RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 19 de agosto de 2024

TECNO FEUDALISMO: UNA LECTURA - PEDRO RODRIGUEZ

 

TECNO FEUDALISMO: UNA LECTURA

 

 

 Hemos venido hablando de la digitalización, de la información, de la educación, de lo que a diario consumimos en los medios y redes, convertidos de inmediato en medios de propaganda. Hoy haremos referencia a lo que se ha llamado TECNO FEUDALISMO, muy asociado a estos problemas.

 

 La noción, la idea que predominó mucho tiempo y  que aún prevalece en muchísimos bienpensantes es que el desarrollo económico y tecnocientífico bastaba para remolcar, como una locomotora, los vagones de todo el tren del desarrollo humano, es decir: libertad, democracia, autonomía, moralidad... esto es, los ideales que se nos implantaron como si fueran un chip.  Pero lo que se ve hoy día es que  ese desarrollo ha traído un gigantesco atraso, un subdesarrollo psíquico y moral, un empobrecimiento material y simbólico pavoroso en grandes masas de población, sin importar cuán "avanzada" sea su educación (no es necesario aclarar que hablando de ese empobrecimiento simbólico nos referimos más a los doctores que a los reguetoneros... pero esto será tema de una futura columna).

 

 En ausencia de un contendiente como la clase obrera organizada, o para no olvidarnos de los que hoy siguen luchando: en la más extendida debilidad de las organizaciones de trabajadores a nivel internacional, el capitalismo entró en una evolución dinámica omnipresente que provocó una transformación en lo que Yanis Varoufakis (ex ministro de Finanzas del gobierno de Syriza, coalición de izquierda griega) llamó "tecnofeudalismo" y «capital-nube» a su nuevo vástago. Esta transformación afecta al capitalismo como sistema.  El capital-nube ha sustituido "los mercados" por una especie de feudo digital en el que no solo los proletarios sino también los burgueses producen ganancias para los capitalistas vasallos. Están produciendo rentas. Están produciendo rentas en la nube, porque el feudo es ahora un feudo en la nube, para los propietarios del capital en la nube. Es un  poder  diferente del poder monopolista: hasta hoy las corporaciones  concentraban el capital, concentraban el poder, compraban gobiernos y  competidores. Los capitalistas de la nube actuales ni siquiera se molestan en producir nada y vender sus cosas. Esto se debe a que han sustituido a los mercados, no sólo los han monopolizado.

Hoy el capitalismo se basa en plataformas digitales más próximas a los feudos tecnológicos o feudos en la nube.

 

 Los siervos de la nube, mientras, producen directamente capital con su trabajo gratuito. Esto no ha ocurrido nunca antes. Los siervos del feudalismo eran fundamentalmente  productores agrícolas. No producían capital: este dependía de los artesanos que producían herramientas, aperos, arados y similares. En cambio, los usuarios modernos contribuyen a la formación de capital simplemente interactuando con las plataformas, ofreciendo mano de obra gratuita para aumentar el capital en nube del capitalista.

 Por supuesto, al igual que el capitalismo necesitaba al feudalismo para asegurarse el suministro de alimentos, el tecnofeudalismo es parasitario y obtiene un apoyo esencial del sector capitalista para mantenerse.

 

 Así pues, los trabajadores continúan produciendo todo el valor. Toda la plusvalía se concentra en corporaciones, pero luego es usurpada. Se la apropia este capital mutante —el capital nube—, reproducido y multiplicado por personas que trabajan sin remuneración en su tiempo libre.

Así que la plusvalía es sustraída del flujo circular de ingresos por los capitalistas de la nube. Hasta acá, muy sintéticamente, el planteo de Varoufakis, que merece su crítica posterior.

 

 Esto hace que el sistema sea aún más inestable, aún más propenso a las crisis, y aún más contradictorio e incluso menos viable de lo que era el capitalismo clásico. Nuestras sociedades son más conflictivas. Se están volviendo más estúpidas, más conflictivas, más envenenadas y menos capaces de dejar espacio en ellas a la socialdemocracia, al individuo liberal, a todos esos valores que con tanto esmero nos inculcaron, para dejarnos hoy... chupando un palo  sentados sobre una calabaza.

 

PEDRO RODRIGUEZ

Desde Rosario- Militante Social

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