CORRUPCIÓN
EN LA JUSTICIA ARGENTINA
¡¡¡Hola amigos, amigas o amigues del Club de la Pluma!!!
Antes, Un saludo especial a Gabriela y a Norberto, creadores
de este proyecto comunicacional denominado el Club de la Pluma.
Proyecto que, -amén de luchar contra la desinformación local
y mundial-, nos permite a humildes pensadores como nosotros, compartir lo que
estudiamos, razonamos, sentimos, sufrimos y creemos; con la esperanza que sea
de utilidad para alguien.
Bueno, esperando que todos y todas tengan un buen domingo y
una agradable semana hasta que nos volvamos a encontrar voy al grano.
Mi columna versará sobre la corrupción de la Justicia
Argentina o mejor dicho del Poder Judicial y su impacto en la economía de la
sociedad, de las familias, de los trabajadores; en suma, de todos los humildes
ciudadanos que somos quienes pagamos el sueldo de los funcionarios y sufrimos
el costo de sus decisiones.
La corrupción en la justicia argentina o como dije en el
Poder Judicial o más preciso aún en el colectivo de jueces, juezas, fiscales,
defensores y funcionarios judiciales, es un problema endémico que afecta no
solo la confianza en el sistema judicial, sino
que afecta también la economía y la sociedad en general.
Ya ahondaremos en el cómo esa corrupción nos perjudica
grandemente a todos, aunque ni siquiera lo sepamos.
Aclaro que hablar de "la justicia" o del
"poder judicial" sin referirse a las personas, le quita el alcance
que quiero dar a mis palabras y se diluye el sujeto verdadero que es el
corrupto o corruptor.
Por eso insisto en dejar de hablar de sujetos abstractos
como "la justicia", "el poder judicial", etc., y decir sin
ambages los jueces, los fiscales, etc., etc.
Los medios de comunicación se encargan de pontificar hasta
el hartazgo sobre la "Corrupción de los Políticos".
Obviamente de los políticos que no apoyan los dueños de los
medios de comunicación, se entiende.
Tampoco dicen nada de la corrupción de los grandes
empresarios, pero ese es un tópico que abordaremos en futuras entregas.
Lo que llama la atención es que esos agitadores de "la
corrupción de los políticos", nada dicen sobre la corrupción del Poder
Judicial.
Quizás la corrupción más dañina para nosotros atento a que
no hay poder que los controle o quiera controlar a esos corruptos.
Esa actitud de esconder la corrupción de estos sinvergüenzas
no es por un simple olvido, o por falta de investigación periodística o algo
así.
NO
Esconden esa corrupción porque los miserables no se meten
con quienes tienen la última palabra y entendieron a José Hernández cuando en
su Martín Fierro dice:
«Hacete amigo del
Juez, No le dés de que quejarse; Y cuando quiera enojarse Vos te debes encojer,
Pues siempre es gŭeno
tener Palenque ande ir á
rascarse.»
«Nunca le llevés la contra, Porque él manda la gavilla. Alli
şentao en su silla,
Ningun güey le sale bravo. A uno le dá con el clavo Y á otro con la
cantramilla.»
Excelente la literatura gauchesca que entendía como nadie,
décadas atrás de cómo funcionaba la cosa y, parece que nada ha cambiado.
La corrupción en la justicia argentina en lo macro, en lo
grande, puede generar incertidumbre y desconfianza en los inversores, lo que
afecta la inversión extranjera y nacional.
Por ende, la producción de bienes y servicios y como
corolario el empleo y la calidad de vida de los ciudadanos.
Claro que los grandes empresarios necesitan de estos
corruptos porque con su dinero compran la voluntad de los jueces.
El problema es para los empresarios más pequeños y/u honestos.
La corrupción de los jueces lleva también a la evasión
fiscal y a la pérdida de recursos públicos.
Genera desconfianza en las instituciones y en la capacidad
del Estado para proteger los derechos de los ciudadanos.
La gente que cumple con las leyes pierde y los sinvergüenzas
ganan con ese sistema de corrupción judicial.
Obsérvese que, si un ciudadano incumple con una ley, o
comete un delito pequeño, o una contravención, el poder judicial le cae encima
y muchos van a dar con sus huesos a la prisión.
Si un padre hurta un trozo de carne para alimentar a su
familia va preso.
Si un ciudadano, perturbado, por haber sido echado de su
trabajo a raíz de las políticas económicas realiza una marcha o una
manifestación reclamando por trabajo o comida, va preso.
En cambio los delincuentes, generalmente enquistados en el
gobierno toman decisiones que terminan con la salud pública, con la provisión
de medicamentos a enfermos oncológicos, con la educación pública, con las
empresas que dan trabajo, con nuestros recursos naturales, con el mantenimiento
de calles y rutas, etc, etc., no son perseguidos ni por jueces o fiscales.
Por el contrario, se reúnen con ellos en foros y banquetes
en los que exhiben sus riquezas frente a un pueblo famélico.
Estos delincuentes, aunque son protegidos por medios de
comunicación y jueces y fiscales corruptos cometen Delitos Gravísimos ya que conllevan
que la gente se muera por enfermedades curables, por accidentes, se quede sin
trabajo, sin acceso a los estudios, sin alimentación adecuada, etc, pero esos
verdaderos delincuentes ni siquiera son llamados a declarar por los jueces.
Como ejemplo tenemos temas recientes de corrupción en la
justicia argentina, como "el caso de los cuadernos" en donde
fiscales, jueces, periodistas, espías, pseudo espías, y lumpenes de toda calaña
se confabularon para armar causas judiciales en contra de la otrora presidenta
argentina porque a éstos miserables les molestaba que aquella gobernara con
tibias medidas que beneficiaban al pueblo.
No estamos hablando de un gobierno comunista ni nada que se
le parezca, eh?
Tan es así lo que les vengo relatando que tuvimos un
presidente que cuando llegó al gobierno (obsérvese que no digo al poder, ya que
nunca el poder lo tienen los presidentes) dijo que iba a "barrer con los
sótanos de la democracia" en clara alusión a la corruptela de jueces,
fiscales y etcs..
Claro que no hizo nada, ni tocó a ese colectivo... que iba a
barrer si él cuando era opositor de la ex presidenta era parte de esos sótanos.
Claro que la culpa, en este caso, la tuvo la víctima... pero
eso es tema de otra charla.
La corrupción en la justicia argentina genera un acceso
desigual a la justicia para los diferentes sectores de la sociedad.
Los individuos y las empresas con mayor poder económico y
político influyen en los procesos judiciales y obtienen resultados favorables,
mientras que los sectores más vulnerables y desfavorecidos son marginados y
excluidos del sistema judicial.
La corrupción de jueces y magistrados permite que los
individuos y las empresas poderosas evadan la responsabilidad por sus acciones
y queden impunes.
La corrupción judicial perpetúa la pobreza al permitir que
los recursos públicos sean desviados hacia fines personales o políticos, en
lugar de ser utilizados para beneficio de la sociedad en general.
La corrupción en la justicia argentina puede generar
desconfianza en las instituciones y en la capacidad del Estado para proteger
los derechos de los ciudadanos. Esto puede llevar a una mayor desigualdad y
pobreza, ya que los sectores más vulnerables pueden sentirse excluidos y
marginados del sistema.
Limita las oportunidades para la movilidad social y económica de los sectores más vulnerables. La falta de acceso a la justicia y la impunidad para los poderosos pueden generar un sentimiento de desesperanza y desconfianza en la sociedad, y pueden ocasionar o luchas sociales sin conducción (como el caso de los reclamos de los jubilados) o la desazón, la desesperanza en grandes capas de la sociedad; ambos extremos son peligrosos para la democracia y la paz social ya que eso puede traer aparejado el aumento considerable de robos, hurtos, violencia intra familiar, violencia entre vecinos, etc..
DR. MIGUEL ÁNGEL OVIEDO
Abogado
1 comentario:
Como siempre claro y sin desviaciones sofistas revela un cáncer social que afecta gravemente la salud de la sociedad democrática. Excelente
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