SOMETIDOS
AL ALGORITMO
Decíamos en la columna anterior que puede
constatarse un nivel de declinación general en las condiciones materiales y en
la calidad de vida de los sectores populares, pero vemos que esa declinación no
es igual en Berlín o en Río de Janeiro
o en Buenos Aires; al mismo tiempo esa
declinación, hay que decirlo, también se
ve, con sus particularidades, en
Washington, Nueva York y Tennessee, con variaciones temporarias según el
gobierno en curso, pero tendiendo siempre a la baja. Es decir, nosotros estamos
viendo la imposibilidad de los sectores populares de vivir decorosamente, una
declinación paralela a la del debate
político. Con mayor o menor fuerza según el país del que hablemos, pero siempre
en decadencia. No es necesario que hablemos de Argentina: lo padecemos a cada
minuto, en cada acto de gobierno y en cada noticia de la cultura o el
espectáculo.
No es necesario describir el horror a nadie
acá, lo que necesitamos es terminar con él. Estadísticas recientes en EEUU son
alarmantes: el 64 % de la población general NO ENTIENDE lo que lee, tiene
grandes dificultades para captar adecuadamente el mensaje que recibe (debería
ser obvio que es una mala noticia para todos, incluidos todos los
latinoamericanos en primer lugar). Quien les habla, identificado como marxista
y como guevarista, zurdo impenitente si así quieren llamarlo, JAMÁS, pero JAMÁS
le diría hijo de puta ni enviado del maligno a un Papa, EN PRIMER LUGAR porque
no hay maligno, Y en el mismo PRIMER LUGAR porque todos los neuróticos
vulgares, marxistas o no, sabemos que la
política es otra cosa, que nada tiene que ver, ni en los peores casos, con el
delirio de un imbécil como milei. Y decimos, además, en el mismo momento, que
no pretendemos hablar del hambre, el desempleo y la miseria con ninguna
"objetividad", con nada de esa frialdad alienada del periodismo
actual, ni siquiera admitiéndonos estar sumidos
en una derrota a nivel global (me salen acá los versos de Pedro
Bonifacio Palacios, Almafuerte: "¡Que
muerda y vocifere vengadora, ya
rodando en el polvo, tu cabeza! ") Derrota que al menos empieza a
tener una fuerte respuesta desde China y Rusia.
Entonces, retomando el hilo, está volviendo una falacia narrativa, vamos a llamarla así, que es una
extensión de la lógica del algoritmo. El algoritmo te va a mostrar aquellos
videos, aquellos eventos, aquellas noticias, aquellos reportes y aquellas
investigaciones que HAN TENIDO MÁS CLICS. no necesariamente que sea más ricas,
no necesariamente que te presentan un punto de vista alternativo, no
necesariamente que sea más enriquecedora para el tema, no necesariamente que
diga algo de verdad. Falacia de valor, además. Aquello que va en consonancia
con la lógica del algoritmo, no necesariamente con la lógica humana. Porque
podríamos nosotros ser tentados a pensar: "Bueno si ese artículo lo ha
visto más gente, tiene que ser bueno". Claro,con la misma
"lógica" algunos piensan: si votan esto debe ser bueno... La verdad es la verdad, no hay modo de
cuantificarla según quiénes adhieren o no a ella.
Tal vez una persona tiene un pequeño artículo
con un gran conocimiento nuevo, pero como no es democráticamente distribuido,
pasa desapercibido. Durante... quién sabe cuánto tiempo.
Esta segmentación interesada funciona para las
grandes masas poblacionales, claro, pero TAMBIÉN para los llamados "creadores de
contenido" (no han encontrado mejor eufemismo que éste: infinidad de
reels, videos y publicaciones CARECEN de
todo contenido que merezca llamarse así). Pero bueno, veamos lo que nos dice un
youtuber mexicano con miles y miles de seguidores: "Aspectos aparentemente irreconciliables me hacen ser lo que soy, con intereses
diversos y hasta contradictorios. Pero en las redes no funciona así, nos dimos cuenta que no funciona así:
apareció mi "producto estrella" en las charlas de geopolítica. Cuando
de repente metía otro vídeo de otro tipo, digamos, sobre video juegos, le
llegaba a la gente que no le interesaba. 'A mí me gusta la política pero no me
gustan los videojuegos', piensa un consumidor, entonces el video de videojuegos
no le iba, no le iba bien. Entonces al próximo vídeo de geopolítica el
algoritmo ya no lo distribuía. Yo mismo me estaba adaptando, adaptaba mis
productos, mis gustos, a lo que el algoritmo
me solicitaba. Muchísimo valor yo estaba perdiendo para transformarme en un
objeto de producción de algo especifico. Es lo que comprobé: que las redes
sociales te acaban condicionando a un tipo de comportamiento específico."
Estos
dichos del youtuber muestran el carácter, las condiciones universales que
imponen las redes, sin importar el lugar que cada uno ocupe en ellas. Mientras
tanto, pareciera que tenemos toda la info en un clic, es decir, sin pérdida de
tiempo en caminar para ir a comprar el diario, o sintonizar la radio de
preferencia, etc., es infinitamente más simple: en la comodidad del sillón
apretamos el primer artículo que se nos aparece y listo. Muchos se
sorprenderían al enterarse que eso que le aparece está detalladamente
programado, matemáticamente calculado, por un algoritmo.
No es distinto lo que se observa en otras áreas, por ejemplo, en la producción de la cultura dominante: Desigualdad profunda, control, manipulación, tecnofeudalismo, zombies, postapocalipsis, toda la inmensa maquinaria de propaganda de Holyywood nos mete en un mundo terrorífico futuro que es en realidad EN EL QUE VIVIMOS (si gustan de la ciencia ficción, invitamos a que comparen la película Interstellar con La tierra errante, película china de 2019, podrán ver, podrán experimentar cómo cambia el imaginario según el cine se produzca en una sociedad en decadencia o en una sociedad próspera y con futuro. Justamente, la ciencia ficción, tuvo su época dorada en Occidente con el apogeo de la revolución industrial, apogeo que en la cuarta revolución industrial que atravesamos se desplazó un poco al oriente, ¿no?)
Desde Rosario- Militante Social
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