RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

sábado, 25 de octubre de 2025

ME ACOSA EL CARAPÁLIDA - MAURICIO IBÁÑEZ

 

ME ACOSA EL CARAPÁLIDA

 


 

Apreciados compañeros, amigos y oyentes de El Club de La Pluma. Desde Colombia los saluda Mauricio Ibáñez, con nuestro acostumbrado abrazo por la unidad latinoamericana.

 

La historia de ningún imperio es ejemplar. Todos se han construido sobre la opresión, la dominación, el abuso, la muerte y la mentira de manera que a estas alturas ya deberíamos estar acostumbrados. De hecho, muchos pensamos con algo de ingenuidad que el siglo 21 nos depararía algo diferente, un escalón en la evolución, un siglo un poco más reflexivo y racional. Pero si no se siembran las semillas de tales cambios, esos no van a ocurrir por arte de magia. Este primer cuarto de siglo resultó ser todo un desastre. Todo ha salido al revés de como lo soñamos. Al fin y al cabo, sólo se desilusiona aquel que se ha ilusionado.

 

El imperio norteamericano se construyó sobre la espalda y con la sangre de sus pueblos aborígenes, con el sacrificio ingenuo de familias colonizadoras que se enviaban en caravanas de carretas frágiles para que fueran asesinadas y así justificar las masacres de indios, perpetradas por sus ejércitos y justificadas por gobiernos al servicio de sus nacientes élites. Un país construido sobre la espalda de esclavos negros y para grandes hacendados venidos de Europa decididos a apoderarse del territorio y sus recursos.

 

En ese país que se ha enriquecido a partir del abuso y la corrupción, la escandalosa guerra fría y el intervencionismo de gobiernos que sean adversos a sus pretensiones económicas o la explotación de sus recursos nació, en 1946, su actual presidente, el magnate inmobiliario Donald Trump.

 

Lo conocimos por primera vez en la década de los 80 por sus resonantes fracasos financieros con la construcción y posterior quiebra del Trump Plaza Hotel y Casino en Atlantic City, y algunos escándalos de farándula combinados con una carrera aparentemente exitosa en la operación de hoteles y propiedades lujosas. En esas épocas, cuando le preguntaban si estaría interesado en hacer política, decía: “si yo quisiera ser presidente, me presentaría como miembro del partido republicano. Ellos son los suficientemente estúpidos para votar por alguien como yo”.

 

Con el fin de dar la impresión de ser un empresario exitoso, se convirtió en presentador de televisión, con un reality show llamado “El Aprendiz” que consolidó su imagen pública por su estilo provocador y confrontativo, muy popular entre la clase media de los Estados Unidos. Ha escrito 20 libros donde hace apología del abuso, el autoritarismo y el populismo de derecha como propuestas ideológicas.

 

En 2016 se postuló como candidato del Partido Republicano en 2016, y ganó las elecciones frente a Hillary Clinton. En el curioso y poco claro sistema electoral norteamericano, la Señora Clinton ganó por voto popular, pero perdió por el sistema de puntos asignado a los Estados de la Unión.

 

En su período presidencial, entre 2017 y 2021, el periódico The Washington Post alcanzó a registrarle más de 30 mil afirmaciones falsas o engañosas, con un promedio que llegó a superar las 20 mentiras por día hacia el final de su presidencia. Al final de su mandato, cuando perdió las elecciones contra Joe Biden, dirigió una violenta toma del Capitolio por parte de sus fanáticos, la mayoría miembros de iglesias cristianas radicales muy afines a su discurso ultraconservador, un discurso que él mismo ni ha practicado, ni cree.

 

Ya consolidado como figura política, se lanzó a la campaña presidencial para un segundo mandato, derrotando a la Demócrata Kamala Harris por el sistema electoral de puntos, aunque perdió nuevamente el voto popular por mas de 2 millones de sufragios, algo incomprensible en la pseudo democracia de los Estados Unidos. El 20 de Enero de 2025 asumió nuevamente la presidencia, y la tendencia de su gobierno hacia la manipulación y la mentira ha ido aún peor que la de su primer período como mandatario.

 

 Donald Trump se presenta en este segundo período aún más radicalizado, más autoritario y más mentiroso que en el anterior. Esta vez tiene una cohorte de pseudo-líderes aduladores sin ninguna formación ni trayectoria política, a quienes ha nombrado en puestos clave de su gobierno: ex reinas de belleza y exmodelos que desconocen hasta la constitución nacional, nombradas como sus voceras, procuradoras o fiscales. Ministros (allá se llaman secretarios) que no tienen idea de cuales son sus funciones y están en sus cargos únicamente para seguir las instrucciones y órdenes de un jefe que muestra no tener ningún respeto por las leyes de su propio país, ni por su propio congreso, ni por su propio pueblo, ni por las leyes universales que rigen los destinos del planeta. El perfecto Bully, el gran abusador.

 

Esa especie de remedo del anticristo descrito en las profecías de Nostradamus y en algunos textos bíblicos, es el profeta máximo de un mundo que se ha postrado ante el dios dinero y sus mandamientos de la economía. Libra sus guerras santas mediante la imposición de aranceles, los bloqueos económicos y el cierre de sus fronteras, y está dispuesto a desatar toda su muerte colosal sobre pueblos enteros cuyos gobiernos se atrevan a contradecir sus mentiras crónicas, a confrontar su autoritarismo fascista, a exponer su historial de crímenes y falsedades o, simplemente, a funcionar por fuera de su rango de influencia y de la nube tóxica de su dominación.

 

Este engendro del capitalismo salvaje está enfrentando una fuerte oposición dentro de su propio país: el 18 de Octubre de 2025, a tan sólo 10 meses de iniciado su mandato, al menos 7 millones de personas en 2,700 ciudades de los 50 estados de los Estados Unidos marcharon en una jornada llamada “No Kings Day” (El día del No a los Reyes) en oposición al estilo autoritario, dictatorial y monárquico del presidente Trump. También hubo movilizaciones en otras partes del mundo como Berlín, París, Lisboa y Roma, en solidaridad con el pueblo norteamericano.

 

Ante las presiones que ha sufrido su agenda pública internacional y las crecientes críticas sobre su afán intervencionista egocéntrico en Europa y medio oriente, y a pesar de que, al comienzo de su actual mandato, cuando le preguntaron sobre sus políticas para américa latina, Trump declaró: “a ellos no los necesitamos para nada y no me importa lo que les pase”, está empezando a mirar hacia nuestro continente con un objetivo claramente populista e intervencionista. El primer país sobre el cual mostró sus intenciones colonizadoras fue Venezuela, así que aprovechó el discurso del supuesto rescate de la democracia, mezclado con la narrativa construida por sus agencias de inteligencia sobre la existencia de un supuesto cartel del narcotráfico (afirmación que desmentimos con datos en uno de nuestros programas pasados), para ocultar sus claras intenciones de ir por las enormes reservas de hidrocarburos de nuestro país hermano.

 

Colombia no tiene ninguna importancia estratégica para Trump, pues no hay recursos que expoliar. Sin embargo, la posición abierta del Presidente Gustavo Petro contra sus políticas intervencionistas, su participación en el genocidio del pueblo palestino y la aplicación sumaria de la pena de muerte contra personas a bordo de lanchas en aguas abiertas del caribe, sin un debido proceso y teniendo a su disposición toda la tecnología para capturarlos en lugar de asesinarlos desde el aire y a sangre fría, además de ser un mandatario de izquierda, llamaron su atención. Todo esto complementado por el lobby traicionero de una oposición colombiana que recorre los pasillos del congreso arrodillándose ante senadores y representantes republicanos, y pidiendo sanciones económicas contra el pueblo colombiano, reclamos que también han llegado a oídos del presidente.

 

Entonces Trump decidió, cómo no, que el Presidente Petro era también un narcotraficante, y ha venido haciendo una serie de acusaciones que el mundo sabe que son falsas, porque son muchos los organismos internacionales que pueden certificar y documentar los éxitos de este gobierno en la lucha contra el narcotráfico, pruebas que Trump no lee ni le importan. A él y a sus aduladores sólo les interesa lo que él diga, no importa que tan falso sea.

 

El acoso de Donald Trump contra el Presidente Petro, su gobierno y su familia nos demuestran una verdad absoluta e innegable que se ha dado a través de toda la historia de la humanidad: Nunca, nadie, ha sido capaz de enfrentar al Bully, al abusador, ni en la escuela, ni en la universidad, ni en el trabajo ni en la política. El bully siempre se sale con la suya y no hay nada que hacer… sólo se acobarda ante una multitud.

 

Hasta la próxima semana compañeros, un abrazo.    

 

MAURICIO IBÁÑEZ

 Desde Colombia

Biólogo Especialista En Estudios Socio-Ambientales

 

 

 

 

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