RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 21 de enero de 2024

EL CLUB BILDELBERG - El caso Kennedy. Parte XXIX - PROF. VIVIANA ONOFRI

 

EL CLUB BILDELBERG

LA ÉLITE QUE DOMINA EL PLANETA

RED TAVISTOCK

LAVADO DE CEREBROS A ESCALA PLANETARIA

La desestabilización del sistema racional

El caso Kennedy. Parte XXIX

 

 

 

 

 Un cálido abrazo a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Mi columna de este domingo será la continuidad de una serie que comenzó hace varios meses, siguiendo los lineamientos conceptuales del Dr. Daniel Estulin en sus libros: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG y EL INSTITUTO TAVISTOCK. La de hoy se centrará en las sociedades secretas y su plan de desestabilización del sistema racional de sus víctimas, o sea, de nosotros.

 Asimismo, presentaremos el caso Kennedy.

 

 Es posible que usted se esté preguntando por qué, si de verdad existe una conspiración

silenciosa para controlar el mundo, los supuestos Amos del Universo, en lugar de ocultarla, optan por mostrarla por medio de canciones, películas de Hollywood. Lo cierto es que a las sociedades secretas les encanta ocultar las cosas a la vista de todo el mundo. Y no sólo valiéndose de vídeos y letras de canciones. ¿Y si yo le dijera que el asesinato de Kennedy fue un sacrificio ritual, llamado “Matar al Rey”? ¿Y si yo le proporcionara pruebas suficientes que demostraran que esto es así, pese a la versión oficial de los hechos, según la cual al presidente lo mató un asesino solitario con una bala mágica?

 

 Para comprender el asesinato de Kennedy y ubicarlo en el mundo del control mental del Instituto Tavistock, las sociedades secretas, la conspiración para crear un SOLO MUNDO y el ocultismo de los nazis, usted deberá abrir las puertas de la percepción, entrar en el inframundo de lo desconocido y cambiar la manera de mirar los detalles y las fantásticas convergencias que se dan en la vida. Así era cómo percibían el mundo los antiguos seres humanos. Abarcaban una visión que detecta todo vínculo y símbolo, empezando por la importancia de los nombres, y después de los lugares, que necesariamente debían incluir datos de latitud y longitud.

 

 Los símbolos y las referencias pueden ser captadas de forma inconsciente, pero en estado consciente no son percibidas a simple vista, como los mensajes subliminales que se hacen llegar por medio de breves fotogramas de luz y oscuridad que alternan con rapidez. En ocasiones, el simbolismo es descarado y muy fácil de identificar, pero como el significado de las referencias que subyacen resulta desconocido para la mayoría, el cerebro se limita a filtrarlo por considerarlo insignificante y sin sentido.

 

 Las sociedades secretas, las logias masónicas, las sectas y los espías utilizan símbolos secretos para mostrar cuál es su filiación. Hay algo muy claro, la hechicería no es algo que el hombre del siglo XXI puede aceptar como real, ¿o no? Hay que tener en cuenta que el objetivo del asesinato de Kennedy, en última instancia no era político ni económico, sino un acto de hechicería, porque en este panorama global de mentidas, crueldad y degradación, la fuerza que todo lo puede reside en el control de la mente soñadora y el dominio de sus fuerzas.

 No hay que olvidar que una vez que se ha esparcido el virus letal, la enfermedad se encargará de lo demás. Algo murió en el pueblo estadounidense aquel 22 de noviembre de 1962, llámese idealismo, inocencia o búsqueda de la excelencia moral. El auténtico motivo y la razón del asesinato de Kennedy fue la transformación de los seres humanos.

 

 El asesinato de Kennedy contiene una verdadera pesadilla de complejos símbolos relacionados con la violencia, la perversión, la degradación y la muerte. El libro de James Shelby Downard, “Hechicería, sexo, asesinato y la ciencia del simbolismo” vincula diversos sucesos históricos de los Estados Unidos con un grandioso plan oculto de varias sociedades secretas.

 Su obra de investigación que habla de las sorprendentes conexiones en el asesinato de Kennedy aún no ha encontrado parangón tras la muerte de su autor. Downard escribió que, en la mañana del 22 de noviembre, el presidente Kennedy y su esposa, llegaron en avión hasta la puerta 28 del aeródromo Love Field de Dallas.

 El número 28 es una de las correspondencias que figuran en la numerología cabalística de Salomón. A los 28 grados de latitud del estado de Texas, se encuentra el emplazamiento de lo que antiguamente había sido el gigantesco “rancho Kennedy”.

 

 A 28 grados de latitud se encuentra también Cabo Cañaveral, lugar del lanzamiento del vuelo a la Luna, que fue posible no sólo gracias a diversas hazañas realizadas por el presidente, sino también gracias a su muerte, ya que llevar a los francmasones a la Luna era algo que sólo podía hacerse después de haber matado a Kennedy, de haber dado “Muerte al Rey”. Entre los templarios, el grado 28 de latitud corresponde al Rey Sol.

 

 El desfile de coches partió de Love Field en dirección a la plaza Dealey. En dicha plaza, se encontraba el templo masónico de Dallas, actualmente demolido.

 La estación de la CIA en Nueva Orleans, cuyo cuartel general estaba en un edificio del

templo masónico, planificó una importante estrategia de “protección” de la plaza en Dallas, que pertenece al estado de Texas, y está a unos 15 kilómetros al norte del paralelo 33. El grado 33 es el más alto de la francmasonería y la logia fundadora del Rito Escocés de los Estados Unidos se creó en Charleston, Carolina del Sur, situada exactamente sobre el paralelo 33. La plaza Dealey está muy cerca del río Trinity que, antes de que adoptasen medidas para controlar sus crecidas, se inundaba con frecuencia.

 Así pues, la plaza Dealey simboliza tanto al tridente como a quien lo porta, el dios Neptuno, el dios del mar. A ese lugar del tridente y de Neptuno, llegó “la Reina del Amor y de la Belleza”, Jackie con su esposo, el chivo expiatorio del rito de “Matar al Rey” y el apellido Kennedy, en gaélico significa “cabeza herida”. En Escocia, el escudo de armas y la iconografía de los Kennedy están repletos de folcklore. Su planta insignia es el roble.

 ¿Qué puede ser más casual que Kennedy recibiera un disparo en la cabeza cerca del roble que hay en la plaza Dealey? ¿Una casualidad?

 

 Muchos analistas sostienen que en la emboscada de fuego cruzado de Kennedy intervinieron, por lo menos, tres asesinos. Una de las premisas básicas de la masonería es la de que los asesinos son de tres en tres.

 La disposición y la colocación sistemática de cosas simbólicas relacionadas con la muerte de Kennedy indican que fue la víctima propiciatoria de un sacrificio. En la Casa Blanca, Kennedy se sentaba en la cabecera de una mesa con forma de ataúd. A su espalda, colgaba un retrato de Abraham Lincoln, un presidente asesinado. A cada lado del retrato, había una urna que se parecía a las llamadas urnas cinerarias, las destinadas a guardar las cenizas de los muertos.

 

 Hay otras muchas, muchas más asociaciones con simbolismos masónicos que rodean el nombre de Kennedy y los pasos y el recorrido del coche que lo llevaron a su asesinato.   Kennedy fue el único presidente católico que ha tenido Estados Unidos; fue una víctima expiatoria. La masonería no tiene por norma asesinar a un hombre empleando un método cualquiera y en el caso de Kennedy se tomaron muchas molestias y se puso especial cuidado.

 

 Lo que debería estar muy claro para todo el que estudia la psicología de las masas es el casi inmediato declive que sufrió el pueblo de los Estados Unidos como resultado de ese sorprendente asesinato transmitido por la televisión. Fue dolorosamente evidente con ese hecho, la existencia de un gobierno tras el gobierno visible. Los estadounidenses se vieron obligados a aceptar que existía un poder oculto que regía el mundo, se vieron obligados a afrontar una realidad alternativa que daba miedo, la existencia de un gobierno en la sombra, que ni se conocía ni se podía controlar.

 Un verdadero Estado en la sombra.

 

 Al controlar todas las empresas importantes del mundo y filtrar referencias masónicas y ocultistas en los medios de comunicación, las sociedades secretas proyectan su fuerza.  El poder de la imagen no es solamente visual, se trata de una compleja herramienta diseñada, por un lado, para trasmitir un significado y, por el otro, para desorientar. Es una forma de agresión psicológica cuyo objetivo número uno es desestabilizar el sistema racional de creencias de las víctimas.

 

 Me despido de ustedes, agradeciendo su amable atención y deseando que nos volvamos a encontrar en otra edición más de EL CLUB DE LA PLUMA.

 

VIVIANA ONOFRI

Profesora en Letras

ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata

 

No hay comentarios: