RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

domingo, 29 de junio de 2025

LA COLONIZACIÓN DE LA GUERRA - MAURICIO IBÁÑEZ

 

LA COLONIZACIÓN DE LA GUERRA

 

 

Hola, queridos amigos, compañeros y escuchas de El Club de La Pluma. Desde Colombia los saluda Mauricio Ibáñez, con un fuerte abrazo por la hermandad latinoamericana.

 

¿Quién se beneficia hoy día de las guerras Ucrania contra Rusia e Israel conta Irán? – El crimen organizado. Aclaro que no considero que lo de Israel con Palestina sea una guerra. Eso es una masacre, un exterminio, así quienes se beneficien sean los mismos.

 

Si hay algo o alguien que hoy en día tiene un alto grado de organización, gobernanza, estructura y gerencia, es el crimen organizado. Es un tumor maligno que hizo metástasis en las élites, los bancos, el empresariado, la industria, los gobiernos, los parlamentos, la justicia, las fuerzas del orden, las religiones y la economía en toda la geografía global.

 

El crimen organizado es tan organizado que ni siquiera logramos descifrar su eficiente estructura ni identificar una cabeza, pero lo que sí sabemos es cómo ha logrado coparlo todo y en todos lados, y cómo ha logrado consolidar la desigualdad humana, la pobreza que le es útil y la injusticia social de la que saca sus instrumentos de guerra. No conozco soldados ricos.

 

Hoy en día el crimen organizado se sirve de grandes líderes globales con mucho poder y poca cabeza como Donald Trump o Ursula von der Leyen, mequetrefes con pretensión de líder como Xavier Milei, Álvaro Uribe, Jair Bolsonaro, Dina Boluarte o Daniel Noboa, corruptos de gran calado como Benjamin Netanyahu o Volodimir Zelenski, en fin, ¿para qué continuar? – la colonización sistemática de las células cancerígenas del narcotráfico, la trata de personas, el contrabando y el lobby corrupto empresarial en la economía y en la política ya es evidente, y también es claro que se ha instalado en las élites, los de la plata, los que perpetúan la desigualdad social porque pueden, porque, además, les es útil.

 

En Colombia, las relaciones incestuosas entre el crimen organizado y la política vienen desde la década de los años 70, si no antes. Al terminar el acuerdo de gobierno entre liberales y conservadores, llamado Frente Nacional, el liberal Alfonso López Michelsen llegó a la presidencia de Colombia en 1974. Durante su gobierno, el país tuvo la tristemente célebre “bonanza marimbera”, la cual consistió en un aumento sin precedentes en el cultivo y exportación de marihuana, y el surgimiento de los primeros capos del narcotráfico con fuertes lazos con políticos locales y regionales. Recientemente se desclasificaron documentos del gobierno de Jimmy Carter, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica entre 1977 y 1981, donde se revelan las conexiones entre al menos 30 funcionarios del gobierno de López Michelsen, entre ministros y altos militares, con las actividades de tráfico de drogas de la época. En esos documentos también se menciona al entonces candidato Julio César Turbay Ayala, abuelo del senador de quien hablamos en los dos programas anteriores, como un fuerte aliado del crimen organizado nacional. Desde el gobierno de Turbay hasta nuestros días, la penetración del narcotráfico en la política y la economía de Colombia ha sido escandalosa: en 1976, Pablo Escobar fundó el Cartel de Medellín, y con la ayuda de figuras como Álvaro Uribe Vélez en la política nacional, llegó a controlar el 80% de la producción mundial de cocaína. Colombia tiene desde entonces el aparatoso estigma de país narcotraficante o narcodemocracia, hoy con fuertes conexiones con el crimen organizado internacional que controla el tráfico de drogas naturales o sintéticas, el contrabando de oro, armas y otros activos, la trata y el movimiento irregular de personas a través de las fronteras, el lavado de dinero a través de grandes bancos y empresas, y los poderes políticos a escalas local, regional y nacional, controlando a su antojo gobiernos y parlamentos en varios países del mundo.

 

Las guerras contemporáneas, donde no se sabe quién es el bueno y quien el malo, como la famosa “guerra mundial contra el terrorismo internacional” declarada por George Bush, y que le sirvió de excusa para invadir Afganistán, emulando a su padre, quien invadió a Irak con la excusa de que fabricaba armas químicas que nunca se encontraron, y para “liberar a Kuwait”. Guerras colonizadas por claros intereses corruptos que tenían como propósito real controlar el petróleo de oriente medio, como ya figura en los libros de historia. En la invasión a Afganistán se hizo evidente la intervención de los “contratistas” y “empresas de seguridad” del empresariado de los USA: una empresa petrolera, Halliburton, obtuvo un jugoso contrato para el manejo logístico de los servicios del ejército invasor. Imagínense a una empresa especializada en exploración y producción de petróleo con un jugoso contrato para lavar sábanas, planchar camisas y servirles las comidas a miles de soldados invasores durante la ocupación.

 

El conflicto en Ucrania es otro ejemplo de una guerra colonizada: la región del Dombass venia luchando por su independencia desde 2014 y estaba siendo sometida a una brutal represión por parte del gobierno, cuando Volodimir Zelenski entró al poder y la OTAN, una organización que había perdido toda relevancia desde el fin de la guerra fría y estaba a punto de desaparecer, encontró en el cómico – presidente la oportunidad de obtener un segundo aire y colonizó el conflicto con Rusia, llevándolo a una escala donde la muerte, la corrupción y el tráfico de armas ahogaron cualquier posibilidad de solución diplomática.

 

¡Ni hablar del exterminio del pueblo palestino por parte de Israel! – un pueblo desplazado, sometido y humillado por el sionismo con la complacencia de los Estados Unidos y el silencio global, descubre que un día, como por arte de magia, las poderosas defensas israelíes se bajan “un poquito”, lo suficiente para que unos comandos de Hamas las penetren y asesinen o secuestren a cientos de israelíes. La excusa perfecta para desatar una limpieza étnica con tintes de holocausto para borrar del mapa la franja de Gaza con la bendición de quienes esperan fortalecer la infraestructura portuaria y petrolera que permite llegar directo al mediterráneo a través del Petroline de Arabia Saudita o el Sumed, evitando el estrecho de Ormuz. Esta masacre anunciada, junto con la guerra contra Irán, está colonizada por claros intereses empresariales, esas mismas corporaciones que hoy en día sobornan congresistas, lavan dinero del crimen organizado y se benefician de la desigualdad social y el descontento. El mundo está tomado por las mafias, compañeros, así que la lucha que tenemos por delante para devolverle la esperanza a este planeta es larga, difícil y tortuosa.

 

América Latina no parece ser relevante en el mapa mundial, pero sus procesos políticos internos están totalmente copados por el crimen organizado que está oculto detrás de la ultraderecha que busca mantenerse en el poder al precio que sea, manipulando a quien sea necesario a través de la politiquería corrupta, el empresariado cómplice, su prensa arrodillada y un pueblo hipnotizado.  Hasta la próxima semana, compañeros.


MAURICIO IBÁÑEZ – Desde Colombia -Biólogo

Especialista En Estudios Socio-Ambientales

 

PARA SABER MÁS

 

·         Documentos ultrasecretos de EEUU desclasificados: Hablemos Claro

https://hablemosclaro.com.co/nacional/documentos-desclasificados-de-ee-uu-vinculan-a-funcionarios-colombianos-con-el-narcotrafico-y-la-corrupcion/

 

·         George W. Bush (hijo): Historia y Biografías

https://historiaybiografias.com/george_bush/

 

·         Documental La Corporación: YouTube

https://www.youtube.com/watch?v=6v8e7dUwq_Q&feature=youtu.be

 

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