RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 30 de octubre de 2023

¿COLABORACIÓN ISRAELO-ESTADOUNIDENSE PARA QUEBRAR BRICS? - LIC. CHRISTIAN CIRILLI

 

¿COLABORACIÓN ISRAELO-ESTADOUNIDENSE

PARA QUEBRAR BRICS?

 


 Estamos probablemente en los prolegómenos de una invasión israelí sobre la Franja de Gaza, luego de dos semanas de intensísimos bombardeos aéreos, que han provocado más de 7000 muertos, la gran mayoría de mujeres y niños.

 

 La incursión del Hamás está siendo retaliada con un excesivo uso de la fuerza.

Este tipo de respuesta abusiva puede acarrear peligrosas consecuencias, dado que está a punto de desatarse un conflicto generalizado en Medio Oriente, donde inevitablemente se involucrarían las potencias occidentales, léase, la tríada Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y probablemente, Rusia, país que tiene dos bases militares en Siria.

 

 El bombardeo sobre el hospital Al Ahdi, poco tiempo después de que Israel conminara a evacuarlo, es un acto criminal y no cabe otra definición. Luego, ante el generalizado rechazo internacional, sus autoridades dijeron que se trató de un ataque yihadista. Pero todos los indicios recaen sobre una bomba JDAM, de esas que usa impunemente la fuerza aérea israelí sobre los cielos gazatíes.

 

 Si bien iraníes, libaneses y palestinos ya habían hecho interconsultas sobre una posibilidad de intervención para frenar la carnicería, este hecho trágico y la disposición de columnas blindadas prestas a invadir, ha activado al denominado Eje de la Resistencia.

 

 Para evitar este choque, que de cierta manera ya está desatado en dosis, hubo dos intentos de la comunidad internacional.

 

 El primero, provino de la Federación Rusa, quien propuso en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución consensuada por el alto al fuego humanitario inmediato.

Sin embargo, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, la citada tríada, vetaron la propuesta, que también fue denegada por Japón, otro miembro del clan occidental. El argumento fue que la propuesta resolutiva no acusaba a Hamás como generador del conflicto, aun cuando, en cuestiones humanitarias, tradicionalmente se omite tomar partido.

 

 En Reino Unido y Francia, así como en Alemania y Países Bajos, toda movilización en favor de palestina está siendo duramente reprimida por las policías locales, asimilables a “promover el terrorismo”. Sin embargo, arrojar bombas incendiarias sobre civiles no es «generar terror» para los estándares europeos.

 

 En el colmo de la victimización, el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, mostró literalmente un ladrillo como muestra de la hostilidad palestina contra las tropas israelíes. Lejos de toda vergüenza, hizo hincapié en ese hecho habitual, omitiendo las también habituales reprimendas con armas de fuego y altos explosivos. Ese mismo señor desplegó en una Asamblea, en octubre de 2022, un cartel que decía «𝐼𝑟𝑎𝑛𝑖𝑎𝑛 𝑊𝑜𝑚𝑒𝑛 𝐷𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑒 𝐹𝑟𝑒𝑒𝑑𝑜𝑚 𝑁𝑜𝑤!» mientras hablaba el presidente iraní Ebrahim Raisi para acusar a los persas de la muerte de la joven Mahsa Amini. En aquella oportunidad era políticamente correcto acusar el machismo-asesino de los iraníes y de paso, fomentar la «revolución de color» de inspiración occidental que se había desatado.

 

 Ahora, no porta carteles de ningún tipo por las mujeres y niñas palestinas asesinadas bajo las bombas arrojadas por su país.

Es que hay verdades (a resaltar) y verdades (a disimular).

 

 El otro intento, un poco naif desde mi punto de vista, fue el organizado por el presidente Abdel Fatah Al-Sissi, denominado 𝐶𝑎𝑖𝑟𝑜 𝑆𝑢𝑚𝑚𝑖𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑃𝑒𝑎𝑐𝑒, donde se congregaron altos funcionarios de varios países árabes y occidentales para hallar consensuadamente una solución al conflicto.

 

 Acudieron a la capital egipcia el secretario general de la ONU, Antonio Gutérres; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el “jardinero” Josep Borrell; el rey de Jordania, Abdalah II, el (muy deslegitimado) presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud Abbas; el rey de Bahréin, el príncipe heredero de Kuwait, el primer ministro de Irak, el presidente chipriota; la primera ministro de Italia, Giorgia Meloni; el presidente de gobierno de España, Pedro Sánchez; el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis… pero no hubo representantes de Estados Unidos ni de Israel, dos de los países más comprometidos en la represión brutal y (factiblemente) coordinados en sostener el conflicto.

 

 Por supuesto, con la asistencia de europeos abiertamente proestadounidenses y proisraelíes, no fue posible una declaración final consensuada. El motivo, una vez más, fue el desencuentro sobre si condenar o no a Hamás como el germen del asunto o retrotraerlo a las condiciones históricas y los abusos sistemáticos.

 

 Es que muchos en el mundo árabe o circundante no ven a Hamás como una «organización terrorista» sino como una expresión vívida de la resistencia palestina. En ese tenor ha declarado el presidente turco Recep Tayip Erdoğan, quien ha suspendido su viaje a Israel, criticando fuertemente el veto anglo-franco-estadounidense y ofreciendo a Turquía para celebrar una conferencia internacional para abordar la solución del conflicto.

 

 Mientras sucede la matanza, Estados Unidos despliega dos grupos de portaaviones (USS Gerald Ford y USS Enterprise con sus respectivas escoltas) en el Mediterráneo Oriental, como forma de apoyar el esfuerzo de guerra israelí.

Bueno... eso es lo que dicen... la verdad detrás es que lo hacen en forma amenazante contra Irán y quizás también, Rusia. Hoy día, con las posibilidades de extender los alcances de las aeronaves y los misiles stand-off, ubicarse en el Mediterráneo Oriental implica la posibilidad de lanzar ataques aeronavales contra el Mar Negro y el Golfo Pérsico.

 

 De hecho, el propio Biden, se encargó de amenazar a los ayatolás de que cualquier intervención iraní en auxilio de los palestinos implicará un ataque estadounidense contra su territorio, todo lo cual nos anima a pensar si el ataque de Hamás y otras facciones palestinas no fue una “invitación premeditada” por parte del binomio israelo-estadounidense.

 

 Es muy curioso que Biden, al visitar Israel, fuera invitado al “consejo de guerra”, donde actualmente prevalecen las posiciones genocidas de Yoav Galant, el ministro de Defensa célebre por catalogar como “animales humanos” a los palestinos y exigir que “coman cemento”, y del ultrasionista colono Bazalel Smotrich, ministro de transporte y fundador del Partido Sionista Religioso, que tiene en su bolsillo a varios de los miembros del Consejo.

 

 Estados Unidos no vació en ningún momento – y tras ellos todos los vasallos europeos – en brindar un apoyo irrestricto e incondicional a Israel, para lo cual montó súbitamente un puente logístico de armamento.

En uno de sus lapsus liguae, Biden dijo que “la ayuda a Ucrania e Israel es una inversión inteligente que reportará dividendos a EEUU” ante lo cual la vocera de exteriores rusa, María Zajárova, replicó diciendo “antes lo llamaban lucha por la libertad y la democracia”.

 La evidencia de intereses económicos y geopolíticos ya ni siquiera se camufla.

 

 De hecho, es bastante llamativo que el conflicto israelo-palestino se desate a apenas meses de la incorporación al BRICS del pentágono compuesto por Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes. Brasil, miembro del BRICS, declaró a través de su presidente Lula que “esto no es una guerra, es un genocidio”, mientras en Argentina, un candidato con perspectivas presidenciales sostiene abandonar BRICS para focalizarse en Israel y EEUU.

 

 No casualmente, el propio Biden, que ya no se esfuerza en encubrir sus más oscuros pensamientos, reclamó en uno de sus más recientes discursos en la Casa Blanca, que EEUU debía actualizar el orden liberal global que lideró desde la Segunda Guerra Mundial. Para lograr ese objetivo, EEUU debe recobrar el liderazgo porque, según él, con Washington a la cabeza, "el mundo funcionó bien", pero "se ha quedado sin energía". Por supuesto, luego edulcoró estas sus axiomas insistiendo en que EEU es el "defensor de la democracia del mundo", al que todavía estima un "faro" para la comunidad internacional.

 

 Si eso no es un reconocimiento a ejercer un protagonismo, ya sea por persuasión o por la fuerza, no sé qué es. Y si eso no es, además, explícitamente una preocupación ante el advenimiento del multipolarismo, liderado por Rusia y China, tampoco sé qué es.

En el fondo subyace, como siempre, el «Orden basado en Reglas» impuesto por Occidente, mucho más claramente a partir del 1991, con el colapso soviético. La Realpolitik del poderoso ha dominado mentes y corazones, y ha impuesto como normal una visión imperialista, con relaciones de opresor y oprimido. La fuerza se ha impuesto como ley (a diferencia de «la ley se reserva el uso de la fuerza»)

 

 Es más que probable que haya un pacto tácito entre Israel, sus matanzas indiscriminadas, y los planes hegemonistas estadounidenses. Como en el escenario ucraniano, las matanzas a indefensos son como trampas de cuerda, que hacen colmar la paciencia pacifista. Irán ha sido el primero en responder con amenazas de intervención, pero Egipto y Turquía no se han quedado atrás. Partir Medio Oriente con una gran guerra sería la peligrosa forma en que EEUU ahora pueda ver quebrar un

círculo virtuoso que había empezado a darse con la paz irano-saudí, el corredor logístico norte-sur ruso-irano-indio y los posicionamientos cada vez más geopolíticos del BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái.

 

 Les habló Christian Cirilli, les mando un afectuoso saludo, y los espero la semana que viene, todos los domingos, por el club de la Pluma.

 

 


LIC. CHRISTIAN CIRILLI

Analista Internacional

 Licenciado en administración UBA De ciencias económicas

 

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