MOVIMIENTO
PLANETARIO DE PLACAS TECTÓNICAS
¿QUIÉN DOMINARÁ EL MUNDO EN 2030?
“REVOLUCIÓN DE COLOR” EN NEPAL
Un cálido abrazo a toda la querida
audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA. Un día más, nos reunimos aquí en este espacio
de reflexión compartida.
Todas las semanas, nos vemos
presionados para sintetizar en diez minutos los múltiples acontecimientos a
nivel planetario: apenas hablar sobre la situación demoníaca en Nepal, una
clara “revolución de color”, como tantas, tantas otras en el mundo, un tipo de
guerra de cuarta generación financiada por los servicios de inteligencia
occidentales, por la CIA. De movimientos espontáneos, nada. Hay un guión básico
que se sigue para “reventar” los gobiernos molestos. ¡Son de manual, como
decimos en Argentina! En este caso, el presidente de Nepal había demostrado
interés en incorporarse a la Organización de Cooperación de Shangai.
Existen varios libros sobre esta
instrumentación siniestra; apenas hablar sobre algunos hechos más que
sospechosos como es la muerte en Alemania de siete candidatos del partido
Alternativa por Alemania, en muy poco tiempo, país que hoy mismo tiene
elecciones regionales y ¿podría su canciller estar haciendo las maletas? Desde
el Bundestag, se escuchan los gritos hasta Canarias: “Ya han destituido al
imbécil de Merz?”
No creemos que sea imbécil, sino que “juega”
para las élites satánicas financieras; apenas hablar sobre el falseamiento de
la verdad, como es la locura de los burócratas europeos que insisten en
llevarnos a una guerra contra Rusia; apenas hablar sobre el caos y hundimiento
económico de Alemania, Francia y Reino Unido y en menor medida del resto de
Europa; apenas hablar sobre el crecimiento alarmante de los delitos por bandas
narcotraficantes en Suecia, un exbaluarte de paz, temática que abordamos hace
algún tiempo, locura de crímenes que se ha extendido a todos los países
nórdicos europeos, sin contar las batallas de las mafias narcotraficantes en
Francia, Alemania, Bélgica. Esta es la Unión Europea de la que los medios no
hablan o lo hacen de forma subrepticia. Como tampoco hablan sobre la inversión
migratoria de los polacos que vuelven a Polonia de Alemania, porque Alemania ya
es un país quebrado. Podría aclararnos algo, saber que el canciller alemán Merz
trabajó para el fondo de inversión Blackrock.
Y Francia, seguramente, será rescatada por el
Banco Central Europeo, si no caería en los brazos del Fondo Monetario
Internacional. Al borde del colapso por deuda. Y el lunes pasado cayó el cuarto
Primer Ministro francés en un año. El gobierno de François Bayrou cayó tras
perder la confianza de la Asamblea Nacional. Y a la crisis económica, política
y social con cientos y cientos de disturbios se suma la decisión de Macron de
enviar tropas a Ucrania, pero los jóvenes no están dispuestos a morir, menos en
una guerra ajena. Sabemos que Macron, como Napoleón III en el siglo XIX,
“juega” para el Imperio británico; quizás este dato también podría aclararnos
algo las cosas. Y del Reino Unido huyen los millonarios, un verdadero éxodo por
el drama detrás del colapso económico británico, pero también huyen las
empleadas domésticas, es la gran aceleración del desplome. Reino Unido es el
primer país del G7 que no puede fabricar su propio acero. Starmer, su Primer
Ministro, está viviendo al límite estas últimas semanas.
Y el 7 de septiembre arrestaron, en Londres, a
casi 900 personas, por la decisión del gobierno de vetar al grupo Acción
Palestina. Desde julio, Acción Palestina está prohibida en el Reino Unido y
clasificada como “organización terrorista”. Existe en Europa un movimiento de
placas tectónicas que descienden; la palabra exacta sería que se hunden por
subducción. Una metáfora geológica. Todo este descalabro perverso europeo vamos
a ponerlo en contexto con lo que ocurrió en Oriente: la cumbre de la
Organización de Cooperación de Shangai y la conmemoración del octogésimo aniversario
del triunfo de China sobre Japón, en la Segunda Guerra Mundial, con un desfile
militar espectacular. ¿Alguien quedó indiferente?
Y nos preguntamos: ¿quién
dominará el mundo en 2030? Qué incertidumbre, ¿no? La idea de que China lidere
un nuevo orden mundial, suena a distópico. Si las economías de los países
emergentes superan ya a las de las economías avanzadas en peso económico, es
cuestión de tiempo que quieran también su parte del pastel en la gobernanza
global y en la influencia monetaria. Y aquí traemos una reflexión de Antonio
Gramsci quien expresó: “El viejo mundo se muere; el nuevo tarda en aparecer y
en ese claroscuro es cuando surgen los monstruos”, y estamos, justamente, en
ese claroscuro. Estados Unidos y Europa representan el viejo mundo, dictando
las normas, pero ese mundo ya agoniza lentamente y el nuevo mundo asoma
liderado por China, Napoleón Bonaparte ya lo advertía proféticamente en 1816.
Pasó tiempo, ¿eh? “China es un gigante dormido; dejadla dormir, porque cuando
despierte, el mundo se sacudirá”. China ha despertado y el temblor se siente en
todas las placas tectónicas del sistema internacional y el mundo actual se
parece a un enorme tablero de ajedrez, en el que, de pronto, aparecieron nuevas
reinas capaces de mover fichas a lo grande. Las piezas tradicionales, el rey
que sería el dólar, el caballo que sería lo angloeuropeo, todavía están ahí,
pero no dominan todo el tablero.
Cada vez que en la historia una nueva potencia
asciende, las reglas del juego cambian. Estamos ante una inversión de la
corriente histórica. Durante 500 años, el poder fluyó de Occidente hacia el
resto del mundo. Ahora está ocurriendo en sentido contrario. Es como si las
placas tectónicas del poder económico se estuvieran desplazando, poco a poco, placas
tectónicas en divergencia, en ascenso, sería la palabra exacta en geología,
pero reconfigurar un nuevo orden mundial, produce terremotos. China ha mostrado
al mundo en el desfile militar del 3 de septiembre, su tríada nuclear completa:
misiles intercontinentales, submarinos estratégicos, bombarderos. Xi Jinping;
Putin; Kim Jong-un, por Corea del Norte; Narendra Modi, por India, y muchos
otros mandatarios rodeaban al actual presidente de la República Popular China.
Vamos a ver si nos aclaramos, que el eje Moscú-Pekín no actúa como un frente
antioccidental; lo que ocurre es que Occidente sólo sabe dividir todo en dos: o
estás con nosotros o estás con los terroristas.
El mensaje del desfile militar es claro: Pekín
quiere que el mundo sepa que China ya juega en la liga nuclear de Estados
Unidos y Rusia. China se erige como el líder del nuevo orden mundial y tenemos
que ver que la cumbre de la Organización de Cooperación de Shangai, en Tianjin
y el desfile militar en Pekín son las dos caras de la misma moneda. En Tianjin,
China, Rusia e India trazaron un frente común. Más cooperación energética,
comercio en monedas locales y un mensaje directo contra la hegemonía
occidental. Ahora, Pekín refuerza sus discursos con la fuerza militar. Un
desfile asombroso y, ese acto, también, se convirtió en una muestra de
alianzas. Asia quiere hablar de multipolaridad y mostrar que puede defenderla.
¿El futuro geopolítico hablará mandarín? Como expresó el Primer Ministro de
Eslovaquia, Robert Fico: “Si Europa pensaba que China estaría aislada en las
celebraciones por su victoria sobre Japón, en la Segunda Guerra Mundial, ha
calculado muy mal, porque la que ha quedado aislada es Europa”.
Y unas reflexiones sobre Argentina.
Se le armó a la borracha Bullrich, porque Rusia quiere que Argentina muestre
las pruebas de acusación a la inteligencia rusa por involucrarla en torno a los
audios de Karina Milei. Esto continuará, compañeros. Y ya explicamos en otras
columnas que Milei es un producto del Instituto Tavistock, un producto de
laboratorio. Cuánta inteligencia al servicio de la destrucción de los pueblos,
¿no? Pero ahora, el racional Kici le ganó al loco, ¡grande Kici!, el honesto le
ganó al chorro, el doctor le ganó al “chanta”, la salud le ganó al curro, la
educación le ganó al abandono, el Estado le ganó a la anarquía. No se puede
vivir sin Estado. Y no era cierto que la población apoyaba a esa porquería de
gobierno. El movimiento de placas tectónicas, también se produjo en Argentina
en las elecciones del domingo pasado, un movimiento de placas tectónicas por
transformación, es decir, se deslizaron con respecto a otra placa sin destruir
nada, por ahora, y aclaramos, como escucharán decir a Cristina, a continuación:
“Pero nosotros no somos transformistas, nosotros somos peronistas”.
Me despido de nuestra querida
audiencia, agradeciendo su amable atención, e invitándola a otra nueva emisión
de EL CLUB DE LA PLUMA, el próximo domingo. ¡Hasta la victoria siempre,
compañeros!
PROF.
VIVIANA ONOFRI –
Desde Islas Canarias
Profesora
en Letras, ex catedrática de la Universidad Nacional de Mar del Plata
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