GIRO
MACROECONÓMICO PLANETARIO
A PARTIR DE LA GUERRA DE MALVINAS (1982)
ARGENTINA
“TROGLODITA” A CONTRACORRIENTE
DEL RESTO DEL PLANETA Y SU ACTUAL GENOCIDIO
SILENCIOSO
EL PAPEL DE LA OTAN PARTE I
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro domingo más nos
encontramos aquí en este espacio de reflexión compartida.
Hoy haremos una
retrospectiva revisionista a nivel geopolítico y geoeconómico y,
simultáneamente, una actualización de acontecimientos, hechos y circunstancias
que se dan en el planeta. Seguiremos, en líneas generales, conceptualizaciones
de un programa que se emite desde Argentina, Nuevo Poder, y a la investigadora
canadiense Naomi Klein en su libro “La doctrina del shock”.
¿Por qué señalamos
como determinante la Guerra de Malvinas de 1982 para el giro
geopolítico y geoeconómico mundial posterior?
El Imperio británico
necesitaba un acontecimiento importante para enaltecer a las masas, porque en
Gran Bretaña los mineros hacía siete meses que estaban en huelga y Margaret
Thatcher necesitaba ser reelegida y, en Estados Unidos, se querían implementar
las directrices de la Escuela de Chicago, el neoliberalismo asesino, el
neoliberalismo del shock, que luego, paulatinamente, asfixió y estranguló al
resto del planeta.
Milton Friedman fue
el gurú del movimiento en favor del capitalismo de libre mercado, el
responsable de crear la hoja de ruta de la economía global, el capitalismo del
desastre. Privatizaciones, desregulación gubernamental y recortes en el gasto
social. Dejar en manos de particulares las actividades que antes realizaba el
Estado, privatizar empresas públicas, abrir fronteras para las mercancías,
capitales y flujos financieros, en síntesis, reducir el tamaño del Estado.
Ese macroesquema
económico se inició casi simultáneamente en Estados Unidos y Gran Bretaña y se
expandió como un virus en todo el planeta y donde opuso resistencias se
recurrió a las masacres, genocidios, tortura, golpes de Estado, todas
metodologías de las que estamos acostumbrados escuchar. Lejos de ser el camino
hacia la libertad, los ejemplos y sus escalofriantes consecuencias abundan.
Podemos partir desde Pinochet que fue un agente de la OTAN, pasar por Rusia,
Canadá, Sudáfrica, Indonesia, Tailandia, los países de América Latina y Caribeña
y una extensísima enumeración planetaria. Las diezmadas poblaciones civiles
sometidas a la voracidad despiadada de los dueños del mundo.
La Escuela de Chicago
se impuso en todo el planeta desde los años setenta del siglo pasado y la OTAN
utilizó al gobierno golpista de Argentina para poder dar un giro copernicano a
la economía planetaria con la Guerra de Malvinas, pero al igual que Galtieri
que fue usado y desechado, hoy la OTAN está utilizando a Milei y será desechado
cuando haya cumplido sus fines.
Y volvemos a la
Guerra de Malvinas que no fue una contienda entre Argentina y Gran
Bretaña, sino entre Argentina y la OTAN, como fue la OTAN
quien dirigió el Plan Cóndor de las dictaduras sangrientas en América Latina y
Caribeña. Plan Cóndor que necesitaba aplastar a los gobiernos desarrollistas
del continente americano, porque Perón en el 55 ya había caído por la
Revolución Fusiladora, pero quizás la enseñanza de Nasser en Egipto al
estatizar el Canal de Suez, en 1956, no había sido vista con buenos ojos por la
OTAN. El presidente general Gamal Abdel Nasser fue un referente en el mundo del
desarrollismo planificado, un verdadero gobierno aliado de su pueblo que le
devolvió su dignidad frente a las injerencias extranjeras. Existen multitud de
investigaciones sobre la comparación entre el gobierno de Nasser y los dos
primeros gobiernos de Perón.
Y continuamos con la
OTAN que desde su creación en 1949 es el pilar fundamental del
orden mundial impuesto por Estados Unidos y como tal siempre
será un obstáculo para un cambio progresista en cualquier lugar del mundo,
llámese Unión Europea, Oriente Medio o América Latina y Caribeña.
No olvidemos durante
la Guerra Fría, los Ejércitos Secretos de la OTAN, la Red Gladio
o Stay Behind, en Europa occidental para destruir los
movimientos prorrusos con “atentados de falsa bandera”, sobre todo, en Italia,
temática que ya hemos abordado con anterioridad.
Los órganos de la
OTAN están diseñados para ir en contra de cualquier medida encaminada a una
política exterior independiente de cualquier gobierno OTAN. Y la Guerra de
Malvinas fue el punto de inflexión a partir del cual Margaret Thatcher pudo
lanzar la primera gran marea privatizadora de una democracia occidental y,
Reagan, fue pionero, pero en Estados Unidos. ¡El planeta se abrió a los
mercados! En 1999, el ataque de la OTAN contra Belgrado permitió que más tarde
la antigua Yugoslavia fuera pasto de las rápidas privatizaciones, un objetivo
anterior a la propia guerra.
¿Pero qué diferencias
existen entre la OTAN de la Guerra de las Malvinas y la actual? Profundos
abismos separan a la OTAN aquella de la que padecemos actualmente. En ese
momento, existía un poder central capaz de manejar a todos los pueblos del
mundo; hoy, hay autonomía de los pueblos, donde coexisten imperios y
subimperios, como Turquía, Brasil. La OTAN a través de Gran Bretaña ya no posee
el poder de los mares; Rusia y China la superan en armamento militar naval. La
OTAN hoy por hoy fracasó en la guerra de Ucrania. Estados Unidos ya no posee el
poder financiero ni de
sobreproducción mundial, como en la década de los ochenta.
En la época de la
Guerra de Malvinas existía una sola moneda, el dólar; hoy, coexisten 10 monedas
diferentes dentro de los Estados. En el momento de la Guerra de Malvinas,
existían dos potencias mundiales: hoy ese ya no es el eje de la lucha imperial.
Como tampoco es el eje de las luchas imperiales la cuestión de las armas
nucleares: es obsoleto, ya no es poder estratégico. Hay autonomía de muchos
países y a nivel continental en
los alimentos y en la energía. Rusia compraba trigo a
Argentina, pero ahora la Federación Rusa es exportadora. Arabia Saudí, que es
un desierto, exporta cereales.
Si mirásemos un
planisferio, la OTAN está sitiada por los pueblos y no se olviden de los BRICS.
Y volvemos a la Guerra de Malvinas donde se usó al sentimiento argentino;
contienda que fue conducida por unos militares incapaces e ignorantes por no
entender el camino del propósito internacional geopolítico y geoeconómico que
se escondía: la irrupción de la destructora Escuela de Chicago con su política
neoliberal que se expandiría sobre todo el planeta. Hoy no queda nada en el
mundo de lo que fue la Guerra de Malvinas en 1982 y esa guerra se hizo para que
el mundo se abra a los mercados y hoy se cierra todo. La globalización mundial
hizo que, ahora, cada país “se meta para adentro”.
El mundo está en otra
sintonía, pero en Argentina, la élite troglodita hace todo lo contrario de lo
que realizan todos los países. Argentina es una de las últimas trincheritas que
le quedan a la OTAN para poder sobrevivir.
Estados Unidos ya no
tiene el poder absoluto de nada, menos Gran Bretaña e Israel ha perdido poder
cultural y moral en la opinión pública mundial, porque ha banalizado el
Holocausto por su genocidio en Gaza y Cisjordania.
Israel es un Estado genocida! Y Argentina ya forma parte del
GRAN ISRAEL a pesar de las distancias geográficas, donde existe también un
genocidio, siguiendo la definición de Raphael Lemkin, creador del término
“genocidio”. Así escribió: “La Segunda Guerra Mundial ha centrado nuestra
atención en los fenómenos de la destrucción de poblaciones enteras, de grupos
nacionales, raciales o religiosos tanto biológica como culturalmente”. No es
necesario que se mate a toda la población argentina.
Lo de Argentina es un
genocidio. Genocidio sobre los cuerpos y sobre las mentes de la población
argentina a través de los medios de comunicación en manos, sobre todo, de
Israel. La geopolítica de Milei se dirige hacia el mismo abismo que la de
Galtieri en la Guerra de Malvinas, en 1982. Y hoy ya el capitalismo del
desastre o neoliberalismo está muerto, sustituido por el mercado socialista a
través de la masa de subsidios de los Estados. China tiene su masa de
subsidios; la Unión Europea, la suya y Estados Unidos, la propia.
Hoy la deflación
mundial sin piso, devora el 15% del PBI mundial, por año y la deuda mundial es
insostenible. La Unión Europea está paralizada. Y Argentina, como títere sin
cabeza, vive la deflación planetaria y, a la vez, la inflación monopólica
dolarizada interna y, simultáneamente, también está sufriendo su propio
genocidio. ¡Qué maldición! Argentina no redujo el Estado, sino que lo aniquiló:
es una nación sin Estado que padece su genocidio silencioso.
Argentina y Palestina
sufren sus particulares genocidios, pero el de Argentina es casi invisible porque
no se ve: el genocidio es, además de sobre los cuerpos por los ciudadanos que
mueren por falta de medicinas imprescindibles o alimentos, también, cultural.
No es necesario que mueran todos los argentinos como no es necesario que mueran
todos los palestinos.
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola a una nueva
emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo.
¡Hasta la victoria
siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Desde Islas Canarias
Profesora
en Letras
ex catedrática de la Universidad Nacional de
Mar del Plata
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