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domingo, 17 de marzo de 2024

EL CLUB BILDELBERG - Soros, el sicario de la oligarquía británica, y la política de saqueo conocida como “globalización” - Parte XXXVI - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

RED TAVISTOCK

Soros, el sicario de la oligarquía británica, y la política de saqueo conocida como “globalización”

Parte XXXVI

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.

 Mi columna de hoy será una continuidad de reflexiones iniciadas hace varios meses de la mano de los libros del Dr. Daniel Estulin: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y LA TRASTIENDA DE TRUMP. Me centraré en la figura de George Soros y en la política de saqueo conocida como “globalización”.

 

 George Soros es o, mejor dicho, su grupo de fundaciones es un frente de la comunidad de inteligencia angloestadounidense de izquierdas, por un lado y el “Proyecto Democracia del Gobierno de los Estados Unidos, por el otro. Soros no acaba de llegar al mundo de la actividad criminal.

 Ha estado involucrado en distintas operaciones violentas, como guerras financieras especulativas para destruir monedas nacionales, respaldar políticas asesinas de eutanasia y aportando mucho dinero a campañas internacionales para la legalización de las drogas. Además, tiene una relación de no demasiada traición con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

 

 Soros dio inicio a su legado genocida trabajando para la maquinaria asesina que masacró a más de 500.000 judíos húngaros durante el Holocausto. El joven Soros se encargaba de saquear las propiedades de los judíos a las órdenes del teniente general de la SS Kurt Becher, jefe de la Waffen SS.

 

 La supuesta promoción de Soros del narcoterrorismo es el equivalente a las cañoneras que empleaba el Imperio cuando emprendió sus guerras del opio contra China y la India en el siglo XIX.

 Soros es el testaferro del Imperio y proporciona cobertura a la asquerosa política de saqueo conocida de manera eufemística como GLOBALIZACIÓN.

 

 Mediante organizaciones como Human Rights Watch, la Soros Foundation y el Open Society Institute, Soros promueve las drogas y destruye naciones.

 

 Soros es la cara visible de una vasta y sucia red secreta de intereses financieros privados,

controlados por la aristocracia y las familias reales que lideran Europa, con un epicentro en la casa británica de Windsor. Esta red, denominada por sus miembros El Club de las Islas, se construyó sobre los restos del naufragio del Imperio británico tras la Segunda Guerra Mundial.

 

 El Club de las Islas domina corporaciones gigantescas como la holandesa Shell, Imperial Chemical Industries, Lloys de Londres, Unilever, Río Tinto Zinc y la angloestadounidense DeBeers. Domina el suministro mundial de petróleo, oro, diamantes y muchas otras materias primas vitales y despliega estos activos no solo para alcanzar sus objetivos geopolíticos. Soros sólo es estadounidense en su pasaporte. Es un operador financiero global que resulta que está en Nueva York sencillamente porque “ahí está el dinero”.

 Soros especula en los mercados financieros mundiales mediante su empresa OFFSHORE Quantum Fund NV, un fondo de inversión privado o “fondo especulativo”.

 

 El Quantum Fund está dado de alta en el paraíso fiscal de las Antillas Neerlandesas, en el Caribe. Esto es para evitar pagar impuestos, así como para ocultar la auténtica naturaleza de sus inversores y lo que él hace con el dinero. George Soros forma parte de una mafia financiera bien tejida, “mafia” en el sentido de una fraternidad cerrada al estilo masónico o de familias que persiguen objetivos comunes.

 

 Volvemos a la organización Open Society cuyas operaciones contra el bloque oriental

empezaron mucho antes de la caída del muro de Berlín y resultaron más sencillas cuando llegó a manos de Soros toda la red existente de intelectuales asociados con el antiguo Congreso para la Libertad Cultural y la Fundación Europea para la Cooperación Internacional. La filosofía subversiva por la que abogaban estaba centrada en los “derechos humanos individuales” y el “desarrollo” humano individual contra los supuestos estragos de las naciones Estado.

 Como respuesta a un cisma en el anterior Centro Internacional para la Libertad Cultural a cuento de los desmadres de la Nueva Izquierda, este grupo se puso principalmente del lado de la Nueva Izquierda.

 

 No es casual que Human Rights Watch, el instrumento de golpes de Estado contra los Gobiernos que se rebelan contra las élites, se convirtiera, al mismo tiempo, en el arma clave del Open Society Institute. Human Rights Watch y su estrecho aliado, Amnistía Internacional del Foreign Office británico, constituyen escuadrones de ataque internacional contra las naciones que se oponen al libre mercado y a la globalización.

 

 El mundo que se está viniendo abajo es el del poder único que los NEOCOMS de la Administración de Bush pusieron en marcha cuando se rompió la Unión Soviética. Los Gobiernos que no se sumaran a este mundo con un poder único serían eliminados con el paso del tiempo mediante una política de cambio de régimen, por ejemplo, las revoluciones de colores financiadas desde fuera de los países, como admitió sin sonrojarse Victoria Nuland en el caso de Ucrania. Sólo el Departamento de Estado de los Estados Unidos gastó allí cinco millones de dólares en ONGs.

 

 Pero esta política también implicaba la intervención militar directa con el pretexto de la democracia y los derechos humanos, como en el caso de Irak, Libia y Siria y que sus objetivos siempre son “dictadores y demonios”. Y, naturalmente, Rusia y China eran los objetivos finales de esta política de cambio de régimen. “Este imperio es algo más que las naciones de Estados Unidos y Gran Bretaña. Son las fuerzas oligarcas que ejercen su poder en todo el sistema financiero trasatlántico neoliberal y la defensa militar del orden mundial del poder único y les importa un bledo el bienestar general de la población de los países en que da la casualidad que viven.”

 

 Soros al afirmar que los Estados “tienen intereses, pero no principios”, explica que la sociedad abierta ideal suprimiría los intereses nacionales concretos, mientras una estructura política y financiera internacional se ocuparía del llamado “bien común”. Sinceramente, causaría gracia, si no fuera perversamente siniestro. Cualquier nación que rechace la globalización, es una sociedad cerrada y sujeta a ataques por parte de Soros y su gobierno en la sombra formado por agentes nacionales, obviamente, porque la llamada GLOBALIZACIÓN encubre el saqueo más demoníaco de los Estados-nación. Soros no es más que un peón del equipo del Estado Profundo, alias el Imperio británico moderno, que está forzando las guerras. Si, definitivamente, yo también querría empezar la Tercera Guerra Mundial, eso haría que el poder y el dinero siguieran fluyendo en mi dirección.

 No hay nada como una lucha peligrosa para proporcionar cobertura al fraude financiero.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención, invitándolos a una nueva emisión de EL CLUB DE LA PLUMA el próximo domingo.

  


PROF. VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

 

1 comentario:

Aviator dijo...

Estoy agradecido por la relevancia y aplicabilidad que mantienes en cada entrada. ¡Gracias por conectarnos con el mundo real! Conéctate con otros jugadores de Aviator en nuestro blog.