MENTIME QUE ME GUSTA
En la
película Matrix, cuando Morfeo le dice a Neo que "tienes que entender que
la mayoría de la gente no está preparada para ser desenchufada del
sistema", está hablando sobre una verdad profunda de la naturaleza humana.
El "sistema" en la Matrix es una metáfora de la ilusión de lo que es
real, una construcción artificial diseñada para controlar y someter a la
humanidad dándoles un falso sentido de la realidad.
La
mayoría de las personas viven hoy atrapadas en esta ilusión, incapaces o sin
desear ver más allá del velo de la mentira, la manipulación, y control. Morfeo
entiende que, para muchos, la comodidad del sistema es preferible al
inquietante y a menudo doloroso proceso de despertar a la verdad. Las personas
se han condicionado desde la cuna, a través de años de adoctrinamiento, a veces
generaciones, a aceptar el mundo tal y como se les presenta. Desenchufarse de
este sistema es enfrentarse a una dura, a veces insoportable realidad de que
todo lo que pensaban que era real es, de hecho, una mentira. Esto requiere
coraje, y lo más importante, la disposición a dejar de lado lo que uno pensaba
que era la verdad. Morfeo también sabía que aquellos que todavía están
conectados al sistema son a menudo sus defensores más ardientes. ¿Por qué? Porque
el sistema se ha convertido en su identidad. Su sentido de sí mismo, sus
creencias, sus valores, todos están ligados a las ilusiones y construcciones de
ese sistema. Amenazarlo es amenazar todo lo que aprecian. Para muchos, es más
fácil defender el sistema que afrontar la posibilidad de que hayan sido
engañados. Abandonamos la metáfora de inmediato, para que no crean que hablamos
de una película.
Hay una tendencia que es histórica pero que
hoy se expresa de manera abrumadora, que es la del realismo. Fue llamada
realpolitik y el fenómeno excede y
rebasa lo estrictamente político. Debería haberse advertido hace mucho ya
adónde lleva la realpolitik, ¿no?, pero no es el caso. Si nos dedicáramos a los
juegos de palabras estaríamos tentados a decir que ese realismo rastrero se
convirtió en la utopía más fácilmente realizable. Pero en lugar de eso
intentaremos pensar lo que hay más allá de lo que llamamos clásicamente
“política”: una noción que aparece mucho en muchos lugares, a la que llaman
“batalla cultural”. Demás está decir que se le atribuye a Gramsci,
revolucionario marxista (esto debe quedar asentado: caracterizamos a Gramsci
como revolucionario marxista), usándose muchas de sus conceptualizaciones de
manera laxa y sin demasiado rigor.
En Argentina hay un uso extendido, recuerden
al “gramsciano” Portantiero, que terminó
asesorando a Alfonsín y a De la Rúa, o a José Aricó, de indudable solidez y muy
lejos del oportunismo de su amigo. Son los más notorios en la década del '70
(los Cuadernos de Pasado y Presente son
importantes documento de esa producción). Desde entonces, esto es, desde
la post dictadura, han sido numerosos los intentos de adscribir a una POSE de
izquierda desde cualquier posición (en Rosario tenemos un grupo -en todo sentido- que estuvo a punto de
ganar la intendencia subido, encaramado a las listas del peronismo). Entonces,
de vuelta al oportunismo, que para sonar cool debería llamar realpolitik. En
fin, la llamada batalla cultural surge no con Gramsci, sino con Bismarck, es
decir, ya se emplea en 1870. La kulturkampf señalaba el enfrentamiento del Imperio alemán (Bismarck simpatizaba con el protestantismo) contra la
influencia de la Iglesia
católica.
Guerra cultural o batalla cultural es
desde entonces el conflicto ideológico entre grupos sociales y la lucha por el dominio de
sus valores, creencias y
prácticas.
Generalmente se circunscribe a los temas de fondo candentes en los que hay un
amplio desacuerdo social y la polarización en valores sociales es evidente. Según el
historiador italiano Steven
Forti, las guerras culturales son una de las estrategias
principales utilizadas para polarizar a la sociedad e ir ganando influencia social (ESTO ES,
ELECTORAL).
Y
ahora sí, podemos empezar a entender el uso de estos eufemismos que se ponen
tan fácilmente de moda. Todo lo que soslaye, desplace del centro u oculte o
borre el verdadero escenario mundial y local, que en este sistema y en este
momento histórico es el escenario de la LUCHA DE CLASES, será bienvenido y
multiplicado. Ya hemos dicho que no se trata de falta de información sino de
DESINFORMACIÓN, de sobreinformación incluso, dado que millones de personas
consumen videos, reels, redes donde proliferan, a su vez,
"analistas", pensadores, periodistas, politólogos y toda clase de
"creadores de contenido".
Pondré aquí un ejemplo irritante: un posteo de
una intendenta que no nombraré para no herir susceptibilidades. Un posteo
brevísimo. Ahí se dice: "se viene un municipio feminista, disidente,
plural, diverso, inclusivo, nacional y popular. Se vienen las mujeres
intendentas en el conurbano, Eso nos hace mejores" Y bien: un discurso
típico de la política que nos hacen, donde se "olvida" que en SU municipio
el 40 % de los hogares, en este 2024, sigue SIN CLOACAS.
Nos
queda por desarrollar el tema, que apunta a que desestimemos todo aquello que
no inste a la acción, a la práctica, a la comprobación fáctica de los planteos,
que no nos vuelva meros diletantes, aficionados a la opinión. Esperamos
desarrollar en lo que viene.
Desde Rosario
Militante Social
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