BRASIL
ENFRENTA DESAFÍOS SOCIALES: DESIGUALDAD Y VIOLENCIA REQUIEREN SOLUCIONES
URGENTES
Brasil sigue enfrentándose a retos estructurales en 2025,
entre los que destacan la desigualdad social y la violencia urbana. Los
estudios señalan que, a pesar de los avances en las políticas públicas y las
inversiones sociales, cuestiones como el acceso a la educación, la seguridad y
el saneamiento básico siguen preocupando a millones de brasileños.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE),
la informalidad en el mercado laboral sigue siendo alta entre las poblaciones
vulnerables. En 2021, la tasa de informalidad era del 32,7% entre los blancos,
mientras que entre los negros y los mestizos alcanzaba el 43,4% y el 47%,
respectivamente. Además, el ingreso medio de los trabajadores blancos siguió
siendo casi el doble que el de los negros y pardos, lo que pone de manifiesto
la desigualdad económica en el país.
En el ámbito de la educación, los expertos alertan sobre la
necesidad de mejorar la enseñanza técnica y superior. Los datos indican que, en
2020, alrededor del 27,1% de los jóvenes de entre 18 y 24 años estaban
desempleados, lo que refuerza la urgencia de los programas de formación
profesional. Mientras tanto, la inclusión digital ha sido una de las soluciones
adoptadas para preparar a los brasileños para el mercado laboral.
La precariedad del saneamiento básico también es un
obstáculo para el desarrollo social. Según un estudio de Justen, la iniciativa
privada ha ampliado su actuación en el sector, prestando servicio a 1648
municipios en 2024, lo que supone un crecimiento del 466 % desde 2019. Se
espera que, en 2025, la mitad de la población tenga acceso a servicios privados
de saneamiento, mientras que el IBGE supervisa el suministro de agua y el
alcantarillado en el país.
En el ámbito de la seguridad pública, el Atlas de la
Violencia 2025, publicado por el Ipea, Instituto de Investigación Económica
Aplicada, muestra un preocupante aumento de los índices de criminalidad. En
Santana, en Amapá, por ejemplo, la tasa de muertes violentas intencionales
alcanzó los 92,9 por cada 100 000 habitantes, lo que supone un aumento del 88,2
% con respecto al año anterior. Por su parte, el Foro Brasileño de Seguridad
Pública indica que la violencia contra niños y adolescentes ha aumentado un 195
% en los últimos cuatro años, con más de 115 000 víctimas al año.
Ante este panorama, los expertos defienden la necesidad de
políticas públicas eficaces para garantizar un futuro más justo y sostenible.
La ampliación del SUS, el Sistema Único de Salud, que ofrece atención médica
gratuita a la población, las inversiones en educación y las estrategias de
lucha contra la violencia son fundamentales para cambiar esta realidad. Brasil
sigue buscando soluciones para reducir las desigualdades y construir un país
más equitativo.
LÍVIA MARTINS
Desde Brasil – Comunicadora Social
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