EL CLUB
BILDELBERG
LA RED
TAVISTOCK
Cuando la
guerra se llama “paz”,
la
esclavitud se denomina “libertad”
y el
asesinato, “liberación”
Parte XLV
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Una vez más nos encontramos
en este espacio de reflexión en el que intentamos una mirada totalizadora,
desde lo conceptual para abordar múltiples temáticas que involucran a la
humanidad en su totalidad.
Hoy, nos centraremos
en la corrupción del lenguaje que ha sentado las bases para una posterior corrupción
de nuestra vida y nuestra dignidad y otras cuestiones no menos importantes de
la mano de los lineamientos conceptuales del texto del doctor Daniel Estulin en
su libro “Fuera de control”.
Ya venimos escuchando
desde hace tiempo el tipo de razonamientos en el que la guerra se llama “paz”,
la opresión y la persecución se denominan “seguridad”, la esclavitud se apoda “libertad”
y el asesinato se llama “liberación”, y así se ha producido una absoluta
corrupción del lenguaje que ha sentado los cimientos de la corrupción de
nuestras vidas y nuestra dignidad.
Estoy hablando en
términos planetarios, sin distinción de Estados-nación.
Pero el sistema-mundo
se ha estropeado por motivos mucho más importantes que lo que suele llamarse
“corrupción” y no puede arreglarse si una guerra mundial y un colapso económico
sin precedentes no derriban todos los muros que separan a la humanidad de lo
impensable. La política no es un fin, sino un medio y, como otros valores,
tiene sus falsificaciones. Se ha puesto tanto énfasis en lo falso que ha
quedado
oscurecida la importancia de lo verdadero y la política ha
acabado transmitiendo un mensaje astuto y no un servicio franco y sincero.
Ya estamos instalados
en la Tercera Guerra Mundial; en Europa, si no hay ningún otro hecho siniestro
que la anticipe, está programada para el año 2029. Es inevitable. En Oriente,
teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, también será partícipe de la
contienda universal. En el Sahel, en África, es más de lo
mismo.
A lo largo de los
años ochenta del siglo pasado, se fueron sentando las bases para el fascismo en
todo el mundo, debido a las políticas monetarias basadas en las de Hjalmat
Schacht, ministro de Economía de la Alemania nazi. “Se trata de políticas de
austeridad asociadas a Friedrich von Hayek, el líder de la Sociedad fabiana
británica, por el profesor Milton Friedman, de la Escuela de Chicago, miembro
del grupo de presión para la legalización de las drogas y por el fascista Paul
A. Volcker, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en manos de
la élite financiera.
La destrucción de la
economía británica mediante los malvados y lunáticos dogmas de los cultos a Friedman
de la entonces primera ministra Margaret Thatcher (ídola absoluta de Milei en
Argentina) es una política que sirve al Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial y al Banco de Pagos Internacionales para crear el genocidio de la
guerra, el hambre y las epidemias. Del mismo modo que las políticas de Schacht
llevaron directamente a la austeridad del sistema de campos de concentración de
trabajos forzados, las políticas de Milton Friedman están conduciendo a un genocidio,
a una escala mucho mayor en la actualidad”.
Como he expresado
tantísimas veces, si nos centramos en las problemáticas de nuestro país de
residencia, perdemos la dimensión conceptual que todo lo abarca; reducimos
nuestra visión al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial, pero nos
faltan la dimensión ideológica y la conceptual. Y al hablar de “epidemias”, me
refiero a que la próxima pandemia está al caer.
Cuando la
Organización Mundial de la Salud, una institución privada, se atribuyó el
derecho de suspender nuestras libertades individuales en todo el mundo, ya fracasada
la Gripe A, fue un claro ejemplo de manipulación planetaria. Oh, este tema es
un tabú y no quiero que cierren EL CLUB DE LA PLUMA. Los miles de muertos de
“muertes espontáneas” y los miles de ciudadanos que padecen enfermedades
crónicas después de las vacunaciones masivas ya son “vox populi”.
Los canales que hablan
sobre la pandemia Covid 19 evitan nombrarla de esa manera, porque antes de
finalizar el programa es borrado inmediatamente. No lo digo yo que soy una
ignorante, sino las voces de los programas y libros de los mejores
especialistas en Geopolítica, Geoeconomía y Geoestrategia del mundo que miro,
escucho, leo y doy fe de ello.
Que estén de acuerdo o no conmigo, es insustancial. No busco
la aceptación ni la aprobación de todos nuestros oyentes, sino que “mi verdad y
la de unos cuantos más” también sea escuchada.
El proyecto 1980 del
Consejo de Relaciones Exteriores, esto es, la desintegración controlada de la
economía mundial que estimule un crecimiento cero que más tarde pase a ser
negativo, tiene un lado aún más oscuro. El objetivo final de esa desintegración
planificada es crear inestabilidad para llamar a las puertas de Moscú y Pekín.
Inventar enemigos es su estrategia preferida.
Resulta que la
inteligencia británica que actúa en nombre de la oligarquía malthusiana, no
puede operar en un universo dominado por una comunidad de principios formada
por Estados-nación soberanos dedicados al desarrollo.
Los países que
fomentan el desarrollo de la creatividad mental de su población generan una
comunidad que no tolerará formas oligárquicas de gobiernos indefinidamente, al
contrario que la población analfabeta que adolece de atraso tecnológico. De hecho,
no cabe duda de que el analfabetismo y el atraso tecnológico son causas que
contribuyen a la aparición del poder oligárquico.
La comunidad de
principios se basa en la idea de que el ser humano tiene un propósito en el universo.
Cuando vives por y para el futuro de la humanidad, tu existencia tiene una
razón de ser.
Por su parte, el
imperio del dinero depende de la supresión del progreso científico y del conocimiento,
favoreciendo el atraso y la ignorancia. Así que, en este sentido, el problema
radica en cuál es el concepto de verdad en el sistema imperialista y,
precisamente, por ser totalitario, no existe la verdad.
No tiene cabida
ninguna verdad, sólo la arrogancia del poder.
Las fuerzas
anglo-estadounidenses han llevado a cabo y continúan llevando a cabo intervenciones
para provocar cambios de régimen por medio de revoluciones de colores y primaveras
árabes, a fin de crear un nuevo sistema para controlar el mundo, para
reemplazar el sistema monetario internacional, en declive, que hasta ahora
había permitido al sistema financiero con sede en Londres y, a sus
subordinados, como Wall Street, ejercer el poder sobre el mundo.
Los eternos
conflictos forman parte del plan secreto de la Nueva Edad Media para controlar
a los que antaño fueron Estados-nación soberanos. Como me referí en la columna
del domingo pasado: estamos asistiendo al NEOFEUDALISMO.
Nada de esto es
casual, sino que responde a acciones deliberadas de las mismas fuerzas que
provocaron la crisis artificial del petróleo de 1973, que impulsaron un
proyecto de desindustrialización internacional en los años ochenta, que crearon
a los talibanes y Al Qaeda y que financiaron el terrorismo internacional. Estos
conflictos crearon caos en la región y la dejaron devastada.
¡Vamos, cuánto les
habrá gustado que nos tragáramos que todas las revoluciones de colores y las
primaveras árabes del mundo han sido manifestaciones espontáneas de idealismo
motivadas por la insubordinación a dictadores seculares, a déspotas, a la
injusticia y al nepotismo. Esto nunca fue así en realidad, ya que las
decisiones de verdad las tomaban las despiadadas camarillas de generales y
altos funcionarios sobornados o chantajeados por la CIA, que fueron
posicionándose entre bastidores para derrocar o asesinar a mandatarios como
Gaddafi en Libia!
Me despido de nuestra
querida audiencia, agradeciendo su amable atención, invitándola a la próxima
edición de EL CLUB DE LA PLUMA.
A continuación,
escucharán el tema musical de Pink Floyd, Another brick in the wall. “No
necesitamos ninguna educación, no necesitamos ningún lavado cerebral, ni ningún
sarcasmo disimulado en el aula. Profesores, dejen a los niños en paz”. Al aludir
a los “niños” y extrapolando el término del ámbito educativo de la canción,
vaya mi denuncia de la trata de personas y la pedofilia, flagelo que se ha
extendido en todo el planeta del cual Argentina no es la excepción.
Que los medios hegemónicos de comunicación no los presenten a nivel mundial, no significa que no existan. Basta de hipocresías, por favor.
PROF. VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata
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