RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 2 de marzo de 2025

GIRO MACROECONÓMICO PLANETARIO - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

GIRO MACROECONÓMICO PLANETARIO

 A PARTIR DE LA GUERRA DE MALVINAS (1982)

ARGENTINA “TROGLODITA” A CONTRACORRIENTE

 DEL RESTO DEL PLANETA Y SU ACTUAL GENOCIDIO SILENCIOSO

EL PAPEL DE LA OTAN PARTE I

 


 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro domingo más nos encontramos aquí en este espacio de reflexión compartida.

 Hoy haremos una retrospectiva revisionista a nivel geopolítico y geoeconómico y, simultáneamente, una actualización de acontecimientos, hechos y circunstancias que se dan en el planeta. Seguiremos, en líneas generales, conceptualizaciones de un programa que se emite desde Argentina, Nuevo Poder, y a la investigadora canadiense Naomi Klein en su libro “La doctrina del shock”.

 

 ¿Por qué señalamos como determinante la Guerra de Malvinas de 1982 para el giro

geopolítico y geoeconómico mundial posterior?

 El Imperio británico necesitaba un acontecimiento importante para enaltecer a las masas, porque en Gran Bretaña los mineros hacía siete meses que estaban en huelga y Margaret Thatcher necesitaba ser reelegida y, en Estados Unidos, se querían implementar las directrices de la Escuela de Chicago, el neoliberalismo asesino, el neoliberalismo del shock, que luego, paulatinamente, asfixió y estranguló al resto del planeta.

 

 Milton Friedman fue el gurú del movimiento en favor del capitalismo de libre mercado, el responsable de crear la hoja de ruta de la economía global, el capitalismo del desastre. Privatizaciones, desregulación gubernamental y recortes en el gasto social. Dejar en manos de particulares las actividades que antes realizaba el Estado, privatizar empresas públicas, abrir fronteras para las mercancías, capitales y flujos financieros, en síntesis, reducir el tamaño del Estado.

 

 Ese macroesquema económico se inició casi simultáneamente en Estados Unidos y Gran Bretaña y se expandió como un virus en todo el planeta y donde opuso resistencias se recurrió a las masacres, genocidios, tortura, golpes de Estado, todas metodologías de las que estamos acostumbrados escuchar. Lejos de ser el camino hacia la libertad, los ejemplos y sus escalofriantes consecuencias abundan. Podemos partir desde Pinochet que fue un agente de la OTAN, pasar por Rusia, Canadá, Sudáfrica, Indonesia, Tailandia, los países de América Latina y Caribeña y una extensísima enumeración planetaria. Las diezmadas poblaciones civiles sometidas a la voracidad despiadada de los dueños del mundo.

 

 La Escuela de Chicago se impuso en todo el planeta desde los años setenta del siglo pasado y la OTAN utilizó al gobierno golpista de Argentina para poder dar un giro copernicano a la economía planetaria con la Guerra de Malvinas, pero al igual que Galtieri que fue usado y desechado, hoy la OTAN está utilizando a Milei y será desechado cuando haya cumplido sus fines.

 

 Y volvemos a la Guerra de Malvinas que no fue una contienda entre Argentina y Gran

Bretaña, sino entre Argentina y la OTAN, como fue la OTAN quien dirigió el Plan Cóndor de las dictaduras sangrientas en América Latina y Caribeña. Plan Cóndor que necesitaba aplastar a los gobiernos desarrollistas del continente americano, porque Perón en el 55 ya había caído por la Revolución Fusiladora, pero quizás la enseñanza de Nasser en Egipto al estatizar el Canal de Suez, en 1956, no había sido vista con buenos ojos por la OTAN. El presidente general Gamal Abdel Nasser fue un referente en el mundo del desarrollismo planificado, un verdadero gobierno aliado de su pueblo que le devolvió su dignidad frente a las injerencias extranjeras. Existen multitud de investigaciones sobre la comparación entre el gobierno de Nasser y los dos primeros gobiernos de Perón.

 

 Y continuamos con la OTAN que desde su creación en 1949 es el pilar fundamental del

orden mundial impuesto por Estados Unidos y como tal siempre será un obstáculo para un cambio progresista en cualquier lugar del mundo, llámese Unión Europea, Oriente Medio o América Latina y Caribeña.

 No olvidemos durante la Guerra Fría, los Ejércitos Secretos de la OTAN, la Red Gladio

o Stay Behind, en Europa occidental para destruir los movimientos prorrusos con “atentados de falsa bandera”, sobre todo, en Italia, temática que ya hemos abordado con anterioridad.

 

 Los órganos de la OTAN están diseñados para ir en contra de cualquier medida encaminada a una política exterior independiente de cualquier gobierno OTAN. Y la Guerra de Malvinas fue el punto de inflexión a partir del cual Margaret Thatcher pudo lanzar la primera gran marea privatizadora de una democracia occidental y, Reagan, fue pionero, pero en Estados Unidos. ¡El planeta se abrió a los mercados! En 1999, el ataque de la OTAN contra Belgrado permitió que más tarde la antigua Yugoslavia fuera pasto de las rápidas privatizaciones, un objetivo anterior a la propia guerra.

 

 ¿Pero qué diferencias existen entre la OTAN de la Guerra de las Malvinas y la actual? Profundos abismos separan a la OTAN aquella de la que padecemos actualmente. En ese momento, existía un poder central capaz de manejar a todos los pueblos del mundo; hoy, hay autonomía de los pueblos, donde coexisten imperios y subimperios, como Turquía, Brasil. La OTAN a través de Gran Bretaña ya no posee el poder de los mares; Rusia y China la superan en armamento militar naval. La OTAN hoy por hoy fracasó en la guerra de Ucrania. Estados Unidos ya no posee el poder financiero ni de

sobreproducción mundial, como en la década de los ochenta.

 

 En la época de la Guerra de Malvinas existía una sola moneda, el dólar; hoy, coexisten 10 monedas diferentes dentro de los Estados. En el momento de la Guerra de Malvinas, existían dos potencias mundiales: hoy ese ya no es el eje de la lucha imperial. Como tampoco es el eje de las luchas imperiales la cuestión de las armas nucleares: es obsoleto, ya no es poder estratégico. Hay autonomía de muchos países y a nivel continental en

los alimentos y en la energía. Rusia compraba trigo a Argentina, pero ahora la Federación Rusa es exportadora. Arabia Saudí, que es un desierto, exporta cereales.

 

 Si mirásemos un planisferio, la OTAN está sitiada por los pueblos y no se olviden de los BRICS. Y volvemos a la Guerra de Malvinas donde se usó al sentimiento argentino; contienda que fue conducida por unos militares incapaces e ignorantes por no entender el camino del propósito internacional geopolítico y geoeconómico que se escondía: la irrupción de la destructora Escuela de Chicago con su política neoliberal que se expandiría sobre todo el planeta. Hoy no queda nada en el mundo de lo que fue la Guerra de Malvinas en 1982 y esa guerra se hizo para que el mundo se abra a los mercados y hoy se cierra todo. La globalización mundial hizo que, ahora, cada país “se meta para adentro”.

 

 El mundo está en otra sintonía, pero en Argentina, la élite troglodita hace todo lo contrario de lo que realizan todos los países. Argentina es una de las últimas trincheritas que le quedan a la OTAN para poder sobrevivir.

 Estados Unidos ya no tiene el poder absoluto de nada, menos Gran Bretaña e Israel ha perdido poder cultural y moral en la opinión pública mundial, porque ha banalizado el Holocausto por su genocidio en Gaza y Cisjordania.

 

Israel es un Estado genocida! Y Argentina ya forma parte del GRAN ISRAEL a pesar de las distancias geográficas, donde existe también un genocidio, siguiendo la definición de Raphael Lemkin, creador del término “genocidio”. Así escribió: “La Segunda Guerra Mundial ha centrado nuestra atención en los fenómenos de la destrucción de poblaciones enteras, de grupos nacionales, raciales o religiosos tanto biológica como culturalmente”. No es necesario que se mate a toda la población argentina.

 

 Lo de Argentina es un genocidio. Genocidio sobre los cuerpos y sobre las mentes de la población argentina a través de los medios de comunicación en manos, sobre todo, de Israel. La geopolítica de Milei se dirige hacia el mismo abismo que la de Galtieri en la Guerra de Malvinas, en 1982. Y hoy ya el capitalismo del desastre o neoliberalismo está muerto, sustituido por el mercado socialista a través de la masa de subsidios de los Estados. China tiene su masa de subsidios; la Unión Europea, la suya y Estados Unidos, la propia.

 

 Hoy la deflación mundial sin piso, devora el 15% del PBI mundial, por año y la deuda mundial es insostenible. La Unión Europea está paralizada. Y Argentina, como títere sin cabeza, vive la deflación planetaria y, a la vez, la inflación monopólica dolarizada interna y, simultáneamente, también está sufriendo su propio genocidio. ¡Qué maldición! Argentina no redujo el Estado, sino que lo aniquiló: es una nación sin Estado que padece su genocidio silencioso.

 

 Argentina y Palestina sufren sus particulares genocidios, pero el de Argentina es casi invisible porque no se ve: el genocidio es, además de sobre los cuerpos por los ciudadanos que mueren por falta de medicinas imprescindibles o alimentos, también, cultural. No es necesario que mueran todos los argentinos como no es necesario que mueran todos los palestinos.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención e invitándola a una nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo.  

 

 ¡Hasta la victoria siempre, compañeros!


 

PROF. VIVIANA ONOFRI

Desde Islas Canarias

 Profesora en Letras

 ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

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