RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 8 de junio de 2025

LAS OSCURAS JUGADAS DE LA POLÍTICA TRADICIONAL EN COLOMBIA - MAURICIO IBÁÑEZ

 

LAS OSCURAS JUGADAS

 DE LA POLÍTICA TRADICIONAL EN COLOMBIA

 

 

Hola, queridos amigos, oyentes y compañeros de El Club de la Pluma, con ustedes como siempre, Mauricio Ibáñez, con un caluroso abrazo latinoamericano.

 

En una de mis columnas anteriores les contaba sobre el arduo camino que ha tenido que recorrer el gobierno de nuestro Presidente Gustavo Petro para lograr implementar las reformas estructurales que propuso durante su campaña, y cuyo objetivo ha sido reducir la pobreza extrema y la brecha social en el país, mientras se adelantan medidas para frenar la corrupción, el narcotráfico y otras manifestaciones del crimen organizado que son los motores de una guerra regional por el control de territorios que han sufrido, durante más de 200 años de vida republicana, de un abandono crónico del estado. 

 

Como representante de la expresión democrática que lo puso en la presidencia, el Presidente Petro ha buscado la solución de la mayoría de los problemas por la vía política, proponiendo y discutiendo las reformas en los recintos del congreso de la república, concentrando la fuerza pública en la protección de los derechos humanos y buscando alternativas de desarrollo en las regiones para beneficiar al conjunto de la población colombiana, en especial a la población más pobre y vulnerable. El Presidente se ha destacado por su acatamiento de las decisiones del poder legislativo y los organismos de control, siempre que se han mantenido dentro de los alcances de la Constitución Política de Colombia de 1991. 

 

Sin embargo, no le ha sido fácil: como ya lo he comentado varias veces en este programa, la resistencia de los poderes tradicionales ha sido sospechosamente fuerte. ¿y por qué digo “sospechosamente”?

 

En 200 años de vida republicana, surgieron dos tipos de aristocracia en Colombia: los dueños de la tierra y las elites urbanas. Los primeros han ocupado los territorios a sangre y fuego, desplazado campesinos a su antojo y manejado sus fincas como si no hubiera ninguna ley que cumplir: el 80% de la tierra cultivable en Colombia está ocupada por ganaderos y solo el 20% es dedicado a la agricultura. En Colombia solamente el 0.4% de la población posee el 46% de la tierra productiva.

 

Las élites urbanas provienen, en su mayoría, de los primeros dueños de la tierra y de ahí proviene la mayor parte de sus riquezas, pero, además, han subido en la escala social mediante el posicionamiento de sus herencias culturales, apellidos u orígenes remotos en raíces europeas. Tanto el dominio de la propiedad de la tierra como las oportunidades de educación universitaria que han tenido les ha permitido establecer fuertes lazos políticos, al punto que no solo se han convertido en las élites políticas del país, sino que han transmitido esos poderes de generación en generación, acaparando desde la presidencia de la república y los poderes ejecutivo y legislativo, hasta el poder judicial y la élite empresarial. Hoy el pueblo colombiano elige presidentes y gobiernos entre hijos, sobrinos y nietos de quienes han estado en el poder por décadas, y por supuesto, nuestro actual presidente no es uno de ellos. Es un hombre que fue elegido por una ciudadanía cansada de los continuos abusos y abandono crónico por parte de esa minoría aristocrática y corrupta.

 

El gobierno en manos de esta aristocracia patética, con ínfulas de clase alta y apellidos que suenan rimbombantes, consolidó su dominio en medio de un descontento popular que, ante la falta de una educación básica, unas fuerzas del orden represoras, una pobreza en aumento y una iglesia cómplice, llevaron a crisis sociales donde el descontento terminó expresándose en la violencia de los años 50 y el surgimiento de guerrillas en los años 60 y 70. Las élites firmaron, entonces, un pacto con el diablo: en los gobiernos de los presidentes Alfonso López y Julio Cesar Turbay, la DEA y el gobierno de los Estados Unidos encontraron fuertes nexos con el narcotráfico, nexos que terminaron marcando el inicio de la influencia del crimen organizado y el paramilitarismo en Colombia, empezando los años 80.

 

 Desde esa década y hasta 2022, no ha sido posible sacar a Colombia de su estigma de país mafioso y narcotraficante, donde las élites amarradas en los gobiernos de turno en todos estos años no han hecho otra cosa que direccionar la corrupción política al servicio del crimen organizado y de un empresariado que se ha servido del lobby para abusar del pueblo colombiano y ampliar la brecha social en forma alarmante.

 

Esa élite es la misma que se apropió de los medios de comunicación de mayor circulación en Colombia, a través de sus empresarios, para declarar una guerra sucia en contra del presidente y su gobierno: en programas anteriores les comentaba cómo Gustavo Petro ha sido atacado en todos los frentes posibles mediante fake news, chismes de cocina y publicaciones insultantes cargadas de odio. Pero lo más grave, actualmente, ha sido la consolidación de los poderes legislativo y judicial en su contra.

 

Ante la imposibilidad de lograr la aprobación de varias reformas, entre ellas la laboral en el congreso de la república, el presidente convocó al pueblo colombiano y llamó a una consulta popular para que la ciudadanía misma le expresara a sus representantes democráticos su deseo de que discutieran la reforma en plenaria. La solicitud para la celebración de la consulta debía recibir un concepto del senado y este, por supuesto, la hundió mediante una votación llena de fraudes y jugadas de la oposición, que dejó más dudas que certezas.

 

El Presidente Petro acudió, entonces, a otra instancia que le da la Constitución Colombiana, y es que cuando el congreso de la república no obedece el mandato popular y se niega a aprobar una consulta del pueblo que ellos dicen representar, él puede decretar directamente la celebración de una consulta popular y pedirle directamente a la ciudadanía que se pronuncie sobre las reformas.

 

Por supuesto, las mayorías opositoras del congreso, todas vinculadas a las élites tradicionales, los partidos corruptos que han gobernado el país por 200 años, los empresarios que se sienten afectados por el restablecimiento de los derechos de los trabajadores, y la prensa que obedece servilmente a sus dueños, han tildado al presidente de dictador. Esto último parece un mal chiste: El Presidente Petro no ha cerrado el congreso a la fuerza como lo ha hecho Nayib Bukele en el Salvador, ni ha impuesto reformas en contra de la voluntad popular. El apoyo de la gente a su gestión se ha manifestado en marchas masivas que ya son un hito en la historia de Colombia. La verdadera dictadura la ha venido ejerciendo un congreso cuyo presidente, Efraín Cepeda, declaró recientemente: “El Congreso no le ha dado permiso al pueblo de expresarse mediante una consulta popular”.

 

El 11 de Junio vamos a salir a las calles nuevamente, en apoyo a nuestro presidente, para que, en presencia del pueblo colombiano, firme el decreto presidencial con el que convocará a la gran consulta popular para que todos juntos decidamos sobre la conveniencia de las medidas para recuperar los derechos que nuestra clase trabajadora había perdido durante los gobiernos anteriores.

 

Amigos, esperamos contar con su respaldo moral y todas sus buenas energías para que el pueblo de la patria grande nos ayude en nuestra lucha por sacar adelante los nobles objetivos de reducción de la pobreza y eliminación de las brechas sociales que se ha propuesto nuestro admirable presidente. Hasta la próxima compañeros.

 

 

 

MAURICIO IBÁÑEZ – Desde Colombia -Biólogo

Especialista En Estudios Socio-Ambientales

 

PARA SABER MÁS:

 

·         El Problema de la Tierra en Colombia – Video YouTube

https://www.youtube.com/watch?v=PDZRVaqA0TU&feature=youtu.be

 

·         Nexos de políticos colombianos con el narcotráfico años 70 – US Blacklist

https://colombiaone.com/2024/04/16/us-blacklist-colombian-politicians-drug-trafficking-declassify/

 

·         El Rechazo del Presidente del Senado a la Consulta Popular: - No dimos permiso al pueblo

https://www.infobae.com/colombia/2025/06/03/efrain-cepeda-le-respondio-al-gobierno-petro-de-convocar-la-consulta-popular-por-decreto-a-mas-tardar-el-12-de-junio-seria-un-golpe-contra-el-poder-legislativo/

 

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