TODOS
CULPABLES
¡¡¡Hola a todas y a todos, estimados amigos del Club de la
Pluma!!!
Antes que nada, un saludo especial a Gabriela y a Norberto,
compañeros entrañables que sostienen día a día este proyecto comunicacional
que, -amén de luchar contra la desinformación mundial-, nos permite a humildes
pensadores como nosotros, expresar lo que estudiamos, razonamos y creemos
-humildemente- que puede ser de utilidad para alguien.
No hacemos esto ni por dinero ni por otro interés, solo no
mueve el interés de aportar un pensamiento, una reflexión, para ver si se puede
de alguna manera mejorar en algo este mundo cruel e injusto en el que nos ha
tocado vivir.
Pasando a mi columna del día relacionada con temas
judiciales (y no tanto), en mi afán de ayudar a que empecemos a llamar a las
cosas por su nombre, quería compartir con ustedes otra de las tantas zonceras o
tonterías que los "dueños del mundo" nos han inculcado, que han
teñido nuestro lenguaje de idioteces.
Esta "zoncera" figura en la mayoría de las
Constituciones, Normas, Leyes y en discursos de los operadores de la Justicia
como jueces, abogados, fiscales, y también comunicadores u operadores
mediáticos.
Esta hermosa frase se repite como un "mantra"
hasta el hartazgo; pero que en verdad es una gran mentira, por muy lindo que
suene.
Dejemos de generar incertidumbre y digámoslo de una vez:
La zoncera en cuestión es: "Todos somos inocentes ante
la ley hasta que se demuestre lo contrario"
Amigos, "la verdad de la milanesa" como decimos en
Argentina es que -salvo que pertenezcamos al ínfimo grupo de los dueños del
mundo - todos somos culpables hasta que nosotros demostremos lo contrario.
Un apartado aquí: Repito mucho lo de "dueños del
mundo" porque he tratado de resumir en esa frase lo que todos sabemos y es
que quienes deciden sobre nuestras vidas, nuestra alimentación, como vestimos,
qué comemos, cuanto vivimos, cuando morimos, cuántos hijos tenemos, si tenemos
o no hijos, como y cuando nos educamos, si realmente nos educamos, si tenemos o
no salud etc. y etc., son las grandes multinacionales, los grandes grupos
económicos, los que tienen el dinero, los poderosos del planeta, algún que otro
político importante, los dueños de los medios de comunicación globales y sus
empleados.
Siguiendo con mi tema digo que imagino que algún estudiante
de derecho y algún que otro colega con poca experiencia en el ejercicio de la
profesión se deben estar escandalizando si escuchan esta afirmación casi
"sacrílega" ...un loco poniendo en tela de juicio el alcance del
"famoso Principio de Inocencia".
Veamos: Si bien casi en la mayoría de los sistemas jurídicos
del mundo se encuentra establecido el llamado principio de inocencia; este es
una ficción ya que -salvo que uno cuente con recursos y abogados buenos para
demostrar su inocencia-, esos sistemas a uno lo consideran culpable.
Fíjense que, por ejemplo, en México, recién en 2016 se
implementó el Nuevo Sistema Penal que estipula el famoso principio.
Muchos me dirán: ¿Ud. bromea?
¿México ni siquiera lo tenía consagrado en su legislación?
...pues NO.
Es más, por ahí debe andar una película que se hizo sobre
las pocas garantías que tenían los acusados en México y al terminar la película
se pasa en los títulos finales esta frase: "Recién en el año 2016
comenzara a aplicarse en México el "Principio de Inocencia"".
Ahora bien: ¿Como funciona o como debiera funcionar ese principio?
Porque convengamos que para decir frases bonitas que son a
la postre tonterías, a nadie le cobran, ¿eh?
Entonces, luego de escuchar la frase bonita "todos
somos inocentes..." debemos preguntar: bien, pero ¿cómo se pone en
práctica el principio?
-Esto es más o menos así: a usted alguien lo denuncia de que
cometió un delito, la policía lo arresta por sospecha, etc., etc., por ejemplo.
-Luego, Jueces y Fiscales comienzan "la
investigación", siendo ellos -por ley- quienes deben conseguir todas y cada
una de las pruebas que destruyan el principio de inocencia.
El principio de que usted no es culpable hasta que después
de un juicio justo, con todas las garantías constitucionales respetadas, sin
que se viole sus derechos de defensa, sin perder de vista de que se está frente
a un inocente, bueno y todas las sandeces que se dicen cuando la realidad es
otra...convengamos... usted resulta culpable.
-Volviendo, en el proceso usted no debe decir nada, es
decir: puede decir lo que quiera, pero no está obligado a decir nada en su
defensa.
¿Y por qué esto es así?
Obviamente ¡porque no fue usted el que se presentó
solicitando que se lo investigue y se lo condene! "...elemental Watson,
elemental...", frase que se suele atribuir a Sherlock Holmes.
Hablando en criollo sería decir: "A ver... jueces,
fiscales y policías... Si ustedes dicen que cometí un delito, demuéstrenmelo y
si no, me dejan en paz que yo soy inocente" (vale aclarar que hay casos en
donde uno se puede presentar para que se lo investigue, pero no viene al caso)
Como dije, si bien suena bonito, no funciona así.
Tan es así y tan mal está informada la población y tan mal
formados están los funcionarios abogados (Obviamente que hay excepciones, no).
Que viene bien contar una anécdota de mi paso como abogado por una Defensoría
Federal de Argentina en donde trabajé y que, por no ser parte del
"establishment", no se me permitió ascender y llegar a cargos
superiores en donde podría haber ejercido con mayor dedicación y formación
intelectual la defensa de los imputados.
Al margen de lo dicho y ante la ausencia de algún jefe tuve
que hacer reemplazos y ejercer la defensa de jóvenes acusados de cometer
delitos.
Allí pude comprobar de manera directa que el tan mentado
principio de inocencia es una fantasía.
Para jueces y fiscales, el joven sentado frente a ellos era
culpable y ellos solo se esmerarían en "dibujar", "en
acomodar" un escenario para "fundamentar" una condena; ...que
para eso estaban.
En la investigación, si aparecían, rastros, indicios o
pruebas que pudieran haber jugado a favor del acusado para exculparlo, lo
pasaban por alto y solo se llevaban por algunos informes mal escritos, unos
testigos que siempre quieren quedar bien con la policía, los denunciantes y lo
peor: por las afirmaciones de la policía u otra fuerza de seguridad que le
entrega a los jueces las causas listas para "ponerle el moño de la
condena". La llamada "prevención" como se llama en tribunales a
los uniformados que persiguen jóvenes, delincuentes o no.
Pero lo más grave, lo que más me escandalizaba y contra lo
que YO no podía luchar; por mi bajo posicionamiento en el escalafón de la
institución en la que trabajé (como dice el refrán: "donde manda capitán
no manda marinero") era el escaso profesionalismo de mis colegas, "la
falta de calle", la poca reflexión, el desinterés en que se aplique la
"buena" justicia, la escasa preparación en el ejercicio real y
concreto de la defensa, en fin.
Si bien aquellos se autopercibían eruditos (obvio, de
bibliotecas) y llenaban de libros sus anaqueles, libros que casi nunca leían
claro está.
Pero, de defender, lo que se dice defender...NADA.
Es que esos abogados, que nunca pisaron el barro, a los que
sus padres les pagaron la universidad, (en su mayoría universidades privadas en
las cuales con solo tener la cuota al día es una garantía de obtener el título
al margen de la calidad académica), que nunca usaron su propia cabeza y que
repiten como loros lo que les enseñaron en los libros, frases bonitas pero que
son falacias; ...ante la situación de tener que defender a un acusado, en el
momento de la llamada "indagatoria", les aconsejaban a sus "clientes"
de que NO DECLARARAN, que por el principio de inocencia no estaban obligados a
defenderse, "que el mejor método de defensa es el silencio" y
estupideces por el estilo!!!
Recuerdo haber discutido con ellos y decirles: ese principio
es una falacia, es una mentira.
Si el Fiscal y el Juez ven que sus defendidos se abstienen
de declarar, inmediatamente les viene a su cabeza un refrán que no tiene nada
de jurídico y es: "El que calla otorga"
Pasa que los jueces y fiscales -también en su gran mayoría-
son muy limitados en su formación intelectual y razonan más como vecinos de
barrio que como verdaderos administradores de justicia.
Que, por lo menos declarando, se puede elaborar una
estrategia defensiva para tratar de demostrar la inocencia o por lo menos
morigerar el grado de culpabilidad y que con esa pasividad de "que se
abstengan de declarar" les dejamos "el campo orégano" a los
jueces y fiscales para condenar casi sin trabajo a nuestros defendidos:
Resumiendo: Es falso de que todos somos inocentes hasta que
se demuestre lo contrario y, para quien me esté escuchando, le recomiendo que
haga oídos sordos a esos abogados vagos que mandan a sus clientes a que se
abstengan de declarar porque TODOS SOMOS CULPABLES PARA ESTA JUSTICIA INJUSTA
QUE TENEMOS.
Ustedes creen que con lo que acabo de relatarles ¿SERÁ
JUSTICIA? creo que NO.
Hasta la próxima amigos del Club de Pluma y sigamos luchando
en esta batalla tan desigual, que alguna vez: ¡SERÁ JUSTICIA!
DR. MIGUEL ÁNGEL OVIEDO
Abogado
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