EL CLUB
BILDELBERG
LA RED
TAVISTOCK
El Estado
profundo dentro de un Estado
Parte XL
Un cálido abrazo a la
distancia a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.
Mi columna de hoy
será la continuidad de una serie de reflexiones ya iniciada hace varios meses
de la mano de los libros del Dr. Daniel Estulin: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB
BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y LA TRASTIENDA DE TRUMP.
Hoy me centraré en
los secretos del Estado profundo que gobierna los Estados Unidos, un gobierno
que no se ve afectado por las elecciones, no se ve alterado por movimientos
populistas y no está al alcance de la ley, una burocracia corporativa,
militarizada y atrincherada completamente operativa y está formada por agentes
no electos que gobiernan desde las sombras, que pueden llevar a cabo todas las
acciones con medios legales, sin que el Congreso, el presidente ni el pueblo
los vean ni los escuchen.
Lo más importante
para recordar de este Gobierno en la oscuridad, no es su ideología, sino su organización.
Conocer la verdad
sobre lo que ocurre en el planeta tiene un problema y es que nos hace sentir
solos, te sientes aislado, inclusive puedes pensar que estás loco. ¿Qué ocurre
en Ucrania?
¿Quién maneja todo?
¿Quién va a reconstruir Ucrania después de la guerra? ¿La va a dirigir el gobierno
de Kiev, la Casa Blanca o la Unión Europea? No, la reconstrucción de Ucrania
será dirigida por el mayor fondo de inversión del planeta, BlackRock, y el
megabanco J. P. Morgan.
Es una manipulación
de mercado, de libro. Pero una vez que la gente empieza a vislumbrar la verdad,
no hay vuelta de hoja, ya no somos las mismas personas, comienzas a leer o
escuchar las noticias de otro modo y, de repente, lo entiendes todo. Y este es nuestro propósito desde EL CLUB DE LA
PLUMA: Despertar la conciencia de nuestros oyentes.
Existe un mundo
paralelo de las empresas de comunicación que forma parte del mundo de la élite.
No las llamamos “fake
news” o “noticias falsas” por nada. Las intervenciones para cambiar regímenes
en todo el planeta son llevadas a cabo por fuerzas cuyo objetivo es crear un
nuevo sistema de control planetario que reemplace el sistema monetario que está
derrumbándose; el vehículo mediante el cual se ejercía antes el poder en el
mundo era el imperio financiero con sede en Londres y sus subordinados como
Wall Street.
Pero ahora los medios
de comunicación están intentando encontrar la manera de explicar la realidad
guardando este secreto.
¿Cuál es la lógica de
todo esto? Que cuando la civilización que está siendo exprimida, arruinada y
empobrecida grita, lo solucionamos creando deuda. Hasta ahora.
Con los estertores
del modelo de crecimiento basado en la deuda, de repente, el Estado profundo
tiene que enfrentarse a la realidad: no puede cubrirlo todo con dólares de
papel inservibles. Lo que se ha hecho para mantener la centralización y el secretismo,
ha creado un sistema de privilegios, pero el privilegio es un fenómeno caro,
porque hay
que crear una infraestructura cara. ¿Qué haría yo si me
dedicara a mantener el secretismo y el privilegio que lo rodea y quisiera
seguir ganando dinero?
Digamos que soy el
Señor Global, que dirijo este sistema con un problema de personalidad múltiple
y que mi problema es la deflación o la inflación negativa, es decir, una caída
general y continuada de la economía y aunque puede parecer que una bajada de
precios es algo positivo, la realidad es que la deflación tiene efectos muy
perjudiciales en la economía. Puede generar un círculo
vicioso, ya que puede provocar una reducción del gasto y la inversión, lo que
supondría un menor crecimiento y un aumento del desempleo.
Pero mi problema es
que soy el Señor Global y necesito la inflación para tapar y esconder todo el
dinero que he estado robando. Así que, al final, con el modelo de crecimiento basado
en la deuda no me he quedado sin problemas, sino que me enfrento a la deflación
por lo que necesito mucho control mental y un sistema de vigilancia.
He decidido convertir
el mundo en un estado policial las veinticuatro horas del día, algo así como un
“fascismo sexy”, en el que las personas están felizmente controladas. El sistema mundial está amañado y el problema
es este: Las personas que viven en un sistema amañado se vuelven imbéciles, la
imbecilidad colectiva de la cultura de masas.
Los objetivos del
Estado profundo, promovidos por las estructuras del poder encubiertas, dictan
que las diferencias individuales deberían limitarse en favor de un objetivo
común planetario que puede ser derrotar al terrorismo, al tráfico de drogas o
al cambio climático. Pero si aceptamos los lugares comunes de la Agenda
Globalista estamos muertos. Tenemos el derecho a la curiosidad.
La curiosidad es la
insubordinación en su forma más plena. No pido que me crean, nunca pediría eso,
sino que continúen investigando.
Existen dos facciones
en la clase dirigente, una que quiere reconstruir Estados Unidos a costa del
imperio y, la otra, que se encuentra principalmente en Hollywood, Silicon
Valley, Washington y Nueva York, que quiere mantener el imperio a toda costa.
Esos cuatro centros quieren mantener el imperio en funciones; todos gestionan
activos invisibles, no concretos.
Gestionan activos financieros
a través de una computadora, es decir, es la economía financiera, no la
productiva que genera bienes y servicios. Pero todos los que desean hacer
“cosas concretas” saben que así no pueden mantener el imperio.
Ellos tienen que
luchar en las guerras y cavar para extraer energía de la tierra. Ahora bien, el
crecimiento de la deuda, el modelo central basado en la guerra sobre el planeta,
llegará un momento que se acabará. No es necesario decir que si vas a montar un
sistema debes contar con la participación de los principales bancos y empresas
de inversión de Occidente. Tendrás que dirigirte a Wall Street, tendrás que
hablar con J.P. Morgan Chase o el Hong Kong Shangai Bank o el Deutsche Bank y
por encima de todos está Goldman Sachs.
De hecho, mires donde
mires en el planeta, siempre hay un exbanquero de Goldman Sachs. Las manos del
Estado profundo son cada vez más evidentes, especialmente, a medida que las
empresas de comunicación pierden influencia.
Vuelvo a la primera
reflexión de esta columna y reitero conceptos y en una mirada retrospectiva nos
vamos a 1954 cuando el senador de Estados Unidos, William Jenner, ya denunciaba
la dictadura total de los Estados Unidos llevada a cabo estrictamente con
medios legales, sin que el Congreso, el presidente ni el pueblo lo vean ni lo
escuchen.
Un Estado profundo que
no se ve afectado por elecciones ni por movimientos populistas, no está al
alcance de la ley.
Opera de forma
silenciosa, secreta y no da explicaciones ni al presidente ni al Congreso, ni a
los tribunales. Es, prácticamente, imposible de eliminar. Ese gobierno en la
sombra representa la cara oculta de un Gobierno que no tiene respeto ni por la
libertad ni por sus ciudadanos.
El Estado profundo
que opera siguiendo sus propios objetivos sin tener en cuenta quién está formalmente
en el poder, se burla de las elecciones y de todo el concepto de Gobierno representativo.
El Estado profundo no sólo tiene esclavizada a la capital de la nación, sino
que también controla Wall Street y Silicon Valley.
Esto es fascismo en
su manifestación más encubierta, escondido tras agencias públicas y empresas
privadas para llevar a cabo sus perversas intenciones.
Es un matrimonio
entre burócratas gubernamentales y empresarios millonarios con la comunidad de la
Inteligencia actuando como árbitro que imparte justicia. El Estado profundo
está tan atrincherado, está tan bien protegido por vigilancia, armas, dinero y
tiene una extrema habilidad para sumar a la resistencia, que es casi inmune al
cambio.
Si hay algo que el
Estado profundo necesita es un flujo silencioso e ininterrumpido de dinero y la
confianza en que las cosas seguirán adelante como lo han hecho en el pasado y
lo siguen haciendo hoy mismo.
Si fueron siguiendo
el hilo discursivo de la columna, se habrán dado cuenta de que el Estado
profundo es quien tiene el verdadero y único poder de los gobiernos de todo el
planeta. Obviamente, los medios hegemónicos de comunicación continuarán
dividiendo a las sociedades dentro de los diferentes Estados del mundo para
seguir controlando los regímenes políticos a través de sus ciudadanos ingenuos.
No nos centremos solamente
en lo visible: El Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, sino en las
áreas invisibles, la ideológica y la conceptual, las más importantes y
decisivas. A los enemigos visibles los conocemos a todos, pero a ver si
prestamos atención a los “enemigos invisibles”.
Me despido de nuestra querida audiencia agradeciendo su amable atención, no sin antes invitarlos a una nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo, pero antes traduciré algo del tema “Hung up” de Madonna, pero para que pueda ser leído en “clave geopolítica”. “El tiempo pasa tan lentamente, el tiempo pasa tan lentamente. Cada pequeña cosa que dices o haces, estoy obsesionada. Estoy harta. Estoy cansada de esperarte. No hay tiempo para dudar. Los que corren parecen divertirse. Estoy atrapada. No sé qué hacer. El tiempo pasa tan lentamente. El tiempo pasa tan lentamente. No puedo seguir esperando por ti, sé que aún estás dudando. No llores por mí, porque encontraré mi camino. Despertarás algún día.”
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata
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