GEOPOLÍTICA
PROFUNDA: ALIANZA TRUMP, XI-JINPING Y PUTIN CONTRA EL MISMO ENEMIGO.
EL
PENSAMIENTO NO LINEAL NI BIDIMENSIONAL OCCIDENTAL. GUERRA DE SUPERVIVENCIA.
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Otro domingo más, nos
reunimos en este espacio de reflexión compartida intentando dar un punto de
vista “macro” sobre todo lo que ocurre en el planeta.
Como ya había
anticipado el Dr. Daniel Estulin, la llegada de Trump implica la alianza entre
él, Xi-Jinping y Putin, a pesar de sus innumerables diferencias y disputas,
para luchar contra un mismo enemigo: el liberalismo satánico financiero, lo que
habíamos llamado “Estado profundo”.
Hay que entender que
los tres líderes también tienen dentro de sus fronteras la misma pugna contra
ese grupo de poder que pelea por no ser aniquilado. Por favor, dejemos de
pensar en Estados sin luchas internas. La idea del equipo de Trump, Xi-Jinping
y Putin es crear algún tipo de alianza para enfrentar al liberalismo
planetario; definir las “reglas del juego” y el sistema económico del mundo
futuro; qué acciones tomar para el nuevo modelo económico, para el cual no
existe el lenguaje económico para explicarlo, contra ese modelo económico que
lucha por su supervivencia.
No estamos hablando de
partidos políticos, ni de demócratas ni de republicanos, ni de izquierda ni de
derecha. El equipo de Trump representa un modelo alternativo al satanismo
financiero; Trump desea salvar a Estados Unidos en contra del modelo banquero
financista que quiere destruir Estados Unidos para salvar su modelo económico.
No tiene otra opción. Es otra guerra, pero la más decisiva, en el cruce de
tantas otras guerras simultáneas: cognitiva, armamentística, política,
psicohistórica. Asistimos a un momento histórico a nivel mundial, como lo fue
la caída del Imperio Romano de Occidente, en el siglo V después de Cristo y la
irrupción del capitalismo que dio muerte al feudalismo de la Edad Media, hacia
el siglo XV y detrás de los innumerables conflictos, guerras, manifestaciones,
revueltas a nivel planetario.
Hay pueblos que
buscan justicia y el deseo de despertar al resto de la humanidad porque el
tiempo se está agotando, por eso, las decisiones del equipo de Trump se suceden
incesantemente, no dando respiro entre una y otra y mientras en otras épocas
los cambios eran lentos, hoy estamos desbordados de noticias impactantes, como
la caída de las bolsas, los “benditos” aranceles a casi todo el mundo, el deseo
de cerrar la Reserva Federal, la expulsión de inmigrantes en Estados Unidos;
todos los días las novedades nos sorprenden y no podemos asimilar tantos
cambios y transformaciones; es que el equipo de Trump está desmontando el
modelo bancario financiero, una táctica arriesgada que no sabemos cómo
terminará, pero no tiene otra alternativa.
¡Está volando todo
por los aires! Hay que ser conscientes que el salto a la guerra termonuclear
está presente como nunca antes en la historia, ni siquiera en la crisis de los
misiles de 1962. Y el objetivo detrás de la continuación de la guerra en
Ucrania, que ya está ganada por Rusia, es que el liberalismo financiero no
acepta su derrota porque luchó con la OTAN para destruir a la Federación Rusa y
no pudo ganarle e intentó destruir económicamente a Rusia y salió fortalecida
de las sanciones y hará todo lo posible para que esa guerra continúe y parece
que no le importa recurrir a las armas nucleares; la muerte de millones de
personas no le importa con tal de no desaparecer. Y en este contexto tenemos
que entender la postura del Imperio británico moderno, representado por Gran
Bretaña y Francia, principalmente, que tienen como objetivo el caos y la
destrucción; representan a la élite bancaria financiera que lucha por
sobrevivir. No pueden aceptar el triunfo de Rusia en esa guerra porque implicaría
su propio aniquilamiento. Y detrás del proyecto de la Guerra Mundial están la
masonería, Londres, París, Bruselas y los servicios de inteligencia opuestos al
MAGA de Donald Trump, con la casa real británica de los Windsor como epicentro.
Ellos quieren la
guerra, porque sólo así podrían mantener el sistema mundial liberal y
reformarlo desgrabando sus deudas y responsabilidades. Hay dos Estados Unidos,
el de Trump, que es la cara de un proyecto civilizatorio, un grupo muy pequeño
y, el mayoritario, el de la élite bancaria financiera.
Y en este contexto
caótico, tenemos que entender el tema de la deuda que en Estados Unidos aumenta
un billón de dólares, cada 100 días, y lo que ocurre en el planeta no es un
escenario de recesión, sino una guerra de supervivencia. La deuda es un arma de
la élite y ahora la élite ya no necesita una cara democrática, lo necesitaba
antes cuando existía la Unión Soviética, pero hoy ya se quitaron la máscara.
Antes tenían que
hacerte creer que el capitalismo representaba a los buenos: democracia,
derechos humanos, libertad de expresión, sino la gente se hubiera inclinado
hacia el socialismo, pero en Europa occidental apareció la Red Gladio o los
llamados “Ejércitos secretos de
la OTAN” con atentados de falsa bandera y, en América Latina
y Caribeña, el Plan Cóndor.
Ahora necesitan un
Estado represivo para destruir la clase media. La idea de la élite, una vez
desaparecido el comunismo, fue crear una clase superior que estuviera bien
posicionada; paralizar económicamente a la clase media que es la productiva
porque ya no la necesitaban, como ya lo comentamos otras veces y, para superar
esas limitaciones, hubo que ofrecer ayudas del Estado como lo vemos en casi
todos los países; eliminar las libertades a cambio del apoyo del Estado;
instituir un gobierno “policial” y así la población se vuelve bien domesticada.
Una vez que la población sea dependiente del Estado, queda absolutamente
dominada.
Así es en todo el
mundo. Y te lo están diciendo abiertamente, aquí no hay conspiración: “Tú
amarás tus propias cadenas”; “No tendrás nada y serás feliz”, decía el director
del Foro Económico Mundial, en 2020. ¿Qué parte de esto no se entiende? ¿Y cómo
eliminar esa deuda descomunal y quitarse responsabilidades por parte de la
élite? Usando, por ejemplo, el arma de la Tercera Guerra Mundial. Como expresó
Jacob Rothschild, en 2015, el patriarca de una de las familias de banqueros que
están a la vista del público, sólo hay tres salidas a la crisis global: una
guerra mundial, una revolución tecnológica transhumanista o cambiar el patrón
petrodólar por el patrón oro. La élite mundial está reacomodando sus proyectos
globales o civilizatorios y alianzas. La pregunta sigue siendo si habrá tiempo
y lugar para evitar un colapso desastroso de la civilización y este nuevo orden
mundial o nueva repartición no debe entenderse como una repartición de países,
sino como un nuevo sistema basado en regiones económicas.
A diferencia de la
Geopolítica, que es la doctrina del tiempo lineal, la dualidad, blanco o negro,
la Geopolítica Profunda o Metapolítica obedece a una doctrina de espacio y
armonía de tres fuerzas como mínimo. La armonía trinitaria es un concepto
fundamental para la comprensión del universo más allá de la bidimensionalidad
occidental. El pensamiento no lineal y el uso de la paradoja como elemento
táctico son el camino de la victoria, diría el Dr. Estulin. Y volvemos a la
temática central del pasado domingo, un proyecto global o civilizatorio es una
idea de gobernanza supranacional. Para tener éxito tiene que establecerse
primero en un país fuerte. Después se vuelve jerárquico y expansionista. Al
hablar de proyectos globales, no se habla de países como lo hace el Sistema
Westfalia de Estados Soberanos, que se dio entre los años 1648 y 1968. En el
mundo postindustrial actual en el cual se están desmantelando las mentiras, la
inteligencia rusa ha creado un modelo que explica la realidad de una manera más
veraz y coherente: el modelo de los proyectos globales o civilizatorios, pero
no cualquier nación puede aspirar a tener un proyecto global, pues para ello se
necesita tener una visión conceptual a escala mundial, un sueño de gobernanza e
infraestructura militar avanzada, un sistema económico independiente, una
estructura financiera global y, además, un sistema de inteligencia
supranacional con alcance mundial.
Y siguiendo en líneas
generales al periodista uruguayo Aram Aharonian, diremos que el gobierno de
Milei está inmerso en una suma sucesiva de derrotas, pérdida de credibilidad y
de respaldo. El lunes negro mundial del 7 de abril hizo tambalear aún más la
economía argentina. El dólar paralelo se disparó y estiró la brecha con el
oficial al 25%. El riesgo país se acercó a los 1000 puntos y las acciones
argentinas cayeron hasta un 16%. El Banco Central perdió reservas, como viene
ocurriendo diariamente, y se ubicaron por debajo de los 25.000 millones de
dólares.
La baja de los
precios internaciones suma complicaciones a la entrada de dólares mientras se
sigue retrasando el préstamo del Fondo Monetario Internacional. Son necesarias
medidas soberanas de urgencia. Estamos frente a un gobierno que muestra
insensibilidad frente a los problemas del pueblo. Actos de represión
injustificada, viola permanentemente los acuerdos institucionales, desfinancia
la educación y la salud, abandona la obra pública, manifiesta desprecio por las
minorías, ajusta a los jubilados, despide a los funcionarios públicos.
Y como si los
problemas internos no le bastaran, a Milei le explotó la bomba que lanzó Trump
sobre la economía mundial con la guerra de aranceles contra todo el mundo. Hay
un mundo que se cierra a sí mismo, exactamente, lo contrario a la hoja de ruta
y a la ideología de los libertarios y existe una exhibición gozosa de la
crueldad.
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención, e invitándola a una nueva
emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo.
¡Hasta la victoria
siempre, compañeros!
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata
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