LOS SAFARIS HUMANOS DE SARAJEVO. EUROPA: EL
IV REICH. RÉCORD DE SUICIDIOS EN ARGENTINA.
Un cálido abrazo a toda la querida
audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro día más, nos reunimos aquí, en este
espacio de reflexión compartido. Hay columnas y columnas, pero esta sobrepasa
todas las expectativas cuando hablamos de la banalidad de la maldad.
Sarajevo es la capital actual de
Bosnia y Herzegovina, país europeo de la península balcánica que surgió después
de la disolución de Yugoslavia. Sarajevo fue sitiada por el ejército
serbio-bosnio durante casi cuatro años, desde 1992 hasta 1996, el asedio más
prolongado de una ciudad de la historia moderna, durante la Guerra de Bosnia.
Lo que comenzó como un rumor acerca de los safaris humanos durante el sitio de
Sarajevo, se ha transformado en una investigación que está llevando a cabo la Fiscalía
de Milán. Sí, como están escuchando. Durante esos cuatro años, ciudadanos
adinerados, sobre todo italianos, pero también franceses, españoles, alemanes,
canadienses, estadounidenses y de otras nacionalidades, habrían pagado entre
80.000 y 100.000 euros, a valores actuales, para matar como francotiradores a
civiles desde las colinas que rodean Sarajevo; tenían una vista perfecta de las
calles de la ciudad: eran tours turísticos organizados para disparar a seres
humanos, algo así como “los turistas de la muerte” para matar por placer a
civiles indefensos. Se pagaba por decidir quién vivía o quién moría.
Pagaban sumas astronómicas para asesinar por
sí mismos o para ver cómo verdaderos expertos en armas de largo alcance,
francotiradores, daban muerte a niños, mujeres, hombres, soldados, porque el
precio variaba según el objetivo a derribar. Asesinar un soldado era el trofeo
más buscado, por lo tanto, se pagaba más en ese paquete contratado; asimismo,
si la víctima era un niño, una niña o una mujer embarazada. Cuando los
ciudadanos salían de sus casas para buscar agua o alimentos jugaban a la ruleta
rusa.
Quizás, este es uno de los casos más
perturbadores que han salido a la luz en los últimos meses: no es ficción, no
es una leyenda urbana, es una investigación judicial activa que está ocurriendo
ahora mismo en Italia y que nos obliga a confrontar una de las páginas más
oscuras de la historia europea reciente. Los casos están siendo investigados
como homicidio múltiple, agravado por crueldad y motivos abyectos, un delito
que, según la legislación italiana, no prescribe.
UNICEF registró que 65.000 de los 80.000 niños
de Sarajevo fueron atacados por francotiradores durante el asedio de 1425 días.
¿Cómo se pasó de rumores de guerra a una investigación judicial? La historia
comienza en 2022 con un documental del director esloveno Miran Supanic que
recopiló testimonios anónimos de esa cacería humana. El film causó conmoción,
pero también escepticismo. ¿Era real o propaganda de guerra? Un periodista
italiano, Ezio Gavseni, decidió investigar y fue quien presentó una denuncia
formal con documentación, testimonios y evidencia ante la fiscalía de Milán. En
1995, un exagente de inteligencia bosnia denunció haber informado al servicio
de inteligencia militar italiano sobre lo que estaba ocurriendo. Uno de los
periódicos de mayor circulación de Italia se hizo eco de esos safaris humanos,
es decir, eran conocidos. ¡Un negocio de la muerte! ¡Un servicio estructurado
con logística y organización que reclutaba clientes!
¿Cómo es posible que algo así pudiera ocurrir?
La respuesta está en el caos de la guerra, ya se estaban cometiendo crímenes de
guerra masivos, la limpieza étnica era política oficial, los líderes políticos
y militares organizaban masacres. ¿Qué eran unos muertos más?
Lo más terrible de todo es pensar que quienes
asesinaban no eran psicópatas, sino personas ricas, exitosas que, luego de esas
acciones macabras, volvían a sus rutinas sin ninguna culpa, vamos, un fin de
semana distinto como si hubieran ido a una práctica de tiro. Es lo que
llamaremos “la banalidad del mal”. ¿Qué es lo que unía a esas personas? Algunos
hablan de ideología, asociados a la extrema derecha y que apoyaban la causa
serbia; otros hablan de sadismo: ejercer poder absoluto sobre la vida y la
muerte; también una experiencia extrema para cierto tipo de personas; impunidad
porque ocurría en medio de una guerra. ¿Cuántas personas estarían dispuestas a
hacer algo así, si hubiera impunidad? ¿Es una aberración de unos pocos o es
algo común en la naturaleza humana que sólo necesita las circunstancias
adecuadas para manifestarse, como en la Franja de Gaza, cuando soldados
israelíes o mercenarios disparan a quemarropa a los palestinos, por el placer
de asesinar?
Y en asociación mental directa de esa
temática nos sumergimos en el IV Reich que está instalado en Europa de la mano
de los burócratas de la muerte porque la muerte de miles, miles y miles de
soldados ucranianos, todos los días, que van a una muerte segura es algo muy
parecido. La OTAN sabe que no hay posibilidad de salir con vida en esas
operaciones contra las fuerzas rusas, pero no pueden admitir que la guerra la
tienen perdida y siguen reclutando civiles que son llevados al frente como
ganado y ahora han reducido la edad de reclutamiento. ¿Ustedes encuentran
alguna diferencia sustancial entre lo ocurrido en Sarajevo y lo que está
pasando en Gaza y en Ucrania? Claro, los burócratas degenerados europeos no
disparan directamente, pero envían a una muerte segura a sus víctimas para que
los maten los rusos y los hijos de aquellos perversos continúan estudiando en
instituciones extranjeras: no son alistados. Ahora, la Unión Europea está
pagando a influencers por hacerle propaganda. También les comento que Israel
está pagando hasta 7000 dólares a los influencers por cada podcast proisraelí.
¿Existe alguna diferencia que marque el límite
claro entre lo que ocurre contra los palestinos, lo ocurrido en Sarajevo y lo
que está siendo ejecutado en Europa? Porque Israel asesina a los palestinos,
pero el asesino Zelensky está matando a su propio pueblo, claro, él tampoco
dispara directamente sobre los ucranianos. Y la Unión Europea, ya es el IV
Reich, un Imperio mediante el dictado de unas leyes por parte de unas personas
que no tienen ningún tipo de feed back, de retroalimentación; sus acciones no
emanan de una voluntad popular ni sus criterios emanan de la voluntad popular,
ni las estructuras de poder sobre las que se erigen sirven para que la voluntad
popular pueda vehicularse o, inclusive, manifestarse, lo más grave.
Silenciar a quienes generan opinión fuera de
los grandes constructores de relato de opinión pública ya se está
implementando. Hay castigos por los algoritmos. Ya lo han legalizado y esto es
desconocido por la mayoría de la población europea. Se abrió un camino por el
que se puede interpelar a Youtube, X, Tic toc, Meta. No sabemos qué piden, pero
ya es evidente sobre la mesa. Es nuestra realidad. Es tan nocivo para la
libertad de expresión en general el que puedan decirle a una plataforma:
“Miren, estos contenidos o estas personas no queremos que se muestren en
determinadas zonas geográficas”. Esto ya está pasando. El marco normativo para
esto ya existe, ya se implementó. Obviamente, los sistemas que no son
dictaduras ni democracias, son oligarquías impuestas, y requieren de la ficción
de lo que son, requieren forzosamente que el ciudadano crea sus relatos. La
respuesta es que vivimos en una montaña de excrementos de mentiras. Y así se
fabrican las guerras. No lo olviden nunca. Somos la voz de la denuncia, que
resiste.
Saltamos a Argentina donde la
ficción, también, es algo cotidiano las 24 horas al día, los 7 días de la
semana, porque existe un relato, un cuento para niños, como en la Unión
Europea. Y el indicador de la mentira económica, monetaria y financiera
organizadas es el récord absoluto de suicidios en nuestro país en la Era Milei.
Ese índice ya supera, ampliamente, las muertes por accidentes viales o por
atracos con violencia. Como sucede en Europa, Milei no dispara directamente
sobre ningún ciudadano como Zelensky, pero está asesinando, implícitamente, a
su propio pueblo. Cada dos horas, un ciudadano argentino se suicida y, otros
dos, lo intentaron. En 2024, hubo 4249 suicidios.
¿Qué razones de un drama social se esconden
con esta cifra? Es que la verdad no vende porque los medios hegemónicos
manipulan y presionan y así como la Unión Europea te arruina y te esclaviza y
te implica en la guerra, en Argentina, ocurre lo mismo, pero con la manifiesta
presencia del fantasma del suicidio: las muertes que no hacen ruido, una guerra
invisibilizada y, otra guerra invisible, la de los argentinos que mueren por
falta de medicinas o de hambre. Europa se autodestruye y Argentina, también, se
autodestruye como Estado y, en silencio, suicidándose con la ficción de la
democracia. En un contexto geopolítico volátil y marcado por la máxima
inestabilidad, en la Unión Europea abundan las medidas que perjudican a los
ciudadanos europeos además de ejercer un control y una censura cada vez mayor;
en la Era Milei, les ponen la pistola o la soga en la mano a sus ciudadanos. Y
uniendo la reflexión sobre Argentina, proponemos la misma pregunta que nos
hicimos sobre lo ocurrido en Sarajevo y lo que sucede en Gaza y en Ucrania: ¿la
maldad es una aberración de unos pocos individuos o un aspecto de la naturaleza
humana que solamente necesita de circunstancias particulares para manifestarse?
Me despido de nuestra querida
audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola a otra nueva emisión
de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria siempre,
compañeros! ¡Palestina libre!
PROF.
VIVIANA ONOFRI
Desde Islas Canarias
Profesora
en Letras, ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

