¿FEMINISMO,
LGTB SERÁ COSA DE LOS CRIPTONAZIS?
MARGARET
SANGER, ENTRE EL FEMINISMO Y LA EUGENESIA
Y LA BAJA
NATALIDAD COMO ESTRATEGIA GEOPOLÍTICA
¿IZQUIERDA
“WOKE” O IZQUIERDA CORPORATIVISTA?
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro día más, nos encontramos
en este espacio de reflexión compartida con múltiples temáticas que, en
general, abarcan a la totalidad de la Humanidad.
En la columna del 10
de noviembre, nos referimos a ciertos movimientos o tendencias que, una vez
disuelta la Unión Soviética, en 1991, se fueron radicalizando porque ya el
enemigo, el comunismo, había desaparecido y las élites corporativas podían
hacer lo que querían.
Hablamos del posmocapitalismo
que es la corriente sociocultural del capitalismo con su fomento del individualismo,
el debilitamiento de las comunidades humanas, el feminismo o posmofeminismo, la
manipulación de las minorías sexuales, las cuestiones de raza, la explotación
masiva de inmigrantes, el catastrofismo climático y cada día, esas élites
corporativas lo fueron llevando hacia posiciones más extremas.
Reiteramos: fomento
del individualismo, debilitamiento de las comunidades humanas, el feminismo o
posmofeminismo, la manipulación de minorías sexuales, las cuestiones de raza,
la explotación masiva de inmigrantes y el catastrofismo climático. Y,
específicamente, nos referimos al “catastrofismo climático”, a partir de lo
ocurrido en España con la “gota fría” o DANA e iniciamos la reflexión de los
puntos en común entre el nazismo o criptonazismo, es decir, “cripto”, el
nazismo oculto.
Y continuaba nuestra
reflexión en la cual manifestábamos que esos movimientos que nos “envolvieron”
hizo desaparecer la lucha de clases del movimiento obrero y, seguramente, no
nos dimos cuenta: todas esas problemáticas aniquilaron la lucha obrera.
Las pseudoizquierdas europeas
y estadounidenses nos “enroscaron” con cuestiones de género, la defensa de las
minorías sexuales, entre otras, pero dejaron de lado nuestra defensa: la de la
clase trabajadora. Y hoy nos centraremos en el llamado “feminismo”, que
nosotros preferimos llamarlo “posmofeminismo” y el movimiento LGTB o la defensa
de las minorías sexuales.
Dejaremos de lado a
la población homófoba, que no acepta la diversidad sexual; esa defensa es
legítima y necesaria, pero ya las élites corporativas han radicalizado sus
posturas. Creemos que ven la relación que existe entre la defensa de las
minorías sexuales y la reducción de la población que es un deseo de las
corporaciones desde hace décadas y décadas.
Aquí hay un doble
componente, el de manipulación y control social y el económico. Hubo distintos
momentos históricos; uno, donde los sectores corporativos que habían apoyado a
los nazis, después de la Segunda Guerra Mundial no podían seguir apoyando a los
nazis, y ahí comienza el discurso antihumano con los movimientos ecologistas y,
por otro lado, la narrativa de reducir la población a través de los servicios
de inteligencia, también. China, por ejemplo, tiene mucha población, crecía
mucho. Había que hacer algo al respecto, había que controlarlos desde el punto
de vista geopolítico. El crecimiento de la población es un peligro para el desarrollo,
postura que comienza a crecer, como por ejemplo con la Population Council, el
Consejo de Población, en 1952, una organización creada por los Rockefeller, tan
importante por su
influencia en Occidente, apoyando la eugenesia y que había
apoyado a los nazis y comenzaron a extenderse esas ideas entre las élites.
Podemos referirnos
también aquí a la Declaración sobre la Población de 1966 de líderes mundiales,
coordinados por las Naciones Unidas y financiados por la fundación Rockefeller.
Luego se crearon distintos trabajos que desembocaron en 1969 en el Comité
sobre Población, del gobierno de Nixon, encabezado por
Rockefeller III y llegamos a 1972 donde se aprueba el informe Rockefeller. Ya
el gobierno de Estados Unidos se une a esas ideas.
Y aquí aparece al
Informe Kissinger de 1974 que permaneció oculto hasta la caída del bloque
soviético.
¿Qué hacemos para
reducir la población en los países que no controlamos? Y ahí se unen los dos informes,
¿y qué estrategias usan? El proceso de emancipación de la mujer les vino de
perillas; esas medidas que son avances sociales, ellos las introducen como
instrumentos para reducir la población.
La baja natalidad es
una estrategia de las corrientes posmocapitalistas. Y aquí se unen Estados Unidos
y Europa: había que controlar a todos los países del mundo. Los que redactan
esos documentos son antinatalistas para quienes todos son enemigos: los países
del Tercer Mundo, los países comunistas y los países occidentales. Las agencias
de la ONU y del gobierno de los Estados Unidos, fundaciones corporativas, fueron
instrumentos para impulsar el control de la natalidad, por ejemplo, y diversas
fundaciones, como la Ford y las ONGs para reducir la población mundial.
El conocido como
“feminismo” parte de necesidades imprescindibles, una base real y objetiva,
como es la emancipación de la mujer, pero parece que se olvidó que con la
incorporación de la mujer en el mercado laboral, las mujeres durante décadas, a
las horas de trabajo profesional tuvimos que sumar unas 40 o 45 horas más, nos
añadieron trabajo, dedicados a las tareas domésticas. ¿De qué emancipación de
la mujer estaban hablando?
No lo entendemos,
claro, se partió de necesidades muy válidas, pero las élites corporativas y
aristocráticas usaron esa lucha para aplastarnos aún más. Cientos y cientos de
mujeres esclavizadas con 80 o 90 horas semanales. La dimensión lucrativa de las
empresas fue fantástica, obviamente.
Y así como nos
aplastaron con horas de trabajo que duplicaron nuestra carga horaria, ya nos
explotaron bastante a nosotras, y ahora viene la explotación masiva de
inmigrantes. ¡Oh, la mentira de la solidaridad! Mano de obra barata, otra vez.
Parece algo extraña la relación entre el posmocapitalismo o ideología “woke” y
el nazismo, y detrás del feminismo, pero hay una cuestión clave: ¿qué impulso
hay detrás?
Hay un interés oculto
del corporativismo en el que las mismas organizaciones que financiaron el
nazismo, financiaron el feminismo. Luego, hay otros parecidos importantes, una
base filosófica común, Heidegger y Nietzsche que cuestionan la razón y se
apoyan en las emociones, sensaciones que esas corporaciones occidentales pueden
despertar en la ciudadanía occidental con la industria cultural y “machacarnos”.
Después de la Guerra
Fría, a partir de los 90, se inician ideas disparatadas, las élites corporativas
podían hacer lo que querían con nosotros a través de los medios y la educación.
Y si hablamos de
Margaret Sanger, una de las fundadoras líderes históricas del feminismo en la
vertiente del control de la natalidad y la planificación familiar, es evidente
la relación del feminismo y la eugenesia, es decir, la teoría de que hay razas
que podrían reproducirse libremente porque son superiores y, otras, no, tienen
que reproducirse menos. Lo que defendía Margaret Sanger fue cooptado por las
corporaciones que estaban implicadas en el movimiento eugenésico.
Les vino fenomenal
para impulsar la eugenesia y ella comenzó a colaborar con el movimiento
eugenésico, aparentemente, sin conflicto, muy financiada por corporaciones
estadounidenses y por los nazis.
Sabemos que el
nazismo alemán fue un ejemplo de eugenesia, pero también los eugenetistas norteamericanos
y los movimientos racistas de la Europa nórdica. Esa complicidad con el movimiento
eugenésico fue constante entre la investigadora y las élites corporativas. Esta
temática de la ideología “woke” o izquierda “woke” o corporativa, pensamos que
podría ser motivo de ampliación en próximas columnas.
Los movimientos de
defensa del medio ambiente, de la defensa de minorías sexuales, de la
liberación de la mujer, entre otros, partieron de necesidades reales, pero se
transformaron en movimientos corporativos, en otra cosa; se inyectaron los
intereses corporativos a través de la irracionalidad, manipulando emociones y
sensaciones propias del posmodernismo.
Los grupos
tradicionalmente de izquierda los han incorporado en sus programas y su
lenguaje y apuestan con bases conceptuales al nazismo. Vamos, que en la Unión
Europea existe un “partido único” desde la década del 90; izquierda, centro y
derechas son iguales con ligeras variantes.
¡Puro nazismo! Así se
manipula a la gente con conceptos. A ver si la llamada “ultraderecha” en la
Unión Europea que es la única no otanista, no atlantista y en favor de la paz pone
un poco de racionalidad ante tanta locura.
Aquí, las llamadas
“izquierdas” no son ni socialistas, ni comunistas, ni socialdemócratas; el
progresismo “woke” es profundamente reaccionario y al servicio de las
corporaciones y es un instrumento corporativo para manipular a la sociedad.
¿Qué haces cuando
descubres que algo en lo que siempre creíste, podría ser falso? ¿Lo
aceptas de inmediato o tu mente se apresura a defender tus
creencias? Afrontar información que va en contra de nuestras creencias más
arraigadas es más difícil de lo que parece. Aunque la ciencia y la lógica nos
invitan a adaptarnos en función de nuevas evidencias, lo que solemos hacer es
lo opuesto: descartamos la información incómoda y nos aferramos más a lo que hemos
pensado, aunque los hechos están en contra.
Esto es más común de
lo que imaginamos, de hecho, es un mecanismo de defensa que tiene nuestro
cerebro para mantenernos en una cierta zona de control.
Esto afecta en muchos
ámbitos, el político, el religioso, los cultos de personalidad, con los extremismos.
Puedes pensar que eso le ocurre a otras personas, pero nos ocurre a todos.
Interesante, ¿no?
Y para finalizar,
aquí viene una reflexión que es una especie de continuación de la columna anterior.
Hablamos que España y los 26 países restantes de la Unión Europea son Estados
fallidos, pero creemos que nos apresuramos en esa deducción. De Estados
fallidos nada, son Estados anarcocapitalistas, como la Argentina de Milei.
¡Psicópatas,
asesinos!
Para recaudar impuestos
de los que menos tienen y favorecer a las multinacionales, las élites
corporativas, propósitos extranjeros y reprimir, ahí funciona perfectamente
bien el capitalismo, pero para que no se haga presente el Estado, ahí cunde la
locura, el hambre y la muerte.
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo vuestra amable atención, e
invitándola a una nueva emisión, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria, siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata
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