RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

viernes, 26 de septiembre de 2025

MITOS, NARRATIVAS Y SU IMPACTO EN EL DESARROLLO HUMANO PARTE 3 - MAURICIO IBÁÑEZ

 

MITOS, NARRATIVAS Y SU IMPACTO EN EL DESARROLLO HUMANO

PARTE 3


 

Queridos compañeros, amigos y oyentes de El Club de La Pluma, desde Colombia los saluda Mauricio Ibáñez, con nuestro acostumbrado abrazo por la hermandad latinoamericana.

 

Mientras desarrollábamos este tema de los mitos y narrativas y cómo éstos han marcado retrocesos importantes – y graves – en el desarrollo de la humanidad, ocurrieron dos sucesos que muestran el escalamiento de este fenómeno: el asesinato de un joven influencer norteamericano de nombre Charlie Kirk, y el discurso catastrófico de Donald Trump en la sesión plenaria de la ONU. En ambos casos ha sido evidente la radicalización de la neo-inquisición que, en nombre del supuesto “amor de cristo”, está siendo utilizada como instrumento de odio y arma de guerra por la extrema derecha. Declaraciones como la de Paula White, tele evangelista y asesora espiritual de la Casa Blanca, quien dice abiertamente “oponerse a Donald Trump es oponerse a la voluntad de Dios” marcan el nivel de fundamentalismo que se ha entronizado en ese país. En fin, este es un fenómeno que tendremos que examinar con más detalle en los próximos programas.  

 

Pese a esta realidad que se nos viene encima, es imperativo que revisemos si existen razones para la esperanza. Debemos aferrarnos a la posibilidad, por pequeña que sea u oculta que esté, de rescatar el sentido de lo comunitario y de la verdadera democracia, despojándola de los disfraces que han insistido en ponerle aquellos que la han maltratado.

 

Resulta que no ha sido difícil encontrar métodos de ejercicio de la democracia, resolución de conflictos y gobernanza que promueven el desarrollo humano integral y el funcionamiento eficaz de las comunidades. Son prácticas ancestrales que siguen vigentes en la mayoría de las comunidades aborígenes en el mundo y que están basadas en la aceptación, el respeto, el perdón, la gratitud y el amor, es decir, todos los atributos que señalan cómo se ha dado la evolución humana de lo instintivo hacia lo racional, y que están ocultas a la vista en un mundo que se acostumbró al odio y la violencia de nuestros tiempos.

 

Para citar tan sólo unos ejemplos, podemos empezar por una práctica ancestral hawaiana de sanación espiritual y resolución de conflictos llamada “Ho’oponopono, que se basa en el perdón, la reconciliación y el amor. El término más aproximado en nuestro lenguaje sería “corregir un error” o “hacer lo correcto” y no requiere de rituales ni ceremonias. Es más bien un proceso de reflexión colectiva que elimina el miedo y la culpa como factores de castigo.

 

En América Latina, las comunidades indígenas desarrollaron a lo largo de los siglos sistemas propios de gobierno y resolución de conflictos, basados en valores ancestrales, solidaridad y participación colectiva. Estos modelos, aunque frecuentemente invisibilizados por los sistemas estatales, muestran una riqueza y una eficacia que merecen ser reconocidas y estudiadas a profundidad.

 

La democracia en contextos indígenas no se ajusta a la concepción occidental de sufragio universal y representación parlamentaria. Se fundamenta en la participación directa, la asamblea comunitaria y el consenso. Las decisiones importantes suelen tomarse en reuniones abiertas, donde todos los miembros tienen voz y voto, y se busca la armonía antes que la imposición de una mayoría simple. En comunidades que vienen manejando este tipo de prácticas desde hace cientos de años, alcanzar el consenso colectivo no es tan difícil como nos parece a quienes lo observamos desde fuera.

 

Por ejemplo, en los pueblos Quechuas, Ingas, Kamsá y Aymaras de los Andes, la “Ayllu”, la “Minka” o la “Minga” representan formas de organización donde la toma de decisiones es colectiva y orientada al bienestar común. En la Amazonía, los pueblos como los Shuar, Awá, Murui-muinane, Yanomami y los Asháninka, entre muchos otros, recurren a consejos de ancianos y líderes espirituales para orientar la vida comunitaria y resolver disputas.

Los métodos de resolución de conflictos en comunidades indígenas suelen priorizar la restauración de la armonía social sobre el castigo. La mediación, el diálogo y la reparación son elementos centrales. Los “mayores” o sabios de la comunidad desempeñan un papel clave como mediadores, guiando el proceso y asegurando que se respeten los valores y tradiciones. En los pueblos Wayuu del norte de Venezuela y Colombia, las disputas entre clanes se solucionan mediante la intervención de un “palabrero”, un sabio que actúa como intermediario y juez imparcial hasta lograr acuerdos que sean beneficiosos para todos.

 

En la Sierra Nevada de Santa Marta, los pueblos Arhuaco, Kogi y Wiwa utilizan rituales y consultas espirituales para restablecer el equilibrio cuando surgen problemas. La justicia indígena reconoce el daño causado y trabaja para restaurar las relaciones entre los involucrados, evitando la exclusión o la cárcel como primera medida.

 

A pesar de la fortaleza de sus sistemas propios, las comunidades indígenas enfrentan desafíos derivados de la imposición de modelos jurídicos estatales y la falta de reconocimiento de la jurisdicción indígena. La coexistencia de sistemas legales genera tensiones, especialmente en casos de delitos graves o en la defensa de sus territorios frente a intereses externos. Los gobiernos, especialmente los conservadores, son esencialmente colonialistas y buscan imponerles sistemas de justicia y resolución de conflictos que terminan beneficiando intereses particulares lejanos a los de los de los pueblos ancestrales.

 

Sin embargo, en países como Bolivia y Ecuador se han realizado avances legales que reconocen la autonomía y la justicia indígena como parte del sistema nacional. Esto ha permitido una mayor articulación entre las formas ancestrales y los marcos estatales, aunque persisten retos en la implementación práctica y el respeto a la diversidad cultural.

 

La democracia y la resolución de conflictos en las comunidades indígenas de América Latina constituyen modelos alternativos basados en la participación, el consenso y la búsqueda de la armonía. Su reconocimiento y fortalecimiento no solo contribuyen a la justicia social, sino que enriquecen la comprensión de la democracia y la gestión de conflictos a nivel mundial. Respetar y aprender de estas prácticas es fundamental para construir sociedades más inclusivas y equitativas.

 

En nuestra patria grande tenemos mucho que aprender de nuestros antepasados, y contamos con las herramientas para establecer nuevos paradigmas de gobierno, democracia, justicia y resolución de conflictos. Tenemos por delante la difícil tarea de descolonizar nuestras mentes y avanzar en una única agenda latinoamericana.

 

Un abrazo compañeros, nos vemos la próxima semana.

 

MAURICIO IBÁÑEZ – Desde Colombia -Biólogo

Especialista En Estudios Socio-Ambientales

 

 

PARA SABER MAS

 

·         Ho’oponopono: Psicología y Mente

https://psicologiaymente.com/vida/hoponopono

 

·         La Disputa y la Palabra: Weilder Guerra

https://descubridor.banrepcultural.org/discovery/fulldisplay/alma991015136839707486/57BDLRDC_INST:57BDLRDC_INST

 

·         Derecho Indígena y Resolución de Conflictos: Urvio

https://www.redalyc.org/pdf/5526/552656563009.pdf

 

 

 

 

 

 

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