EL CLUB
BILDELBERG
LA ÉLITE
QUE DOMINA EL PLANETA
RED
TAVISTOCK
LAVADO DE
CEREBROS A ESCALA MUNDIAL
Técnicas
de operaciones internacionales para destruir los movimientos obreros, desde
inicios del siglo XX
Parte
XXVII
Un cálido abrazo a la
distancia a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.
Mi columna de hoy
será la continuidad de una serie de reflexiones, iniciada hace unos cuantos
meses, siguiendo los lineamientos conceptuales del Dr. Daniel Estulin, en sus
libros: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y
METAPOLÍTICA.
Este domingo me
centraré en las técnicas de operaciones para destruir los movimientos obreros
en todo el planeta.
Ya los planes
salvajes para domesticar a la clase trabajadora, comenzaron en el año 1916, de la
mano de las propuestas de la campaña de Rockefeller para promover planes
“democráticos”. Pero el punto de inflexión, fue en los años 40, antes de la
finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando la estrategia de Rockefeller fue
la modificación de la conducta-lavado de cerebros, determinación conjunta,
coparticipación y corporativismo para apoderarse de los Estados Unidos y del
movimiento de trabajadores de todo el mundo. Fue algo que se hizo
simultáneamente en distintos niveles.
En 1946,
Rees-InstitutoTavistock-Rockefeller formalizaron el Memorándum Rockefeller, en el
cual, el general de brigada John Rawling Rees expuso los detalles del
pensamiento de su camarilla.
La Fundación
Rockefeller, que había dado grandes cantidades de dinero al Instituto
Tavistock y a sus miembros desde 1934, aceptó de inmediato y
la Clínica Tavistock se transformó en el Instituto Tavistock de Relaciones
Humanas.
En primer lugar,
Rockefeller contrató a muchos de los sociólogos que habían participado en los
bestiales y fascistas servicios de inteligencia de guerra y los colocó en los
campus de los Institutos de Trabajo financiados por la Fundación Rockefeller,
el Instituto de Salud Mental, el Ejército, la Marina, y grandes empresas
capitalistas para desarrollar proyectos y dar orientación.
Estos Institutos de
Trabajo se crearon al mismo tiempo que la CIA, la Junta de Jefes de Estado, el
Consejo de Seguridad Nacional, como parte de la misma red que estaba construyendo
Rockefeller para dirigir el mundo entero una vez que los Estados Unidos hubiera
ocupado el lugar de Gran Bretaña, después de la Segunda Guerra Mundial, como
primera potencia mundial.
La mayor aportación
que hizo Rockefeller a la “causa del trabajador” fue la total destrucción del
movimiento obrero, la perversión y su control, mediante las operaciones
orquestadas por él y Tavistock. Desde el Cuerpo Civil de Conservación, hasta la
Works Progress Administration, desde la Federación Nacional de Ciudadanos hasta
la Federación Americana del Trabajo, el control del movimiento obrero de los
Estados Unidos estaba siempre sometido al control ejercido por los intereses
económicos de Rockefeller.
Se creía en la
supremacía de los empleadores y en la benevolencia del capitalismo y ayudaba a
desbaratar huelgas, reclutar vigilantes y dirigir ataques contra la clase
obrera.
Los tres institutos
de trabajo formados, financiados y dirigidos por Rockefeller, Tavistock y otras
instituciones, son solamente tres de los más de doscientos o trescientos que
crearon los Rockefeller por todo el mundo tras la Segunda Guerra Mundial: el Industrial
Research Institute de Bonn y el Departament of Social Relations Institute,
ambos en Alemania; la Sociedad Argentina de Investigación Operativa; la
International Jewish Research Foundation on Human Relations, en Israel; el
Psychological Institute en Japón, por nombrar algunos.
La lista de
institutos es larguísima y su influencia, enorme, pero el prolongado control
que venía ejerciendo la familia Rockefeller sobre la Asociación Americana de
Médicos y la Asociación Americana de Psiquiatras y los miembros de la CIA, colocados
en puestos de diferentes niveles del Gobierno y los fondos gubernamentales para
promover el desarrollo de programas de cerebros y colocar a protegidos de
Rockefeller y Tavistock en puestos e instituciones claves, fue decisivo. De hecho,
las técnicas que se emplean en las negociaciones laborales de España, Francia,
Alemania, Estados Unidos y en la mayoría de los países occidentales están
sacadas directamente del manual de
juegos de rol de Tavistock. Inclusive, antes de una huelga,
se analiza a fondo el sindicato.
Se recopila
información y se evalúa tanto al sindicato como a sus subsecciones para ver
cómo reaccionan en situaciones de crisis. El Instituto de Trabajo Rockefeller
realiza nada menos que cien o doscientos estudios de cada sindicato. Los métodos
que emplean están sacados directamente de la Teoría conductual de las
negociaciones laborales. Primer paso. Se provoca al sindicato ofreciéndoles un
contrato particularmente insultante.
El sindicato,
enfurecido, sale en masa a las líneas de piquetes. Puños cerrados y caras
serias y de pocos amigos por todas partes. Rockefeller deja pasar los primeros
días. Al tercer día, por la tarde, el líder el sindicato ya está pasando la
mayor parte del tiempo en la sede, charlando con amigos. Para el cuarto día, los
gritos ya no son ni la mitad de enérgicos y quedan pocas caras que aún
mantengan el gesto serio y de pocos amigos del primer día. Entra en escena
Tavistock. La huelga va a ser desbaratada por fases.
Los líderes sindicales
son llamados a negociar. Ya se ha hecho un completo perfil de ellos, de la
estructura de su personalidad, etc. En reuniones estructuradas como sesiones de
terapia de grupo, al árbitro modificador de la conducta lleva a cabo, sin que
lo sepan los líderes sindicales, ciertos sondeos psicológicos contra ellos. La
mayoría de los líderes sindicales son fáciles de manipular.
Los negociadores y
los capitalistas saben que la presión que representan los ataques de los medios
de comunicación, las tensiones de la huelga, la presión de sus iguales y la
merma de los fondos para la huelga mella en ellos y que se están desmoronando
por dentro. A continuación, se lleva aparte al líder para proseguir la
negociación. A estas alturas, este ya está muy cerca de suplicar lo que sea, con
tal de poder regresar con los suyos llevando algo en las manos. Pero en lugar
de ofrecer a los líderes sindicales mejores condiciones para los trabajadores,
se les enseñan las técnicas que han de emplear para venderles la moto a los miembros
del sindicato, para que éstos no piensen que los han estafado.
¿Cómo se hace esto?
Se imparte un curso sobre negociación para los líderes y delegados
sindicales en el Instituto de Trabajo más cercano. En ese
instituto, se llevan a cabo programas de modificación de la conducta.
¿Adivine quién dirige
los seminarios? Exacto, lo ha adivinado: los leales psicólogos de Rockefeller.
Pero no termina ahí la invasión y posterior conquista de los sindicatos. Cuando
llega la siguiente sesión negociadora, los líderes sindicales ya son fáciles de
moldear y, con frecuencia, aceptan las condiciones que se les ofrecen en las
sesiones de
negociación. Las técnicas de guerra psicológica como los
“períodos de reflexión” entre una reunión y la otra, las campañas de desprestigio
en los medios de comunicación, las ofertas de reconciliación, se utilizan y son
armas objetivas que Rockefeller tiene a su disposición para quebrantar la
voluntad que todavía pueda quedarles a los huelguistas y así lograr
aplastarlos.
Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención, no sin antes invitarlos a la próxima emisión de EL CLUB DE LA PLUMA.
VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras,
ex catedrática de la
Universidad
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