LA TESIS 11
¿Contarnos
una y mil veces entre nosotros la catástrofe de este sistema? Ya lo hicimos. No
ha dado resultados que satisfagan a nadie en el campo popular. Y continuamos
haciéndolo: innumerables columnas y podcast y programas por todos los medios se
lanzan a analizar la catástrofe en cada una de sus expresiones. Estamos
saturados de interpretaciones, y vacíos de transformaciones, habiendo
transcurrido ya más de 100 años de la tesis 11 de Marx: "Los filósofos no han hecho más que
interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de
transformarlo".
Celebérrima frase que se lee como epitafio en la tumba de Marx.
Leamos, entonces, una interpretación más:
Con
la caída del Muro, no solamente fue derrotado el socialismo sino toda acción
mínimamente organizada desde el Estado en su versión más urgente, que es la
asistencia social. La ayuda mínima a la que se redujo la ayuda del sector
público redundó en la aparición de una forma degradada: la "caridad"
a través de grandes fortunas, lo que podríamos llamar neofilantropismo. Bill
Gates y su propagandista Bono fueron la cara de eso. Se pasó a depender del
humor de multimillonarios, que a su vez fueron lo suficientemente vivos para no
pagar impuestos -a raíz de ese eufemismo espantoso que se inventó en los '90:
la llamada "responsabilidad social empresaria"-. Adivinen si en
condiciones normales un millonario dona más que lo que debería pagar en
impuestos. Bingo: negocio perfecto. No se siente esquilmado por el Estado,
aporta mucho menos de lo que debería y queda como un adalid que piensa en los
demás.
La catástrofe de Bahía Blanca es un ejemplo
rotundo, no exactamente de eso, sino de lo pusilánime y lamentable que es el
alto empresariado argentino como clase dominante. ¿Dónde están los Galperín,
los Constantini, los Rattazzi, los Fortabat, los Grobocopatel? Ya que el Estado
no sirve para nada y si hay una necesidad habrá un privado capaz de
satisfacerla, como se pregona desde la Casa Rosada hace quince meses, allí
estará nuestra burguesía, presta a satisfacer al prójimo con bienes y servicios
de calidad. Pero resulta que no, ninguno dijo ni mu, y la asistencia es por la
solidaridad de miles y miles de ciudadanos anónimos, que dan una mano a
compatriotas anónimos.
En un
país normal (y hablamos de lo que DEBERÍA ser normal) el envío de ropa y
alimentos por parte de particulares ante una situación de emergencia debería
ser un complemento a la acción de un Estado que se dedique a cobrar impuestos
como corresponde según la capacidad para tributar. En la Argentina hay un
gobierno que se ufana del Estado ausente y sus beneficiarios, que gozan de
suculentas exenciones impositivas, se desentienden hasta de una situación
dramática. Esa clase dominante, con la ayuda de políticos cómplices, da una
muestra más de su patetismo y de la ausencia total de proyecto para la
Argentina.
Leamos a
otro compañero: "Es una estupidez y un aliento demagógico suponer que
Milei tenía que viajar a Bahía Blanca. Para algo tenés funcionarios. Conducir
no es sacarse fotos. Dirigir no es estar en todo. Un tipo como Milei, que no
sabe atarse los cordones sin asistencia de la hermana, ¿para qué carajo
viajaría a la ciudad portuaria?
Si vas,
que sea para poner los recursos de la provincia o de la Nación al servicio de
la reconstrucción de la ciudad. Para operativizar in situ los recursos del
Estado. Y por supuesto nada de eso sucedió. Hay, claro, fotos. Y la
politiqueria burguesa es tirarle centros al oportunismo. Se festejan las fotos.
Se festejan los gestos. Los besos con nenes morochitos, con viejos
desahuciados. Los "pies en el barro". "Que bueno, viva el
gobernador", "viva el presidente". Se cruzan puteadas. Nadie
analiza ninguna gestión, ni provincial ni nacional más que para cubrir al
propio y denostar al opuesto.
Todos
vemos al gobernador y al presidente sacándose fotos en Bahía (aunque éste debió
pedir a la hermana que lo saque de ahí en medio de un ataque de pánico). Lo que
fueron a hacer allá, lo podían hacer por teléfono. Preocuparse por los vecinos
es resolver los problemas antes que sucedan. O hacer lo imposible para remediar
las catástrofes.
Libertarios festejan que Milei viajó:
"Tenemos un presidente que viaja"
Peronistas
festejando al gobernador: "Tenemos un gobernador presente". Mientras
tanto, fuera de los flashes, Bahía Blanca quedó devastada." Y nosotros
agregamos: Cómo La Plata en 2013, con 89 muertes reconocidas judicialmente, o
como Santa Fe en 2003 con el asesino Reuteman y más de 100 muertes. Muertes
(las de Bahia Blanca, de La plata, de Santa Fe y más) que se suman a las miles
de caídas sufridas por el pueblo argentino DESPUÉS del genocidio de 30000
compañeros (quien quiera puede consultar los informes anuales de muertes por
violencia estatal que elabora la CORREPI). Desde entonces, nos preguntamos, ¿y
cuántos del enemigo cayeron? ¿No será hora de cotejar estos números?
En los
días en que escribimos esta columna sucede la marcha de jubilados y la
represión feroz, y la salida espontánea y masiva a Plaza de Mayo por la noche
del mismo miércoles. Dada la celeridad con que se están dando ciertos sucesos,
no tememos afirmar que como sea que continúen, necesitaremos dar un paso en la
organización y en la elaboración de planes mínimos para las luchas que se
vienen.
Desde Rosario- Militante Social
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