EL CLUB
BILDELBERG
LA ÉLITE
QUE DOMINA EL PLANETA
RED
TAVISTOCK
LAVADO DE
CEREBROS A ESCALA PLANETARIA
La
desestabilización del sistema racional
El caso
Kennedy. Parte XXIX
Un cálido abrazo a
toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Mi columna de este domingo
será la continuidad de una serie que comenzó hace varios meses, siguiendo los lineamientos
conceptuales del Dr. Daniel Estulin en sus libros: LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB
BILDELBERG y EL INSTITUTO TAVISTOCK. La de hoy se centrará en las sociedades secretas
y su plan de desestabilización del sistema racional de sus víctimas, o sea, de
nosotros.
Asimismo,
presentaremos el caso Kennedy.
Es posible que usted
se esté preguntando por qué, si de verdad existe una conspiración
silenciosa para controlar el mundo, los supuestos Amos del
Universo, en lugar de ocultarla, optan por mostrarla por medio de canciones,
películas de Hollywood. Lo cierto es que a las sociedades secretas les encanta
ocultar las cosas a la vista de todo el mundo. Y no sólo valiéndose de vídeos y
letras de canciones. ¿Y si yo le dijera que el asesinato de Kennedy fue un
sacrificio ritual, llamado “Matar al Rey”? ¿Y si yo le proporcionara pruebas
suficientes que demostraran que esto es así, pese a la versión oficial de los
hechos, según la cual al presidente lo mató un asesino solitario con una bala
mágica?
Para comprender el
asesinato de Kennedy y ubicarlo en el mundo del control mental del Instituto Tavistock,
las sociedades secretas, la conspiración para crear un SOLO MUNDO y el ocultismo
de los nazis, usted deberá abrir las puertas de la percepción, entrar en el
inframundo de lo desconocido y cambiar la manera de mirar los detalles y las
fantásticas convergencias que se dan en la vida. Así era cómo percibían el
mundo los antiguos seres humanos. Abarcaban una visión que detecta todo vínculo
y símbolo, empezando por la importancia de los nombres, y después de los lugares,
que necesariamente debían incluir datos de latitud y longitud.
Los símbolos y las
referencias pueden ser captadas de forma inconsciente, pero en estado consciente
no son percibidas a simple vista, como los mensajes subliminales que se hacen
llegar por medio de breves fotogramas de luz y oscuridad que alternan con
rapidez. En ocasiones, el simbolismo es descarado y muy fácil de identificar,
pero como el significado de las referencias que subyacen resulta desconocido
para la mayoría, el cerebro se limita a filtrarlo por considerarlo insignificante
y sin sentido.
Las sociedades
secretas, las logias masónicas, las sectas y los espías utilizan símbolos secretos
para mostrar cuál es su filiación. Hay algo muy claro, la hechicería no es algo
que el hombre del siglo XXI puede aceptar como real, ¿o no? Hay que tener en
cuenta que el objetivo del asesinato de Kennedy, en última instancia no era
político ni económico, sino un acto de hechicería, porque en este panorama
global de mentidas, crueldad y degradación, la fuerza que todo lo puede reside
en el control de la mente soñadora y el dominio de sus fuerzas.
No hay que olvidar
que una vez que se ha esparcido el virus letal, la enfermedad se encargará de
lo demás. Algo murió en el pueblo estadounidense aquel 22 de noviembre de 1962,
llámese idealismo, inocencia o búsqueda de la excelencia moral. El auténtico
motivo y la razón del asesinato de Kennedy fue la transformación de los seres
humanos.
El asesinato de
Kennedy contiene una verdadera pesadilla de complejos símbolos relacionados con
la violencia, la perversión, la degradación y la muerte. El libro de James
Shelby Downard, “Hechicería, sexo, asesinato y la ciencia del simbolismo”
vincula diversos sucesos históricos de los Estados Unidos con un grandioso plan
oculto de varias sociedades secretas.
Su obra de
investigación que habla de las sorprendentes conexiones en el asesinato de
Kennedy aún no ha encontrado parangón tras la muerte de su autor. Downard
escribió que, en la mañana del 22 de noviembre, el presidente Kennedy y su
esposa, llegaron en avión hasta la puerta 28 del aeródromo Love Field de
Dallas.
El número 28 es una
de las correspondencias que figuran en la numerología cabalística de Salomón. A
los 28 grados de latitud del estado de Texas, se encuentra el emplazamiento de
lo que antiguamente había sido el gigantesco “rancho Kennedy”.
A 28 grados de latitud
se encuentra también Cabo Cañaveral, lugar del lanzamiento del vuelo a la Luna,
que fue posible no sólo gracias a diversas hazañas realizadas por el presidente,
sino también gracias a su muerte, ya que llevar a los francmasones a la Luna
era algo que sólo podía hacerse después de haber matado a Kennedy, de haber
dado “Muerte al Rey”. Entre los templarios, el grado 28 de latitud corresponde
al Rey Sol.
El desfile de coches
partió de Love Field en dirección a la plaza Dealey. En dicha plaza, se encontraba
el templo masónico de Dallas, actualmente demolido.
La estación de la CIA
en Nueva Orleans, cuyo cuartel general estaba en un edificio del
templo masónico, planificó una importante estrategia de
“protección” de la plaza en Dallas, que pertenece al estado de Texas, y está a
unos 15 kilómetros al norte del paralelo 33. El grado 33 es el más alto de la
francmasonería y la logia fundadora del Rito Escocés de los Estados Unidos se
creó en Charleston, Carolina del Sur, situada exactamente sobre el paralelo 33.
La plaza Dealey está muy cerca del río Trinity que, antes de que adoptasen
medidas para controlar sus crecidas, se inundaba con frecuencia.
Así pues, la plaza
Dealey simboliza tanto al tridente como a quien lo porta, el dios Neptuno, el
dios del mar. A ese lugar del tridente y de Neptuno, llegó “la Reina del Amor y
de la Belleza”, Jackie con su esposo, el chivo expiatorio del rito de “Matar al
Rey” y el apellido Kennedy, en gaélico significa “cabeza herida”. En Escocia,
el escudo de armas y la iconografía de los Kennedy están repletos de folcklore.
Su planta insignia es el roble.
¿Qué puede ser más
casual que Kennedy recibiera un disparo en la cabeza cerca del roble que hay en
la plaza Dealey? ¿Una casualidad?
Muchos analistas
sostienen que en la emboscada de fuego cruzado de Kennedy intervinieron, por lo
menos, tres asesinos. Una de las premisas básicas de la masonería es la de que
los asesinos son de tres en tres.
La disposición y la
colocación sistemática de cosas simbólicas relacionadas con la muerte de Kennedy
indican que fue la víctima propiciatoria de un sacrificio. En la Casa Blanca,
Kennedy se sentaba en la cabecera de una mesa con forma de ataúd. A su espalda,
colgaba un retrato de Abraham Lincoln, un presidente asesinado. A cada lado del
retrato, había una urna que se parecía a las llamadas urnas cinerarias, las
destinadas a guardar las cenizas de los muertos.
Hay otras muchas, muchas
más asociaciones con simbolismos masónicos que rodean el nombre de Kennedy y
los pasos y el recorrido del coche que lo llevaron a su asesinato. Kennedy fue el único presidente católico que
ha tenido Estados Unidos; fue una víctima expiatoria. La masonería no tiene por
norma asesinar a un hombre empleando un método cualquiera y en el caso de
Kennedy se tomaron muchas molestias y se puso especial cuidado.
Lo que debería estar
muy claro para todo el que estudia la psicología de las masas es el casi inmediato
declive que sufrió el pueblo de los Estados Unidos como resultado de ese
sorprendente asesinato transmitido por la televisión. Fue dolorosamente
evidente con ese hecho, la existencia de un gobierno tras el gobierno visible.
Los estadounidenses se vieron obligados a aceptar que existía un poder oculto
que regía el mundo, se vieron obligados a afrontar una realidad alternativa que
daba miedo, la existencia de un gobierno en la sombra, que ni se conocía ni se
podía controlar.
Un verdadero Estado
en la sombra.
Al controlar todas
las empresas importantes del mundo y filtrar referencias masónicas y ocultistas
en los medios de comunicación, las sociedades secretas proyectan su fuerza. El poder de la imagen no es solamente visual,
se trata de una compleja herramienta diseñada, por un lado, para trasmitir un
significado y, por el otro, para desorientar. Es una forma de agresión
psicológica cuyo objetivo número uno es desestabilizar el sistema racional de
creencias de las víctimas.
Me despido de
ustedes, agradeciendo su amable atención y deseando que nos volvamos a encontrar
en otra edición más de EL CLUB DE LA PLUMA.
VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la
Universidad Nacional de Mar del Plata
No hay comentarios:
Publicar un comentario