POR QUÉ LUCHAMOS
Lo esencial de la columna que ofrecemos hoy es
una síntesis apretada y apurada de lo que fue discutido por algunos compañeros
luego de la movilización de jubilados del miércoles pasado, replicada en varias
ciudades del país. Hoy nuevamente se gana la calle, ninguna amenaza del
gobierno atemoriza a una sociedad que vive acuciada por los problemas generados
por el sistema. Se
gana la calle y se gana en experiencia. Como cantó Silvio, "arando el porvenir con
viejos bueyes"...
Estas marchas resultan en una acumulación de innumerables enfrentamientos
que se vienen dando en muchos rincones de nuestro país. La calle enseña, se van
resumiendo debates políticos que, dentro de los establecimientos laborales y de
nuestras propias casas, llevaron un tiempo necesario de madurez.
La curva ascendente de que así no se puede seguir viviendo continúa su marcha
en un marco de movilización del mismo carácter.
Cuando la auténtica oposición política
independiente que ejerce nuestro pueblo tomó la calle, todo el arco político
institucional (y la CGT en particular,que venía haciendo la “plancha”) "se
dieron cuenta" que la lucha de clases existe, que es silenciosa,
persistente y los obliga a hacer una movida en el tablero, aún cuando sea
formal e indisimuladamente lenta.
Esta movilización y otras tantas tienen un
grado de espontaneidad por el grado de desesperación que hay abajo y de bronca
contenida que se quiere y necesita expresar. Pero también hay un grado de
conciencia y organización que cada vez pesa más, las autoconvocatorias, la
independencia política con la que se está actuando, con lo que viene de abajo
desde hace mucho tiempo, le van dando otro tinte a un proceso que -como
dijimos- es ascendente.
Nada nace de un día para otro, en ello hacemos
referencia a la dirección política que adopta todo este proceso de lucha de
clases, la lucha autoconvocada gana terreno político a pesar del intento de
capitalizarla por parte de los oportunistas de siempre, porque en ella comienza
a “filtrarse” el contenido consciente de las masas (y corresponde aquí aclara
el término: "masa" implica, para teorías en boga, una
audiencia heterogénea e indiferenciada. Nosotros, en cambio, concebimos a las masas como pertenecientes al
pueblo trabajador, con diversas funciones en el sistema y en la producción,
pero con intereses compartidos. Por lo tanto, el estado de ánimo de las masas,
en este contexto, se asocia en gran medida con el estado de ánimo de la clase
trabajadora dentro del sistema capitalista.
Esta masa se convierte de inmediato en una clase frente al capital, pero todavía
no para sí misma; es EN LA LUCHA donde esta masa se reúne, constituyéndose en
clase para sí misma, y los intereses que defiende llegan a ser intereses de
clase. La conciencia de clase denota la conciencia, de sí misma y del mundo
social, que posee una clase social y su capacidad para actuar defendiando su
interés . El paso de "en sí" a "para sí" representa una
transformación crucial en el estado de ánimo y el potencial de las masas. El desarrollo
de la conciencia de clase es un proceso que transforma el estado de ánimo de
las masas de un estado de sufrimiento pasivo y lucha individual a uno de
conciencia colectiva, propósito compartido y potencial revolucionario.
La plata no alcanza y esta democracia tampoco (ya
hemos dado muchas razones por las que esta pseudodemocracia nos lleva al
desastre, pero si no alcanzan vean la votación del miércoles en diputados), es
solo resumir una cuestión de sensatez. Pero considerar políticamente y hacer
consciente que el camino de la autoconvocatoria comprende esencialmente
la democracia
directa es una labor política y una responsabilidad que debe tomar cada uno de
los que toman la tarea de comunicar y organizar.
Este camino que experimenta nuestro pueblo es
ya un patrimonio adquirido, no hay que “enseñarle” ese camino que le es
propio y camina desde hace décadas. Y es en ese pensamiento que los
destacamentos avanzados que cada vez son más, deben abrazar la idea y la acción
que la autoconvocatoria asociada a la democracia directa se deben transformar en una
alternativa política a todo el dolor y
sufrimiento que nos propone la democracia burguesa.
Hay que profundizar en las jornadas como las
de estos días, donde se rechaza mucho de lo establecido, pero ser conscientes
que ese camino se viene gestando con enfrentamientos cotidianos que no tienen
prensa; son “las paradas de mano” que hay por miles cuando en nuestros puestos
de trabajo resistimos como podemos el carácter de superexplotación al que nos
están llevando. Esta movilización tiene mucho que ver con el abajo
cotidiano de dolor, subestimar estas fuerzas acumuladas, de ejercicio de calle,
sería un error y daría aire al oportunismo que hoy sale a “luchar” con el
objetivo de clavarnos una nueva estaca en nuestras espaldas.
Es cierto, hay mucho por hacer, pero los caminos se acortarán en la medida que hagamos consciente que la independencia política es fundamental para que aparezca una alternativa de poder, que es el caminar con la experiencia autoconvocada y elevarla a la idea de la democracia directa.
Desde Rosario- Militante Social
No hay comentarios:
Publicar un comentario