EL GENOCIDA MÁS RESPETADO
Hoy dialogamos con compañeros que hacen sus
preguntas y dan sus posiciones en el ámbito infructuoso de las llamadas
"redes sociales". Elegimos algunas de ellas por la precisión con que
se formulan. Sus palabras serán presentadas con esta voz, que por ser la de un
colectivo soslaya nombres propios y
destaca preocupaciones. Por ejemplo: ¿Qué estarán pensando ahora todos los que se engancharon en "revisar el
marxismo", y se colgaron de Negri, de Hardt y su BORRAMIENTO de la condición
de trabajador para remitirnos a una supuesta "ciudadanía universal",
cuando la cuestión de las migraciones está puesta hoy día al rojo vivo? A ver,
expliquen esa supuesta ciudadanía...
¿Qué pensarán los que contribuyeron a sostener
los paradigmas de la posmodernidad, los que decretaron - al unísono con las
voces hegemónicas- que el socialismo
"FRACASÓ"?
¿Cómo
la dibujarán ahora los seguidores de Holloway, los que quieren "Cambiar al
mundo sin tomar el poder", que circula en tantas "mentes brillantes",muchas
abrazados al Foucault nuestro de cada día y sus estrategias diversivas de los
"micro poderes", cuando "la democracia" , la del mundo
capitalista, es ESTO QUE VIVIMOS, que permite a gobierno electos avanzar sin
tregua sobre los derechos de todos?
Ya ni siquiera necesitamos remitirnos a
nuestros podcast anteriores criticando la democracia burguesa, basta y sobra
con ver la actualidad política nacional e internacional. Todos los devenidos
"deconstructores" (ah, claro, ¿recuerdan la moda de la "deconstrucción"?),
sin ninguna verguenza, de Derrida a Bifo Berardi y sus apologistas locales, han
contribuido a la confusión del campo popular al punto de disgregarlo y
extraviarlo en disputas discursivas y huecas como su ética dineraria y
oportunista. Es evidente que las instituciones del sistema, entre las que
contamos esa usina de ideas que es la Universidad, lejos de ponerlo en
cuestión, reproducen y multiplican y hacen llegar a las masas todo aquello que
pueda desplazar los ejes del conflicto (hemos vuelto atrás más de 100 años: la
gloriosa Reforma universitaria de 1918 es hoy una utopía).
Y el conflicto sigue siendo entre los
intereses del trabajo y los del capital.
Estamos en la Era del Ajuste. Y el Ajuste y la distribución de la riqueza se
definen (mucho más aún que con el gasto público y los recortes) con el
hundimiento del sueldo y del costo laboral, porque ahí está en juego la
platita del bolsillo verdaderamente privado de la élite. Así que suponiendo que
un día nos decidamos a enfrentar en serio la cuestión contemporánea más
candente (el Ajuste al pueblo y a los trabajadores) ya sabemos por donde pasa
el eje. Algunos piensan o aceptan que en ese punto no importa si leí a Marx, o
a Seineldín, o a Gramsci, o a Perón. Y ahí no importa si hay una clase trabajadora
industrial, o una clase trabajadora "virtual", ya que de una forma u
otra habrá que adecuar la respuesta a esas características cambiantes...
Pero el eje sigue pasando por donde siempre
pasó, desde los tiempos en que hay explotadores y explotados.
Y hasta cierto punto acordamos con esa tesitura, porque los que lucharon en
nuestra historia han tenido muy diversas procedencias ideológicas. Lo que en
todo caso agregaríamos es que no nos alcanza con sostener luchas
reivindicativas, destinadas a repetirse al infinito mientras crece la
"población sobrante" y se aplastan salarios. Deberíamos ser capaces
de elaborar una estrategia común mientras continúan individualizándonos y
diversificando las ilusiones; y si son imprescindibles todas las luchas reivindicativas,
y si hemos de apoyarlas sin importar de qué sector del trabajo provengan,
también es tiempo de elaborar un plan para terminar con la concentración de
capital y la concomitante ampliación de la miseria.
En nuestro país, la
mayoría de los trabajadores cobra salarios por debajo de la línea de pobreza
según las estadísticas que la propia burguesía difunde (sin olvidar que los números son permanentemente
falsificados para ocultar una realidad mucho más cruda).
La libertad que pregonan va en contra de las necesidades
determinadas por el curso natural de la vida y la existencia, porque la
producción cada vez más social se contrapone violentamente a la apropiación
cada vez más concentrada. Con su dominio arrastran a la humanidad hacia ese
mundo que contradice de manera igualmente violenta las aspiraciones de las
grandes mayorías. La expulsión de seres humanos no sólo del
funcionamiento económico y político, sino de sus territorios, constituye una de
las mayores producciones de este sistema que, seguidamente, se ocupa de
fomentar su desprecio social y hacerlos culpables de todos los males que el
propio sistema genera.
La degradación humana y del planeta crece a un
ritmo cada vez más acelerado. Como dijo el Che en su discurso en la ONU en
1964, “El capitalismo es el genocida más respetado del mundo”. Ya es hora de
decir BASTA!
Desde Rosario- Militante Social
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