RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 22 de octubre de 2023

EL LENGUAJE DEL OPRESOR - LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 

EL LENGUAJE DEL OPRESOR

 

 

 En junio de 1942, las fuerzas alemanas (entonces ideológicamente alineadas en el nacional-socialismo) arrasaron completamente la ciudad checa de Lídice, no dejando absolutamente nada más que ruinas, destruyendo todos sus edificios y hasta las carreteras, y asesinando a todos los varones, mientras deportaban mujeres y niños.

¿Qué había ocurrido para que las tropas nazis realicen tamaña acción brutal?

 

 El 27 de mayo, unos comandos checos, armados y entrenados por los británicos, habían aterrizado en paracaídas tras las líneas enemigas. Su misión era ejecutar la Operación Andropoide, esto es, cometer el asesinato del jerarca del partido Reinhard Heydrich, el SS-Obergruppenführer und General der Polizei y jefe de la Oficina Central de Seguridad del Reich, que además ostentaba el cargo de Protector adjunto de Bohemia y Moravia, y que era uno de los oficiales predilectos de Adolf Hitler y sindicado como uno de los ideólogos de la Solución Final contra los judíos.

 

 Heydrich, que era una persona cruel y un ejecutante muy eficiente, había sido por fin liquidado en una operación impoluta, vengando en ese transcurso a tantísimas víctimas que habían caído bajo su tenebrosa ideología de exterminación.

 

 Pero la muerte de Heydrich, sin embargo, despertó una ira absoluta, que prontamente se manifestó en una venganza espantosamente excesiva. Todos los ciudadanos masculinos de Lídice, que ignoraban la operación porque no fue organizada allí, fueron asesinados. A las mujeres y niños se les perdonó la vida, pero fueron desplazados a la fuerza. Todo a su alrededor fue demolido sin quedar prácticamente rastro de nada. La idea a aplicar era muy básica: por cada «uno de los nuestros» «morirán muchos de los suyos» … y eso era independiente de la inocencia, la investigación o el debido proceso.

 

 La autoridad de los nazis se basaba en el uso desbordante de la fuerza, en el terror más primitivo y en la imagen de invencibilidad.

 

 Pregunto genuina y humildemente

¿Qué diferencia hay - sustancial, conceptual - entre la destrucción de Lídice realizada por los nazis y esta destrucción total de Gaza perpetrada por la aviación israelí?

¿Dónde está la limitante entre el genuino uso de la defensa y la seguridad, y la liberación de los bajos instintos más despreciables, que claman venganza, o una ley del Talión exagerada y desmedida?

 

 Algunos advertirán el uso del paralelismo histórico de Lídice como una maliciosa comparación entre las metodologías nazis y las de retaliación israelíes.

Pero voy a dar un paso más allá, para que se entienda el caso…

 

 No se trata de cuestiones parentales entre las metodologías de los nazis y de los israelíes, que para algunos podría sonar ofensiva. Se trata de forzar a un entendimiento sobre la relación de total asimetría que surge entre el que ejerce una dominación aplastante, que da una reprimenda ejemplificadora, y el que sufre la dominación, que solo le queda la insolencia de la rebelión.

 

 Es una dialógica de poder donde uno aplasta y otro es aplastado. Con su desmedida superioridad en medios represivos, con su implacabilidad de técnicas de sometimiento, con el dominio del relato y el silencio, los dominantes son libres de desplegar su abanico de acciones.

 Por eso esto no es monopolio de nazis, en el pasado histórico, ni de israelíes, en su desgraciada relación con los palestinos.

 

 Sobre esa relación asimétrica también estuvieron situados los británicos en la Kenia de los mau-mau, las tropas estadounidenses invadiendo Panamá o Nicaragua, las atrocidades belgas en el Congo, usado como un jardín del rey, los alemanes de antes del nazismo con sus relaciones cuasi-feudales en Namibia, los italianos abusando de abisinios en Etiopía, y ni hablar de los franceses en Argelia, que han hecho escuela del “arte” de torturar y desaparecer....

 

 Estamos hablando, en definitiva, de un LENGUAJE IMPERIALISTA, que puede ser interpretado por dictaduras fascistas, por reinos civilizados de Europa o por “la única democracia de Medio Oriente”. Da igual. Lo que se aplica es la lógica del imperialismo y sus relaciones de sometimiento, por la ley o por la fuerza.

 

 ¿No les gustó mi ejemplo? OK, repasen la inhumana represión de los nazis en el ghetto de Varsovia cuando los heroicos judíos confinados espantosamente allí osaron rebelarse a las condiciones de hacinamiento y penurias a las que eran sometidos. ¿Sabían que iban a morir allí o en un campo de exterminio? Claramente, pero eso no les impidió rebelarse… porque no tenían nada que perder.

 

 Si ese ejemplo es tan certero, pues habla de un lugar confinado, de condiciones de vida brutales y de persecución mediante técnicas de miedo y amansamiento, que aun así generó una rebelión inesperada y heroica ¿Por qué no se entiende que la causa palestina no se extinga con el pasar del tiempo y que, de tanto en tanto, aparezcan episodios de revelada violencia, que se enmarcan dentro de una silenciada, invisibilizada y permanente violencia?

 

 Que conste: no estoy defendiendo las acciones violentas del rebelado, solo para condenar los crímenes del poder imperialista. Crímenes son crímenes. Pero es hora de entender que los regímenes justificados, apoyados y mantenidos por la violencia… engendran violencia. Tan sencillo como eso.

 

 Israel es un estado con derecho a la defensa y a la seguridad, tanto de su población como de su territorio. Y los ataques terroristas fueron acciones deleznables, mucho más, al hacerse carne sobre gente inocente, no combatiente.

 Pero ha de comprenderse, que no surgen por generación espontánea.

Si Israel retorna continuamente a experiencias de gobierno elitistas, segregacionistas, amparadas en la violencia muda o exacerbada, y se niega a alinearse al Derecho Internacional, hechos que lejos de aminorarse parecen incrementarse, entonces surgirán respuestas desesperadas y – penosamente – también crueles.

 

 Una cosa lleva a la otra, y así, a un círculo vicioso de acusaciones, victimizaciones y ninguna solución. En el medio, vidas quebradas, algunas, muchas, que claman venganza, como una semilla que se enquista y prende en una tierra fértil de odios.

 La respuesta de Israel a las incursiones armadas del Hamás - repulsivas, condenables, horripilantes, valga la insistente aclaración - no ha sido la identificación y liquidación de los responsables, o la captura y juicio de ellos, sino un ataque verdaderamente “a lo Lídice”  contra toda la población de la Franja de Gaza. Lo cual no es justicia ni derecho a la defensa, no da estatura ética ni moral y convierte a la víctima inicial en un monstruo victimario similar… apenas momentos después.

 

 Cientos de palestinos ya han muerto en los ataques aéreos israelíes, y la espiral podría proseguir si sucediera una intervención terrestre, que de alguna manera posibilitaría en los cerebros pensantes israelíes un desplazamiento final hacia … algún lado.

 

 Y digo algún lado porque … ¿Dónde se supone que deben ir los palestinos que viven hacinados en Gaza si tanto Israel como Egipto bloquean las fronteras terrestres?

 

 Es ya la hora de frenar este maremágnum de locura. Dejar de hablar de “animales humanos”, de degradar las vidas, para incorporar urgentemente temas como «desescalada/alto el fuego», «fin de la violencia/derramamiento de sangre» y «restauración de la calma» ...

 Es ya y deben hacerlo todas las potencias implicadas, desde Estados Unidos, la UE, Rusia, China e Irán.

 

 Así no vamos a ningún lado. Solo a repetir, a unos años vista, la misma horrible y angustiante situación.

 

 


LIC. CHRISTIAN CIRILLI

Analista Internacional

 Licenciado en administración UBA De ciencias económicas

 

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