DE ESTADÍSTICAS ESTAMOS LLENOS…
Los Estados difícilmente sostengan políticas públicas que promuevan el “real” bienestar general, brindándoles a los ciudadanos, todos, la satisfacción de todas sus necesidades…
Y eso es una realidad aquí en Argentina, como en Perú, Venezuela, China, EE.UU., etc.
Y no se trata de miradas o pensamientos pesimistas, agoreros, tremendistas. Es la realidad pura que podemos reconocer, con sólo dar unos pasos fuera de nuestros hogares.
Los pueblos, históricamente, han sido sometidos mediante diversas estrategias distractivas, cuando no por la opresión y persecución en cuanto emergen acciones con las que se pretenden frenar los avances en contra de las gentes.
Los movimientos populares son frenados mediante la utilización de la fuerza, a veces uniformada, a veces infiltrada, impidiendo desde la manifestación hasta la confrontación efectiva que surge de la impotencia y el hartazgo.
Todas las variantes políticas que se han experimentado, a lo largo de la historia, en el planeta, salvo honrosas excepciones (Cuba), han demostrado su total fracaso, si se analiza desde la perspectiva de las realizaciones personales y colectivas sociales.
Una frase dice” “aprendí hoy que la pelea contra el hambre no está en la lucha contra la extrema pobreza, sino contra la extrema riqueza…” Y la existencia de clases ha sido y es el mayor cáncer que padece la humanidad.
La desastrosa situación que atraviesan Grecia, Italia, España y otros, son la prueba más contundente de que el sistema capitalista destruye cualquier posibilidad, por grande o pequeña que sea, de satisfacer y contener la vida.
Pero al mismo tiempo, las políticas y prácticas socialistas tampoco han logrado desterrar, por ejemplo, indigencia, hambre, desnutrición. Salvo el ejemplo cubano que, a pesar del salvaje bloqueo imperialista norteamericano, ha vencido con creces dichos flagelos.
A pesar de los esfuerzos en otros países de la región, aún no se ha podido derrotar los males causados por el capitalismo depredador.
Un artículo destacaba que: “…La realidad de los últimos decenios, en los que se ha dado el mayor crecimiento demográfico de toda la historia humana, ha desmentido totalmente las previsiones de Malthus. La producción de alimentos está aumentando desde los años 1950, especialmente en los últimos 30 años, a un ritmo tan rápido que ha superado el crecimiento de la población. A comienzos del decenio de 1960 la producción mundial de alimentos para consumo humano era sólo de 2300 calorías por persona y día, cantidad que estaba distribuida de forma muy desigual. En 1994 había pasado a ser 2710 calorías por persona y día, suficientes para permitir la correcta nutrición de toda la población humana, aunque al persistir todavía graves problemas de distribución de hecho sigue habiendo muchos millones de personas que pasan hambre o están mal nutridas. Más de 800 millones de personas del mundo en desarrollo sufren de desnutrición crónica. Entre ellos, la falta de energía y proteínas esenciales resta fuerzas al cuerpo y a la mente, y disminuye la esperanza de vida de unos 200 millones de niños…” *
A pesar de producir alimentos para eliminar el hambre en el planeta, la realidad muestra otra cosa: según un informe de la FAO: “…Se calcula que en el período 2010-12 el número de personas subnutridas se ha situado en unos 870 millones.
Esto representa el 12,5 % de la población mundial, o una de cada ocho personas. La gran mayoría de estas personas –852 millones– vive en países en desarrollo, donde la prevalencia de la subnutrición se estima actualmente en el 14,9 % de la población…” **
No obstante, es auspiciosa la afirmación, desde ese mismo organismo internacional de que: “…el mundo en desarrollo en su conjunto está mucho más cerca de lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad para 2015 el porcentaje de personas aquejadas de hambre crónica…” **
Podríamos destacar aquí que, según otro informe, en este caso elaborado por el Programa Mundial de Alimentos, se considera el hambre el de mayor riesgo a la salud en el mundo y que el hambre cada año mata a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos ***
Según el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), los países con cifras «extremadamente alarmantes» por el hambre son Burundi y Eritrea, seguidos de Haití, y que otros 17 países donde el hambre es «alarmante», según este informe, son: Etiopía, Chad, Timor Oriental, República Centroafricana, Comores, Sierra Leona, República de Yemen, Angola, Bangladesh, Zambia, Mozambique, India, Madagascar, Níger, Yibuti, Sudán y Nepal. ****
“…De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), actualmente se produce en el planeta alimento necesario para satisfacer las necesidades de 12 mil millones de personas. Y si consideramos que la población mundial se integra por aproximadamente 7,000 millones de habitantes, resulta casi inexplicable que alrededor del 15% de esta población siga padeciendo hambre…” *****
Paralelamente, según otro informe que difiere en sus estimaciones, considera que para el 2050 habrá cerca de 9.000 millones de personas en el planeta, a los que habrá que alimentar y que, según el “Índice Global del Hambre”, de acuerdo a los consumos actuales, el consumo para dentro de varias décadas será el equivalente a 12.000 millones de personas, por lo que habrá que replantear las políticas alimentarias, de consumo y distribución… ******
De todas formas, el flagelo del hambre hace estragos en nuestro planeta desde tiempos inmemoriales. La distribución equitativa de la riqueza sigue siendo un sueño lejano por alcanzar. Las oligarquías dominantes continúan controlando tanto recursos/bienes naturales, como así también la producción de alimentos.
A pesar del tiempo que lleva en vigencia del sistema capitalista, continúa destruyendo las vidas de las gentes. Se desploman países enteros, hay empobrecimiento, incremento en el número de desocupados, pérdida de posesiones, viviendas, etc. Y, en contrapartida se utilizan multimillonarias sumas para salvar bancos, mientras recrudece el número de suicidios derivados de los increíbles problemas financieros…
Las grandes corporaciones que controlan el petróleo, medios de comunicación, alimentación, sanidad, farmacéutica, educación, etc. son las mismas que dominan a través del dinero: los bancos, principales generadores de pobreza, exclusión, hambrunas, muerte…
También estas corporaciones son las responsables en el manejo del narcotráfico, tráfico legal e ilegal de armamentos, imposición de guerras, epidemias, paramilitarismo, destrucción y reconstrucción de ciudades, explotaciones mineras que depredan, contaminan y diezman pueblos enteros… Club Bilderberg, ¿les suena?... *******
Entre tanto, organizaciones internacionales (FAO, ONU, UNESCO, etc.) destinan incontables recursos en la elaboración de estadísticas, gráficos, páginas web, impresiones gráficas, cursos, concursos, ponencias, conferencias, congresos, para decir, sencillamente: hay hambre en el mundo…
Y ya estamos llenos de tantas estadísticas. Y la solución no aparece.
¿Por qué la solución no aparece? Porque cada uno de nosotros, todos en colectivo, no estamos haciendo lo que deberíamos para “dar vuelta la tortilla”. Porque sabemos que con estadísticas no se elimina el hambre en Haití, por ejemplo; pero tampoco con las pretendidas acciones con las que pretenden “llevar civilización” a tantos pueblos que no la han pedido…
Las mismas prácticas colonialistas del Siglo XV, son las que se emplean en el continente africano, generando hambrunas y epidemias, llevándose a cambio las riquezas naturales y doblegando gobiernos y pueblos…
Para dar vuelta la tortilla, debemos desempolvar nuestras conciencias, poner en funcionamiento nuestra imaginación y tomar lo que nos corresponde: el poder, para gobernarnos, y disponer de nuestra existencia.
Debemos detener definitivamente a la maquinaria mundial de destrucción, para darnos la oportunidad que nuestros pueblos nos merecemos. Para ello, es imperioso y urgente romper con todos los moldes comunicacionales y educativos, imponiendo y recreando nuestros modelos alternativos de inclusión; reemplazando inmediatamente las formas actuales por nuevas formas de producción no contaminantes sin excedentes innecesarios; imponer nuestra fuerza en número de masas contra la fuerza bruta oligárquica…
El cambio, la transformación a nivel global está en nuestras manos, en nuestras mentes y nuestros corazones; de nosotros, todos, depende lograr dar vuelta la tortilla y que los mezquinos imperiales se atraganten con sus estadísticas, que de ellas, ya estamos llenos…
Que así sea…
NORBERTO GANCI –DIRECTOR- El Club de la Pluma
elclubdelapluma@gmail.com –elclubdelapluma@hotmail.com
DOMINGOS DE 10 A 13 HS
POR FM 103.9 RADIO INÉDITA
Notas
******* Sobre el Club Bilderberg http://www.cronicon.net/paginas/Documentos/paq2/No.2.pdf
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