SANEAMIENTO BÁSICO EN BRASIL:
LA URGENCIA DE
UNA SOLUCIÓN
ESTRUCTURADA E
INCLUSIVA
El saneamiento básico es un derecho fundamental y uno de los
pilares para la promoción de la salud pública, la dignidad humana y el
desarrollo sostenible. Sin embargo, Brasil sigue enfrentándose a una realidad
alarmante: más de 90 millones de brasileños viven sin acceso a la red de
alcantarillado y alrededor de 32 millones no disponen de agua tratada en sus
hogares, según datos del Sistema Nacional de Información sobre Saneamiento
(SNIS) de 2022.
A pesar de los avances que ha supuesto el Nuevo Marco Legal
del Saneamiento (Ley n.º 14.026/2020), que establece el objetivo de
universalizar el acceso al agua potable y al tratamiento de aguas residuales
para 2033, los retos siguen siendo enormes. La desigualdad regional, la falta
de planificación y las inversiones insuficientes siguen frenando el progreso en
muchas localidades, especialmente en las regiones Norte y Nordeste.
Una solución viable y urgente: las asociaciones
público-privadas (APP)
Ante este panorama, una de las soluciones más prometedoras
es la ampliación de las asociaciones público-privadas (APP). Estas asociaciones
han demostrado su eficacia para atraer inversiones, modernizar las
infraestructuras y garantizar una mayor eficiencia en la prestación de
servicios. En 2024, el número de municipios atendidos por operadores privados
pasó de 291 a 1648, lo que supone un crecimiento del 466%. Se espera que, para
finales de 2025, la mitad de la población brasileña esté bajo gestión privada
en el sector del saneamiento.
Además, las subastas programadas para este año pueden mover
69 millones de reales en nuevas inversiones, con especial atención a proyectos
en los estados de Pará, Pernambuco y Rondônia. Estos recursos son fundamentales
para acelerar la universalización de los servicios y reducir las desigualdades
históricas en el acceso al saneamiento.
La tecnología y la innovación como aliadas
Otra vía complementaria es el uso de tecnologías
descentralizadas y sostenibles, como los sistemas de reutilización del agua, el
tratamiento local de aguas residuales y las soluciones basadas en el Internet
de las cosas (IoT) para la monitorización y el control de pérdidas. Estas
innovaciones son especialmente útiles en zonas rurales y comunidades aisladas,
donde la implantación de grandes redes de infraestructura es más compleja y
costosa.
El saneamiento básico ya no puede tratarse como un tema
secundario. Es una condición esencial para la salud, la educación, la
productividad y la preservación del medio ambiente. La combinación de inversión
privada responsable, regulación eficiente e innovación tecnológica puede ser la
clave para transformar esta realidad. Brasil tiene la oportunidad, y la
obligación, de garantizar que ningún ciudadano se vea privado del derecho al
agua potable y al alcantarillado. Ya es hora de convertir las promesas en
acciones concretas.
LÍVIA MARTINS
Desde Brasil –Comunicadora Social
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