argentina de Milei todo pierde vigencia rápidamente, devorado, en tiempos cada vez más cortos, por hechos siempre más aberrantes que los anteriores. También sé que el conocimiento de la Historia alumbra la comprensión del presente, le da sentido y significado porque somos el resultado de lo que fuimos.

 

 En octubre pasado, frente a la indignación de algunos, la indiferencia de muchos y el apoyo explícito del “ejército libertario”, el gobierno decía: “Hoy, 12 de octubre, celebramos el Día de la Raza en conmemoración de la llegada de Cristóbal Colón, un hito que marcó el inicio de la civilización en América”.

 

 Podríamos hablar de la potencia simbólica que tiene el apelativo “raza”, con su inherente referencia a una jerarquía que justifica en una supuesta superioridad el dominio de unos sobre otros y el uso de la violencia para conseguirlo. También podríamos hablar de la Europa del SXV, ya no desde la Florencia de los Médici ni desde la corte de Francisco I de Francia sino desde la vida cotidiana de un pueblo al que el relato colonialista ha dejado sin Historia. Amputación del pasado semejante a la sufrida por los pueblos americanos, sepultados en el olvido y que sólo parecen emerger con la llegada de Colón. Sabemos mucho sobre el Renacimiento italiano, pero desconocemos la maravillosa ingeniería hidráulica y la compleja tecnología utilizadas para la construcción de Tenochtitlan.

 

 A poco de indagar en las fuentes que nos hablan no de minorías selectas sino de la vida del 95% de la población, la imagen que nos devuelve la “Europa de los descubrimientos” es sensiblemente diferente a la acuñada por el relato tradicional. Lejos de la corte papal de Alejandro VI, la esperanza de vida era de 30 a 35 años y a esa edad, los cuerpos ya mostraban los atributos de la vejez: espaldas encorvadas y bocas desdentadas señalaban que la vida llegaba a su fin. El 50% de los niños morían antes del primer año, holocausto infantil producido por la mala alimentación, el deterioro de la salud y la violencia.

 

 Mientras en América la organización de relaciones ecológicas y de intercambio sincronizadas entre diferentes espacios geográficos, el desarrollo de novedosas formas de cultivo, el desecamiento de pantanos, la extensión de sistemas de riego y, fundamentalmente, la concentración y redistribución de alimentos permitían sostener una población que superaba en mucho la de Nápoles, París o Londres, Europa moría de hambre. Los bosques, pantanos y chaparrales la convertían en una zona casi inhabitada, problema al que se agregaba la escasa tecnología agrícola y el bajo número de animales. La tierra no soportaba más de 2 cosechas sucesivas y un tercio de la misma se encontraba en permanente barbecho. El elevado precio de la sal hacía más conveniente entregar un animal como pago que comérselo. Precariamente alimentados, la mayoría de la población no podía recuperar las energías gastadas ni preservar su salud, y una sucesión de hambrunas sacudieron a la Europa del Renacimiento, como la que asoló España entre 1502 y 1507 y produjo el despoblamiento de regiones enteras. Según un relato de la época, “los sobrevivientes vagaban a lo largo de los caminos, llevando a sus hijos, muertos de inanición, a sus espaldas”. “Vivir con hambre” hizo frecuentes los estados de desasosiego nervioso y los paroxismos de terror, como muestran las turbulencias políticas y los delirios religiosos de la época. Fue América, la salvaje, la primitiva e incivilizada, la que les dio de comer. El maíz fue aceptado con avidez y la papa, introducida en 1500, se expandió rápidamente por todo el continente.  

 

 El europeo convive diariamente con el miedo a la muerte. Al hambre se suman las enfermedades que hacen estragos en cuerpos debilitados, impulsadas por la suciedad del período. Las dificultades para acceder al agua sumadas al alto precio del jabón, dificultan la higiene personal: los cuerpos llegan sucios a la mesa y a la cama. La basura que los vecinos de Paris arrojaban a las murallas llegó a alcanzar tal altura que hubo que cavar y apartarla por miedo a facilitar el ataque de los ingleses en 1512.

 

 A fines del SXV y principios del XVI, Europa es un continente brutalizado por su continuo contacto con la violencia y su indiferencia hacia ella. Se mutila y descuartiza a los criminales en público frente a espectadores excitados, y pedazos de esos cuerpos son colgados en piquetes fuera de las murallas o en los cruces de caminos. También la tortura se ejecuta en público y, en 1488, los vecinos de Brujas pedían a gritos que el espectáculo se prolongara el mayor tiempo posible. Huizinga cita el caso de los habitantes de Mons, que pagaron un alto precio por un bandido sólo por el placer de verlo descuartizado. La tortura ejerce fascinación y una mórbida inclinación al horror atraviesa toda la sociedad. El fanatismo religioso hace lo suyo. Brujas y acusados de herejía son quemados públicamente para regocijo de la muchedumbre. Europa es brutal y las costumbres cortesanas, idealizadas tantas veces en las pantallas de Hollywood, no fueron otra cosa que la educación impuesta por la Iglesia ante la cantidad de mujeres que morían en la noche de bodas. Occidente se horroriza con los sacrificios aztecas, pero no con sus femicidios y violaciones colectivas; no con Vasco de Gama disparando contra mujeres y niños, ni con Núñez de Balboa soltando perros enfurecidos contra los nativos de Centroamérica.

 

 También es Europa racista y excluyente, perseverante en el odio que profesa a las minorías. Los judíos estaban obligados a identificarse con una insignia desde el SXIII. Fueron finalmente expulsados de toda la Provenza en 1495; de Nuremberg y Württemberg en 1498; y de Ulm en 1499. En 1506, una ley francesa permitía matarlos sin castigo alguno si se los veía en lugares que les estaban prohibidos. Y en la “civilizada” España, reconquistada Granada e instalada la Inquisición, los Reyes Católicos firmaron un decreto ordenando la expulsión de sus reinos de todos los judíos practicantes. De 200 mil almas que formaban la comunidad hebrea, se calcula que emigraron entre 120 y 150 mil, debilitando las bases económicas de España en los comienzos de su carrera imperial. El nazismo no cayó del cielo…

 

 Pero Europa también odia a los turcos, a los moros y a los gitanos. Olvida con facilidad que de los turcos aprendió a construir galeras, cañones y cureñas, caminos y fábricas de pólvora; a diseñar fortificaciones, a levantar mapas y a trabajar metales. Su desarrollo intelectual y técnico se basó en lo que los conquistadores cristianos encontraron en las bibliotecas árabes de Toledo y Palermo, donde descubrieron la ciencia, la lógica y la filosofía griega; donde conocieron a Euclides, a Aristóteles y a Ptolomeo y aprendieron medicina. El odio también alcanza al diferente por su lengua, por sus costumbres, su vestimenta o su religión. Identificado como extranjero, lo construye como enemigo y justifica su exterminio. A fines del SXV Félix Hemmerlin, canónico de Zurich expresaba: “Las gentes del campo son subhumanas. Les sentaría bien que cada 50 años se quemaran sus casas y sus campos se convirtieran en desiertos”. Veinte años después, el sultán Bayaceto observaba con agudeza a sus visires: “Los cristianos luchan constantemente entre ellos mismos. No existe la concordia y nadie piensa en el interés común”. No es casual que, desde el SXIII, la guerra se haya tornado continua.

 

 Y España no fue una excepción. Aplastada Cataluña y aniquilada su industria, fue Castilla la que impuso su mentalidad y modeló la monarquía española. Sociedad cerrada, más inclinada a la guerra que al comercio, trasplantó a América su ideal del “perfecto hidalgo”: aquel que, desposeído por el mayorazgo, respeta a quien se hace rico saqueando y robando tierras, pero desprecia al que trabaja. Según López de Velazco, llegaron a América pretendiendo oficios y repartimientos, “aquellos hombres enemigos del trabajo, con más codicia de enriquecerse brevemente que de perpetuarse en la tierra”. Soberbio y arrogante, el conquistador hace de la Europa cristiana el único mundo válido en medio de otros inferiores y oscuros. Así, acuñó el estereotipo de una América vacía y sin cultura. No pudo resistir entonces la existencia de Tenochtitlán. Cortés la destruyó implacablemente y Carlos V prohibió que se hablase de ella. El derecho de conquista y la lucha contra el infiel abrieron el camino a la explotación y el holocausto americano. La mita en las minas de Potosí, Zacatecas, Guanajuato y Taxco aportaron a Carlos V, hasta 1550, 300 mil ducados anuales. Pero sus gastos militares ascendían a 1 millón, acumulando en 37 años una deuda de 39 millones con acreedores extranjeros. Y la triple bancarrota del gobierno de Felipe II no importó a la hora de desarrollar el más grande sistema de espionaje conocido en Europa. Ni toda la plata de América pudo detener la quiebra de la corona española. En cambio, aceleró la decadencia de su industria en un país donde nadie quiere producir porque resulta más rentable ser prestamista del gobierno.

 

 El relato acuñado a fines del SXIX, adoptado con vehemencia por nuestros liberales y que sirvió para adoctrinar a generaciones enteras de argentinos en las aulas, nos habla, como Milei, de una Europa que alumbró con su civilización este continente. Sin embargo, es en su barbarie y su violencia; en su fanatismo y su desprecio a la vida; en su intolerancia; en su capacidad para odiar hasta la destrucción y gozar con la crueldad; en su ignorancia y su racismo; en sus clases dominantes ociosas, corruptas y prebendarias, enriquecidas por el saqueo y la explotación; en su arrogancia y en todas sus miserias donde esta Argentina libertaria encontrará sus genes dominantes, donde puede mirarse como en un espejo que avergüenza y destruye para siempre el mito civilizatorio.

 

 Les mando un gran abrazo a todos los oyentes de El Club de la Pluma.

 

PROF. LIDIA INÉS RODRIGUEZ OLIVES

Profesora de Historia - Posgrado en Ciencias sociales por FLACSO

 

 

UNA FACCIÓN DE AL-QAEDA GOBIERNA SIRIA - PROF. VIVIANA ONOFRI

UNA FACCIÓN DE AL-QAEDA GOBIERNA SIRIA

NETANYAHU Y SUS RELACIONES OCULTAS CON HAMÁS

GUERRAS DE BAJA INTENSIDAD, INSURGENCIA: MECANISMOS PARA LOS CAMBIOS DE RÉGIMEN

Y EL ATENTADO DE CROMAÑÓN (ARGENTINA)

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Un día más, nos encontramos en este espacio de reflexión compartida en el que, la mayoría de las veces, desarrollamos problemáticas que abarcan a la mayoría de la Humanidad.

 

 ¡Cuántas hipótesis! Lo de Siria huele a pacto entre Washington y Moscú, un cambio de

“figuritas” con Ucrania de fondo. La rápida caída del gobierno sirio ha sorprendido a todos.

 En lugar de empezar una batalla, Bashar al-Assad desaparece, se va a Rusia y cae Damasco; esto apunta a un posible pacto entre Estados Unidos y Rusia con Irán, tampoco podemos descartar la entrega por dinero de los altos mandos del ejército sirio.

 

 La batalla de Irán y Rusia con la OTAN para establecer la ruta del gas de Oriente Medio a Europa pasando por Rusia con dos gasoductos, señala que Siria es un país clave para el tránsito, conectando el Mar Caspio, el Mar Negro, el Golfo Pérsico y el Mediterráneo.

 Sumemos que Qatar que es la tercera mayor reserva de gas natural del mundo, financia a Hamás y es socio de Estados Unidos. Siria corta sus relaciones con Irak, que ahora firma contratos con China y, con la salida de Assad, la OTAN recupera el gasoducto sirio.

 

 Y la crisis en la Unión Europea continúa de manera galopante con el caos en Rumanía. “Para qué celebrar elecciones, que nos digan los burócratas quién desean que gane”, en referencia a la primera vez que se anulan las elecciones en la Unión y no por fraude, sino por “intoxicación en redes” y Bruselas cierra la boca.

 Lo que es una verdad incuestionable es que Occidente festeja porque Siria ha quedado en manos de una extensión del grupo terrorista musulmán asesino Al-Qaeda y que su líder conocido como “Yolani”, había sido designado como terrorista desde 2013, mientras que su organización fue prohibida por la administración Trump en 2018, cuando se puso una recompensa de 10 millones de dólares por su cabeza. Si a “Yolani” le quitamos la barba, parece Zelensky y ya dejó de ser, como “por arte de magia”, un terrorista asesino y cruel, para transformarse en un defensor de la libertad y la democracia.

 

 Ahora, Estados Unidos se plantea eliminar de la lista al grupo terrorista, busca garantizar la estabilidad de Siria y, a partir de este momento, el diálogo del país del norte será con los grupos terroristas musulmanes. No es el momento de hablar sobre el

gobierno de Bashar al-Assad, si era una dictadura o no lo era; Jordania es una dictadura y a nadie se le “mueve un pelo”.

 Tampoco plantearnos si en Siria había corrupción, lo que sí había logrado el expresidente es que a pesar de la destrucción del país y de las sanciones ilegales de Occidente, el país gozaba de cierta estabilidad política, sin olvidar que era un país ocupado: en la franja norte, por Turquía; en una parte de los Altos de Golán, por Israel y, en la zona petrolera, por Estados Unidos y por grupos terroristas musulmanes, más de cuarenta, financiados, entrenados y organizados por Occidente y no nos olvidemos de las acciones de los kurdos en territorio sirio.

 

 Parece que la masa educada frente al televisor se olvidó cuando Occidente quiso llevar la democracia a Afganistán, a Irak, a Libia y en qué se convirtieron hoy esos países. Ahora se habla de que había que llevar la democracia y la libertad a Siria. ¡Imponer la sharia o ley islámica que es el cuerpo del derecho islámico, una democracia bárbara! ¡Y qué mentira es la pugna entre árabes y musulmanes, cuando Israel coordina acciones con terroristas musulmanes y, ¡oh, sorpresa!, Hamás está a favor de los terroristas yihadistas! Siria que era un Estado laico, ya comenzó su proceso de islamización radical.

 

 ¡Qué pasará con los varios tipos de comunidades cristianas que convivían pacíficamente con otras muchas religiones en el país del Levante; qué ocurrirá en la Unión Europea expuesta al terrorismo yihadista! ¿Más atentados en Francia o Bélgica? Parece que Occidente se olvidó cuando en el inicio de la guerra en Siria, los terroristas crucificaron cientos de cristianos y prendían fuego a los prisioneros. Ese es el tipo de personas que gobernarán Siria.

 Los grandes ganadores de la cantonización o balcanización de Siria son Israel, Turquía, los kurdos y, obviamente, Estados Unidos, pero hay alguien que actúa en las sombras y que no se nombra: el Imperio británico.

 

 Y la primera consecuencia de las masacres que Israel está perpetrando en Gaza, Cisjordania, en Líbano, en Irak, en Yemen no es lo que creíamos e Israel sigue bombardeando suelo sirio. En este mismo instante, los criminales que detentan el poder en Tel Aviv siguen adelante con sus planes de expansión y ahora comienza la rapiña y el saqueo a nivel despiadado entre todos.

 

 Los frentes de guerra de Ucrania y Líbano se habían fusionado y se habían desplazado hacia Siria, aliada de Rusia y, en Asia-Pacífico, en Corea del Sur, aliada de Occidente y volvemos a Europa con la farsa, una auténtica dictadura liberal de la Unión Europea, como la de Pinochet en Chile, la farsa de democracia con lo que ocurrió en Rumanía que, como el resultado electoral no fue favorable para Occidente, anuló las elecciones y recordando la “revolución de color” en Georgia, ese pequeño país de la Europa del Cáucaso, que podría ser otro frente de choque contra Rusia.

 

 Lo de Georgia también respondería a la idea de “guerras de baja intensidad” que los angloamericanos han hecho tan famosas y populares en todo el planeta y, aquí, nos viene a la mente, lo que ocurrió en Argentina en 2004, con el llamado “accidente” en la discoteca Cromañón que aparece en escena, ¡oh, casualidad!, ante la carrera estrepitosa de Aníbal Ibarra y un movimiento peronista tan, pero tan imparable con una aceptación casi del 80% de sus ciudadanos; aclaramos, Aníbal Ibarra estaba a cargo del gobierno de la llamada “Capital Federal” y Cromañón destruyó su carrera política.

 

 Aquí seguimos la hipótesis de que Cromañón fue un atentado excelentemente planificado por los servicios secretos angloamericanos y los sectores opositores a nuestro movimiento nacional y popular de toda la vida, como los bombardeos de la Plaza de Mayo de 1955.

 

 Cromañón fue un atentado, hipótesis defendida y confirmada por el compañero investigador Guillermo Robledo que, en un documento de 54 páginas, demostró su hipótesis. Al hablar de guerras de baja intensidad, nos referimos a movimientos de insurgencia, entendiendo por estos las acciones que un grupo minoritario realiza dentro de un Estado para forzar un cambio político mediante una combinación de subversión,

propaganda y presión militar, persuadiendo o intimidando a la gran masa de la población para aceptar dicho cambio. La organización, los objetivos y las tácticas usadas pueden ser muy variadas y diferentes según los grupos y las circunstancias. Cada insurgencia es única por la forma en que se desarrollan y se combinan todos los factores que la constituyen. No obstante, podemos afirmar que el objetivo final es obtener el poder político y, para ello, intentará movilizar a la población para recabar su apoyo o, al menos, conseguir su pasividad.

 

 Luego del atentado de Cromañón, apareció Macri en escena en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La doctrina de la guerra de baja intensidad y la doctrina de la decepción por la política para condicionar a los países es otra forma de las guerras en sentido estricto.

 

 Y volvemos a Medio Oriente. La teoría estúpida que Netanyahu utiliza hoy para justificar sus guerras en siete frentes es la de que existe un choque de civilizaciones entre la civilización occidental y las civilización islámica, china, etc. Sin embargo, en 2014, Netanyahu se hacía fotografiar visitando en el Ziv Medical Center de Zefat, a 500 oficiales de al-Qaeda heridos en Siria que recibían atención médica en Israel. Nathan Sharanski quien fue ministro de Ariel Sharon, concibió la narrativa según la cual no son ciertos dirigentes israelís quienes rechazan la paz, sino todo el conjunto de los palestinos. También inventó después que los revolucionarios iraníes querían echar a todos los judíos israelíes al mar, a pesar de que en Irán existe toda una comunidad judía que vive allí tranquilamente y que incluso está representada en el parlamento de la República Islámica de Irán.

 

 La coalición gubernamental israelí formada alrededor de Netanyahu, en realidad, continúa el proyecto colonial de Vladimir Jabotinsky: la creación de un imperio que abarcaría todos los territorios entre el Nilo y el Éufrates, es decir, desde Egipto hasta Irak.

 

 El proyecto de los sionistas revisionistas, el “Gran Israel”, apunta a apoderarse de todos los territorios del antiguo imperio asirio, imitando al protector de Jabotinsky, Benito Mussolini, quien pretendía restaurar el antiguo imperio romano. Los occidentales tratan ese conflicto como si fuese un problema étnico, como si la cuestión fuera un enfrentamiento entre judíos y árabes, en lugar de tratarlo como la cuestión política que es.

 

 Y el gobierno iraní se negó a apoyar a la resistencia libanesa frente a la invasión israelí.  Una facción iraní en el poder incluso entregó a Israel informaciones que permitieron asesinar a los principales responsables militares del Hezbolá libanés, y a su líder, Hassan Nasrallah. Ya es evidente que existe algún tipo de arreglo entre Washington, Teherán y Tel Aviv.

 

 En Yemen, el movimiento Ansar Allah, ya convencido del cambio de Irán, ha adoptado disposiciones especiales de seguridad para garantizar la protección de su líder y evitar que corra la misma suerte que el asesinado líder libanés, Hassan Nasrallah. No existen buenos y malos: la realidad es caleidoscópica.

 

 Una constante en el comportamiento de los sionistas revisionistas israelíes es que se esfuerzan por destruir pruebas materiales de sus mentiras. Los israelíes saben que Netanyahu ayudó a Hamás desde que obtuvo el cargo de primer ministro hasta el 7 de octubre de 2023. Él aseguraba que su estrategia consistía en favorecer a Hamás como medio de luchar contra la Organización para la Liberación de Palestina de Yasser Arafat, pero, los hechos demostraron que el objetivo de Netanyahu no era destruir la OLP, sino impedir la creación de un Estado palestino. Netanyahu, inicialmente, entregó dinero en secreto a Hamás y después comenzó a hacerlo oficialmente a través de Qatar, unos 2500 millones de dólares, permitiendo a la organización construir su red de túneles y armarse.

 

 Netanyahu y Hamás obtenían así el respaldo de los servicios secretos anglosajones, fieles a la estrategia anunciada en 1916 por el británico Herbert Samuel: había que lograr que el Estado judío y el Estado palestino nunca estuviesen en condiciones de garantizar su seguridad por sí mismos. Como siempre, Gran Bretaña está de “los dos lados del mostrador”.

 

 Y la Argentina de Milei está atada a esa red de terroristas asesinos sionistas y angloamericanos, de igual manera, la Unión Europea. Creemos que piensan que el Imperio británico ya no existe: un descomunal error.

 En contra de la opinión popular, el Imperio británico todavía existe y, en muchos aspectos, es más global, poderoso y feroz que cuando estaba en su apogeo en los siglos XVIII y XIX. Además, el Reino de Arabia Saudí, creado por el Imperio británico entre 1901 y 1932, es una prolongación clave de ese Imperio y, hoy, Londres es la sede de decenas y decenas de las organizaciones terroristas internacionales más sangrientas y despiadadas, financiadas y protegidas por el gobierno y por la propia Corona británica.

 

 Es importante que reflexionemos que los problemas actuales en Oriente Medio son el resultado de apenas tres décadas de presencia francobritánica que sembraron las semillas de algunos de los conflictos actuales de la región. Al caer el Imperio otomano tras la Primera Guerra Mundial, Francia y Gran Bretaña repartieron sus territorios.

 El Imperio otomano cayó después de más de quinientos años y ahí había una unidad política árabe y religiosa, musulmana. Las fronteras actuales son casi las mismas que las acordadas en la década de 1920 y, además, gran parte de las tensiones comunitarias y sectarias en la región surgieron en ese momento.

 

 Siguiendo la premisa “dividir para gobernar”, franceses y británicos privilegiaron a las minorías, ahondando las antiguas diferencias y creando nuevos agravios y sumemos el reparto arbitrario del territorio que impidió que la población se identificara con los nuevos Estados, lo que sigue siendo un problema un siglo después.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención, e invitándola a una nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria, siempre, compañeros! 

 

PROF. VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

 


PALABRAS PERDIDAS EN LA MEMORIA ROTA - MAURICIO IBÁÑEZ

 

PALABRAS PERDIDAS EN LA MEMORIA ROTA

 


 Hay palabras, términos y conceptos que, a fuerza de no entenderlos, acabamos perdiéndolos en el camino o, incluso, prostituyéndolos en favor de conveniencias y coyunturas. A veces son difíciles de rescatar de su secuestro, aún consultando el diccionario, pues también estamos sujetos a la voluntad o tendencia de quien lo escribe o lo compila.

 

 Palabras, términos y conceptos que un día identificaron nuestras posiciones políticas y ahora parecen haberse pasado al lado de nuestros contradictores. Otros que simplemente se extraviaron en el camino y olvidamos cómo o para qué usarlos, quizás porque hay cosas que cambian a medida que cambian los tiempos.

 

 Vamos a ilustrar el caso con la palabra que inspiró el tema de hoy. Democracia: originaria de Grecia antigua, se define como un sistema político en el cual la soberanía es ejercida por el pueblo, ya sea directamente o a través de representantes, o como un sistema social que reconoce y respeta como valores esenciales la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

 

 ¿Qué le sucedió a esta palabra? En el transcurrir de la historia empezó a perderse por el camino, y acabó utilizada para definir regímenes muy alejados de la soberanía popular o el ejercicio de la igualdad. Los Estados Unidos, que se definen a si mismos como los defensores universales de la “democracia”, tienen un sistema electoral donde el voto popular es un chiste malo, y los presidentes son elegidos por un sistema de representación que sólo entienden quienes lo manipulan. Su congreso hace años dejó de representar al pueblo y legisla según los intereses del empresariado que patrocina sus elecciones. Aún más grave, si en cualquier país del mundo un gobierno es elegido democráticamente, pero su orientación ideológica no es la que a ellos les gusta, hacen hasta lo imposible por tumbarlo “en nombre de la democracia”, es decir, de su concepto de democracia.

 

 La palabra Democracia, entonces, está secuestrada y debe ser rescatada, resignificada y respetada, en la medida en que regrese a su significado objetivo, el que estaba en la mente de los antiguos griegos.

 

 Pero hay muchas más palabras perdidas que debemos rescatar de la memoria rota. Veamos un concepto muy manoseado: Política. Esta es el conjunto de actividades, decisiones y acciones que se llevan a cabo para dirigir los destinos de una nación. Conectando este concepto con el de democracia, tales decisiones y acciones tienen el propósito de garantizar el bienestar y la igualdad de TODOS los ciudadanos.

 

 Este concepto se nos perdió a escala global, y nadie sabe donde está. Se ha prostituido de manera alarmante, al punto que acabamos llamando “Políticos” a las personas que hoy en día ejercen el poder, y que son lacayos serviles de todos los intereses posibles, excepto los intereses de los ciudadanos, mucho menos su bienestar y qué decir de la igualdad. Y lo peor de todo, es que nosotros los ciudadanos los elegimos.

 

 Pero una cosa es la política como un proyecto de acceso al poder para el logro del beneficio común, y otra es la “politiquería”, una caricatura armada con discursillos populistas con el propósito de ganar una contienda electoral y acceder al poder para beneficiar unos intereses particulares. Gracias a la politiquería electoral existen la desigualdad y la injusticia social, los grandes privilegios tributarios de los más poderosos, el capitalismo salvaje y la corrupción. Todo ello, para acabar de completar la tragedia, se ha hecho con nuestros votos.

 

 ¿Es posible rescatar esta palabra de los oscuros sótanos de la memoria rota? ¡claro que sí! Pero tomará mucho tiempo, más del que alcanzaremos a ver con nuestros propios ojos, quizás varias generaciones – si sobrevivimos -. Todos somos individuos políticos. Todos cargamos con la capacidad de funcionar en comunidad y aportar para el beneficio de todos. La clave está en la educación, y no en la de las escuelas (otro asunto secuestrado) sino en las familias y los grupos comunitarios. Allí nos vamos a encontrar nuevamente con el verdadero significado de la política como el ejercicio del poder para el beneficio de todos.

 

 Veamos, para no agotarnos, un último concepto construido con dos palabras también perdidas en la memoria rota: Responsabilidad Social. Su definición es extremadamente simple: es la capacidad que deben tener los gobiernos, empresas, agrupaciones y personas de responder ante la sociedad por sus acciones. En gobiernos y estados, este concepto puede asociarse al de responsabilidad política (asumiendo el verdadero significado de la política, como ya vimos) y está bien. En las empresas, a fuerza de ser incapaces de responder ante la sociedad por sus acciones, el significado de la responsabilidad social se perdió en un laberinto de acciones filantrópicas mediocres, regalitos navideños a las comunidades, o ciclos interminables de soborno y extorsión que constituyen el círculo vicioso de las relaciones con sus zonas de interés o influencia, y con las cuales aseguran la viabilidad de sus operaciones sin importar los efectos de corto, mediano y largo plazo sobre el medio ambiente y los pueblos que allí viven.

 

 En las personas, aunque su responsabilidad con la sociedad en conjunto debería ser clara y ser el producto de una educación integral, el concepto se perdió entre delegaciones: la familia espera que la escuela se encargue de formar al niño en responsabilidad, y la escuela espera lo mismo de la familia. Al final nadie asume la formación del infante, pero todos esperamos que algún día, no se sabe cómo, éste sea responsable.

 

 ¿Se puede rescatar este concepto? Si, es posible. En primer lugar, como individuos, debemos ser ejemplo de capacidad de responder ante la sociedad por lo que hacemos. Parece difícil pero no lo es en una sociedad que se reencuentra con los ideales de la democracia y la política.

 

 … y como dicen por ahí, soñar no cuesta nada. La diferencia con el pasado es que ahora, con las redes sociales, tenemos la posibilidad de influenciar un poco más allá de nuestro círculo íntimo de confianza. Siempre hay por ahí alguien dispuesto a escuchar lo que sugerimos, y así plantamos la semilla.     

 

MAURICIO IBÁÑEZ – Desde Colombia -Biólogo

Especialista En Estudios Socio-Ambientales