RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 27 de noviembre de 2023

EL CLUB BILDELBERG LA ÉLITE QUE DOMINA EL PLANETA - Reducir la mente a un procesador binario - Parte XXV - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

LA ÉLITE QUE DOMINA EL PLANETA

RED TAVISTOCK

LAVADO DE CEREBROS A ESCALA MUNDIAL

Reducir la mente a un procesador binario

La persuasión como clave para iniciar movimientos fascistas

Parte XXV

 

 

 Un cálido abrazo a la distancia a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.

 Mi columna de hoy será una continuidad reflexiva iniciada hace varios meses sobre diferentes temáticas, siempre siguiendo los lineamientos conceptuales del Dr. Daniel Estulin, en sus libros LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO TAVISTOCK y METAPOLÍTICA.

 

 Nuestra cuestión de hoy se centrará en la mente de los seres humanos: cómo reducir la mente a un procesador binario y la utilización de la persuasión para iniciar movimientos fascistas en todo el planeta.

 

 Volvamos al pasado histórico para iniciar nuestra charla. El 13 de agosto de 1940, en Alemania, la Luftwaffe dio comienzo a la llamada Batalla de Inglaterra. Poco después de que comenzaran los bombardeos alemanes, Norbert Wiener, un matemático y físico nacido en Chicago, ofreció sus conocimientos como contribución a la lucha contra el fascismo. Fue un pionero en la teoría de la información y quien acuñó el término “cibernética”. Era profesor en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

 Estuvo investigando el problema de cómo construir una máquina capaz de calcular por adelantado el movimiento de los bombarderos, para poder abatirlos. A tal fin, Wiener tomó en cuenta la guerra tecnológica, en la que las personas, los barcos y los aviones no son más que puntitos abstractos de la pantalla de un radar.

 

 La línea que separa al hombre de la máquina se vuelve borrosa y lo que surge es un adversario mecanizado, anónimo, cuyas acciones pueden modelarse en un laboratorio de guerra.

 

 Mientras trabajaba en un aparato que previera la trayectoria de los aviones, Wiener estableció paralelismos entre el funcionamiento de los servomecanismos, los dispositivos de control analógicos que se usaban en la artillería antiaérea y el comportamiento voluntario de los pilotos y de los artilleros. En ambos casos, el objetivo se alcanzaba mediante un mecanismo de retroalimentación.

 A partir de sus investigaciones, Wiener estableció que el control mediante la retroalimentación y la comunicación mediante el intercambio de información constituían mecanismos universales del comportamiento voluntario de los organismos vivos y de las máquinas que se regulan solas, como las computadoras.

 

 La cibernética se basa en la suposición de que el sistema nervioso del ser humano no reproduce la realidad, sino que la calcula. Al parecer, ahora resulta que el hombre no es más que un sistema que procesa información; el pensamiento consiste en un procesamiento de datos y el cerebro es la máquina hecha de carne.

 El cerebro ha dejado de ser el sitio donde, gracias a la memoria y a la conciencia, se crear misteriosamente el “ego” y la “identidad”. El cerebro es una máquina que consta de interruptores y circuitos de control, bucles de retroalimentación y nodos de comunicación.

 

 Uno tiene la sensación de estar dentro de la trilogía de MATRIX, contemplando el cibermundo a través de un cristal. La nueva filosofía de las interrelaciones humanas, la sociometría, nos ofrece una metodología y una guía para determinar la estructura central de la sociedad suscitando la espontaneidad de los sujetos-agentes humanos. Estos factores, una vez localizados y dibujados, nos proporcionan la base sobre la cual proceder a planificar las numerosas facetas y actividades de la sociedad, desde la educación de los niños y de los adultos hasta la formación de supergobiernos y estados de todo el mundo.

 Muchos de los factores que antes hacían imposible la existencia de un Estado Mundial han desaparecido. Incluso es posible afirmar que la comunicación moderna, que nos obliga a actuar como jueces respecto de los derechos internacionales de diferentes sistemas de radiodifusión y diferentes redes de aeroplanos, ha hecho inevitable el Estado Mundial.

 

 En su libro CYBERNETICS, Wiener iguala el cerebro humano a un sistema lógico binario, una idea que esos ingenieros sociales encontraron de lo más útil.

 En este tema, Wiener demuestra pensar como lo hacía Bertrand Russel, un individuo

amargado y defensor del racismo oligárquico, cuyo único amor fue el odio hacia la humanidad, tuvo como misión en la vida reducir la mente humana a un procesador binario. Un reduccionismo que fue base de los experimentos llevados a cabo en lugares como el INSTITUTO TAVISTOCK de Londres.

 

 Extrapolando la premisa hacia la contracultura, los ingenieros sociales pensaron que las computadoras podían desempeñar un papel similar al del LSD en el control mental. En otras palabras, crear un artificial campo de concentración sin lágrimas. Sin embargo, para poder tener un campo de concentración sin lágrimas es necesario tener el control, las comunicaciones y el poder de retroalimentación.

 Y ahí es donde entra la cibernética con los mecanismos de comunicación y regulación de sistemas complejos conocidos hoy como INGENIERÍA SOCIAL.

 

 Lo que nos preocupa es la historia de la ingeniería social y cómo ha evolucionado desde los tiempos de la anticuada terapia de electroshock hasta la moderna terapia de choque en grupos. El Centro de Investigación de la Dinámica de Grupos del Instituto de Tecnología de Massachusetts y el INSTITUTO TAVISTOCK de Londres se encuentran a la cabeza de la investigación sobre cómo alcanzar un consenso a través de la dinámica de grupos.

 Una cosa que han sabido siempre los constructores de imperios como David Rockefeller es que la persuasión constituye la clave para iniciar movimientos fascistas en el planeta. Cambiar el modo de pensar y de hacer de la gente. Pero ellos no fueron los únicos, hubo otros que también llevaron a cabo miles de investigaciones.

 La idea era formar un modelo universal sobre la toma de decisiones en grupos para, posteriormente, utilizar esos programas para guiar o conducir en manada a la opinión popular en la dirección deseada. Con los años, los “agentes de cambio” cibernético fueron ampliando las investigaciones y pasaron a modelos de pensamiento y toma de decisiones en grupo, a desarrollar tecnologías que permitieran trazar en un mapa cómo fluyen los rumores a través de las sociedades que, según ellos, lo hacen igual que las epidemias.

 

 El parecido con MATRIX resulta inquietante y asombroso al mismo tiempo: La tarea del científico social, el “agente de cambio” consiste en inventar las herramientas adecuadas para explorar un terreno dado. En el campo de las interrelaciones humanas, dicho campo es el de las actitudes espontáneas interactivas de todos los individuos que lo componen. A los individuos hay que motivarlos adecuadamente, a fin de suscitar una reacción espontánea real, así pues, el objetivo y los métodos empleados para la investigación social y para suscitar reacciones, pensamientos y sentimientos en las personas deben ir de la mano.

 La conexión existente entre la forma de ver las máquinas y la teoría de la información es importante. Lo que tienen en común todas esas investigaciones es la idea fija de que nuestro cerebro es un eficiente conjunto de máquinas cibernéticas de aprendizaje conectadas por un gigantesco bucle de retroalimentación con el universo mismo.

 Lo típico es que la cibernética aborde cualquier máquina en particular, no preguntando qué acción individual va a ejecutar en ese momento, sino cuáles son todos los comportamientos posibles que puede ejecutar.

 

 La cognición humana quedó reducida a los procesos electroquímicos del cerebro: neuronas que se encendían o se apagaban, como un sistema binario. Se vigilaba la cantidad de información liberada al “campo” y actuaban como un termostato de la información para la sociedad.

 

 Con el fin de controlar los flujos de información, se ubicaban dentro de puntos de salida de importantes medios de comunicación y centros de formación de opinión. La mecanización de las relaciones de la sociedad se basó en la idea de Wiener de que era posible mecanizar el pensamiento.

 

 Más adelante, los herederos de los cibernéticos se dedicaron a crear la “autopista de la información”. Crearon un software que controlara el flujo de la información que circulaba por Internet como una gigantesca tarjeta de circuitos eléctricos, estableciendo los cortacircuitos y vigilando el voltaje.

 Este concepto constituyó el núcleo del SOCIAL NETWORKING, el establecimiento de conjuntos de matrices de la teoría de juegos, cuyo objetivo era obligar a los ciudadanos a alcanzar un consenso. La mecanización de las relaciones de la sociedad se basó en la idea de Wiener de que era posible mecanizar el pensamiento.

 

 Me despido de nuestra querida audiencia, agradeciendo su amable atención y deseando que nos volvamos a encontrar en otra emisión más de EL CLUB DE LA PLUMA.


 


VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

 

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