EL
SISTEMA PENITENCIARIO BRASILEÑO:
DESAFÍOS
Y REFORMAS URGENTES
El sistema penitenciario brasileño sigue enfrentando
importantes desafíos estructurales y sociales. Datos recientes de la Secretaría
Nacional de Políticas Penales (SENAPPEN) indican que, en el primer semestre de
2024, el número total de reclusos en prisión preventiva en Brasil alcanzó los
663.906 en celdas físicas, además de 105.104 reclusos monitoreados
electrónicamente. La población bajo arresto domiciliario también aumentó un
14,40%, alcanzando las 115.117 personas.
Hacinamiento
y malas condiciones
El hacinamiento de las unidades penitenciarias sigue siendo
uno de los principales problemas del sistema. Según el Consejo Nacional de
Justicia (CNJ), la falta de infraestructura adecuada compromete la dignidad de
los reclusos, dificultando la rehabilitación y aumentando los índices de
reincidencia. Además, las inspecciones realizadas por el Registro Nacional de
Fiscalizaciones en Establecimientos Penitenciarios (CNIEP) revelan que muchas
unidades operan por encima de su capacidad, agravando la precariedad de las
condiciones de vida de los reclusos.
Educación y Trabajo en el Sistema Penitenciario
A pesar de los desafíos, ha habido avances en la provisión
de actividades educativas y laborales dentro de las prisiones. La encuesta
Secretaría Nacional de Políticas Penales (SENAPPEN) señala un aumento del 25,9%
en la oferta de programas educativos para los internos, además de que 158.380
reclusos realizan alguna actividad laboral. Estas iniciativas son fundamentales
para la reinserción social y la reducción de la reincidencia delictiva.
La
necesidad de reformas
Los expertos abogan por la implementación de políticas más
efectivas para reducir el número de detenciones preventivas y mejorar las
condiciones carcelarias. Actualmente, el 34,7% de la población carcelaria brasileña
está compuesta por detenidos preventivos, lo que supone un total de 268.438
personas sin condena firme. La revisión de estos casos y la ampliación de las
alternativas penales, como las penas alternativas y el seguimiento electrónico,
son medidas esenciales para aliviar el hacinamiento.
El sistema penitenciario brasileño enfrenta desafíos
complejos que requieren reformas estructurales y políticas públicas efectivas.
El hacinamiento, las condiciones de vida precarias y la necesidad de una mayor
inversión en educación y trabajo para los reclusos son problemas urgentes. La
búsqueda de un sistema más justo y humanizado debe ser una prioridad para
garantizar la dignidad y la reinserción social de los reclusos.
Artículo basado en el libro "Sissi: Libertad inusitada", del periodista y jurista Maurício Carvalho de Sousa
LÍVIA MARTINS
Desde Brasil –Comunicadora Social
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