RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 6 de agosto de 2023

REBELIÓN EN LA GRANJA AFRICANA - LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 

REBELIÓN EN LA GRANJA AFRICANA


 

 El hecho remarcable de los últimos días ha sido la 2da Cumbre Rusia-África en San Petersburgo, desarrollada el 27 y 28 de julio, con una notable presencia de casi todos los países del continente y, por supuesto, la situación evidentemente derivada de Níger y el Sahel en general.

 Respecto de la Cumbre podemos concluir algunos aspectos salientes:

1. El aislamiento de la Federación Rusa, a estas alturas, es un mito. De hecho, Occidente hizo grandes esfuerzos en boicotear la Cumbre y no le dio mayor resultado. Más bien podemos hablar del aislamiento de la “comunidad internacional”, léase, Occidente Colectivo, que se ha encapsulado en sí mismo, a requerimiento de Estados Unidos, a los efectos de no ver vulnerado su liderazgo ante el desafío que significaba la conectividad energética rusa y la comercial china.

2. Asimismo, la Federación Rusa, al convocar al Sur Global con altísima concurrencia y sintonía, demuestra que mantiene intacto su soft power.

3. La figura misma del presidente Putin es admirada públicamente entre muchos líderes de la Periferia, que anteriormente no se animaban siquiera a realizar un comentario positivo sobre su persona.

4. Un aspecto de enorme preocupación en los países africanos - que es la problemática del mercado de granos y la suspensión por parte de Rusia del Tratado del Mar Negro - ha sido explicado a los países africanos y se ha procurado encontrar soluciones. Rusia se mostró dispuesta a proveer esos commodities a África, incluso asegurando hasta 50.000 toneladas de manera gratuita para 6 países específicos con situaciones graves de aprovisionamiento.

5. Además, Rusia se comprometió a suministrar armamento, instalaciones sanitarias y realizar obras de infraestructura energética y logística. 

6. Rusia también se comprometió a abrir embajadas y enviar delegaciones diplomáticas a países donde hubo recientemente golpes militares y se alzan gobiernos interinos, como Burkina-Faso. Al respecto, el joven presidente treintañero Ibrahim Traoré hizo un sencillo pero profundo discurso de tintes revolucionarios que fue furor en las redes.

 Todos estos puntos nos hacen sacar un corolario general: las conversaciones abiertas y gentiles entre rusos y africanos, de alguna manera, deposita a Rusia en el rol que tuvo alguna vez la Unión Soviética en los procesos de descolonización de los años ‘60s, ‘70s y principios de los ‘80s.

 Por supuesto, esto no es “a partir de ahora”.

 La compañía Wagner, hoy tan desacreditada pero sospechosamente no extinta, ha sido muy funcional en estos procesos emancipatorios del Sahel africano. En Mali prácticamente son héroes nacionales, así también en República Centroafricana. Y Wagner NO opera allí solamente por dinero; lo hace en consonancia con los objetivos estratégicos de Rusia…

 Uno podría pensar por qué es tan importante para Rusia estos países africanos. A diferencia de los países occidentales, Rusia parece no estar pidiendo reciprocidad “material” sino más bien concordancia ideológica con su lucha antihegemónica.

 Y los africanos parecen estar cómodos con ese intercambio, pues están hartos de la sobreexplotación de sus economías, siempre atrasadas y primarizadas, además de advertir una dialéctica perversa entre el yihadismo y el imperialismo.

 De hecho, desde 2011, con la caída de la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista de Muammar el-Gadaffi por una acción coordinada de la OTAN que reinterpretó una Resolución del Consejo de Seguridad, todo el norte africano se ha visto asolado por el yihadismo… no parece ser una casualidad que tras los ataques de las potencias occidentales enseguida el yihadismo islamista pone las botas sobre el terreno, mientras las arcas de los fenecidos estados se vacían con acreencias en los tesoros de Londres, París y Washington.

 La rebeldía de los nuevos gobiernos de Mali, Burkina-Faso y ahora, Níger, marcan una tendencia nueva en cuanto a luchas emancipadoras. El Sahel, así, se está convirtiendo en una segunda (o tercera, si consideramos Taiwán y los mares circundantes de China como la segunda) línea de fractura del reacomodamiento de poder internacional.

 Desde ese lugar, la jugada rusa en África es como la jugada China en medio oriente. Pacificar y/o sumar voluntades a la causa final que es inaugurar un nuevo sistema de gobierno mundial que derrumbe definitivamente el “orden basado en reglas” o, dicho de otra manera, la hegemonía occidental.

 Se podrá argumentar que África no tiene mucho por contribuir, pero eso no es acertado. África, como Latinoamérica, son reservorios de materias primas, algunas muy sensibles, como el uranio, que se halla justamente en Níger en grandes cantidades.

África también aporta otro mineral sensible: el oro, del que se dice respaldará próximamente, no en forma total, la moneda BRICS que asumirá como reemplazo del dólar, al menos, en esos países, que son nada menos que una enorme porción del PBI y la población mundial.

 Volviendo a Níger, el 26 de julio sucedió un golpe de estado organizado por la guardia presidencial del presidente Mohamed Bazoum. Si bien no hay un argumento específico por el golpe, Bazoum había llegado a un nuevo acuerdo de “defensa” con la UE el 9 de julio, fecha en que visitó ese país Josep Borrell.

 Los círculos nacionalistas nigerinos, hartos de subordinarse a los mandos franceses y/o estadounidenses, que lejos de erradicar el yihadismo actúan como cómplices silenciosos, vieron en el impulso ruso una oportunidad de salirse de la órbita y mandar en su propio país.

 La actitud beligerante de Europa y EE. UU. para con el golpe pone las cosas en su verdadera escala. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) dio un ultimátum de una semana para revertir el golpe o enviará tropas al país. Nigeria es el país más poderoso de esa coalición. Por supuesto, la CEDEAO actúa en nombre de Occidente. EL nuevo gobierno, en represalia, decidió no exportar oro ni uranio a París, y Burkina-Faso con Mali decidieron solidarizarse con Níger al punto de declarar que una ocupación de Níger sería considerada una declaración de guerra a sus países.

 Francia empezó a evacuar a sus ciudadanos ante la inminencia de acciones bélicas. El país galo tiene 3 bases militares en el país y EE. UU. tiene la mayor base aérea de su mando AFRICOM. La situación es complicada y al momento de leer estas líneas reina una tensa calma.

 África merece salir de la expoliación… pero Occidente solo responde con la fuerza ante situaciones de disparidad y persiste en su engañapichanga de enviar tropas para asegurar sus provisiones a la metrópoli, bajo la falsa excusa de brindar seguridad contra el yihadismo. África ya se dio cuenta de este falso argumento y la granja se ha rebelado.

 


LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 Analista Internacional

 Licenciado en administración UBA De ciencias económicas

 

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