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domingo, 25 de junio de 2023

FORO DE SAN PETERSBURGO: EL PUNTAPIÉ HACIA LA DESDOLARIZACIÓN - LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 

 FORO DE SAN PETERSBURGO: 

EL PUNTAPIÉ HACIA LA DESDOLARIZACIÓN

 


Mientras la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, iniciaba una gira por los principales países de Sudamérica, Brasil, Argentina y Chile, más México, buscando una integración mayor entre la Unión Europea y Mercosur, preparando además el terreno para la Cumbre UE-CELAC que se desarrollará el 17 y 18 de julio en Bruselas, en San Petersburgo, se desplegaba el 26° Foro Económico Internacional, sin invitados estadounidenses ni europeos.

 

Es menester destacar que la cumbre UE-CELAC efectuará apenas después de la cumbre de la OTAN de Vilna, que tendrá lugar el 11 y 12 de julio, lo que refuerza las sospechas de que todas las decisiones tomadas en el Consejo del Atlántico Norte, controlado por EEUU y Reino Unido, se manifiestan como un eco en la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, para ser luego ratificadas por el Consejo Europeo, por lo que nunca vemos ningún desalineamiento entre la rama directiva político-militar, o sea la OTAN, y la rama civil o staff de apoyo, la UE.

 

Dicho esto, el Foro Económico Internacional tuvo un éxito singular, porque gran parte del poderío energético – fundamentalmente petrolero y gasífero – estaba concentrado allí, con representantes de la compañías y autoridades políticas de Emiratos Árabes, Argelia, de hecho, acudió su presidente, Arabia Saudita y por supuesto Rusia.

 

Solo estos cuatro países, como adivinarán, tienen altísima incidencia en la oferta de crudo y gas natural, por consiguiente, en la formulación del precio internacional.

 

Pero hay algo más suculento que puede surgir de esa reunión de popes de la industria energética: el dólar estadounidense se ha establecido tras la reunión de Bretton Woods de 1944 como moneda de atesoramiento e intercambio internacional gracias a los préstamos de posguerra. Sin embargo, agotado el plazo de repago, luego se ató al negocio del petróleo, apareciendo el petrodólar, como una forma de supervivencia y expansión, pues el comercio mundial se mueve al ritmo de los hidrocarburos.

Son esos países, los productores de petróleo, los que estaban reunidos en San Petersburgo, instituyendo una amenaza a la persistencia del dólar, lo cual es una pesadilla del gobierno estadounidense y el talón de Aquiles de la hegemonía unipolar occidental.

 

El mayor debate que estuvo planeando en el Foro efectivamente ha sido ese: cómo las nuevas potencias y los líderes regionales de la periferia se harán núcleo político y centro económico a través de una esfera de prosperidad económica, de equilibrio político y de finanzas desdolarizadas.

 

Así, el Foro de San Petersburgo se articuló, quizás este año más que nunca, como una especie de Anti-Davos, donde los agentes de la economía real dejan sus viejas diferencias, cortan los hilos que los manipulaban y se animan a ejercer influencia en un sistema antihegemónico, alejándose de los manejos de las finanzas basados en el poder sancionatorio del dólar y de las instituciones occidentales afines.

Lo cierto es que ya es tendencia: cada vez hay un mayor número de países que se rebelan al uso político del dólar y empiezan, como primera medida, a comerciar bilateralmente en sus propias monedas nacionales.

 

La desesperación de occidente con estas movidas globales de países que no forman parte de la “comunidad internacional” es evidente:

Por una parte, vemos constantemente alertas de default del mismo tesoro norteamericano o bien bancarrotas o indicios de baja abrupta de solidez en bancos del sistema financiero occidental, producto, entre otras causas, por la imposibilidad de derivar la inflación o de sostener altos niveles de leverage.

 

Por otra parte, vemos incluso medidas, como la recientemente promovidas por Canadá y Reino Unido, de saqueo de fondos rusos en el exterior para aplicarlos a la “reconstrucción” de Ucrania, un ROBO liso y llano que lejos de ser una “avivada” con ínfula de “justicia poética” es una pésima señal para los inversores, que ven en esas decisiones un acto arbitrario y vejatorio – que vulnera toda norma de propiedad y del derecho internacional – y que encima es generador de altísima desconfianza, un veneno en términos cualitativos para cualquier sistema financiero.

 

Uno de los espacios donde se “respira” esa libertad de acuerdos y que no se configura como un bloque hegemónico sino multivectorial es el BRICS, compuesto por Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica, y que tiene ya como aspirantes formales a Irán, Argentina, Argelia y Egipto, aunque ya están analizando un pedido de candidatura como Venezuela, Turquía y Kazajistán.

 

El presidente Putin no anduvo con vueltas al describir el proceso que se está dando a un nivel estratégico, mientras las balas suenan en ucrania.

 

Dijo: «El intrínsecamente feo sistema mundial neocolonial ha dejado de existir y se está consolidando un orden mundial multipolar. Se trata de un proceso inevitable. Los cambios en el mundo en todos sus ámbitos son cardinales, profundos e irreversibles.»

Nótese que Putin dice “en todos los ámbitos”, pues no se trata evidentemente de desdolarizar, sino de reintegrarse al Derecho Internacional, a la Carta de la ONU y de instaurar canales de diálogo alternativos, suprarregionales, que excedan la cooptación que Occidente hizo de los ámbitos creados en la postguerra.

 

Este camino irreversible se ve palpable cuando países como Argentina, cuya dirigencia usualmente timorata, que no solamente está alineada, sino que tiene una proverbial diligencia ante las presiones estadounidenses, llega a acuerdos con China para diversificar sus reservas y reducir su vulnerabilidad ante condiciones leoninas de endeudamiento.

La política del garrote financiero, esto es, las sanciones unilaterales utilizadas por Occidente ante cualquier desafío, por más mínimo que sea, al orden unipolar, hace que muchos países entonces pretendan salirse – incluso por anticipado – del sistema financiero controlado por EEUU, y busquen herramientas que difieran del dólar, el SWIFT y los bancos occidentales, y así sostener su capacidad SOBERANA.

 

Es por ello, que a grandes rasgos hablamos de naciones soberanistas versus naciones imperialistas… o como dijo Putin, neocolonialistas.

 

Con el Foro de Económico Internacional, Rusia ha multiplicado la disponibilidad de países que buscan no quedaron envueltos y enredados en las políticas de fusta financiera de Estados Unidos y sus vasallos. Es más, cuando se ve que Rusia abre las puertas y lidera esta especie de revuelta internacional, no solamente no la vemos aislada y sufriendo, sino por el contrario, la vemos como una fuente de convergencia del hartazgo de muchas naciones y, asimismo, como una luz en el fondo del túnel.

Además, y paradójicamente, mientras Occidente vocifera y se autoproclama como líder de las economías abiertas, por otra parte, es un gran impulsor de las sanciones, el endeudamiento y los bloqueos. Rusia, por el contrario, se manifiesta proclive a las economías abiertas, con mayor ahínco sobre las ventajas competitivas y con menor incidencia al poder político antisoberano de las monedas.

 

Les habló Christian Cirilli, les mando un caluroso saludo, y los espero en la próxima columna por el Club de la Pluma.

 

 

 


LIC. CHRISTIAN CIRILLI

Analista Internacional - Licenciado en administración UBA De ciencias económicas

 

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