RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 24 de febrero de 2025

PREGUNTAS NECESARIAS II - PEDRO RODRIGUEZ

 

PREGUNTAS NECESARIAS II

 


 Veníamos hablando en nuestra columna sobre algunas preguntas que necesitamos hacernos, en este caso sobre lo que significa el poder real, y las distintas lecturas que se hacen sobre el fenómeno. Tocamos apenas dos autores, Focault y Zizek, que se abstraen de realidades políticas concretas para analizarlo. Expusimos sus diferencias principales, las que  radican en la forma en que conceptualizan la resistencia. Para Foucault, el poder nunca es total: siempre hay fisuras y espacios donde los sujetos pueden subvertirlo. La resistencia no se da en un acto revolucionario definitivo, sino en pequeñas rupturas dentro del sistema, en prácticas marginales que desafían la normalización. Pero Žižek ve la resistencia como un proceso mucho más complejo, ya que la ideología es capaz de apropiarse incluso de las formas de disidencia. Un sistema , decíamos, puede tolerar la protesta, e incluso promoverla, sin que ello suponga un cambio estructural real. La rebeldía muchas veces es absorbida por el propio sistema y transformada en mercancía, volviéndose funcional al mismo poder que intenta desafiar (éste contraste se vuelve crucial cuando analizamos la era digital, el uso de las herramientas digitales y las utilidades que brinda a las clases en pugna). 

 

 Hoy queremos intentar la misma pregunta sobre el poder real trasladándola a la actualidad política argentina.

 

 La estafa con criptomonedas que protagonizó el presidente Milei ha potenciado, exacerbado, profundizado, una crisis política por arriba que ya existía, poniendo sobre la superficie la degradación del sistema político e institucional del país.

 

 Allí donde precisamente el experimento Milei había logrado mostrarse “distinto” al resto de las fuerzas del sistema, con sus bravatas contra la política tradicional, se ha producido un antes y un después que afecta directamente la supuesta fortaleza política del gobierno.

Las reacciones de todo el arco político del sistema no hacen más que agravar la situación. Desde los pedidos de juicio político que, de antemano, se saben inconducentes; las defensas que ensayan fuerzas aliadas que terminan siendo un salvavidas de plomo; la creación de comisiones de investigación que no investigarán nada; los procesos judiciales abiertos por las denuncias de los damnificados por la maniobra presidencial que terminarán en los cajones de la mal oliente justicia argentina; todo ello suma al desprestigio de una institucionalidad que viene dando signos de podredumbre estructural y que en esta situación, a cada paso que se intenta para superar la crisis, se hunde más en el barro.

 

 Institucionalidad que todas las fuerzas del sistema, sin excepción, quieren rescatar. Nadie saca los pies del plato porque lo principal es salvar al sistema. Las denuncias y contra denuncias caminan todas por el mismo andarivel buscando socorrer a las instituciones burguesas.

Esta situación de crisis por arriba, la que además es fogoneada por la lucha entre corporaciones por los negocios y los favores del Estado, tiene un correlato por abajo que se puede sintetizar en una frase: para cada vez más amplias masas, "son todos lo mismo". Esa sentencia pega de lleno en la política que se apoya en el engaño a la población, en hacerle creer que las cosas se resuelven mirando hacia arriba, esperando al salvador de turno. Ese papel cumplía Milei... hasta ahora.

 

 La magnitud de esa conclusión no se expresa del todo en lo inmediato, pero suma a un estado de ánimo que viene creciendo en contra del ataque a las condiciones de vida y de trabajo del pueblo trabajador.

 

 Tan es así que mientras estos hechos se suceden, mientras a cada rato se conocen nuevas confirmaciones de la estafa mileista, los signos de resistencia no han mermado sino, por el contrario, se consolidan. Se mantienen en el tiempo luchas como las de Praxair en Buenos Aires, las de Granja Tres Arroyos en Entre Ríos, en el frigorífico Fishing Mart de Mar del Plata (donde a pesar de la represión se quebró la decisión empresarial de no pagar el aumento acordado), y se suma en estos días la lucha de los petroleros en Santa Cruz. Estos son algunos ejemplos que confirman que la resistencia se sostiene, aun en el medio del feroz ataque que el poder desató contra el pueblo para lograr el disciplinamiento político.

De esta forma, la paz y estabilidad que necesita la clase dominante para consolidar su proyecto político y económico se ve afectada tanto por los hechos por arriba como por los de abajo. Y al mismo tiempo confirma que las fuerzas del sistema van por un lado (el de salvar las instituciones) mientras que el movimiento de masas recorre su camino para pelear por sus demandas, aun cuando se encuentre en la “orfandad” a la que nos arrojan las estructuras políticas y sindicales del sistema.

 

 Si antes de estos hechos decíamos que la única salida es enfrentarlos, esa consigna hoy toma un nuevo y necesario impulso. Como en toda pelea entre fuerzas antagónicas, cuando el enemigo está sumido en sus escándalos, está aturdido por los acontecimientos que no atina a resolver, es el momento de profundizar el enfrentamiento, de no dejarlos acomodarse, de avanzar en la independencia política que, en los hechos, se viene manifestando en las luchas cuando se consolida una acción en la que las masas no esperan ni se resignan ante la defección de los partidos y sindicatos del sistema.

 

 Se ponen de manifiesto así dos tácticas: las de los que buscan salvar al gobierno y sus instituciones y las de los que enfrentan y luchan con lo que tienen a mano.

 

 En ese enfrentamiento  se estará aportando a una acumulación de fuerzas de los de abajo que debe apuntar hacia el objetivo de derrotar al plan del gobierno,  y a generar mejores condiciones para avanzar hacia nuevos escalones de enfrentamiento político, en el que los actores principales sean las bases trabajadoras, acumulando lucha y experiencia. Nuestra larga historia de luchas nos lo reclama.

 

PEDRO RODRIGUEZ

 Desde Rosario- Militante Social

 

No hay comentarios: