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domingo, 8 de junio de 2025

EL SISTEMA PENITENCIARIO BRASILEÑO: DESAFÍOS Y REFORMAS URGENTES - LÍVIA MARTINS

 

EL SISTEMA PENITENCIARIO BRASILEÑO:

DESAFÍOS Y REFORMAS URGENTES

 

 

El sistema penitenciario brasileño sigue enfrentando importantes desafíos estructurales y sociales. Datos recientes de la Secretaría Nacional de Políticas Penales (SENAPPEN) indican que, en el primer semestre de 2024, el número total de reclusos en prisión preventiva en Brasil alcanzó los 663.906 en celdas físicas, además de 105.104 reclusos monitoreados electrónicamente. La población bajo arresto domiciliario también aumentó un 14,40%, alcanzando las 115.117 personas.

 

Hacinamiento y malas condiciones

El hacinamiento de las unidades penitenciarias sigue siendo uno de los principales problemas del sistema. Según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ), la falta de infraestructura adecuada compromete la dignidad de los reclusos, dificultando la rehabilitación y aumentando los índices de reincidencia. Además, las inspecciones realizadas por el Registro Nacional de Fiscalizaciones en Establecimientos Penitenciarios (CNIEP) revelan que muchas unidades operan por encima de su capacidad, agravando la precariedad de las condiciones de vida de los reclusos.


Educación y Trabajo en el Sistema Penitenciario

A pesar de los desafíos, ha habido avances en la provisión de actividades educativas y laborales dentro de las prisiones. La encuesta Secretaría Nacional de Políticas Penales (SENAPPEN) señala un aumento del 25,9% en la oferta de programas educativos para los internos, además de que 158.380 reclusos realizan alguna actividad laboral. Estas iniciativas son fundamentales para la reinserción social y la reducción de la reincidencia delictiva.

 

La necesidad de reformas

Los expertos abogan por la implementación de políticas más efectivas para reducir el número de detenciones preventivas y mejorar las condiciones carcelarias. Actualmente, el 34,7% de la población carcelaria brasileña está compuesta por detenidos preventivos, lo que supone un total de 268.438 personas sin condena firme. La revisión de estos casos y la ampliación de las alternativas penales, como las penas alternativas y el seguimiento electrónico, son medidas esenciales para aliviar el hacinamiento.

El sistema penitenciario brasileño enfrenta desafíos complejos que requieren reformas estructurales y políticas públicas efectivas. El hacinamiento, las condiciones de vida precarias y la necesidad de una mayor inversión en educación y trabajo para los reclusos son problemas urgentes. La búsqueda de un sistema más justo y humanizado debe ser una prioridad para garantizar la dignidad y la reinserción social de los reclusos.

 

Artículo basado en el libro "Sissi: Libertad inusitada", del periodista y jurista Maurício Carvalho de Sousa

 

LÍVIA MARTINS

 Desde Brasil Comunicadora Social

 

 

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