RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

sábado, 5 de julio de 2014

HABLEMOS DE PALESTINA…

HABLEMOS DE PALESTINA…

 Tal vez resulte un tanto temerario intentar resumir en un corto editorial la historia de Palestina. Cuando buscamos información al respecto nos damos con que imposible resultaría tal empresa ya que el derrotero palestino se remonta por allá cerca de los tres mil años antes de nuestra era, es decir, más de cinco mil años de historia; una historia atravesada por invasiones, sometimientos, transformaciones, cambios de formas de gobierno, de imperios que se fueron sucediendo a medida que uno de ellos asumía mayor control y así casi sin respiro en esto del paso del tiempo y la historia, como una continua repetición de más invasión, sometimiento, despojo y nueva invasión, sometimiento y otra vez el despojo, etc.

 Lo cierto es que por la zona han pasado otomanos, romanos, mamelucos, egipcios, sirios, árabes, cruzados, franceses, británicos, etc. hasta, podríamos, como para tener un eje, una referencia, el año 1897 cuando “…se fundó la Organización Sionista Mundial. Judíos mayoritariamente laicos realizaron su primera conferencia en Basilea, Suiza, y declararon el propósito de establecer patria para los judíos. En ese punto, había dos grupos: uno que apoyaba el establecimiento de una patria judía en Uganda o en Argentina y otro que postulaba a Palestina. El objetivo era establecer un país para el judaísmo mundial y la opción palestina acabó por vencer. El conflicto comienza a dibujarse…” 1

 Saltando sucesos y tiempo, en 1948 comienza lo que aún no se ha detenido, una impresionante avanzada contra el pueblo palestino, desplazándolo de sus territorios, provocando enfrentamientos entre colonos israelíes y habitantes palestinos, despojando de sus tierras a campesinos, impidiendo ejercer sus trabajos a los pescadores, asesinando, secuestrando, torturando, llevando adelante un plan sistemático de limpieza étnica para terminar con esa parte árabe que, a pesar de tanta barbarie sionista, persiste en la defensa de sus territorios y su independencia, tal como “…La Asamblea General de las Naciones Unidas reafirma en 1974 el derecho inalienable de los palestinos a la auto-determinación, a la independencia y a la soberanía nacional, así como el derecho a regresar a su tierra. También reconoce a la OLP como representante del pueblo palestino (Resolución 3210) y le otorga nivel de observador en la ONU. La Liga Árabe también reconoce a la OLP como el único representante legítimo de los palestinos y afirma “el derecho de los palestinos a establecer una autoridad nacional independiente en cualquier territorio palestino que venga a ser liberado”. La Resolución 3379 de la Asamblea General de la ONU define al Sionismo como una forma de racismo y discriminación racial…” 1

 No obstante las declaraciones y resoluciones de organizaciones y gobiernos, el avance sionista contra el pueblo palestino ha ido in crescendo con cada vez mayor virulencia. Y ello ante la velada complacencia o la mirada hacia otro sitio, por parte de naciones que pareciera obedecen las decisiones del gobierno sionista israelí. Asimismo cuentan con la complicidad de los medios hegemónicos de desinformación, que no sólo ocultan lo que ocurre con el pueblo palestino, sino que, además toman posición que perjudica a esa nación.

 Llama poderosamente la atención, al menos en nuestro caso, cómo intelectuales de reconocida trayectoria y de probada convicción en lo que podríamos considerar la elaboración de pensamientos críticos respecto de las realidades que nos circundan, donde nos aleccionan sobre cómo, por ejemplo, el gobierno norteamericano manipula y somete naciones, especula y perjudica economías, etc. guardan silencio o evitan expresarse respecto de lo que ocurre en Palestina, en la Franja de Gaza.
 No obstante ello, hay quienes a pesar de la imposición del silencio, rompen y esgrimen sus comentarios intentando correr el velo sobre lo que padece el pueblo palestino; un claro ejemplo es el reconocido Noam Chomsky quien en un reportaje, entre otros conceptos expresó: “…Los EEUU consideran a Israel prácticamente como un retoño militarizado; lo protegen de críticas o acciones, apoyan pasivamente y, de hecho, abiertamente, su expansión, sus ataques a los palestinos y su progresiva apropiación de lo que queda del territorio palestino. Actúan como para hacer realidad un comentario que hizo Moshe Dayan a principios de los años 70 cuando era el responsable de los Territorios Ocupados. Dijo a su gabinete que deberían decir a los palestinos que no tienen solución para ellos, que vivirán como perros, y que quien se haya de ir que se vaya, y ya veremos a dónde nos lleva eso. Esta es, en resumen, la política a seguir. Supongo que EEUU continuará con esa política de una manera u otra…” 2

 Hay un andamiaje consolidado para defender y consentir las acciones genocidas del gobierno sionista israelí. Ese andamiaje está integrado por todas las naciones que, desde lo histórico a la actualidad han tenido y tienen que ver en esto de “hacerse” de territorios, tanto por sus posiciones geoestratégicas como por sus recursos y bienes naturales.
 La hegemonía de quién era considerado el gendarme mundial está declinando, por no decir que cae en picada imparable, ello hace que recurra a todo tipo de acción que posibilite atisbar al menos un repunte y así recuperar espacio y poder. Y no está sola en este juego que deja sangre en el camino…

 La Franja de Gaza y Cisjordania en estos tiempos están padeciendo una feroz como mortal agresión por parte del ejército israelí, los medios monopólicos de un lado y del otro o silencian o desdibujan parte de la realidad. La “aparición” de tres cadáveres de adolescentes israelíes por los que se inculpaba a palestinos, fue la “noticia” que levantó y difundió, como alarma y estupefacción, todo el monopolio de desinformación. Hasta ese momento casi en ninguna edición se informaba sobre las atrocidades perpetradas por los uniformados israelíes. Como tampoco se hacen eco de cómo avanzan sobre más territorio palestino, continuando con el despojo y más muerte.
 Las Redes sociales también hacen su “trabajo”, no resultaría extraño que un “ejército” de internautas esté llevando adelante estrategias para impulsar mayor odio hacia los palestinos, subiendo información distorsionada, consignas racistas, etc.

 Ante ello, brigadas internacionalistas se hacen presentes para defender los derechos y la vida de los palestinos, pero no son noticia. Tampoco es noticia la realidad que en cada oportunidad uno de nuestros columnistas, Manu Pineda desde la Franja de Gaza, nos relata afirmando que para el genocida gobierno israelí le es “…más costosa la carne europea (…) la carne palestina no le cuesta nada…” Eliminar, asesinar a un europeo trae consecuencias indeseables, no ocurriendo lo mismo cuando son asesinados cientos y cientos de palestinos.

 Cuando nos propusimos hablar sobre Palestina, así como si hubiésemos considerado tratar el tema de los Saharauis, o las comunidades originarias perseguidas, desplazadas en todo territorio pasible de ser considerado sujeto de apropiación por parte de explotadores internacionales; lo hicimos porque, más allá de los esfuerzos por romper los cercos de la desinformación, éste pueblo, como otros, terminan siendo un número, una estadística, un dato a considerar pérdidas y ganancias en el macabro juego de la mercantilización de la existencia.

 Hemos pretendido y pretendemos en estas breves líneas mover a la inquietud o al menos la “curiosidad” para que cada uno de ustedes  puedan buscar información y conocer un poco más de lo que no sabemos respecto de lo que ocurre en otras partes de nuestro planeta. ¿Por qué?, porque es necesario saber y comprender para sumarnos y accionar, desde todos los puntos posibles, desde cada una de nuestras convicciones, desde la individualidad a lo colectivo, para posicionarnos y decir ¡basta de masacre!, ¡basta de muertes!, ¡libertad, independencia y autodeterminación de los pueblos ya!...

 Es lo poco que podemos hacer, desde estos espacios, desde estas líneas, desde estas palabras, para asomarnos e invitar a romper la invisibilidad y acompañar a los pueblos en sus luchas.
No podemos mirar hacia otro lado, es hora de comprometernos con la vida, la real, la que ocurre allí, alejada de cámaras, de equipos de fútbol, de buitres y otras yerbas.

 De nosotros depende el romper los silencios y retumbar con un grito en todo el planeta exigiendo por la paz...

Que así sea.


NORBERTO GANCI –DIRECTOR-El Club de la Pluma
elclubdelapluma@gmail.com –elclubdelapluma@hotmail.com

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Notas, referencias y material consultado





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