EL CLUB
BILDELBERG
LA ÉLITE
QUE DOMINA EL PLANETA
RED
TAVISTOCK
LAVADO DE
CEREBROS A NIVEL MUNDIAL
El
sistema de conspiración es el tercer ángulo del capitalismo
Parte
XVIII
Un cálido abrazo a la
distancia a toda la querida audiencia de EL CLUB DE LA PLUMA.
Mi columna de hoy
será un ámbito continuo de reflexión, una especie de prolongación de los libros
del Dr. Daniel Estulin, LA VERDADERA HISTORIA DEL CLUB BILDELBERG, EL INSTITUTO
TAVISTOCK y METAPOLÍTICA.
Es un lugar común que
la gente hable de CONSPIRACIÓN cuando desvelamos lados
sombríos, insospechados, sorprendentes y, las más de las
veces, macabros e inhumanos, pero las
más de las veces no es una verdadera CONSPIRACIÓN, sino que
las fuentes de información están a la vista, pero sólo para quienes se atreven
a leerlas. De ocultamiento, nada. Y en el ámbito del capitalismo existe un
silenciamiento evidente sobre un aspecto macabro y es que el sistema
capitalista es una conspiración sistémica. ¿Qué quiere decir esto? Que el
capitalismo sin conspiración no existiría.
Sin el área de
conspiración sería imposible su existencia. Es un rasgo más del sistema
capitalista como los ciclos de acumulación del capital o como los ciclos de
batallas por
las hegemonías y las guerras mundiales. El análisis de las conspiraciones
del capitalismo es necesario agregarlo a los problemas de análisis histórico y
teórico del capitalismo como sistema.
El sistema de
conspiración es el elemento invisible del capitalismo, inclusive en las
culturas precapitalistas existía el secreto como una forma inherente al poder,
pero era un poder oficial sagrado. La gente sabía respecto al poder secreto y
el secreto del poder; el poder mismo se percibía en muchos sentidos como algo
misterioso y sagrado, pero en la sociedad burguesa hay una contradicción
esencial para cuya destrucción se ha apelado al sistema de conspiración.
¿Entendieron bien lo que dije, no?
Que en la sociedad
burguesa, para destruirla, el capitalismo tuvo que recurrir al sistema de
conspiración.
El capitalismo es un
sistema tridimensional: capital, Estado más conspiración y la conspiración es
su columna vertebral, ocupa la punta superior del triángulo, por encima del
capital y el Estado. Cuando la historia de la era capitalista sólo se escribe y
se cuenta como la historia de un Estado o Estados y el capital, se convierte en
una reseña incompleta y falsa porque presenta una historia bidimensional cuando
en realidad hablamos de una historia tridimensional: sin el sistema de
conspiración es imposible comprender la historia de la era capitalista.
En términos
económicos, el capitalismo es un sistema supranacional de todo el planeta
porque el mercado mundial no conoce límites. En el plano
político, sin embargo, el sistema capitalista no es un todo, sino la totalidad
de Estados, es decir, la organización de los Estados nacionales. Esta es una de
las contradicciones más serias de dicho sistema: la contradicción entre el
capital y el Estado, global y doméstico.
Para mediados del
siglo XIX, cuando el capitalismo se integró a un sistema para sí mismo, es
decir, cuando se llevó a cabo la adquisición de fuerzas productivas
industriales, esas fuerzas productivas industriales, eran regionales,
concentradas en el Atlántico Norte pero, en cambio, las relaciones industriales
son globales por naturaleza entonces entran en conflicto con las formas
político-estatales y tratan de romperlas.
La gran burguesía y
su segmento financiero, independientemente del país en que se viva siempre
tiene intereses que van más allá de las fronteras nacionales y estos intereses
sólo se pueden consumar con la violación de las leyes del Estado, pero no se
trata de una sola violación, sino de una violación constante y sistemática y,
por lo tanto, debe ser frenada de alguna manera. Porque después de todo, una cosa
es cuando al capital se oponen políticas débiles, mencionemos a África, pero
otra cosa es cuando hablamos de países como Gran Bretaña, Francia, Austria,
Alemania, Estados Unidos.
Es un asunto
completamente distinto. Aquí lo que se necesita es una herramienta organizativa
que formalice los intereses de las élites capitalistas de varios Estados, que
elimine las contracciones de estas con el Estado y que se convierta en una
expresión de sus intereses integrales extrasupracionales a largo plazo. Se necesita
que exista el nivel superior de la clase capitalista, las estructuras u
organizaciones supranacionales.
En segundo lugar, si
bien no es necesario que estas estructuras sean completamente secretas, sí es
indispensable que por lo menos estén cerradas al público en general.
Y en tercer lugar,
dichas organizaciones o estructuras deberán ser capaces de influir sobre los
Estados y sus líderes, quienes a su vez, deberán estar por encima del Estado y
del capital. Estas estructuras están involucradas en algo a lo que no se le
puede llamar de otra manera que CONSPIRACIÓN PERMANENTE E INSTITUCIONALIZADA.
Así, la creación de
sistemas de conspiración, las estructuras supranacionales del gobierno mundial
son un imperativo para la cima de la clase capitalista. Hablar de capitalismo
es hablar de conspiración: son dos caras de una misma moneda. El sistema de
conspiración fue lo que garantizó el modelo de circuito dual: externo, para el
uso general e, interno, para un círculo limitado, para quienes escriben la Historia
y mueven las cuerdas, para sus súbditos.
El principio de la
fase de diseño en la historia de Europa coincidió con el surgimiento de los
anglosajones, de Gran Bretaña. Las organizaciones masónicas originales fueron
la primera imagen del sistema de conspiración: estuvieron estrechamente
vinculadas con los intereses políticos y financieros del Estado inglés o
británico. A mediados del siglo XVII, terminó por fin la confrontación de
trescientos años entre los Austria, los Habsburgo y Francia.
Tomó la forma de algo
sin precedentes, una nueva forma de acuerdo a la interacción entre los
antiguos, enraizado en la Edad Media inglesa y veneciana, con el Oriente Medio
proveniente de la antigüedad babilónica y judía; fuerzas que se convirtieron en
operadores de mercado mundial a un nivel supranacional. En la Gran Bretaña del
siglo XVIII había una contradicción entre Gran Bretaña como Estado y Gran
Bretaña, como grupo, como red de estructuras comerciales y financieras, clubes
aristocráticos y logias
masónicas controladas por Londres.
Podemos hablar de
tres fases del sistema capitalista, los ciclos de acumulación de capital y la
lucha por la hegemonía. La primera etapa es de 1710 a la década de 1770; la
segunda etapa comienza con el surgimiento de los Illuminati y con la Revolución
Francesa que dio inicio en el siglo XIX a medio siglo de revoluciones masónicas
que culminó con la formación del Segundo Reich y la unificación de las logias
germano masónicas en una única “Alemania secreta”, en la década de 1870. Y ahí
comienza la tercera etapa de desarrollo de las estructuras de conspiración como
una forma intrínseca de organización de la principal élite de Occidente que
coincide con el declive de Gran Bretaña.
El CLUB BILDELBERG
creado en 1954 surgió para reconciliar a los dos segmentos principales de la
élite occidental de ese momento: los angloestadounidenses y los
germano-norditalianos asociados con el Vaticano. La crisis en la que entró el
sistema capitalista a finales de los sesenta y principios de los setenta exigió
nuevas estructuras: el CLUB DE ROMA, en 1968 y, la COMISIÓN TRILATERAL, en
1973. Y como el sistema capitalista seguía agravándose, hubo que modificar las
estructuras cerradas de la élite
occidental y así aparecieron los proyectos globales, aunque
hoy el globalismo ya no existe.
Y para ir terminando,
un ejemplo bien actual. Estamos en los últimos estertores de este ciclo del
capitalismo, más grave que el Crack de 1929. Los problemas económicos en
Occidente a corto plazo, están controlados, pero a medio y largo plazo, no. Las
nubes, el nerviosismo, comienzan a gestarse en los mercados. ¿Qué nos ocultan
las élites financieras, qué están conspirando?
La crisis de deuda de
los Estados Unidos. Desde 1981 hasta 2019, los Estados Unidos no ha crecido
absolutamente nada, te vendieron humo, sólo se limitó a emitir dólares y de la
misma manera en la Unión Europea. ¿Escucharon bien? No se puede hablar de
crecimiento económico; es falso, cuando las deudas de los Estados continúan
creciendo de una manera exponencial. Billones y billones de dólares y euros de
deudas de los Estados, impagables. No se puede seguir viviendo al ritmo que
estamos viviendo. Estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades.
¿Qué político tomará
el toro por las astas y ataque la crisis de deuda y se deje de continuar
gastando y comience recortando algunas cosas que no nos podemos permitir? Ese
endeudamiento terminará por explotar muy, muy pronto y a los ciudadanos se los
engaña. Parece que Occidente tiene una caja mágica de donde se puede obtener
dinero y más dinero. Esa deuda es una loza de cemento sobre la economía que se
está tapando.
Hay que reconducir la
deuda. Según Daniel Estulin, no existe aún el lenguaje para saber qué sistema
económico le seguirá a esta megacrisis. Biden terminó inundando el planeta de
dólares, como los presidentes anteriores y los del siglo pasado desde la década
de los 80. En la Unión Europea, más de lo mismo. Nos han tomado el pelo.
Estados Unidos y la Unión Europea estaban creciendo gracias al endeudamiento,
pero no es un crecimiento real. ¿Cómo te vas a seguir endeudando si no tienes
crecimiento?
Sólo con
endeudamiento tiran de la economía; patean hacia adelante. Tapan la realidad;
están mintiendo, gastando y gastando y nos hicieron creer la ilusión que estábamos
en un escenario en el que el crecimiento era eterno. Es mentira y ha estallado.
Y no olviden que cuando los pueblen pierden, hay un puñado de ricos que se
hacen más ricos, escandalosamente. Alguien estará ganando tanto y tanto.
Continúa la conspiración
del sistema capitalista. Sin conspiración no existiría el capitalismo: forma
parte consustancial de su esencia.
La RED TAVISTOCK de
lavado de cerebros a escala mundial funciona perfectamente. Las masas educadas
frente al televisor no entienden ni se enteran de nada.
Me despido de nuestra
querida audiencia agradeciendo su amable atención y deseando, profundamente,
que nos volvamos a encontrar en otra emisión más de EL CLUB DE LA PLUMA. El
tema musical que elegí no necesita presentación alguna.
VIVIANA ONOFRI
Profesora en Letras
ex catedrática de la Universidad Nacional de
Mar del Plata
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