DEMOCRACIA, ¿DE AYER O DE HOY?
Detallar sobre los orígenes de la Democracia, tal vez resulte redundante, ya que cada vez que alguien hace referencia al tema, casi invariablemente remiten a ese recorrido histórico y la definición del término que hace referencia a una forma de gobierno.
Una forma de gobierno que, a pesar de los “tácitos acuerdos” entre quienes “saben del tema”, hay diferentes, no interpretaciones, más bien, aplicaciones…
No obstante vale recordar algunos pensamientos de aquellos que plasmaron las primeras nociones, ideas, concepciones sobre Democracia.
Según la transmitido por Platón en el libro “La República”, Sócrates sostenía: “…A mi juicio, la democracia nace cuando los pobres, después de haber obtenido la victoria sobre los ricos, matan a unos, destierran a otros, y comparten con los que quedan el gobierno y los cargos públicos, distribución que por lo común suele echarse a la suerte en este sistema político…” 1
Tal vez en esos tiempos se haya experimentado algo parecido al pensamiento socrático sobre Democracia. Pero prácticamente en toda la historia del hombre, eso ha sido algo inusual.
Las democracias de nuestros tiempos nada tienen que ver con esa concepción.
Continuemos rescatando algunos pensamientos antiguos…
“…La naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado unos seres para mandar y a otros seres para obedecer… ( ) …Los elementos de la economía doméstica son precisamente los de la familia misma, que, para ser completa, debe comprender esclavos y hombres libres…” 2 Aunque fuera otra época, Aristóteles, quien expresaba estos pensamientos en su libro “Política”, promovía así la discriminación, la desvalorización de esclavos y mujeres como seres inferiores, ya que sostenía: “…Entre los bárbaros, la mujer y el esclavo están a un mismo nivel…” 2
En estos tiempos hay una concepción mucho más amplia respecto de democracia, íntimamente relacionada a “libertad” y “derechos”. Una Democracia en la que, desde lo declamativo, se promueven derechos respecto de la vida, la existencia y las libertades respecto del ser, del estar, de elegir, de decidir y hacer. A decir de Ricardo Forster: “…esa misma que desde tiempos inmemoriales es antagónica al ideal democrático que busca, con dificultades y contradicciones, enhebrar libertad e igualdad…” 3
La democracia es el más imperfecto de los sistemas de gobierno y de convivencia social que pueden regir a una sociedad. Pero es el único que puede garantizar uno y otra. El único.
Los griegos definían a la democracia con un sentido político más que filosófico y decían que era “la doctrina favorable a la intervención del pueblo en el gobierno y al mejoramiento de la condición del pueblo”. 4
Cabe aclarar que el término “pueblo” para los griegos no contenía ni a esclavos, ni mujeres, ni a extranjeros…
La libertad y el derecho, contemplados en la cuestión democrática, en este nuevo siglo donde los esclavos revisten diferentes características a los de tiempos griegos, son cuestionados, manipulados, deformados.
La libertad de expresión, de comunicación y el derecho a ejercer esa libertad, a menudo vulnera otras libertades, otros derechos, llevando el concepto democrático que los contiene, a una malversación del mismo.
Hay una democracia malinterpretada y mal implementada, por ejemplo, en lo comunicacional.
Somos democráticos para elegir a quienes habrán de ocupar cargos políticos; somos anti-democráticos a la hora del horror, del lamento, por una muerte, algún asesinato; ya que no elegimos por qué lamentarnos u horrorizarnos. Manifestamos tales sensaciones en relación a lo que los monopolios nos impusieron. Pero no respondemos ante ello, al menos con sorpresa, reclamando que igual tratamiento se dé a cada pibe que a diario se nos muere, o nos lo matan…
Somos especialistas en promover y alentar el horror selectivo, casi como un diario deporte en que nos trepamos a los titulares sangrientos de los periódicos y noticieros, “siguiendo” las instancias de un determinado crimen…
La mediatización de la democracia, o su errónea interpretación en lo que respecta a la tarea comunicativa, desvirtúa y agrede las libertades de pensamiento y conciencia, ya que “impone” desde intereses a sensaciones y sentimientos. Se comparten democráticamente indignación, fastidio, por las gratuitas ofensas de algún político hacia otro. La victimización de civilizaciones enteras, tal el caso del Pueblo Palestino, o algunas de nuestras Comunidades Originarias, o son ignoradas por su invisibilización, o son incluidas en las excusas de tinte político ante la inacción o impericia de algunos funcionarios…
En estos tiempos se difunde la idea que democracia es sinónimo de libertad y derecho, cuando en la práctica, tanto libertad como derecho están expuestos a las arbitrariedades políticas, jurídicas, policiales, etc. Tiempos en que el ejercicio democrático del ser, padece la arrogancia del que tiene poder, convirtiendo ese ejercicio en un padecimiento.
La democracia no es sólo la emisión y ejercicio de un voto. La democracia, si la interpretamos como la garantía al pleno ejercicio de nuestras libertades y derechos, debería, ante todo, gozar del respeto por parte de quienes, por designio aristotélico de la naturaleza, son los “elegidos” para mandar…cuando esa elección ha sido, por lo general, manifestación y voluntad popular…
Podríamos enumerar varias alternativas de alteración a la interpretación del término democracia. Pero creemos que con esto, al menos para meditarlo, es suficiente…
Practicamos una democracia parcializada, sectaria, discriminatoria, elitista. Tal vez un poco peor, más hipócrita que en la época griega…
Deberemos, como pueblo, asignarnos la obligación de lograr el poder para ejercer nuestros derechos, en libertad…
Que así sea.
NORBERTO GANCI –DIRECTOR-El Club de la Pluma
DOMINGOS DE 10 A 13 HS
POR FM 103.9 RADIO INÉDITA
1Platón “La República” –Centro Editor de Cultura- 2006
2Aristóteles “Política” –Editorial Andrómeda- 2003