UN
PRESIDENTE SOLITARIO ATACADO POR TODOS LOS FLANCOS
Apreciados amigos y
oyentes de El Club de la Pluma, les saluda Mauricio Ibáñez con un fuerte abrazo
latinoamericano desde nuestra querida patria Colombia. Hoy, con el apoyo de
algunas fuentes de información verificables, les hablaré del último prócer que
le queda a nuestro país, un presidente que ha sido, y está siendo, objeto de
una guerra sucia como ningún otro en la historia de nuestra patria.
Un Presidente
Solitario, Atacado por Todos los Flancos
¿Quién es Gustavo
Petro?
Gustavo Francisco
Petro Urrego nació en el municipio de Ciénaga de Oro, Departamento de Córdoba,
en 1960). Es un brillante economista, político y es el actual presidente de
Colombia desde el 7 de agosto de 2022 hasta 2026.
Desde temprana edad
vivió en el Municipio de Zipaquirá, Departamento de Cundinamarca, donde fue
personero (defensor del pueblo a nivel local) y después concejal. En su
juventud militó en el Movimiento 19 de abril (M-19), una guerrilla urbana
partícipe del conflicto armado interno de Colombia entre 1974 y 1990 bajo el
alias de Aureliano. Tras su desmovilización en 1990, esta guerrilla se
transformó en el Partido Alianza Democrática M-19, la segunda fuerza política
más importante en la Asamblea Constituyente de 1991. Bajo sus siglas, fue
electo para ser miembro de la Cámara de Representantes en las elecciones
legislativas de 1991.
Fue senador de la
república por el Polo Democrático Alternativo (PDA), cargo al que accedió en
las elecciones legislativas de 2006. En el 2009 renunció a su cargo para
aspirar a la presidencia de Colombia en las elecciones presidenciales de 2010,
en representación del mismo partido. Tras denunciar un grave escándalo de
corrupción de su propio partido, se retiró y fundó el Movimiento Progresistas
(posteriormente Colombia Humana) con el que llegó a la alcaldía de Bogotá para
el periodo 2012 a 2015.
En 2020, la Corte IDH
emitió un fallo en contra del Estado Colombiano por haber destituido a Gustavo
Petro de su alcaldía en Bogotá a través de una decisión de la Procuraduría
General de la Nación en 2013. En 2018 fue candidato para la presidencia de
Colombia por segunda vez: en dichas elecciones ocupó el segundo lugar,
permitiéndole ser senador gracias a la ley de estatuto de oposición, que otorga
un escaño a la segunda votación presidencial más alta.
En 2021 fue uno de
los fundadores de la coalición Pacto Histórico, compuesta por diversos partidos
y movimientos sociales. En la consulta interpartidista por el Pacto Histórico
celebrada en marzo de 2022, fue electo como el candidato presidencial de la
coalición. En las elecciones presidenciales de 2022, obtuvo la mayor votación
con más de ocho millones y medio de votos y el 40 % total de la votación,
dándole el derecho de pasar a la segunda vuelta electoral.
Gustavo Petro triunfó
en segunda vuelta electoral con más de once millones de votos y el 50.44 % de
la votación, frente al 47.31 % de su rival Rodolfo Hernández Suárez. Petro
también se convirtió en el candidato presidencial con mayor número de votos
obtenidos en la historia de Colombia y varios analistas políticos lo consideran
como el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia.
El Presidente Gustavo Petro llegó al poder, entonces, por la
vía democrática, e inició su mandato de corte izquierda progresista en un
contexto político, histórico y de orden público tremendamente adverso: varias
de las coaliciones que se habían conformado con miembros de los partidos
tradicionales (liberal y conservador), movimientos políticos de centro derecha
(cambio radical, la U) y movimientos de centro izquierda (partido verde), con
las cuales esperaba alcanzar la representatividad necesaria en el congreso para
lograr la gobernabilidad necesaria para la implementación de las reformas que había
prometido en su programa de gobierno, fueron objeto del ataque de las élites
empresariales enemigas de las reformas que buscaban la justicia social, la
igualdad de oportunidades y la mayor participación del pueblo colombiano.
El ataque de las
élites empresariales y la ultraderecha derrotada en las elecciones, pero con
una importante participación en el congreso, consistió en usar el lobby, la
intriga y el dinero para destruir la coalición del gobierno, y éste se quedó
solo, con algunos representantes fieles de su partido y otros movimientos de
izquierda, en un congreso cuyas mayorías, sin dar debates de fondo ni discutir
de manera técnica los proyectos de reforma, las ha venido hundiendo una por
una, con el propósito de no permitir que Petro avance en la implementación de
medidas que aseguren la justicia social en Colombia. La ceguera y el odio de un
congreso lleno de opositores, y la impotencia de sus pocos partidarios han sido
tales, que iniciativas legislativas tan lógicas y de sentido común como la reforma
pensional, la reforma a la salud, la reforma laboral y, lo que es más absurdo,
la ley de financiamiento han sufrido dolorosas amputaciones o estrepitosos
hundimientos, todo esto en contra del pueblo colombiano… lo más doloroso es
ver, en el congreso, cómo estos supuestos representantes del pueblo celebran
con vítores y abrazos “la derrota de Petro”, sin haber leído los proyectos y
sin darse cuenta del daño que le han hecho a la ciudadanía. Una absurda
vendetta personal.
Bajo la sombra
perversa de una oposición de derecha que no desea abandonar un statu-quo
plagado de escándalos de corrupción, denuncias de participación en el crimen
organizado y narcotráfico, el Presidente Petro ha sido objeto de una guerra
sucia sin precedentes. Nunca un presidente de la república había sido objeto de
tanto ataque y con tanta sevicia como lo ha sido Gustavo Petro: desde el ataque
sistemático en lo político para sabotear su gobernabilidad y hacer fracasar las
propuestas de reforma que beneficiarían al conjunto de la población, ha seguido
el ataque en lo personal (lo han llamado loco, lo han acusado de borracho y
drogadicto), el ataque a su familia (le han atacado a su esposa, a sus hijos).
Se le ataca 24 horas al día y 7 días a la semana, a través de los medios hegemónicos
del país, todos pertenecientes a la clase empresarial de las élites que temen
que les quiten privilegios bajo la falsa premisa de que, supuestamente, ha
llegado un dictador a arrebatárselos, todo fundamentado en falsas noticias que
éstas propagan a través de sus gremios empresariales. La estrategia de sabotaje
es tan perversa que, por ejemplo, las aseguradoras del sistema de salud en
Colombia, cuya corrupción es gigantesca e inspiró una propuesta de reforma al
sistema de salud, han optado por auto marchitarse y generar una crisis de
atención a los usuarios para luego echarle la culpa al gobierno, secundados por
la prensa hegemónica, sembrando desesperanza. No se puede concebir una
estrategia más perversa y mezquina.
Amigos de la
hermandad latinoamericana, este es un toque de alerta. Nuestro presidente se ha
quedado solo ante el ataque sucio de sus detractores de la extrema derecha
corrupta, dueños de las mafias del poder, el miedo e inexperiencia de sus
compañeros de causa y la impotencia de sus seguidores. Necesitamos que los
pueblos de nuestra América levanten su voz de apoyo y lo respaldemos a través
de las redes sociales y los medios a nuestra disposición. Gustavo Petro es
clave para la unidad social latinoamericana. Gracias, compañeros.
MAURICIO IBÁÑEZ
Biólogo
Especialista En
Estudios Socio-Ambientales
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